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Carlos Perciavalle: Hoy vuelve a escena con "Jardín de otoño"

TRIO PERCIAVALLE, LA BRUNA Y GILL. "JARDÍN DE OTOÑO" SE HIZO CON ÉXITO EN 1983.

Te quiero, te secuestro: Hoy vuelve a escena como actor y director con "Jardín de otoño", en el Teatro Moliere.

En un doble rol, de actor y director, hoy retorna a la escena Carlos Perciavalle. Será en el Teatro Moliére, desde las 20.30, con la obra Jardín de otoño, de Diana Raznovich. El elenco que acompañará al artista uruguayo se completa con Guillermo Gill y Julián La Bruna.

Perciavalle, quien a fin de los '60, junto a Antonio Gasalla, Edda Diaz y Norah Blay llevó adelante el espectáculo Help Valentino!, que es considerado como el show fundador del género de café-concert en la Argentina, seleccionó esta comedia que intenta hacer reflexionar al espectador en varios frentes: la frontera entre las ilusiones y los sueños, el límite a veces impreciso entre la ficción y la realidad, y el espacio virtual de lo mediático cuando se mezcla con los sentimientos profundos de gente sola.

En Jardín de otoño, Perciavalle y Guillermo Gill, encarnan a dos señoras ya mayores y solteronas, que se han obsesionado con una pasión algo inalcanzable: las vidas de ambas van y vienen de una telenovela de la televisión que las encandila y sus propias fantasías.

Ambas tienen -como dice Doña Rosita, la soltera- "el más terrible de los sentimientos, que es el de tener la esperanza muerta". Y por eso un día deciden una solución algo drástica para paliar la realidad: secuestrar a Marcelo (Julián La Bruna), su galán de telenovela, que las tiene fanatizadas. Y de esta forma buscar la anhelada felicidad, aunque sea por un instante.

Jardín de otoño tuvo una festejada puesta local en el año 1983, con Tina Serrano, acompañada de Ana María Casó y Mario Pasik, en una puesta que dirigió Hugo Urquijo. Una década antes, en 1972, la pieza tuvo su estreno mudnal en Madrid y después alcanzó un recorrido intenso por varios países de Europa. El espectáculo que se estrena esta noche presenta una novedad: por primera vez los personajes de Griselda y Rosalía serán representados por hombres.«

"Jardín de otoño" irá jueves, viernes y sábados, a las 20.30, en el Teatro Moliére (Balcarce 678, San Telmo) Localidades: $80.

Fuente: Clarín

Antes de Quidam : Toto Castiñeiras

El clown del Cirque du Soleil estrenó una destacada performance individual

Finimondo . Creado e interpretado por Toto Castiñeiras. Escenografía: Amadeo Azar. Vestuario: Renata Schussheim. Luces: Omar Posemato. Banda de sonido: Gregorio Vatenberg. Asistencia general: Ezequiel Urribarri. Asesoramiento corporal: Cristina Ribas. Dirección de títeres: Daniela Fiorentino. En el Metropolitan II (Corrientes 1343). Funciones: hoy y mañana; 28 y 29 de junio; 1° y 2 de julio, a las 23.
Nuestra opinión: muy buena

Antes de comenzar sus funciones en Quidam , del Cirque du Soleil, el clown argentino Toto Castiñeiras inició una pequeña temporada en el Metropolitan con un trabajo que lo tiene como gran protagonista. Finimondo , en verdad, es una propuesta con historia que el intérprete ha ido desarrollando y profundizando a lo largo de los últimos años y que, sin dudas, su experiencia profesional ha ido engrandeciendo.

En Finimondo , Toto Castiñeiras cuenta una historia breve en la que diferentes personajes del circo irán apareciendo y mostrando unas cuestiones personales muy ligadas a sus relaciones con otros artistas. Es su ámbito de trabajo el que asoma retratado y, con mucha gracia a veces y con algo de patetismo otras, las diferentes situaciones que atraviesa están cargadas de una teatralidad muy ajustada.

Algo débil en su estructura general, el espectáculo no pierde intensidad, porque es el mismo clown el que se encarga de sostenerlo con una interpretación muy destacada. Sus recursos son muy genuinos. Su relación con el público, muy potente y siempre movilizadora de reacciones sumamente atractivas. Cargado de pequeños momentos poéticos, el trabajo de Toto Castiñeiras demuestra, a la perfección, un exquisito manejo de la sutileza. Y hasta se anima a desarrollar alguna situación grotesca con mucho desparpajo, pero desde un costado muy aniñado, lo que termina sorprendiendo y, a la vez, promoviendo una tierna sonrisa.

Finimondo posibilita tomar contacto con la creación de un intérprete magnífico que conoce muy bien los resortes del clown, los desarrolla a fondo y consigue potenciar un juego muy reconocible.

Carlos Pacheco
Fuente: La Nación

Alejandra Flechner

Foto: Andres D'elia

Ahora es Juana Azurduy Pero también fue Evita y Zulema Yoma. Una actriz a la que le interesa que los trabajos tengan mística.

Por: Camilo Sánchez

Fui Evita, ahora soy Juana Azurduy, pero también me tocó hacer de Zulema Yoma. Todas coinciden en su pigmento de piel y de clase. No tanto Zulema -no lo digo por lo ideológico, sino porque jugó de acompañante de-, pero Evita y Juana fueron mujeres con vocación de liderazgo, con capacidad de llevar adelante sus convicciones con ese carisma necesario para convencer a otros.

A mí me gusta trabajar con mujeres. Es un espacio de mucho disfrute y diversión. Hay competencia, pero otras cosas también: hay complicidad, confianza, proximidad física. Entre mujeres muy rápido, por eso de la intuición, sabemos con quién estamos.

Caperucita fue uno de esos fracasos comerciales que honran un espectáculo.

El teatro requiere de un gran temple. Siempre: con sala llena o con sala vacía. Cuando comienza la obra, cuando te tiran a los leones, aunque el Coliseo esté lleno o medio vacío, los leones están ahí. Si hay gente y te arengan, puede que te den más ánimo. Pero cuando son pocos, el compromiso a veces es todavía mayor: uno quiere que esa gente se lleve algo.

Miguelito Fernández Alonso, el ajillo de las Gambas, siempre decía que el secreto del oficio es agregar, pero también soltar las gracias muy repetidas y frecuentadas.

El teatro es el cuerpo expuesto, tirado ahí, a la parrilla. O tal vez estoy medio tomada por lo que me pasa en escena con Juana: un cuerpo lanzado a las convicciones. Es que es un viaje. Un viajazo. Santa Juana de América es un compacto de la vida de Juana: va desde los 17 hasta los 83. Hay que tener coraje para agarrar un sable y salir, a la madrugada, durante años, a matar o morir.

La generación de los ochenta recupera una posta de otras generaciones: el tango, Niní Marshall, Los Cinco Grandes del Buen Humor.

En cine, hicimos con Urdapilleta, Goity y Tortonese, una película de Spiner, Adiós, querida luna. Fue hecha en el 2001: era la historia de tres astronautas que los argentinos los habían dejado arriba, boyando en el cielo. Salíamos de grabar en diciembre y cruzábamos avenidas con fuego en las esquinas, gomas que se incendiaban, no había desayuno en el estudio, porque teníamos que sacar 250 pesos por semana por el corralito.

El trabajo como trabajo no me alcanza. Soy una ambiciosa: quiero vivir algo interesante cada día. Quiero pasarla bien y tengo mis exigencias para pasarla bien.

En octubre filmé "Pájaros volando", de Néstor Montalbano, guión de Damián Dreizik, con Diego Capusotto, Pipo Luque, Vero Llinás, Vanesa Weinberg. Paramos en un hotel de Los Cocos todo el equipo de filmación. Lo bien que la pasamos. Era un viaje de egresados.

Me interesan los trabajos que tengan una mística. Si no hay mística para trabajar, me la invento: es el fuego sagrado para mí.

Alguien que vuelve a mi memoria muchas veces es Jorge Mayor. Era un bronce, pero de esos que no fraguan: un bronce líquido. Con él hice Una visita inoportuna, de Copi, en el San Martín. Mi primera obra en el teatro oficial, con todos los prejuicios que yo podía tener. El encuentro personal fue tan extraordinario: con él aprendí lo que, ahora para mí, significa no envejecer.

El teatro es intimidad. Cuando uno empieza a ensayar, está lleno de miedos, hace papelones delante de todo el mundo. Es como estar con el culo al aire delante de desconocidos. Y hay que bancarse. Es de una gran intimidad. Ahora, si no querés estar culo al aire y te quedás en zunga, tu actuación será un poquito con zunga también.

Soy agnóstica y atea, con los peores adjetivos ligados a la herejía, pero con espíritu religioso. Tengo función y me cuido como un monje tibetano.

¿Quién es?

Está protagonizando Santa Juana de América en el Regio. Fue socia fundadora e integrante del grupo Gambas al ajillo. En teatro, participó en Una visita inoportuna, Eva Perón, Confesiones de mujeres de 30 (premio Estrella de Mar a la mejor actriz de 2000), Monólogos de la vagina, El Método Grönholm, entre otras. En televisión participó en Desde adentro, Cha-Cha-Cha, Sin condena, Señoras y señores (Martín Fierro a mejor actriz protagónica de comedia), Tiempo final y Resistiré. En cine, trabajó en Besos en la frente, Yepeto, Samy y yo, Adiós, querida luna, entre otras.

Fuente: Clarín

Crítica. "El descenso del Monte Morgan"

MARTINEZ EN LA PIEL DE LYMAN FELT

Mentira verdadera

Correcta versión de Arthur Miller con protagónico de Oscar Martínez y puesta de Daniel Veronese.

Por: Camilo Sánchez

El hombre hizo plata, pagó religiosamente los impuestos, dejó de escribir poemas hace décadas. Está muy adaptado, con todos los deberes sociales correspondientes bajo control. Fue un acompañante atento de la crianza de Bessie, su hija mayor, y le enseñó a esquiar y a escalar montañas a Benjamín, su hijo menor. Sólo que ellos no sabían de la existencia uno del otro hasta el desbarranco automovilístico de su padre por el Monte Morgan.

Junto a la rodada, el señor Lyman Felt -que ha pasado los 50 y alcanzó a superar, entre otras cosas, la edad que tenía su padre en el momento de la muerte-, se accidentan también los mundos que este eficaz vendedor de seguros había diseñado paralelos. Sus dos mujeres aparecen por la clínica y la angustia por el destino de su esposo se trastoca en otra, existencial: cómo seguir viviendo cuando se instala la verdad.

El descenso del Monte Morgan es una de las últimas obras de Arthur Miller. Escrita en 1991, trabaja -como lo sugiere el director, Daniel Veronese, en el programa del espectáculo- sobre la crítica moral del marido engañador y, a la vez, enarbola la defensa del deseo del hombre que ha hecho felices a sus mujeres. Arrinconado por las circunstancias, el señor Felt, desde el hospital, intenta incluso el contraataque, con ganas de desenmascarar hipocresías ajenas.

El desafío para el director no ha sido fácil porque a la artillería verbal de la pieza se le suma un quietismo espacial muy riguroso: los alrededores de una cama de hospital. Por suerte, hay muchos momentos en que se mezclan los tiempos y el pasado se hace presente, ayudando así a descomprimir la linealidad de la acción.

Oscar Martínez encuentra el tono de su sinuoso Lyman Felt desbordado por la realidad y resulta inquietante la presencia física que le imprime Eleonora Wexler a su Leah. En un elenco -Carola Reyna, Ernesto Claudio, Malena Figó- de interpretaciones precisas, Gaby Ferrero, como la enfermera, no pasa desapercibida, y alcanza, en ciertos momentos de intimidad con su paciente, una cercanía creíble. La pieza allí reposa del ritmo que le imprime la dirección.

La escenografía es contundente en su sugerencia: los paneles con reflejos y transparencias exponen todo de tal manera que, a la vez, lo oculta; así como las líneas de iluminación, que, durante buena parte, surgen desde el piso. Es interesante, también, la compaginación musical, cuando interacciona con el diseño y las luces para generar cambios de rumbo de la obra.

Fuente: Clarín

Mercedes Morán, directora

Bambalinas

Por Pablo Gorlero

Mercedes Morán aprovechó el descanso de las funciones de Agosto, condado Osage , por el Día del Trabajador, y viajó a Nueva York para ver la obra Love, Loss and What I Wore , de las hermanas Nora y Delia Ephron, la imbatible dupla autoral de éxitos cinematográficos como Cuando Harry conoció a Sally, ¿Tienes un e-mail?, Sintonía de amor y Julie & Julia . La actriz aceptó el ofrecimiento de Daniel Grinbank para adaptar la obra junto a Fidel Sclavo -con quien ya trabajó en la adaptación de Agosto - y dirigir la versión local, que se llamará Amor, dolor? ¿y qué me pongo? , cuyo estreno se prevé para la segunda quincena de julio, en el Tabarís. La obra fue estrenada con gran éxito de público y críticas en el off Broadway en octubre de 2009 y está inspirada en el best seller de Ilene Bekerman, así como en historias personales del círculo íntimo de las hermanas Ephron. En esta pieza la ropa y los accesorios son el detonante para contar historias en las que cualquier mujer podría ser protagonista. Tiene un formato de elencos rotativos, pero no se sabe aún si Grinbank tendrá la misma fórmula en Buenos Aires.

De los 50 a los 60. Liliana Pécora pasó seis años exitosos de su unipersonal Mujeres de 50 . Claro que ha pasado un tiempo y la experiencia vivida avanzó hacia otro lado. Ya está en plena gestación de su nuevo espectáculo: Mujeres de 60 . Lo estrenará en agosto, en La Comedia.

Novicia. El mundillo del teatro musical siempre anda a la pesca de alguna noticia que dé cuenta de una nueva producción. Y en las últimas dos semanas una noticia se propagó con suma rapidez en las instituciones de educación, camarines y hasta audiciones. Ya estaría confirmado que la megaproductora Time 4 Fun pondría en escena una nueva versión de La novicia rebelde , en el primer semestre de 2011. Como ocurrió con Cabaret , sería un montaje local, aunque aún no trascendió el nombre del director. Todos los personajes saldrán de las audiciones, que serían en septiembre-octubre. La novicia rebelde tuvo ya una versión local, en 1969, en el teatro Cómico, con Violeta Rivas, José Cibrián, Thelma del Río, Mario Fontana, Ricardo Dupont y Carlos Gross, entre muchos otros, dirigidos por Cibrián mismo.

Fuente: La Nación

Murió la decana de la escena infantil

De sonrisa adorable y brillo en los ojos, Ruth Mehl Foto: Gentileza Instituto Nacional del Teatro

Los sábados escribía Platea Infantil, en LA NACION

Ayer, a la madrugada, luego de un posoperatorio complicado, murió Ruth Mehl, decana del teatro infantil, cuyos restos serán inhumados hoy, a las 9, en el cementerio de la Chacarita.

Ruth Mehl era una defensora de los chicos, de su derecho a disfrutar del teatro. En 1978, la escritora Syria Poletti la invitó a reemplazarla en su columna Adónde ir con los Chicos, en LA NACION. Años después, desde Platea Infantil, su columna semanal en este diario, ejerció durante más de 30 años la crítica de los espectáculos de la cartelera porteña dedicada a los niños. Su estilo era claro y sin concesiones, expresión de una enorme honestidad intelectual. Buscaba orientar a los padres, destacar las expresiones escénicas más valiosas de los artistas, pero, sobre todo, dar a conocer los ámbitos en los que los niños pudiesen vivir una experiencia teatral enriquecedora. Solía observar no sólo el escenario, sino también la platea, recogiendo gestos y comentarios de los chicos que le permitían comprender mejor la interacción entre la representación teatral y el público infantil, sin perder por ello la independencia de sus fundados criterios estéticos y formativos.

Autora ella misma de relatos de ficción ( Miniplaneta en peligro, El sobreviviente ) -y lectora apasionada de la ciencia ficción-, fue también una aguda crítica literaria. Su libro Con este sí, con este no es una extensa recopilación de más de 500 fichas sobre obras de literatura infantil argentina, muchas de ellas con una síntesis evaluativa. A su vez, hace menos de un mes dejó un legado importantísimo: su libro El teatro para niños y sus paradojas , editado por el Instituto Nacional del Teatro.

Ruth Mehl volcó también su experiencia hacia los mismos creadores. Muchos de los autores más reconocidos de la literatura infantil local participaron de un recordado seminario organizado por ella en el Centro Cultural Recoleta, en el que los escritores de los chicos indagaron sobre las fuentes de su vinculación con la literatura a partir de las lecturas de su propia infancia. Ruth Mehl fue presidenta de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil Argentina (Alija) entre 1989 y 1993 y un año después, jurado del Premio Hans Christian Andersen, considerado el Nobel de la Literatura Infantil.

También fue editora de una colección de obras de teatro infantil y durante varios años dirigió un ciclo de espectáculos rotativos en la Fundación San Telmo que fue un punto de referencia para un público recurrente, casi amigo.

Toda esta multiplicación de actividades en torno a la cultura infantil se abría como un abanico de propuestas, que encontraban expresión semana a semana en sus notas en LA NACION. Seria a la hora de sostener una crítica negativa, sabía reír con felicidad cuando desde el escenario se producía un encuentro logrado con chicos y adultos en la platea.

Ruth nació en Córdoba, en 1932. En 1960 se radicó en Buenos Aires, y dos años después viajó a los Estados Unidos con una beca, donde estudió periodismo, literatura infantil, teatro, dramaturgia y comunicación de masas, durante un año, en la Universidad de Nueva York. A su regreso dirigió colecciones de libros para niños, escribió programas para Radio Nacional sobre libros y niños, participó en la organización de ferias de libros y ciclos de funciones teatrales. A su vez, en la Argentina fue jurado de numerosos premios y concursos. Estuvo casada con el compositor Fernando González Casellas, con quien tuvo dos hijos, Fernando y Ximena.

De expresiones a veces tajantes, era sin embargo generosa en un sentido muy amplio del término. Entendía su tarea como la de una cronista calificada -por la experiencia, por la dedicación-, ajena a todo protagonismo, que tenía la posibilidad de difundir espectáculos valiosos, pero también criterios para el teatro y la vida de los chicos. Sin pontificar, con el solo afán de compartir. La vamos a extrañar.

Juan Garff

Fuente: La Nación

Cuando la acrobacia logra una poética propia

Nueve estupendos y consolidados artistas dan vida a este espectáculo de cruce Foto: LA NACION

Travelling, de Gerardo Hochman, en el 25 de Mayo

Travelling, por la Compañía La Arena, con Paula Basso, Lucas Bustos, Diego Coletta, Florencia Grop, Ana Clara Manera, Pablo Prámparo, Federico Robledo, Martín Samanna y Martín Umerez. Coreogafía: Carolina della Negra y Lucas Condró. Video: Daniel Calvo. Música: Sebastián Verea. Escenografía: Duilio della Pittima. Dirección: Gerardo Hochman. Duración: 60 minutos. Teatro 25 de Mayo.
Nuestra opinión: muy buena

En el mapa teatral porteño abundan las asociaciones artísticas, las afinidades creativas y los emprendimientos en los que las partes se unen para montar un trabajo escénico. Pero, quizás en coherencia con los tiempos que corren, quedan pocos grupos que superen la década de vida en los cuales se puedan percibir los beneficios de profundizar determinada búsqueda. En ese sentido, la Compañía La Arena, de Gerardo Hochman, es una feliz excepción.

En su última creación, Travelling , se nota esa madurez en cada uno de los 9 acróbatas/malabaristas/actores/bailarines. En honor a ellos, perdón lector apurado, es un acto de justicia nombrar a Paula Basso, Lucas Bustos, Diego Coletta, Florencia Grop, Ana Clara Manera, Pablo Prámparo, Federico Robledo, Martín Samanna y Martín Umerez porque, sencillamente, se lo tienen merecido. Ellos son los mágicos manipuladores del asombro, los que ponen en crisis criterios básicos de la gravedad, los que instalan el juego a lo largo de una hora y son, por definición, los maravillosos alquimistas de ese juego sobre el mirar y el ser mirado.

Hochman "zurce" un espectáculo en el cual la raíz circense se entrelaza con una rigurosísima coreografía, la utilización de video (sea en vivo o con imágenes pregrabadas), la estupenda música y la inteligente puesta de luces y vestuario callejero. Entre las distintas capas no hay puntos sueltos y, a medida que avanza la acción, se afirma una ruta que incluye tres mojones destacables: la escena en la cual interactúan dos intérpretes televisor mediante, la de un aro con vida propia y el enérgico número grupal con palos chinos, plataformas móviles y la tarima montada sobre rieles.

Lamentablemente, la crónica de este espectáculo de un nivel técnico superlativo concluye con una mala para los espectadores: este fin de semana realizan las últimas tres funciones porque varios de sus integrantes parten al exterior por becas y compromisos varios.

Alejandro Cruz

EN POLO CIRCO

  • Hoy y mañana, a las 20, se presentará Preliminares de c irco, montaje realizado por L´Ecole Nationale des Arts du Cirque de Rosny, Francia, y la primera formación universitaria de las Artes del Circo de la Universidad de Tres de Febrero. Con dirección del francés Luc Richard y coreografía de Juan D´Onofri, la obra, con entrada gratis, se ofrecerá en Combate de los Pozos y Garay.

Fuente: La Nación

Se estrena "La gran magia" dirigida por Daniel Suárez Marzal.

Con un elenco encabezado por Víctor Laplace, Gustavo Garzón, Karina K y Sandra Ballesteros, pasado mañana subirá a escena la pieza de Eduardo Di Filippo

Por Laura Ventura
Para LA NACION

El hechicero Daniel Suárez Marzal apura la poción que se cocina en el caldero del Teatro Alvear. El conjuro es de Eduardo Di Filippo, el mismo que le dio vida a la inmortal Filomena Marturano . Poseídos y en tranc e, danzan en corro Víctor Laplace, Gustavo Garzón, Karina K y Sandra Ballesteros. Abracadabra, pasado mañana se estrenará La gran magia .

En un balneario italiano veranean Calogero (Garzón), un hombre enfermo de celos, y su sensual esposa Marta (Ballesteros). Una noche concurren al espectáculo del mago trashumante Otto (Laplace), secundado por su mujer Zaira (Karina K), y el resultado de un truco sorprende incluso al mismo ilusionista: Marta, voluntaria de un número del show, ingresa en un sarcófago, su tapa se cierra, pero nunca más regresa a escena. El paño se la ha tragado.

La pieza se estrenó en la década del cuarenta, pero en 1987 logró la popularidad gracias a la varita de Giorgio Strehler, en el Piccolo de Milán, quien quiso demostrar que Di Filippo era, luego de Luigi Pirandello, el máximo dramaturgo italiano del siglo XX. Suárez Marzal asistió a aquella versión y a la que el año pasado se montó en la célebre Comédie-Française, y elaboró la propia para la avenida Corrientes. "Dios no cree en la ilusión como el mago no cree en sus trucos", cita Suárez Marzal una frase que Di Filippo tomó del sagrado libro hindú Bhagavad-Gita. "Hay mentiras sin las que el hombre no podría vivir, son esenciales, e incluso creadas por él mismo", resume con otras palabras el realizador, y destaca también el componente borgeano del texto, pues un mago está sujeto a los designios de otro superior.

La aventura de la palabra

Gustavo Garzón confiesa que en su larga carrera es la primera vez que aprende un texto de memoria: "Siempre tuve problemas con los directores. Había entendido que la letra no es muy importante. Nunca actuaba en los ensayos, porque me la pasaban intentando aprender la letra. En cambio, esta experiencia fue más relajada".

Suárez Marzal también tuvo a cargo la traducción de este texto escrito en dialecto napolitano, y lo "aporteñó". El personaje de Garzón pronuncia un profundo monólogo que despide la representación. "Mi criatura atraviesa una enorme modificación a lo largo de la obra. Empieza sin luz, oscuro, apresado, posesivo, hasta que arriba a una comprensión muy distinta de la vida. En esa locura, logra también libertad", explica.

Laplace, quien ya lleva más de diez obras junto con Suárez Marzal, interpreta al mago Otto Marvuglia: "Este personaje tan lumpen, entre aventurero y desesperado, cuestiona la idea del tiempo, la existencia, en una convivencia con la muerte y con la alegría", resume. Se trata de un farsante que vive una vida sin brillo hasta que llega a un hotel lujoso a orillas del Mediterráneo para cautivar a los veraneantes. Este ilusionista ha creado además "la multiplicación geométrica del aplauso", un truco que alimenta su ego durante cada función, una grabación capturada en una plaza pública después de la intervención de Mussolini. En una obra que cuestiona la realidad y sus múltiples capas, Di Filippo rompe con la cuarta pared y es muy claro en la didascalia: "El verdadero público se debe confundir con el mar". Suárez Marzal trabajó junto con el iluminador Manuel Garrido para crear ese efecto.

Dos brujas enamoradas

Con su destreza única y su impecable voz, que deslumbró a los espectadores de Cabaret y Souvenir , Karina K cantará tres tangos y le dará vida a Zaira, "una mujer vulgar que admira, pero que no comprende a su marido, atada a él por una desarmonía esencial, una mujer que no es feliz", describe a su criatura, que vive en un conventillo de Nápoles. Karina Moccio, su verdadero nombre, de origen calabrés, pasea en bambalinas con su risa y acaricia un canario apichonado, que integrará la puesta. "Hay algo de cada uno de estos personajes que saldrá de su propia jaula."

El otro rol femenino es el de Ballesteros, seducida por el componente místico de La gran magia . "Marta está cautiva por otro ego y busca una válvula de escape. Creo que ella quiere a su marido, pero tiene una cuenta pendiente con la vida." La actriz, que define a esta obra como "profundamente vital", encarna a una enigmática criatura que guarda en su manga un gran golpe de efecto.

Ni patas de rana ni culebras ni colas de conejo. Luis Longhi, Coni Marino, Carlos Weber y Marcelo Xicarts, Rubén Ballester, María Alejandra Bonetto, Ana María Castel, Pedro Ferraro, Guillermo Kuchen, Valentín Pauls, Gabriel Rosas, Diana Santini y Anabella Simonetti también integran esta pieza ambientada en la Italia de posguerra. Además del absurdo, el grotesco, la Commedia dell´Arte y el drama, la pócima se mezcla con el vestuario de Renata Schussheim y la escenografía de Jorge Ferrari.

PARA AGENDAR

La gran magia , pieza de Eduardo Di Filippo, dirigida por Daniel Suárez Marzal.

Teatro Presidente Alvear , Av. Corrientes 1659. De miércoles a sábados, a las 21; domingos, a las 19.30. Desde $ 25.

Fuente: La Nación

Cuando las palabras huyen de la música

Excelentes intérpretes

En la obra se destacan Germán Tripel y Melania Lenoir

Los últimos cinco años . Libro, letras y música: Jason Robert Brown. Traducción y adaptación: Clara Canale y Juan Alvarez Prado. Con Melania Lenoir y Germán Tripel. Escenografía: Santiago Tato Fernández. Vestuario: Alejandra Robotti. Sonido: Rodrigo Lavecchia. Traducción y adaptación: Clara Canale y Juan Alvarez Prado. Dirección vocal: Clara Canale. Dirección musical: Hernán Matorra. Dirección general: Juan Alvarez Prado. En la Ciudad Cultural Konex. Duración: 90 minutos.
Nuestra opinión: regular

Los últimos cinco años se estrenó en el o ff Broadway en 2002 y es de esos musicales alternativos que pueden aspirar a convertirse en obras de culto. Así ocurrió en el país del Norte. Aquí, tal vez, hubiera tenido la misma suerte si no fuera por una pésima adaptación que opaca sus muchas virtudes.

Jason Robert Brown es el autor del libro, las letras y la música de esta historia de amor narrada en dos direcciones. Jamie cuenta esa relación de cinco años desde el comienzo, mientras que Cathy realiza el recorrido a la inversa, a partir del momento en que deciden separar sus caminos.

La idea es genial. El libro, aunque es muy sencillo, resulta atípico, innovador y desafiante. Pero lo más rico de esta obra es su joven partitura. Transita por un amplio abanico de ritmos (pop, rock, jazz, latino) y posee toda la teatralidad que le falta al decir. La impecable banda en escena, dirigida por Hernán Matorra, es un gran punto a favor.

Los mayores problemas de Los últimos cinco años están en la adaptación y en la dirección, en manos de Juan Alvarez Prado. En las letras en español de este musical, prácticamente las rimas son inexistentes y las palabras parecen escaparse de las melodías. Cada verso se ve forzado y sólo los intérpretes logran rescatarlas y hacer un poco saboreable aquello que no lo es. Es que, en una canción, una palabra fuera de lugar es peor que una nota desafinada.

Germán Tripel y Melania Lenoir son dos intérpretes magníficos y son ellos el principal valor de esta propuesta. Con juegos vocales y habilidad, logran disimular esas incómodas construcciones. Pero al montaje casi de cámara le falta teatralidad y sus escenas se ven estáticas. En ese sentido, los intérpretes tienen pocos elementos como para hacer suceder la trama cruzada.

Una lástima porque se trata del trabajo de un nuevo realizador. Pero es su primer paso en un trabajo grande y, seguramente, tendrá muchas nuevas oportunidades para demostrar su evolución.

Pablo Gorlero
Fuente: La Nación

Los Sutottos y la puesta de "Colapso", su cuarta obra

Nuevas variaciones sobre el caos

El dúo formado por Andrés Caminos y Gadiel Sztrik, con Andrés Serebrenik como co-director, propone “un tiroteo de números”: la fila de un banco, la escuela, el subte, la oficina, la calle y hasta el Paraíso son posibles escenarios para que el desastre se desate.

Por Facundo Gari

Cuando Roberto Gómez Bolaños equiparó el humor con la comida, Los Sutottos tomaron nota. “Una ensalada o una milanesa con papas fritas llenan, pero mientras la primera cae siempre bien, la segunda puede hacer mierda un estómago.” En esa sensata ocurrencia del “referente” mexicano está la esencia del dúo conformado por Andrés Caminos y Gadiel Sztrik, desde su origen en 2005 hasta la puesta de su cuarta obra teatral, Colapso –co-dirigida junto con Andrés Serebrenik–, los sábados a las 23 en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131). Es que “hay porquerías con las que el público se ríe un poco; pero al dejar el teatro, el gran momento pasa”, sostiene Caminos. Por el contrario, pretenden “que el humor sea un vehículo para llegar a la reflexión del espectador”, secunda Sztrik. El afán está puesto en “contar” a través de un “lenguaje propio”, más allá de los membretes que puedan caberles por coquetear con el clown, la improvisación y la música. Tal fue el mush-up que sorprendió a un público creciente la temporada pasada en Sujeto tácito, que contó con la colaboración artística de su maestro Daniel Casablanca, de Los Macocos.

“Un montón de gente pregunta qué hacemos. Y es como con la ropa: te vestís como querés y te examinan: ‘¿Rolinga? ¿Emo? ¿Punk?’. Usamos lo que queremos y eso es lo interesante”, zanja Serebrenik. Para una muestra que sirva de guía resulta potable youtubear el nombre del dúo y dar con un video que reúne algunos de los mejores momentos de su obra anterior: se pueden ver una suerte de taxistas con mostacho en una charla de café, un sketch sobre los usuarios de mensajería instantánea y algo del teatro físico y el registro coral que los también dramaturgos utilizan en sus puestas. O atender a cierta similitud que Damián Dreizik encontró entre Los Sutottos y Los Melli, dúo que conformaron aquél y Carlos Belloso allá por inicios del menemato. O a que en sus inicios fueron dirigidos por Roberto Saiz, creador del legendario grupo Los Volatineros.

Claro que también es posible aventurarse a presenciar su nueva criatura, un “tiroteo de números” bajo el concepto que da nombre al espectáculo, pero en situaciones diversas: la fila de un banco, la escuela, el subte, la oficina, la calle y hasta el Paraíso son posibles escenarios para que el caos se desate y sus protagonistas, desde niños en guardapolvo hasta querubines de camisa y corbata, liberen su tirria. “Nuestra realidad cotidiana, no personal sino social, cada vez tarda menos en colapsar”, observa Sztrik en la charla con Página/12.

–¿La obra es un cúmulo de situaciones que vivieron?

Gadiel Sztrik: –Puede que sí como que no. Tenemos una forma de trabajar en la que el ensayo es muy libre; lo que anda circulando en nuestras vidas, aparece. Es un espacio que tomamos para que la realidad surja con un poco más de juego mediante. Entonces, esa realidad se modifica. Yo no conozco ningún nene como los que aparecen en la obra, pero a la vez sí.

Andrés Caminos: –Y no es una cuestión propia de los argentinos, sino del mundo. Tampoco es de cada persona. Es lo social, está entre nosotros la posibilidad de que en cualquier momento se vaya todo al carajo. Estamos metidos en una bola, como en la imagen del subte lleno, donde las personas se meten cada vez más y más adentro. Apretados, uno dice: “¡Cuánto cariño que hay acá!”. Y es que hay algo de eso que ya está aceptado. Nuestra manera de contarlo es riéndonos.

–¿Por qué su interés por lo social antes que por lo político?

G. S.: –No nos interesa que lo que hacemos sea reconocible, que alguien diga: “¡Ah, es Menem!”. Nos interesan las personas a las que les están pasando cosas.

A. C.: –En Sujeto tácito había unos porteños con bigotes y mucho humor, pero la gente se reía de ellos desde otro lado. “¡Yo una vez vi un tipo de éstos!” En Colapso, el representado soy yo, somos todos. Y eso habla de la vulnerabilidad del ser, que no es que está atacado, ya no nos reímos de otro. Al contrario, porque a todos nos pasan cosas y nos calentamos, estamos metidos en el quilombo. Con lo político terminaríamos cayendo en un “la culpa es de tal”.

Andrés Serebrenik: –Estamos más concentrados en la jugada que en el gol. Es más de pizarrón. Incluso, al hacer la obra, nos dimos cuenta de que el momento del colapso no era lo más interesante.

G. S.: –En la obra hay muy pocos momentos en los que verdaderamente una persona explota. Colapso es la gota que va a rebalsar el vaso. La gota cae y cae durante una hora y pico de show. Pero cuando llega, se apaga la luz.

–Los ángeles que interpretan, tan parsimoniosos aunque doctrinarios, ¿son el contrapunto de todo ese caos?

G. S.: –Cuando tuvimos el material, nos pareció que era una bomba. “¿Quién se va a bancar esto?” Después fuimos minimizando la tensión a través del juego. Pero cuando aparecieron los ángeles en un ensayo, nos pareció que era una buena manera de bajarle un tono al espectáculo. Lo que ocurre es que también lo que dicen ellos es terrible. No es otra cosa que un colapso poético.

A. S.: –Pareciera que de este colapso urbano hay derivados: hacia abajo los nenes, y hacia arriba el mandato de los ángeles.

–¿Cómo dosifican humor y reflexión?

A. S.: –No hay una búsqueda de reírse de la realidad, sino de retratarla con las herramientas que tiene el grupo. Y dentro de ellas encontramos una forma de contarla desde el humor.

G. S.: –Primero nos ponemos serios y pensamos qué queremos contar, con responsabilidad. De hecho, una vez que tenemos terminado el texto, debatimos si decimos tal palabra. Pero en general hacemos teatro popular, para todo el mundo. Y el humor, dentro de eso, aparece por el código del grupo. Porque hasta ahora no tomamos obras que escribieron otros. Lo que queremos decir se acopla mucho a lo que queremos actuar.

A. C.: –El humor es un mimo para que la gente entre. Nunca nos ponemos como meta hacer reír. Además, el tipo de humor que hacemos tiene que ver con un juego corporal, de ritmos. Puede haber algunos gags, pero va sucediendo. A veces produce risa, también, el reconocimiento de situaciones.

G. S.: –De hecho, en este espectáculo la gente se ríe del quilombo que ve sobre el escenario. La realidad queda sobrepasada, deformada.

–¿Por qué hablan de un “grupo”?

A. C.: –Tenemos un sentido grupal. Nuestra obra no es la de un elenco con un director que elige actores. Es un proceso de sinceridad grupal, más horizontal. En ese sentido, nos divertimos arriba del escenario. Y algo hay de “vamos a ver a estos pibes que la pasan bien”. En esa nobleza para compartir un placer habita algo del humor. En pasarla bien, no en el sentido chabacano sino como un “vamos a vivir una fiesta”.

G. S.: –Acá, el proceso de armado tiene más que ver con un lindo vómito que con algo ordenado.

A. S.: –Es un caos, pero también un proceso de amigos. Ellos proponen cosas y son los que traen el mundo. Luego sumamos, quitamos, pero nos tomamos un período para dar vueltas y llegar de la mejor manera.

G. S.: –En este cuarto espectáculo se sumó en la dirección de arte Fernando Dopazo. Ahora es uno más de la barra.

A. S.: –Entendemos que todos tenemos algo para decir. Es interesante sumar y no hacer “hasta acá”, porque las cosas se empiezan a fraccionar.

–A la hora de idear un nuevo espectáculo, ¿pesó haber sido señalados como una de las revelaciones de la temporada pasada?

G. S.: –El primer espectáculo (Sutottos) lo hicimos de guapos. El segundo (Rococcó amplagued), en un momento no muy bueno para el grupo. El tercero (Sujeto tácito) nos explotó en las manos, no esperábamos que pase lo que pasó. Y sí, luego tuvimos un fantasma con un hacha en la espalda...

A. C.: –Vino mucha gente y salieron críticas buenas. Cuando terminó todo, dijimos: “¿Y ahora?”.

–Y ahora con Colapso, como dicen los ángeles en tono burgués, están “hechos”...

G. S.: –¡No, todavía falta un montón!

Fuente: Página 12

Toto Castiñeiras repone "Finimondo" en Buenos Aires

“Pensaba que el circo no era para mí”

El clown estrella de Quidam, espectáculo que el Cirque du Soleil presentará aquí a partir del 29, se da el gusto de mostrar en el Teatro Metropolitan su histórico unipersonal. Dice que su entrada a la compañía canadiense le hizo cambiar su mirada sobre el circo.

Por Cecilia Hopkins
Imagen: Guadalupe Lombardo

Siempre fue el gracioso de la familia. Así al menos se autodefine el marplatense Toto Castiñeiras, clown estrella de Quidam, el espectáculo que presentará en breve el Cirque du Soleil en Argentina. Y aunque ya le falta muy poco para comenzar las funciones con la troupe canadiense (estrena el 29 de este mes), el artista se concedió el gusto de hacer tres funciones del unipersonal que había creado cuatro años antes de ingresar al Soleil. Se trata de Finimondo, estrenado en 1999 en el Auditorio de Mar del Plata, luego repuesto en Buenos Aires, en el teatro Margarita Xirgu. Las funciones serán hoy, el jueves y el viernes próximo, en el Teatro Metropolitan (Corrientes 1343). En junio y julio están previstas otras cuatro funciones. El espectáculo llegará en versión corregida y aumentada, con vestuario diseñado por Renata Schussheim, escenografía de Amadeo Azar, luces de Omar Possemato, y los muñecos y máscaras de Giancarlo Scrocco y Claudio Gallardou, respectivamente. “Cada clown tiene una habilidad especial”, dice Castiñeiras en una entrevista con Página/12. “Por eso sabe jugar con la dificultad y el error, dentro de ese mismo campo. Como lo mío es la actuación, lo que mejor hago como clown es entrar y salir de estados emocionales”, completa.

Castiñeiras tomó a los 14 años su primera clase de teatro y muy poco después pasó a improvisar personajes y textos en una plaza: “Ya estaba trabajando con el 80 por ciento de lo que hago ahora”, afirma el artista. Luego de continuar su formación en Buenos Aires junto a Toni Lestingi y Cristina Moreira, Toto decidió llevar la técnica del clown a Mar del Plata, lo cual dio origen a diversos grupos de payasos. “Lo importante era transmitir que en teatro la comunicación no pasa siempre por la palabra”, observa el artista, motivado a realizar una combinación personal de teatro y danza, actuación y movimiento. Sin embargo, nunca pensó en dedicarse al circo: “Tomé una sola clase en el Rojas –confiesa Toto–, pero me dije que eso no era para mí... Yo siempre me vi a mí mismo como actor, nunca me interesaron las destrezas”. Por entonces no podía imaginar que la gente que le había pedido permiso para filmar la función de Finimondo sería la que en 2004 lo convocaría a Montreal para sumarse a la famosa carpa del Soleil.

Cuando Toto tuvo contacto diario con los artistas de circo se dio cuenta de que ésa sería su otra escuela: “El circo me ayudó a terminar de definir mi profesión, mi oficio. El circo me dio una libertad extrema”, admite hoy. Su vida se volvió nómade, algo que no le pesa en lo más mínimo, ya que dice disfrutar de los aeropuertos y del cambio constante de país de residencia. Después de tantos años de exposición masiva, Toto admite que ya está más tranquilo, en inmejorables condiciones para presentar su antigua creación: “Me ocupé de aclarar la línea argumental, a los monólogos les sumé títeres, coreografías, sonidos, música”. La obra transcurre en los años ’20, en un circo ambulante tradicional, llegado a Venecia escapando de la Revolución Rusa. El personaje de Toto es un clown que forma un dúo junto a su hermano. Con ellos viene una contorsionista, la piedra de la discordia: la mujer ha traicionado al personaje de Toto y la obra cuenta los planes de venganza que barrunta el payaso. “Puede matar a uno de ellos, a los dos o suicidarse, cualquier cosa puede suceder: el público asiste a esta decisión”, adelanta el clown, subrayando que, a pesar de tratarse de un momento privado del protagonista, la obra integra al público permanentemente. La acción de Finimondo sucede en el camarín del payaso: “Es un lugar íntimo que contrasta con la disociación que significa salir a escena y dar paso a la extroversión total”, explica el artista. Del mismo modo, el espectáculo propone un movimiento constante entre el pensamiento del personaje y el diálogo con el público.

–¿Por qué llamó Finimondo al espectáculo?

–Cuando era chico recuerdo que mi abuelo usaba mucho esa palabra. Con ella quería decir muchas cosas: que un lugar está muy lejos o que algo se presenta como muy fuerte y maravilloso.

–¿Cómo fue cambiando la obra a lo largo del tiempo?

–Mantiene la misma idea que tuve desde siempre, a partir de la cual el espectáculo se fue armando con la intervención del público. En estos seis años vi mucho teatro en Europa y resolví reestructurar la historia, hacerla más clara. Trabajé la precisión en la expresión de las emociones. Yo diría que la obra puede verse como los últimos 50 minutos que vive un payaso, como si fuera un thriller psicológico (risas).

–¿Cuáles son los temas que usted repite en sus rutinas?

–Trabajar con la competencia es algo que también funciona siempre. Hay tanta violencia y competencia en todas partes. Pensemos en el reality, por ejemplo. Cuando la gente ve un número en el que interviene el público enseguida empieza a pensar que está preparado. Y disfruta al preguntarse ¿será cierto o no lo que está pasando?

–¿Cuál de todos los estados emocionales que usted trabaja moviliza más al público?

–Sin dudas, la ira. Es el estado emocional que siempre funciona. Cuando me enojo con el público la respuesta es increíble. Es que todos se preguntarán cómo hago para tomarme esa libertad de expresar toda la rabia que saco. La gente lo agradece, le causa mucha gracia ver en escena lo que no se anima a hacer.

Fuente: Página 12

Lito Cruz y Ana María Picchio en un clásico de Arthur Miller

Protagonizan Todos eran mis hijos, con dirección de Claudio Tolcachir

La cartelera porteña sumó hace unos días a un clásico de Arthur Miller a sus títulos. Se trata de Todos eran mis hijos, que en el escenario del teatro Apolo (Avenida Corrientes 1372, Ciudad de Buenos Aires) es encabezado por Ana María Picchio y el berissense Lito Cruz –también Director de La Comedia de la Provincia de Buenos Aires– junto a Vanesa González, Esteban Meloni y la participación especial del platense Federico D`Elía.

Los protagonistas de Todos eran mis hijos son los Keller, una típica familia estadounidense de fines de los años ‘40 que fue fuertemente golpeada por la Segunda Guerra Mundial.

La adaptación de este clásico de la dramaturgia estuvo bajo la responsabilidad de Claudio Tolcachir, quien también asumió la dirección de la obra.

La escenografía de Mariana Tirantte, realista y otoñal, reproduce el imaginario de un 1947 rural.

Fuente: Diagonales

Teatro con descuento: ponen el primer stand

NOVEDAD. EN EL STAND VENDERAN ENTRADAS PARA LAS OBRAS EN CARTEL DEL DIA CON HASTA EL 50% DE DESCUENTO, A LA MANERA DE LO QUE SE HACE EN CIUDADES COMO LONDRES Y NUEVA YORK. TAMBIEN BUSCAN SUMAR A LOS TEATROS OFICIALES.

FUNCIONARA EN DIAGONAL NORTE Y CERRITO

La Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET) instaló el que será el primer stand oficial de venta de entradas con descuentos de la Ciudad.

El puesto queda en Diagonal Norte entre Cerrito y Lavalle. A partir del 8 de junio, en el lugar se podrán comprar entradas para la mayoría de las obras que estén en cartel en la Ciudad. Los descuentos serán de hasta el 50%.

Con la instalación de este servicio, Buenos Aires se convierte en la tercera ciudad del Mundo, después de Nueva York y Londres, en contar con un lugar donde se puedan comprar entradas más baratas. Los tickets a la venta serán sólo para las funciones de ese mismo día. Según informaron en la AADET, también se sumarían los teatros oficiales.

Fuente: Clarín

Linda Peretz: aquel personaje amado.

Sueño cumplido: La actriz cuenta cómo logró volver a ponerse en la piel de La Flaca Escopeta, su creación para chicos.

Por: Eduardo Slusarczuk
Empecé a hacer teatro para chicos en 1992, con Popeye y Olivia, una comedia musical basada en el personaje clásico. Pero como es un producto extranjero, existen limitaciones con el tema de los derechos, así que después de un año y medio la obra bajó de escena."

Para Linda Peretz el final anunciado fue una especie de estímulo creativo. De pronto, el ámbito familiar que la actriz compartía con su marido, Carlos Rotemberg, y su hijo, Tomás, que recién entraba en el escolaridad primaria, entró en estado de brain storming. "Buscamos crear un personaje de entrecasa, con cierto legado de Olivia, pero bien de acá. Una maga que llegaba para ayudar, que podía volar, con algunas características de dibujito animado, con algo, quizá, de Olivia, Mary Poppins o Samantha. Pero que no es ninguna de ellas. Y como a mí, de chiquita me llamaban la flaca escopeta, el nombre salió solo", recuerda Peretz.

Al repasar la historia, la actriz dice que convivió siete años con el personaje. "En televisión estuvo como dibujito animado, en micros en canales de cable, se hizo una telenovela. También hubo varias historias en teatro y se puso en escena la comedia musical Misión hamburguesa, en la que estrenamos el vuelo", enumera. Pero aclara que "el personaje no se modificó nunca. Siempre primó la idea de que era alguien que ayudaba, que no usaba la magia para el mal, sino para el bien."

Sin embargo, al contrario de lo que sucede con algunos personajes que van quedando relegados entre los recuerdos que van edificando su trayectoria, La Flaca, para Peretz, siempre estuvo al alcance de la mano. Sobre todo a medida que sentía que las noticias del mundo justificaban con creces su regreso. "Desde la imposibilidad de bajar del colectivo y caminar tranquila hasta tu casa, como hacía cuando era chica y vivía en Parque Chas, hasta ver que todo está tan tecnologizado, que la naturaleza está protestando. Todo eso me hace pensar que el mundo que estamos viviendo no es el mejor", dispara.

"Estamos muy alcoholizados, drogados, sexualizados, sobreestimulados en algunas cosas que no son las mejores para el alma. Eso es lo que me importa. Me parece que a los chicos hay que darles algo distinto. Y si yo tengo un micrófono, tengo la palabra y mi cuerpo para expresar lo que me parece que tiene que ser, lo que creo que vale la pena transmitirles a los chicos, por qué no soñar con volver a subir a La Flaca Escopeta a un escenario", reflexiona.

¿No resulta demasiado ingenuo pensarlo de ese modo?

¡Re ingenuo! Pero a mí me encanta que quede así. El arte naif es extraordinario, y no deja de tener ni fuerza ni personalidad. En diez años pasaron muchas cosas terribles en el mundo, empezando por las Torres Gemelas, pero no me importa. El año pasado, cuando vimos lo que hacía Sergio Feferovich con su orquesta en La vuelta al mundo en un violín, se nos ocurrió a Carlos y a mí que teníamos que unir a la Flaca con la música clásica. Yo hacía rato que pensaba que los chicos tienen que acceder a otros ritmos, más allá del reggaeton y cosas así. Uno va al Colón y no ve muchos chicos. La música emociona y comunica. Es la máxima expresión del alma. Y me pareció interesante que la Flaca incorporara ese elemento, además de una historia divertida, y de lo visual.

De ahí en adelante, todo fluyó a favor del sueño. "Cuando me probé uno de los vestidos de hace 13 ó 14 años y me entró, ya me puse muy contenta. Dios, gracias por conservar este cuerpo, pensé. Después Héctor Presa, que es un maestro en estas cuestiones de teatro, nos hizo el guión y la dirección. Y al poner el personaje en movimiento, fue como si la hubiera hecho ayer. El cuerpo y la cabeza tienen memoria. Y yo también (ríe). El desafío hizo el resto", resume.

Como si eso fuera poco, aquel nene que a los seis años participaba de la creación del personaje, hoy es el productor de su regreso. "Ese también es un sueño cumplido. Tomás participó siempre de los proyectos. Sólo que ahora, para él, adentro del teatro soy una actriz común y silvestre. Le pedí un camarín y nunca me lo dio. No quiere que le hable, no deja que lo trate como en casa, ni que le diga mi amorcito, ni nada por el estilo".

Así que tu sueño próximo será que te vuelva a tratar como madre.

No. Me trata como madre cuando estamos en casa. Y eso está muy bien.«

De La Flaca al Calendario

"La Flaca Escopeta (Clásica)" va los sábados y domingos a las 16 en el Teatro Liceo, Rivadavia 1499. Además, Linda Peretz es una de "Las chicas del calendario" (foto), los miércoles, jueves, viernes y domingos a las 20, y los sábados a las 20 y 22.30, en el Teatro La Comedia, Rodríguez Peña 1062.

Fuente: Clarín

Imágenes veladas

Cuatro monólogos que citan aquellas celébres veladas temáticas que en los albores de este siglo alentaron la improvisación teatral componen Desvelada y sola, la puesta de Ximena Banús.

Por Sonia Jaroslavsky

“Una francesa despechada comienza relatando una historia que deviene en escalofriante confesión; una psicóloga de dudoso proceder presenta su libro y firma ejemplares a la salida; una ex diva –a lo Graciela Borges– del cine nacional es descubierta en la intimidad de su hogar; y una locutora de FM, cálida como una bola de fraile, ameniza su audición con mensajes, poesía y canciones”, así describe Ximena Banús a sus criaturas. En Desvelada y sola, la actriz, autora y directora, da vida a cuatro desolados personajes que aparecen y desaparecen contando sus historias al espectador. A la izquierda del acotado espacio escénico un televisor nos introduce a través de sus imágenes al ámbito público: la ciudad, los ruidos, una casa y sus objetos, y nos devuelve rápidamente al ámbito privado de los personajes en cuestión. Las poéticas imágenes funcionan como separadores de uno y otro monólogo.

Los cuatro personajes y sus respectivos monólogos surgieron en las recordadas Veladas Temáticas que en los comienzos del 2000 hacían sus primeras incursiones en un viejo PH de Almagro con tan solo un pequeño escenario. El patio era el anfitrión de jóvenes acurrucados que amenizaban la fiaca dominguera con las ocurrencias de los actores que salían a improvisar un sinfín de escenas a partir de un tema distinto cada semana. Las Veladas... recordaba el espíritu de los ‘80 que hacía rato se había esfumado de la escena teatral porteña y volvía a proponer un clima de gran intensidad y euforia en el público y en los intérpretes. “La experiencia de Veladas Temáticas es crucial e inenarrable. Allí es donde aprendí –durante nueve años– a actuar. Fue ese inmenso grado de libertad y de juego el que me permitió crear tantos personajes, escenas y momentos que jamás olvidaré. Lo que capitalizo ahora de aquella experiencia es el compromiso lúdico que requiere la actuación para que la misma esté viva”, dice Banús.

El nombre del espectáculo no responde a la soledad ni nada por el estilo, aunque mucho de esto se lea en el transcurrir del espectáculo. Banús dice que el título del espectáculo es un juego de palabras con Veladas Temáticas y con el hecho de que hace algo sola por primera vez fuera del grupo: sin veladas y sola. Entonces: Desvelada y sola.

Una mujer sentada en una silla y una luz de interrogatorio la ilumina. La francesa Marie cuenta de cómo llegó a realizar un acto desesperado por causa del amor y el despecho. Desopilante se vuelve la escena teñida de glamour francés al realizar la actriz el intento de la mezcla del francés con palabras bien porteñas –¿un franchuñol?– arrancando la carcajada en el espectador. “La inspiración de este personaje viene de una película que me marcó: La chica del puente de Patrice Leconte protagonizada por Vanessa Paradis”, agrega la actriz. El segundo monólogo es el de la psicóloga Beatriz Lecuona que presenta en libro El psicoanálisis y sus vericuetos. La “psic” tiene un modo particular de analizar a sus pacientes que tal vez la consideren algo drástica o fuera de los cánones. Tiene para todo un burdo ejemplo o una triste metáfora. El tercer monólogo es el de Grace, la ex diva nacional, que es sorprendida en la intimidad de su hogar mientras graba sus memorias bebiendo una copa de vino. Suspira y dice saber el epígrafe que contendrán sus escritos: “Es algo de Clarice Lispector, maravillosa, que la adoro: ‘el día transcurre a su aire y hay abismos de silencio en mí’”. El cuarto monólogo es el de una locutora que ameniza su audición con canciones, mensajes poéticos de los oyentes y sus propias reflexiones. La actriz se luce cantando a capella sus particulares versiones de melosas canciones de FM risueñas como: “Time after time” de Cyndi Lauper o “The power of love” de Air Supply. Banús dice que el universo femenino con sus soledades, sus dolores, sus misterios y su inmensa emoción está deliciosa y maravillosamente escrito por Clarice Lispector: “Ella es una fuente de inspiración inagotable”. Y éste espectáculo es de alguna manera un homenaje a su arte.

Desvelada y sola. Jueves a las 21. Elefante Club de Teatro.
Soler 3964. Reservas: 48214425. $20.

Fuente: Página 12

El grupo Ciertas Penurias presenta "Flor de viaje" en el Velma Café.

AQUI ESTAN, ESTAS SON EL GRUPO NACIÓ EN 2005. ESTE ES SU SEGUNDO SHOW.

Ciertas Petunias: música, actuación y humor

Con el apoyo del integrante de Les Luthiers, el quinteto presenta "Flor de viaje" en el Velma Café el jueves que viene y el siguiente a las 21

Por: Eduardo Slusarczuk

Fue algo así como amor a primera vista. Después de un par de años de recorrida por distintos espacios porteños, las Ciertas Petunias se animaron a mostrarse en la Expo de los 40 años de Les Luthiers. Ahí, mezclado entre el público, Jorge Maronna, uno de los anfitriones, no dudó.

"Se nos acercó, nos dijo que le había gustado la función y nos ofreció unos temas que habían compuesto tiempo atrás con Daniel Samper Pizano -hermano del ex presidente de Colombia, Ernesto Samper-. Nos parecieron maravillosos", cuenta Jessica Dinzelbacher, integrante del quinteto, que nació en 2005 con la idea de mezclar música, actuación y humor.

Así fue que se empezó a gestar Flor de viaje, el espectáculo que presentarán el jueves que viene y el siguiente, a las 21 en el Velma Café. "Eran canciones que habíamos escrito para una serie de la televisión colombiana, que se bancan fuera de esa historia. Y que cuando las vi a las chicas pensé que podían darles un buen uso", resume Maronna, quien al mismo tiempo intenta bajarle el tono a su figuración como director musical del espectáculo.

"Jorge es muy modesto. Pero lo cierto es que su aporte fue enorme, y no sólo en lo musical. También nos ayudó en cuestiones relacionadas con el guión y con los remates", aclara Dinzelbacher. Y enseguida coincide con Maronna en que la colaboración no significa que la propuesta esté en línea con la de Les Luthiers. "Siempre que un grupo une actuación, música y humor la referencia es inevitable. Pero, en este caso, además de que el grupo tiene gracia y es muy sólido en lo musical y en lo vocal, tiene una personalidad que lo hace original, y que hace que valga la pena descubrirlo", explica Maronna.

En Flor de viaje, el dúo Maronna-Samper contribuye con siete canciones, a las que se agregan otras tantas compuestas por el quinteto. La historia transcurre en un aeropuerto, durante una espera que se estira con la sistemática suspensión de los vuelos que deben tomar las Petunias.

"Cada momento de espera se resuelve con una canción", cuenta Jessica. Maronna enumera: "El bolero Gemelas para siempre, la Salsa pro nobis, la guajira Los minerales y tu salud, basada en un personaje de la serie guionada por el dúo, que pertenecía a la secta de los mineraleanos, que basaban su dieta sólo en minerales. Un blues, la rumba Polinízame amor". "Las referencias regionales de cada canción suman a la idea de la gira", cierra la artista.

Los temas del quinteto, que completan el show, apuntan en cambio a cuestiones de amores cuya aparición coincide con la suspensión de la gira. Todo lo contrario a la realidad, en tanto que después del Velma las chicas seguirán, en junio, en La Carpintería, y al mes siguiente en el Centro Argentino de Teatro Ciego.

Fuente: La Nación

Un "Sótano" para Olmi y Parker

"Sótano" subirá el telón por ocho únicas semanas desde el día 21 los viernes y sábados a las 21 y domingos a las 20 en el Teatro Margarita Xirgu de la Ciudad de Buenos Aires.

De la mano de un libro que le depara al espectador pocas certezas y muchos giros inesperados, Boy Olmi regresa a los escenarios con "Sótano", una obra que protagoniza junto a Alejandro Parker.

Se trata de un espectáculo firmado por el catalán Joseph María Benet i Jornet y que fue suceso en Europa, en donde sorprendió por su agilidad y temática. Tras este suceso, llega a Buenos Aires con dirección del español Xavier Albertm.

En la pieza, Olmi y Parker interpretan a dos hombres cuyos nombres no son jamás revelados y que se conocen por casualidad, cuando uno llega malherido tras un accidente con un automóvil.

Este inesperado cruce, que comienza como mera cordialidad y ayuda, pronto va a ir llevando a los dos personajes a nuevas charlas y confesiones, que irán presagiando inesperados giros argumentales.

La pieza llega a lo más profundo de la violencia irracional que existe en cada uno de los seres humanos, fruto de las frustraciones que se acumulan a lo largo de la vida. La obra ofrece intriga y misterio que conducen a un inesperado desenlace.

Fuente: El Día

Vuelve Pipo, con un sapo

Justificar a ambos ladosDE REGRESO LA OBRA ESTÁ PENSADA PARA CHICOS DE HASTA 6 AÑOS, Y MARCARÁ LA VUELTA DEL ANIMADOR A LA CALLE CORRIENTES, TRAS CASI SIETE AÑOS.

Pipo Pescador Estrena el 29 la comedia musical "Saltando con el Sapo Pepe".

Después de casi siete años de ausencia, el sábado 29 Pipo Pescador vuelve a la calle Corrientes. Y lo hace acompañado por un personaje que todos los niños adoran, el Sapo Pepe, en el Teatro Metropolitan.

Saltando con el Sapo Pepe es una comedia musical escrita por el propio Pipo Pescador y Analía García (Candela, la creadora de la famosa canción), pensada para niños de hasta 6 años de edad que cuenta las aventuras del Sapo Pepe y sus inseparables amigas, Las Pepas.

En la obra el mundo está dividido en dos: el mundo real y Sapolandia, un mundo de fantasías y magia, al que se accede atravesando una puerta mágica. Allí vive Pepe junto a sus dos guardianas e inseparables amigas, Las Pepas.

Durante un día de vacaciones, Pepe hará todo lo que esté a su alcance para ir al teatro, ver el show del gran Pipo Pescador y viajar "en el auto de papá". El espectáculo promete dar a conocer nuevas canciones y recorrer los clásicos de siempre.

Creador de inolvidables ciclos de televisión infantil (¿quién no recuerda los dibujos sobre vidrio?), de canciones pegadizas que acompañaron el crecimiento de varias generaciones de niños y también escritor, el último paso de Pipo por el teatro fue en el 2003 con el espectáculo Pipo en vivo.

Por estos días acaba de publicar Casa sin ventanas, el libro que completa una trilogía de cuentos sobre discapacidad (integrada por María Caracolito y La campana bajo el agua), orientado a niños comunes, para que ellos aprendan a entender la diferencia.

Fuente: Clarín

Tras "Fuego entre mujeres", Muscari prepara "Feizbuk"

La nueva pieza del director ya tiene fecha de estreno: 14 de julio en Ciudad Cultural Konex

Con famosos -como Juana Repetto y Valeria Britos- y también actores y actrices que fueron seleccionados de un masivo casting, la inminente obra de José María Muscari "Feizbuk" ya tiene elenco.

Se trata, en realidad, de un total de siete elencos, cada uno de los cuales ensayará, durante mayo, siete veces. Luego de los ensayos, el espectáculo se estrenará el 14 de julio en Ciudad Cultural Konex.

Entre los "Elencos Feizbuk" está el "Feizbuk Míticos" o "7 que ya hicieron Muscari", que tiene por asistente a María Urtubey y está integrado por Maruja Bustamante, Emiliano Figueredo, Martín Otero, Diego Rinaldi, Felipe Rivera Valencia y Mónica Salvador.

El "Feizbuk Sex" - "7 chicas trans con chicos gays" tiene por asistente a Jazmín Beain y por integrantes a Naty Menstrual, Richie Guzmán, Juan Manuel Cabrera, Lucía Escobar, Delfina Bianco, Marcelo Blanco y Victoria Cortés.

Por su parte, el "Feizbuk Tours" - "7 extranjeros de cualquier lugar" cuenta como asistente a Noelia Reijtman y está compuesto por John Aguirre García (colombiano), Pilar Esteban Calle (española), César Riveros (chileno), Saeed Pazeshki (mexicano), María Alcalde Montt (chilena), Milko Bikic (brasilero) y Herve Segata (francés).

MAS ELENCOS

"Feizbuk Hot" - "7 perras y chongos a full" se llama el elenco que tiene como asistente a Valeria Herrera y como integrantes a Constanza Molfese, Marianela Resera, Miriam Lanzón, Paula Meson, Pablo Rojas, Martín Crespo y Facundo Cardosi; y "Feizbuk Stara" - "7 que la fama los merodea" el que cuenta con Carlos Tekizian como asistente y a los nombres de Juana Repetto, Valeria Britos, Tania Luna y Mariana Brey.

En el caso de "Feizbuk Teens" - "7 pendex en estado de ebullición", con la asistencia de Agustina Gutiérrez, tiene en sus filas a Federico Ayos, Pablo D´Elía, Daiana Arias, Elian Diep, Daniela Gaitan, Guadalupe Torres y Federico Vallejos.

Y, finalmente, el "Feizbuk Freaks" - "7 rarezas varias del montón", con Victoria Palmaz como asistente, está integrado por Marina Castillo, Marisa Bredice, Carlos Folias, Maiamar Abrojos, Silvia Armoza, Leo Espíndola y Virginia Godoy.

Los pasados 17 y 18 de abril, con la misma Ciudad Cultural Konex donde se estrenará la obra por escenario, Muscari realizó un multitudinario casting. Entre más de mil personas de todos los estilos y edades se eligió el elenco para "Feizbuk".

Fuente: El Día

Mercedes Morán con un nuevo proyecto teatral

Mercedes Morán aprovechó un impass en las funciones de la obra Agosto y, en un viaje a Nueva York, surgió un nuevo proyecto laboral que adaptará Daniel Grinbank y que ella misma dirigirá.

Encantada con la obra Love, Loss and What I Wore (Amor, dolor y ¿qué me pongo?), de las hermanas Nora y Delia Ephron, ya empezaron a trabajar y prevén un estreno para el segundo semestre del año.

La obra está inspirada en el best seller de Llene Bekerman y en historias personales del círculo íntimo de las hermanas Ephron, y fue estrenada en octubre de 2009 con gran éxito y críticas positivas.

Fue protagonizada desde su estreno por actrices como Fran Drescher, Jane Lynch , Rosie O'Donnel, Brooke Shields y Shirley Knight, entre otras.

Fuente: Hoy