" Hajime Murano, presidente y director de Sony de México "
La Comunión
No se trata de que la lengua sea mas digna o menos que las manos o los pies. Se trata de poner de
manifiesto que la santa Eucaristía no es un trozo de pan.
Es de señalar que tanto en oriente como en occidente el uso de dar a los fieles la comunión en la
mano desapareció sin dejar trazas desde una época muy temprana. En la iglesia cismática
ortodoxa la comunión en las manos sigue estando completamente prohibida. En la iglesia católica
se ha introducido muy recientemente el uso facultativo de recibir la sagrada forma en las manos.
¿Una tal práctica está contribuyendo en nuestros días a rodear la Santa Eucaristía del respeto y del
fervor que les son debidos? ¿Es que un cuidado y una atención particular son observados, sobre
todo en lo que concierne a las partículas?... Todo aquel que pueda y quiera mirar la realidad de las
cosas sabrá cómo responder a éstas preguntas. Bástenos citar el testimonio del cardenal Hume,
arzobispo de Westminster durante una conferencia pronunciada ante la “Washington theological
union” el 25 de junio de 1999:
“Por mi parte, quisiera compartir con muchos otros una inquietud concerniente la fe de nuestro
pueblo en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. La comunión en la mano, el desplazamiento
del sagrario del centro del altar, la ausencia de genuflexiones, según mi experiencia, han debilitado
el respeto y la devoción debidos a tan grande sacramento”20.
Arrodillarse es un modo concreto de rendir a Jesucristo, presente en la hostia consagrada, un acto
exterior de adoración antes de recibirlo en la santa comunión. Postración, genuflexión,
inclinación... son maneras de expresar con nuestro cuerpo los sentimientos de adoración de
nuestra alma.
En los evangelios encontraremos múltiples pasajes en los que aquellos que reconocen la divinidad
de Jesucristo, de manera casi “automática” se prosternan a sus pies. Por ejemplo, los Magos de
Oriente, el centurión, etc. Cristo mismo, para darnos ejemplo, cuando oraba lo hacía
prosternándose en tierra.
Canon romano de la Santa Misa
Uno de los ritos que más suelen sorprender a los que descubren el usus antiquior de la Santa Misa es el silencio con que se rodea la plegaria eucarística. Hasta aquí los asistentes a la Santa Misa habían tomado parte en las oraciones y ceremonias mezclando sus voces con las del celebrante. Ahora, tras los tres toques de campanilla que acompañan el Sanctus, el sacerdote se avanza solo y entra en el sancta sanctorum.
En el Templo de Jerusalén había un lugar especialmente sagrado, el santuario, que a su vez se hallaba compuesto de dos estancias. La primera llamada el "Santo" donde mañana y tarde entraba el sacerdote que estuviese de turno para renovar el fuego del altar y quemar en él aceite perfumado e incienso, mientras que el pueblo, convocado a son de trompeta, oraba en el atrio. La segunda estancia, más sagrada aún, era llamada el "santísimo" o el "santo de los santos". Separada de la anterior por un velo o cortina, una sola vez al año entraba en ella el sumo sacerdote solo para ofrecer la sangre de la víctima inmolada.
Ahora, en la Nueva Alianza, también se avanza el sacerdote y se presenta solo ante Dios para ofrecerle el sacrificio. El Canon de la Misa o plegaria eucarística es el santuario en el que solo el sacerdote puede penetrar. He aquí el significado simbólico de éste silencio. El sacerdote pronuncia en voz baja la oración consagratoria porque la santidad de este recinto sagrado, inaccesible para el pueblo, exige que en él reine un silencio absoluto. En el silencio debe el hombre hacercarse a Dios. Las liturgias orientales expresan ésta segregación de manera aún más dramática, mediante el uso del "iconostasio". Se trata de un tabique que se alza entre el altar y la nave, más o menos a la altura donde en nuestras iglesias se sitúa el comulgatorio. El iconostasio tiene una o tres puertas a través de las cuales los fieles pueden ver el altar. Pero llegado el momento de la consagración las puertas se cierran, arrebatando a la vista de los fieles el altar y el sacerdote. Las puertas no volverán a abrirse hasta que la plegaria eucarística no haya terminado, antes de la comunión. El silencio del canon cumple en la liturgia romana la misma función que el iconostasio en oriente: pone de manifiesto la sacralidad del momento y subraya la diferencia esencial entre sacerdocio común de los fieles y sacerdocio ministerial.
Los gestos y ceremonias durante el Canon de la Misa
El valor sacrificial de la Misa queda precisado y explicitado por una serie de ritos secundarios pero sin embargo indispensables: signos de cruz, inclinaciones, genuflexiones, etc... Todo ello pone de manifiesto que al pronunciar la plegaria eucarística el sacerdote no está realizando una simple lectura en la que rememora un hecho histórico del pasado, es decir la Última Cena. Pronunciando la plegaria eucarística el sacerdote está realizando no una lectura sino una acción, es decir: un sacrificio. Con sus palabras el celebrante actualiza y hace presente de manera eficaz el sacrificio de Cristo. Entre todos esos gestos sobresale la elevación de las especies consagradas. Precedida y seguida de la genuflexión del celebrante, acompañada del sonido de las campanillas y de la incensación si el rito es solemne, éste gesto de introducción relativamente tardía señala el momento culminante de la acción sagrada: Dios se hace realmente presente sobre el altar.
El Ofertorio
Como su nombre indica el ofertorio consiste en la ofrenda de la víctima.
Durante los primeros siglos el ofertorio consistía solamente en el gesto de ofrenda de la hostia y
del cáliz. Se trataba de un rito minuciosamente reglamentado pero “mudo”.
Más tarde, durante la época carolingia, el desarrollo de la liturgia comporta que diversos ritos que
hasta entonces se limitaban al gesto fuesen acompañados por oraciones que expliquen su
significado.
Es entonces cuando se elaboran las oraciones de nuestro ofertorio. En ellas se expresa mediante
palabras el sentido del gesto de ofrecer la hostia y el cáliz antes de su consagración. De hecho,
una vez que las liturgias alcanzan un cierto grado de madurez ya no basta para empezar con la
plegaria eucarística que las materias de pan y vino se hallen presentes en debida cantidad y
calidad; es preciso que se coloquen con las ceremonias y oraciones correspondientes encima del
altar, con lo cual entran ya en el movimiento oblativo que culminará en la consagración. Por eso
lo que se ofrece a Dios no es el pan y el vino en si mismos, sino el cuerpo y la sangre de Cristo
que dentro de poco se harán presentes sobre el altar bajo las apariencias de pan y vino.
La oración de ofrenda de la hostia Suscipe, sancte Pater es de origen galicano. El testimonio escrito
mas antiguo que conservamos de ella data del año 877.
La fórmula de ofrenda del cáliz Offerimus tibi Domine aparece escrita por vez primera en un
sacramentario conservado en el monasterio de San Galo (Suiza) y que data de los siglos IX – X.
Estas oraciones las pronuncia el sacerdote en voz baja por tratarse de oraciones privadas nacidas
(como ya hemos explicado) de la necesidad de acompañar los gestos con fórmulas que expliciten
su significado.
Los autores de la reforma del misal en tiempos de Pablo VI no supieron apreciar el sentido y el
valor de estas oraciones. Al debilitar el vínculo profundo entre ofertorio y consagración ya no
vieron lógico llamar al pan Hostiam inmaculatam ni al vino Calicem salutaris.
Así que para reemplazar las oraciones del rito romano los reformadores buscaron otras en los
demás ritos cristianos (tanto orientales como occidentales). Pero tuvieron que constatar que todas
las tradiciones litúrgicas cristianas o no tenían oraciones de ofertorio (sólo el gesto mudo) o si las
tenían su contenido era análogo al de las que querían cambiar.
Lo que hicieron entonces fue copiar unas oraciones judías para bendecir la comida. Esas son las
oraciones del ofertorio en la forma ordinaria. En ellas se dan gracias a Dios por el pan y por el
vino que es lo que se presenta a Dios.
Sin ánimo de polémica, creo que es muy de lamentar que se haya ignorado toda la tradición
cristiana para reemplazarla por unas fórmulas judaicas en las que no aparece ninguna referencia a Cristo.
Durante el ofertorio tiene lugar un numeroso conjunto de ceremonias (incensaciones, bendición
e imposición del agua, lavatorio de manos, signos de cruz, etc.) Faltos de tiempo no podemos
detenernos en cada una de ellas. Vamos a considerar tan sólo uno de dichos ritos, que es propio
de la forma extraordinaria. El celebrante, una vez ofrecida la hostia, la deposita directamente
sobre los corporales. La patena no volverá a servir hasta la fracción y comunión. Este rito pone
de manifiesto de forma simbólica la diferencia entre inmolación y comunión. El sacrificio (es
decir, la consagración) se realiza directamente sobre el ara. Más tarde, cuando llega el momento
de participar a la carne de la víctima inmolada se la coloca sobre la bandeja, es decir, la patena.
" Qué es la Holofonía "
Diez monjas episcopalianas se convierten al catolicismo
La crisis postconciliar
La degollación de San Juan Bautista
que la piadosa solemnidad del
bienaventurado Juan Bautista,
vuestro precursor y mártir, nos
obtenga gracias eficaces de salvación.
Vos que, siendo Dios, vivís y reináis
en unidad con el Padre y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén.
" Pan Bimbo, no es 100% Integral "
La Sancta Missa según los santos (V).
"Cuando oigan que yo no puedo ya celebrar la Misa, cuéntenme como muerto".
*
San Buenaventura:
"La Santa Misa es una obra de Dios en la que presenta a nuestra vista todo el amor que nos tiene; en cierto modo es la síntesis, la suma de todos los beneficios con que nos ha favorecido"."Hay en la Santa Misa tantos misterios como gotas de agua en el mar, como átomos de polvo en el aire y como ángeles en el cielo; no sé si jamás ha salido de la mano del Altísimo misterio más profundo.
*
San Gregorio el Grande:
"El sacrificio del altar será a nuestro favor verdaderamente aceptable como nuestro sacrificio a Dios, cuando nos presentamos como víctimas".
*
Santa Margarita María Alacoque:
Cuando asistía a la Santa Misa, al voltear hacia el altar, nunca dejaba de mirar al Crucifijo y las velas encendidas. Por qué? Lo hacía para imprimir en su mente y su corazón, dos cosas: El Crucifijo le recordaba lo que Jesús había hecho por ella; las velas encendidas le recordaban lo que ella debía hacer por Jesús, es decir, sacrificarse consumirse por El y por las almas.
*
San Andrés Avellino:
"No podemos separar la Sagrada Eucaristía de la Pasión de Jesús".
La Santa Misa es un sacrificio
LA MISA DEL CONCILIO VATICANO II: Misa protestante
Un balance del Concilio
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Desórdenes litúrgicos o protestantización de la Liturgia católica
" EE UU estudia la circuncisión de los recién nacidos para luchar contra el sida "
La Sancta Missa en la vida del cristiano, (V).
*
“Para observar los mandamientos y consejos divinos se necesita tener un corazón blando; es decir, dócil y fácil para recibir las impresiones de las inspiraciones divinas y para ponerlas en práctica, que es lo que pedía Salomón al Señor: Darás a tu siervo un corazón dócil.
*
“Al presente, y por causa del pecado, nuestro corazón es naturalmente indócil y duro, porque estando inclinado al placer sensual, recalcitra contra las leyes del espíritu, como se lamentaba el apóstol: Siento en mis miembros otra ley que lucha contra la ley del espíritu (Rm. 7, 23). Sólo se hace blando y dócil el corazón bajo el influjo de la gracia que se le comunica en la oración; al considerar la bondad divina, el amor que Dios nos ha demostrado y los inmensos beneficios que nos ha hecho, se inflama nuestro corazón, se enternece, y se convierte en materia apta para seguir las voces de Dios; pero sin oración el corazón quedará como antes era, duro, reacio y recalcitrante, y acabará en la ruina: El corazón duro acabará mal, y el que ama el peligro en él perecerá (Ecli. 3, 27).
*
“Con razón exhortaba San Bernardo al Papa Eugenio que no dejara la oración por el vértigo de los negocios: “Temo, Eugenio, que la balumba de los negocios te arrastre a dejar la oración y la meditación y se te endurezca con esto el corazón, que no podrá aborrecer sus defectos, porque nos los verá”.
*
“Quizá a alguno se le ocurra pensar que es cosa perdida y ociosa el tiempo que dan a la oración las almas fervorosas, pudiendo emplearlo en obras útiles, como ellos dicen. Esos tales no saben que en la oración es donde hacen las almas acopio de fuerzas para derrotar al enemigo y practicar las virtudes. De ese reposo proceden las fuerzas, según San Bernardo.
*
“Es lo que significaba el Amado con aquellas palabras: Nos despertéis a mi esposa hasta que ella quiera (Cant. 3, 5). Dice hasta que ella quiera, porque el sueño, o sea el reposo que toma el alma en la oración, debe ser voluntario, pero, al mismo tiempo, es necesario para la vida espiritual: el que no duerme no puede trabajar ni seguir el camino, sino que va cayéndose de cansancio. El alma que no reposa y no toma fuerzas en la oración no tiene fuerzas para practicar el bien y resistir a las tentaciones, y va dando tumbos por e camino”.
(De: Una sola cosa es necesaria).
" Parque Solar en Austin TX "
La Santa Misa según los santos (IV).
"Nunca lengua humana puede enumerar los favores que se correlacionan al Sacrificio de la Misa. El pecador se reconcilia con Dios; el hombre justo se hace aún más recto; los pecados son borrados; los vicios eliminados; la virtud y el mérito crecen, y las estratagemas del demonio son frustradas.
*
San Leonardo de Port Maurice:
"Oh gente engañada, qué están haciendo? Por qué no se apresuran a las Iglesias a oír tantas Misas como puedan? Por qué no imitan a los ángeles, quienes cuando se celebra una Misa, bajan en escuadrones desde el Paraíso y se estacionan alrededor de nuestros altares en adoración, para interceder por nosotros?"."Yo creo que sí no existiera la Misa, el mundo ya se hubiera hundido en el abismo, por el peso de su iniquidad. La Misa es el soporte poderoso que lo sostiene ".“Una misa antes de la muerte puede ser más provechosa que muchas después de ella…
*
San Felipe Neri:
"Con oraciones pedimos gracia a Dios; en la Santa Misa comprometemos a Dios a que nos las conceda ".
*
San Pedro Julián Eymard:
"Sepan, oh Cristianos, que la Misa es el acto de religión más sagrado. No pueden hacer otra cosa para glorificar más a Dios, ni para mayor provecho de su alma, que asistir a Misa devotamente, y tan a menudo como sea posible ".
San Bernardo:
"Uno obtiene más mérito asistiendo a una Santa Misa con devoción, que repartiendo todo lo suyo a los pobres y viajando por todo el mundo en peregrinación ".
Disminución o pérdida de la Fe en el Santísimo Sacramento y la Confesión
La Sancta Missa en la vida del cristiano, (IV).
*
“Cuando yo era niño, no estaba aún extendida la práctica de la comunión frecuente. Recuerdo cómo se disponían para comulgar: había esmero en arreglar bien el alma y el cuerpo. El mejor traje, la cabeza bien peinada, limpio también físicamente el cuerpo, y quizá hasta un poco de perfume… Eran delicadezas propias de enamorados, de almas finas y recias, que saben pagar con amor el Amor.
*
“Con Cristo en el alma, termina la Sancta Missa: la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo nos acompaña durante toda la jornada, en nuestra tarea sencilla y normal de santificar todas las nobles actividades humanas.
*
“Asistiendo a la Sancta Missa, aprenderéis a tratar a cada una de las Personas divinas: al Padre, que engendra al Hijo; al Hijo que es engendrado por el Padre; al Espíritu Santo que de los dos procede. Tratando a cualquiera de las tres Personas, tratamos a un solo Dios; y tratando a las tres, a la Trinidad, tratamos igualmente a un solo Dios único y verdadero. Amad la Missa, hijos míos, amad la Missa. Y comulgad con hambre, aunque estéis helados, aunque la emotividad no responda: comulgad con fe, con esperanza, con encendida caridad.
*
“No ama a Cristo quien no ama la Sancta Missa, quien no se esfuerza en vivirla con serenidad y sosiego, con devoción, con cariño. El amor hace a los enamorados finos, delicados; les descubre, para que los cuiden, detalles a veces mínimos, pero que son siempre expresión de un corazón apasionado. De este modo hemos de asistir a la Sancta Missa. Por eso he sospechado siempre que, los que quieren oir una Missa corta y atropellada, demuestran con esa actitud poco elegante también, que no han alcanzado a darse cuenta de lo que significa el Sacrificio del altar.
*
De: San Josemaría Escrivá: Es Cristo que pasa, 14 de abril de 1960
Flotaba en azoteas todo mi deseo
Madelmans haciendo slalom por tu cuello,
aire que se lleva tus misterios, hacia el Sur se van.
Y sé que a veces piensas que estoy algo ido,
pero nunca pierdo una sola oportunidad de admirar cómo ...
Te deslizas como si fueras de viento
y al contacto con mis dedos te desvanecieras.
Love of Lesbian
" EL EFECTO PIGMALION "
Corazón Inmaculado de María.
Los fieles de Salamaca escriben al Obispo y a Ecclesia Dei para pedir la Misa
Desde Salamanca nos han remitido el contenido íntegro de la carta, que reproducimos aquí para conocimiento de nuestros lectores:
Lunes de Pentecostés, 12 de mayo de 2008Mes de la Santísima Virgen María
Ilmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos LópezObispo de SalamancaIlustrísima:
Nos dirigimos a V.I. según lo previsto en el Motu Proprio «Summorum Pontificum» de S.S. Benedicto XVI, dado que no ha sido atendida nuestra petición anterior, dirigida al párroco de San Juan de Sahagún en Salamanca, para que se celebre regularmente la Santa Misa según el Misal Romano de 1962.
Se adjunta copia de la carta dirigida a principios de año a don José Miguel Isidro, cura párroco de San Juan de Sahagún, junto con las firmas de sesenta fieles (trece de esa parroquia y cuarenta y siete de otras parroquias de la ciudad). Se adjunta también fotocopia del acuse de recibo de la misma, del 14 de enero.
No se recibió respuesta, a no ser un comentario dirigido a uno de los firmantes, habitual en esa parroquia, en el sentido de que los promotores de la iniciativa podían pasar a hablar con el párroco. Ante la falta de contestación escrita, eso hicimos tres de los firmantes, que acudimos al despacho parroquial el pasado viernes 29 de febrero.
El párroco alegó una serie desordenada de pretextos para rechazar nuestra petición, que iban desde el intento de desacreditar la misma hasta la supuesta dificultad de integrar la Misa tradicional en el horario de la parroquia. También afirmó que había hablado con el Obispo sobre el asunto, y que V.I. le había indicado que nos diera largas, puesto que ¿según su relato? V.I. le había dicho que la Conferencia Episcopal Española preparaba un reglamento sobre la celebración según el Misal del Beato Juan XXIII.
Como esta situación contraviene tanto el texto del Motu Proprio arriba citado, así como las instrucciones que desde Roma se han venido repitiendo, rogamos a V.I. disponga lo necesario para que a la mayor brevedad Salamanca disponga de un templo (situado en lugar céntrico, para facilitar que todos los fieles que lo deseen puedan acudir) donde se celebre en horario fijo y al menos todos los domingos y fiestas de guardar, la Santa Misa según el Misal Romano de 1962.
Suplica la bendición de V.I. y besa su anillo pastoral
La Santa Misa según los santos (III).
"La celebración de la Santa Misa tiene tanto valor como la muerte de Jesús en la Cruz".
*
San Francisco de Asís:
"El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del sacerdote".
*
Santa Teresa de Jesús:
"Sin la Santa Misa, ¿que sería de nosotros? Todos aquí abajo pereceríamos ya que únicamente eso puede detener el brazo de Dios. Sin ella, ciertamente que la Iglesia no duraría y el mundo estaría perdido sin remedio".En cierta ocasión, Santa Teresa se sentía inundada de la bondad de Dios. Entonces le hizo esta pregunta a Nuestro Señor: “Señor mío, ¿cómo Os podré agradecer?” Nuestro Señor le contestó: “ASISTID A UNA MISA”.
*
San Alfonso de Ligorio:
"El mismo Dios no puede hacer una acción más sagrada y más grande que la celebración de una Santa Misa".
*
Padre Pío de Pieltrecina:
"Sería más fácil que el mundo sobreviviera sin el sol, que sin la Santa misa"La Misa es infinita como Jesús... pregúntenle a un Ángel lo que es la misa, y El les contestará, enverdad yo entiendo lo que es y por qué se ofrece, mas sin embargo, no puedo entender cuánto valor tiene. Un Ángel, mil Ángeles, todo el Cielo, saben esto y piensan así".
La Santa Misa según los santos (II).
"Para ofrecer bien una Eucaristía se necesitarían tres eternidades: una para prepararla, otra para celebrarla y una tercera para dar gracias""Tened por cierto el tiempo que empleéis con devoción delante de este divinísimo Sacramento, será el tiempo que más bien os reportará en esta vida y más os consolará en vuestra muerte y en la eternidad. Y sabed que acaso ganaréis más en un cuarto de hora de adoración en la presencia de Jesús Sacramentado que en todos los demás ejercicios espirituales del día."
*
San Cirilo de Jerusalén:
"Así como dos pedazos de cera derretidos juntos no hacen más que uno, de igual modo el que comulga, de tal suerte está unido con Cristo, que él vive en Cristo y Cristo en él."
*
San Ignacio de Loyola:
Preparando el altar, y después de revestirme, y durante la Misa, movimientos internos muy intensos y muchas e intensas lágrimas y llanto, con frecuente pérdida del habla, y también al final de la Misa, y por largos períodos durante la misa, en la preparación y después, la clara visión de nuestra Señora, muy propicia ante el Padre, hasta tal grado, que las oraciones al Padre y al Hijo y en la consagración, no podía sino sentir y verla, como si fuera parte o la puerta, para toda la gracia que sentía en mi corazón. En la consagración de la Misa, ella me enseñó que su carne estaba en la de su Hijo, con tanta luz que no puedo escribir sobre ello. No tuve duda de la primera oblación ya hecha"
*
El santo cura de Ars, San Juan María Vianney:
“Si conociéramos el valor de La Santa Misa nos moriríamos de alegría”."Sí supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por asistir a ella"."Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa".
"La Misa es la devoción de los Santos".
*
San Anselmo:
“Una sola misa ofrecida y oída en vida con devoción, por el bien propio, puede valer más que mil misas celebradas por la misma intención, después de la muerte.”
"El Papa lo quiere"
MONSEÑOR BARTOLUCCI: Siempre he celebrado con el antiguo misal
La Santa Misa según los santos (I).
"Si tan solo pausáramos por un momento para considerar con atención lo que ocurre en este Sacramento, estoy seguro que pensar en el amor de Cristo por nosotros transformaría la frialdad de nuestros corazones en un fuego de amor y gratitud."
*
San Agustín:
"Cristo se sostuvo a si mismo en Sus manos cuando dio Su Cuerpo a Sus discípulos diciendo: "Este es mi Cuerpo". Nadie participa de esta Carne sin antes adorarla".
"Reconoce en este pan lo que colgó en la cruz, y en este caliz lo que fluyó de Su costado... todo lo que en muchas y variadas maneras anunciado antemano en los sacrificios del Antiguo Testamento pertenece a este singular sacrificio que se revela en el Nuevo Testamento" -Sermón 3, 2; Circa 410 A.D.
*
San Efrén:
Oh Señor, no podemos ir a la piscina de Siloé a la que enviaste el ciego. Pero tenemos el cáliz de tu Preciosa Sangre, llena de vida y luz. Cuanto mas puros somos, mas recibimos.:
"Cuando la abeja ha recogido el roció del cielo y el néctar de las flores mas dulce de la tierra, se apresura a su colmena. De la misma forma, el sacerdote, habiendo del altar al Hijo de Dios (que es como el rocío del cielo y verdadero hijo de María, flor de nuestra humanidad), te lo da como manjar delicioso"
*
San Juan Bosco:
"El objetivo principal es promover veneración al Santísimo Sacramento y devoción a María Auxilio de los Cristianos. Este título parece agradarle mucho a la augusta Reina del Cielo"
La Sancta Missa en la vida del cristiano, (III).
*
“Quam oblationem… Se acerca el instante de la consagración. Ahora, en la Missa, es otra vez Cristo quien actúa, a través del sacerdote: Este es mi Cuerpo. Este es el Cáliz de mi Sangre. ¡Jesús está con nosotros! Con la Transustanciación, se reitera la infinita locura divina, dictada por el Amor. Cuando hoy se repita ese momento, que sepamos cada uno decir al Señor, sin ruido de palabras, que nada podrá separarnos de Él, que su disponibilidad –inerme- de quedarse en las apariencias ¡tan frágiles! Del pan y del vino, nos ha convertido en esclavos voluntarios: praesta meae menti de te vivere, et te ille semper dulce sapere: haz que yo viva siempre de ti y que siempre saboree la dulzura de tu amor.
*
“Más peticiones: porque los hombres estamos casi siempre inclinados a pedir: por nuestros hermanos difuntos, por nosotros mismos. Aquí caben también todas nuestras infidelidades, nuestras miserias. La carga es mucha, pero Él quiere llevarla por nosotros y con nosotros. Termina el canon con otra invocación a la Trinidad Santísima: per Ipsum, et cum Ipso, et in Ipso…, por Cristo, con Cristo y en Cristo, Amor nuestro, a Ti, Padre Todopoderoso, en la unidad del Espíritu Santo, te sea dado todo honor y gloria por los siglos de los siglos.
*
“Jesús es el camino, el Mediador; en Él, todo; fuera de Él, nada. En Cristo, enseñados por Él, nos atrevemos a llamar Padre Nuestro al Todopoderoso: el que hizo el cielo y la tierra es ese Padre entrañable que espera que volvamos a Él continuamente, cada uno como un nuevo y constante hijo pródigo”.
*
De: San Josemaría Escrivá: Es Cristo que pasa, 14 de abril de 1960.
"Jugos Del Valle engañaba a sus consumidores en EU "
La Sancta Missa en la vida del cristiano, (II).
*
“Oímos ahora la Palabra de la Escritura, la Epístola y el Evangelio, luces del Paráclito, que habla con voces humanas para que nuestra inteligencia sepa y contemple, para que la voluntad se robustezca y la acción se cumpla. Porque somos un solo pueblo que confiesa una sola fe, un Credo; un pueblo congregado, en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
*
“A continuación, la ofrenda: el pan y el vino de los hombres. No es mucho, pero la oración acompaña: recíbenos, Señor, al presentarnos a Ti con espíritu de humildad y con el corazón contrito; y el sacrificio que hoy te ofrecemos, oh Señor Dios, llegue de tal manera tu presencia, que te sea grato. Irrumpe de nuevo el recuerdo de nuestra miseria y el deseo de que todo lo que va al Señor esté limpio y purificado: lavaré mis manos, amo el decoro de tu casa.
*
“Hace un instante, antes del lavabo, hemos invocado al Espíritu Santo, pidiéndole que bendiga el Sacrificio ofrecido a su santo Nombre. Acabada la purificación, nos dirigimos a la Trinidad –Suscipe, Sancta Trinitas-, para que acoja lo que presentamos en memoria de la vida, de la Pasión, de la Resurrección y de la Ascensión de Cristo, en honor de María, siempre Virgen, en honor de todos los santos.
*
“Que la oblación redunde en salvación de todos –Orate, frates, reza el sacerdote-, porque este sacrificio es mío y vuestro, de toda la Iglesia Santa. Orad, hermanos, aunque seáis pocos los que os encontréis reunidos; aunque sólo se halle materialmente presente nada más que un cristiano, y aunque estuviese solo el celebrante: porque cualquier Missa es el holocausto universal, rescate de todas las tribus y lenguas, y pueblos y naciones.
*
“Todos los cristianos, por la Comunión de los Santos, reciben las gracias de cada Missa, tanto si se celebra ante miles de personas o si ayuda al sacerdote como único asistente un niño, quizá distraído. En cualquier caso, la tierra y el cielo se unen para entonar con los Ángeles del Señor: Sanctus, Sanctus, Sanctus…
*
“Yo aplaudo y ensalzo con los Ángeles: no me es difícil, porque me sé rodeado de ellos, cuando celebro la Sancta Missa. Están adorando a la Trinidad. Como sé también que, de algún modo, interviene la Santísima Virgen, por la íntima unión que tiene con la Trinidad Beatísima y porque es Madre de Cristo, de su Carne y de su Sangre: Madre de Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre. Jesucristo concebido en las entrañas de María Santísima sin obra de varón, por la sola virtud del Espíritu Santo, lleva la misma Sangre de su Madre: y esa Sangre es que se ofrece en Sacrificio redentor, en el Calvario y en la Sancta Missa”.
*
De: Josemaría Escrivá: Es Cristo que pasa. Extractos de una homilía del 14 de abril de 1960.
La Sancta Missa en la vida del cristiano (I).
*
“La efusión del Espíritu Santo, al cristificarnos, nos lleva a que nos reconozcamos hijos de Dios. El Paráclito, que es caridad, nos enseña a fundir con esa virtud toda nuestra vida; y consummati in unum, hechos una sola cosa con Cristo, podemos ser entre los hombres lo que San Agustín afirma de la Eucaristía: signo de unidad, vínculo de Amor.
*
“No descubro nada nuevo si digo que algunos cristianos tienen una visión muy pobre de la Sancta Missa, que para otros es un mero rito exterior, cuando no un convencionalismo social. Y es que nuestros corazones, mezquinos, son capaces de vivir rutinariamente la mayor donación de Dios a los hombres. En la Missa interviene de modo especial, repito, la Santísima Trinidad. Corresponder a tanto amor exige de nosotros una total entrega, del cuerpo y del alma: oímos a Dios, le hablamos, lo vemos, lo gustamos. Y cuando las palabras no son suficientes, cantamos, animando a nuestra lengua –Pange, lingua!- a que proclame, en presencia de toda la humanidad, las grandezas del Señor.
*
“Vivir la Sancta Missa es permanecer en oración continua: convencernos de que, para cada uno de nosotros, es este un encuentro personal con Dios: adoramos, alabamos, pedimos, damos gracias, reparamos por nuestros pecados, nos purificamos, nos sentimos una sola cosa en Cristo con todos los cristianos.
*
“Quizá, a veces, nos hemos preguntado cómo podemos corresponder a tanto amor de Dios; quizá hemos deseado ver expuesto claramente un programa de vida cristiana. La solución es fácil, y está al alcance de todos los fieles: participar amorosamente en la Sancta Missa, aprender en la Missa a tratar a Dios, porque en este Sacrificio se encierra todo lo que el Señor quiere de nosotros.
*
“Permitidme que os recuerde lo que en tantas ocasiones habéis observado: el desarrollo de las ceremonias litúrgicas. Siguiéndolas paso a paso, es muy posible que el Señor haga descubrir a cada uno de nosotros en qué debe mejorar, qué vicios ha de extirpar, cómo ha de ser nuestro trato fraterno con todos los hombres”.
*
“El sacerdote se dirige hacia el Altar de Dios, del Dios que alegra nuestra juventud. La Sancta Missa se inicia con un canto de alegría, porque Dios está aquí. Es la alegría que, junto con el reconocimiento y el amor , se manifiesta en el beso a la mesa del altar, símbolo de Cristo y recuerdo de los santos: un espacio pequeño, santificado porque en esta ara se confecciona el Sacramento de la infinita eficacia”.
*
De: San Josemaría Escrivá: Es Cristo que pasa. (Extracto de homilía pronunciada el 14 de abril de 1960).
En octubre 2º congreso sobre el MOTU PROPRIO SUMMORUM PONTIFICUM organizado por Giovani e tradizioni
El sacerdote en 12 puntos
- Es Otro Cristo. Respétalo.
- Es representante de Dios. Ten confianza en él.
- Es tu bienhechor. Muéstrate agradecido con él.
- En el confesionario es médico de tu alma. Manifiéstale tus heridas.
- Es guía en tus caminos. Sigue sus consejos.
- Es juez de tus actos. Obedece sus amonestaciones.
- En el altar, él ofrece tus oraciones a Dios. No te olvides de él.
- El reza por ti, por los tuyos y por las almas del purgatorio. Pide a Dios misericordia para ti y para él.
- En su vida diaria, es hombre. No lo condenes.
- Es un hombre. Una palabra de afecto lo alegrará.
- Si tienes que decir sus faltas, dilas a Dios para que lo ilumine y le dé ánimo para corregirlas.
- El tiene una gran responsabilidad. Pide a Dios que lo guíe en la vida y tenga misericordia de él en el trance de su muerte.
Virgen Inmaculada, acoge bajo tu manto
a todas las almas sacerdotales del mundo entero
para que sean lirios purísimos para Jesús.