El fin del mundo se escribe con Z.



A día de hoy no creo que queden muchos despistados que desconozcan lo que se avecina para este próximo fin de semana. No se trata del Borefts de De Molen, ni del Alvinne Craft Beer Festival, tampoco un festival de cervezas nórdicas o incluso de microbirrifici italianas… En realidad es todo eso y un poco más... y al lado de casa, ya que el Drunk Monk, sitio dónde la gente de Zombierha pensado en celebrar su 1er Aniversario, no está ni en Copenhagen, ni en Bodegraven ni en Roma... ni más ni menos que en Mataró.

Tal comparativa no es baladí ya que nos encontramos ante algo que no tiene parangón, no sólo en la península sino a nivel europeo: Alvinne y Struise desde Bélgica, Lervig y Haandbryggeriet desde Noruega, Naparbier como representante local, De Molen desde Holanda, Loverbeer y Toccalmatto desde Italia, y casi sobre la bocina también se ha sumado The Kernel desde U.K.. Una auténtica barbaridad.

En fin, que no me enrollo más. Saldremos el viernes de buena mañana. La vuelta, el domingo, si es que el hígado ha resistido los numerosos achaques que supongo le esperan. A los que no podáis venir tened por seguro que aquí os lo contaremos con todo detalle.

Abajo os dejo un avance de cómo creo que terminaremos, haciendo la conga con Gabriel y Sven cómo cabezas de convoy…

 (merece la pena ampliar...)

Quién tuviera fe en cada poro de su piel

Este año el 22 de Septiembre me pilló con el pie cambiado, despierta también de madrugada pero intentando sonreír en medio de la fiesta. Y recordando, las 2 de la madrugada, volviendo 10 años atrás pero con música de pachanga de fondo.

10 años es mucho tiempo, 10 años es una carrera, un trabajo, unas cuantas mudanzas, 4 nacimientos (algún que otro embarazo más), es irme de casa, presentar a mi novia, ver a mamá sacarme del armario como si tal cosa en cuanto me despisto y pensar qué habrías dicho tú.

Sigo sintiendo rabia y a veces me pregunto si es normal que esto sea así, pero me sigo enfadando porque no es justo, porque no quiero tener que imaginarme tus reacciones porque no sé si me equivoco o no, porque te fuiste muy pronto, porque ahora tendrías que estar disfrutando, pasando los veranos en la piscina de casa con tus nietos y ni es justo que tú no lo estés disfrutando ni que ellos no te hayan conocido.  Porque es una mierda que no estés.

De verdad que envidio a los que pueden ver la vida de manera menos racional.

Si es verdad todo lo que dice sobre él
Ojalá que exista el cielo, y yo acabe allí también
Ojalá que exista el cielo, para volveros a ver
Deluxe



Desenmarañando las variaciones con Struise Black Albert.



Hace unos días nos enterábamos de una notícia estupenda gracias a la cual a partir de ahora podremos disponer de elaboraciones de De Struise Brouwers que hasta hace muy poco no podíamos ver más que en sueños. Así que aprovechando esto y que a finales de semana asistiremos a la fiesta que Zombier celebrará en el Drunk Monk y en la que podremos probar algunas de esas joyas, he pensado en publicar un post aclarador sobre la enorme cantidad de variaciones de su reputada Black Albert.

Aunque seguramente muchos de vosotros ya la conocereis, la Black Albert es la “Belgian Royal Stout” que fue ideada como tributo al Ebenezer’s Pub, un local cervecero situado en la costa nordeste de USA, reputadísimo como pocos en ese país e incluso es considerado por algunos algo así como el famoso Kulminator de Amberes pero a lo yankie. En cuanto a la cerveza se trata de una bomba oscura repleta de torrefactos, café, caramelo, frutas oscuras, muy elegante y verdaderamente compleja. Y lo mejor de todo, por si no fuera suficiente por ella misma, es la infinidad de elaboraciones en las que ha funcionado como base y de las que a continuación os hablamos. La etiqueta es obra de Vincent Hocquet.



Cuvée Delphine. Se trata de la versión de la Black Albert envejecida unos meses en barricas del conocido whiskey bourbon 4 Roses. En cuanto al nombre, aunque en un principio pensaron en llamarla ocurrentemente 4 Black Roses, tras el consejo de los colegas de Kentucky decidieron no hacerlo y terminaron inspirándose en el nombre de la ilustradora, Delphine Boël. En cuanto al lema que podeis ver "Truth can set you free" por lo visto hace referencia a que la citada ilustradora es la hija bastarda del "rey" de Bélgica.



Kabert. En este caso se trata de un blend entre la Black Albert de Struise y Kate the Great, una Russian Imperial Stout de la estadounidense Portsmouth Brewing. 11% alcohol. También poseen una versión de la misma en barrica de Porto.



Las tres anteriores se pueden encontrar en botella pero hay dos elaboraciones que por el momento sólo han salido en barril:
- Black Berry Albert. Tomando como base la misma Black Albert pero fermentada con bayas negras y envejecida en barrica de Porto. 13%.
- Woody Albert. Misma base pero paso por dos barricas distintas, de vino Jerez y del reputadísimo whisky Lagavulin.

Pero la Black Albert también ha servido para la elaboración de otras cervezas fuera de las instalaciones de Struise. Uno de las más tentadoras podría ser la Three Floyds Baller Stout, conmemorativa del XV aniversario de esta craft estadounidense, un blend en el que intervinieron su Dark Lord, Surly Darkness (Surly Brewing), Beer Geek Brunch (Mikkeller) y la citada Black Albert (Struise).



Serie Black Damnation.

Además de todas las anteriores, una de las contribuciones más productivas al tiempo que conocidas que ha dado la Black Albert es la serie Black Damnation, que empezó con una colaboración con la holandesa De Molen y ha ido evolucionando hasta alcanzar verdaderas barbaridades. Todo empezó cuando Urbain, el maestro cervecero de Struise, pensó en elaborar 12 cervezas usando como base su Black Albert. Seis de ellas (la I, II, III, IV, V y XI) han salido embotelladas para el público general, otras cinco (VI, VII, VIII, IX y X) sólo se pudieron disfrutar en algunos festivales, pubs o eventos concretos. Pero además, hay otras doscervezas elaboradas en exclusiva por De Molen (666 y Molen’s Steam Edition).



La primera de ellas, Black Damnation I, fue una colaboración con De Molen, concretamente un blend 50-50% con la Hel & Verdoemenis, con 13% de alcohol.



BD II Mocha Bomb también mezcla Black Albert con la Hel & Verdoemenis de De Molen pero con algunas particularidades: 50% es Black Albert madurada con granos de café colombiano, 25% Hel & Verdoemenis envejecida 6 meses en barricas de Jack Daniels en las instalaciones de Struise, y el 25% restante es la Struise Cuvée Delphine mencionada más arriba. En total alcanza 12% de alcohol.



La BD III Black Mes se elaboró con Black Albert añejada durante 3 meses en barricas de whisky Caol Ila’s Distillers Version 1995, el favorito de Paul Melia’s, también conocido como Mes y de ahí el nombre de la cerveza. 13% de alcohol.



La cuarta versión es la BD IV Coffee Club y vuelve a usar la Black Albert como base pero en este caso envejecida 6 meses en barricas de ron muy viejo. Alcanza los 13% de alcohol.



La BD V Double Black usa como base la Cuvée Delphine a la cual se le aumentó el contenido alcohólico mediante el método de congelado propio de las Eisbock hasta alcanzar nada más y nada menos que 26% de alcohol.



Aún rizaron más el rizo con la BD VI Messy, que alcanza los 39%, aunque según he leído, éste se encuentra muy bien escondido y sigue conservando rasgos propios de una cerveza como es el gas y la espuma a diferencia de otras elaboraciones más cercanas a un destilado propiamente dicho.

Después de tal barbaridad sacaron la BD VII Single Black, también oscura pero con muchísimo menos alcohol, concretamente 2%.

La octava, BD VIII S.H.I.T., es una especie de híbrido entre la Black Albert y la Shark Pants, la doble IPA de 300 IBUs hecha en colaboración con la estadounidense Three Floyds, obteniendo lo que los yankies llamarían una Black IPA. Aunque la traducción del nombre apunta a algo un tanto escatológico, en realidad es un juego de palabras: Super High Intensive Taste. 12% de alcohol.

La novena versión, la BD IX Beggar’s Art, es la Black Damnation primigenia pero envejecida en barricas del whisky escocés Ardbeg. 18.1% de alcohol.

Con la BD X Double Wood se le añadió levadura fresca a la Black Albert y se dejó envejecer en barricas de otro whisky escocés de Islay, concretamente Balvienie. 15% de alcohol.

Y la última de la serie de la que vamos a hablar, la BD XI Special Kay, es una mezcla de la ya mencionada Kate The Great de Portsmouth Brewing con la Black Albert. La cerveza fue congelándose fraccionadamente hasta los -15ºC durante un período de 20 días, para así separar el agua del alcohol y aumentar el porcentaje de éste último. Por tanto se trata otra vez del proceso de las Eisbock pero modificado por Struise. Previo a este proceso, la cerveza tuvo un añejado en barricas de porto Noval durante 10 meses.



Cómo os comentaba al principio de ésta serie, hay dos elaboraciones relacionadas que sacó De Molen:

- Black Damnation 666: es una mezcla de la Black Albert con la Hel & Verdoemenis 666, y ésta última es una versión de la H&V con chips de barrica de cognac de 40 años. 13%.

A la izquierda, Black Damnation 666. A la derecha, Hel & Verdoemenis 666.


- Black Damnation Molen’s Steam Edition: la base en este caso es la Black Damnation I, se deja madurar con chips de whiskey single malt Old Potrero, de la cervecera y destileria californiana Anchor Brewery, conocida por su Steam Beer. 13%.

La etiqueta apenas se diferencia de la primera Black Damnation.


Y con esta última joya damos por finalizado el post. Espero y deseo que a parte de una tremenda resaca por tanto alcohol os haya quedado algo más claro este batiburrillo de nombres, números y barricas.

* Todas las fotografías han sido tomadas de diferentes páginas y por lo tanto tienen sus respectivos derechos de autor.

PARA TODO HAY TIEMPO




 Botones de crisantemos
Foto Angélica Mora


Angélica Mora
Apuntes de una periodista
Nueva York


  Hay un tiempo para nacer,
    y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
    y un tiempo para cosechar.

Eclesiastes


Para todo hay tiempo. Lo que pasa es que hay que saber esperar.
No soy de las que sabe hacerlo, pero la naturaleza me ha enseñado que para todo hay tiempo:
Para que la semilla madure, brote y se transforme en planta. Y produzca frutos, que a su vez darán origen a otras semillas, más que suficientes para seguir adelante.
En esta parte del mundo, hoy es el tiempo de los crisantemos, que aguardan durante todo el verano a que pase el calor, para que la flor emerga y se abra.
¡Toda una lección silenciosa para los impacientes!

Jester King Craft Brewery (2).



El pasado martes os presentamos, con la excusa de sus preciosas etiquetas, las year-round (no me diréis que no mola más que decir “cervezas disponibles durante todo el año”…) de Jester King, una craft tejana. Así que hoy, completando la gama, vamos con las ediciones estacionales y limitadas.


Cervezas limitadas.

< Das Wunderkind > Este niño prodigio (traducción del alemán) de 4.2% de alcohol es en realidad una sour ale elaborada mezclando cerveza joven que ha dejado infectar por levaduras y bacterias salvajes de la región con cerveza madurada durante varios meses en barricas de roble. Lúpulos Tettnang, Saaz y Styrian Goldings.



< Bonnie the Rare > Berliner Weisse con 3.7% de alcohol, con levadura Farmhouse e infección con Lactobacillus. Lúpulo Saaz.



< Trash Metal > Éste homenaje al trash metal es una strong ale con un carácter lupulado resinoso (East Kent Goldings, Cascade, Columbus), maltas ligeramente torrefactas, la calidez del alcohol (9.3%) y el toque a levadura.



< Boxer’s Revenge > Wild ale envejecida en barricas de whiskey y de vino con levaduras y bacterias salvajes. Seca, terrosa, con recuerdos a champagne y notas a fruta tropical y ácida. Una curiosa explosión de sabor.



< Drink'in the Sunbelt > Ésta colaboración con Mikkeller es una cerveza de trigo, lupulada, típicamente de sesión, con 3.9% de alcohol. Disponible en verano, está inspirada en la Drink'in the Sun del citado gypsy brewerdanés.



< Beer Geek Rodeo > Otra colaboración con Mikkeller, en este caso una Imperial Oatmeal Stout elaborada con maltas ahumadas, chiles chipotle y café vietnamita. 10.1% de alcohol. Posee dos versiones de ésta cerveza: Weasel Rodeo (con auténtico café de Kopi Luwak, la mundialmente conocida “civeta cafetera”), y Whiskey Barrel Rodeo(con 6 meses de añejado en barricas de whiskey de Tennessee y también café Kopi Luwak).

 
 


< Buddha’s Brew > Otra colaboración, en este caso con Buddha’s Brew. Está elaborada completamente en barricas ya que en ellas se vierte el mosto aún sin fermentar y se le inoculan bacterias ácidas. Tras varios meses de barrica, ya en el embotellado, también se le añade kombucha (bebida fermentada con hongo de té u hongo manchuriano). 4.7%. de alcohol



< Gotlandsdricka > Se trata de una versión de la Gotlandsdricka, la antigua cerveza de los Vikingos. Inspirada en las farmhouse ales que en su día se elaboraban en la isla de Gotland, en la costa sueca. Posee un marcado carácter ahumado y entre sus ingredientes cuenta con copos de centeno, bayas de enebro y mirto de brabante (éste último, uno de los ingredientes de las Heather ales). 6.6% de alcohol.



< Funk Metal > Sour Barrel Aged Stout con 8.2% de alcohol. Según palabras suyas “shut up and listen” (callad y escuchad) así que…



Y con esta rareza damos por concluida la segunda parte. No me negaréis que salvando alguna frikada más o menos peculiar, por lo general las Jester King tienen una pinta estupenda, tanto por dentro como también, no nos olvidemos, por fuera!

Jester King Craft Brewery (1).



Cómo ya sabéis por las numerosas muestras que os he dado en el blog, y más concretamente en la sección de las Etiquetas de Cerveza, me encanta el mundo de la ilustración, venga de dónde venga y sea cual sea el estilo. No son pocas las ocasiones en que me he dejado llevar por alguna de ellas al comprar cervezas y éste caso es sin duda un ejemplo inmejorable.

Hablo de la Jester King, una craft estadounidense fundada en 2010 por los hermanos Jeff y Michael Steffing, en la región de Texas Hill Country, estado de Texas. Estos hermanos se han especializado en Farmhouse ales, una tipología de cerveza que cada vez tiene más seguidores dentro y fuera de los USA.


Actualmente elaboran 6 cervezas que se encuentran disponibles a lo largo de todo el año, así como 11 elaboraciones limitadas (hasta hoy, ya que el número no deja de crecer). Casi todas ellas utilizan ingredientes orgánicos y de hecho sus cervezas están reconocidas por el USDA cómo productos orgánicos.

Para no hacerlo excesivamente largo y por aquello de que las cosas buenas es mejor disfrutarlas sin prisas, he pensado en dividir el post en dos partes. Sin más dilación, vamos con ellas... ¡Espero que las disfrutéis tanto cómo yo!

Year-round.

< Le Petit Prince > Cerveza con 2.9% de alcohol, elaborada con dos lúpulos nobles (Saaz y East Kent Goldings) y el inconfundible carácter de la levadura “Farmhouse”.



< Noble King > Una golden ale con 5,3% de alcohol, marcadamente lupulada (con los lúpulos nobles Saaz y East Kent Goldings), elegante, seca, con el citado carácter de la levadura y cuerpo medio.



< Black Metal > Esta sugerente imperial stout británica con claras referencias al grupo Kiss, posee el inconfundible carácter francófono de la levadura Farmhouse, seca, terrosa y floral, y con maltas oscuras aportando notas a chocolate y tostados. 9.3% de alcohol.



< Wytchmaker > Farmhouse ale con centeno y lúpulos Millenium, Cascade y Columbus. 7.3% de alcohol.



< Mad Meg > El nombre hace referencia a la Dulle Griet, campesina del folklore flamenco que quizás os suene por el famoso cuadro de Brueghel o por el mítico bar de Gante, con el mismo nombre, o incluso por el juego de palabras que hace la gente de DeDolle Brouwers con su Dulle Teve). Esta cerveza se inspira en las cervezas de tradición francófona aptas para guardar y añejar, de ahí su alcohol (9.6%). Terrosa, con lúpulos especiados y maltas suaves.



< Commercial Suicide > Cerveza que mezcla tres tradiciones: la de las mild británicas, la de las levaduras francófonas y el añejado en roble americano. A pesar de ello se trata de una cerveza de sesión, repleta de sabor y con tan solo 3,5% de alcohol.



Como os decía más arriba, en unos días tendréis la segunda parte con más etiquetas y muchas más rarezas y elaboraciones limitadas!

Honrando al santo Lúpulo.



Que te den ideas para escribir posts es estupendo, pero si además es con algo tan curioso y divertido como lo es la invitación de los compañeros de Cervecearte, mucho mejor.

La propuesta toma el relevo, unos meses después, de aquel par de posts en los cuales el compañero Birraire nos emplazó a compartir virtualmente unas cervezas. Si alguien tenía algún tipo de dudas sobre el punto freak que alcanzamos ya no solo los bloggers sino gran parte del mundillo cervecero actual en general, para muestra un botón, y de los grandes: hoy 14 de octubre celebramos San Lúpulo(os lo había advertido), lo cual en definitiva no deja de ser otra excusa más para beber buena cerveza.

Con un nombre como el de este blog a priori las opciones son muchas, y si son extremas, mejor. Pero no. En primer lugar, para honrar a nuestro querido (y desde hoy también santo) Humulus lupulus, he pensado en hacerlo con una cerveza que nos trajimos de nuestro periplo por la Bretaña francesa: St. Georges Pale Ale Houblonée. Sobre la microcervecera poco os puedo decir ya que fuera de la información disponible en su blog no hay mucho más donde escarbar. En cuanto al porqué de la elección, siguiendo con el citado frikismo, vendría casi a modo de rito/plegaria cervecero-meteorológica, para ver si así, con una buena y refrescante pale ale, dejamos aparcado de una vez este dichoso y caluroso verano otoñal que está asolando (al menos) el levante peninsular.

En lo referente estrictamente al contenido, esta cerveza turbia (sin depósitos) de color amarillo apagado forma una abundante y consistente espuma blanca de larga duración. En nariz se presenta muy cítrica y afrutada, con notas de naranja, piña, melocotón, fresas, y en segundo plano más dulzonas, como a bizcocho de manzana. Muy sugerente. En boca entra fluida y bastante carbonatada, con notas a fresa y grosella, pero también a pomelo, naranja, piña y melocotón, que a parte de una acidez bien atada aportan también un cierto toque astringente. De medio trago hacia el final aparecen el amargor, marcado pero no estridente. Final seco y cítrico con recuerdos a levadura. En conclusión, una cerveza interesante, que recuerda a sus vecinas belgas lupuladas, e ideal para empezar una buena sesión cervecera.

Tras la primera y muy refrescante elección bretona pensamos que había que dar un paso adelante para demostrar más si cabe nuestra profunda devoción por el apreciado y verde santo. Teníamos una cerveza a la cual no le encontrábamos el momento, así que la sorpresa santoral vino como agua de mayo, o para ser más precisos, de octubre. Se trata de la Nogne Ø 500, una Imperial IPA que la reconocida cervecera noruega de la O rayada sacó para conmemorar su batch número #500, elaborada con 5 lúpulos, 100 IBUs, 10% de alcohol… En fin, una sarta de números a cual más tentador y que ya de por sí constituirían una tentadora excusa. Pero es que además, y aquí viene la verdadera razón de dicha elección, este 14 de octubre se encuentra justo en medio de los dos cumpleaños de quienes están detrás de éste blog, con lo que la excusa es doble.

Nos encontramos ante una cerveza de aspecto inmejorable, color caoba con reflejos rojizos, apenas turbia, con una bonita espuma beige de burbuja minúscula que resiste como puede y sin mucho éxito hasta terminar en un fino y débil anillo. En nariz es fabulosa, dónde se entremezclan un dueto formado por lúpulo resinoso, leñoso y cítrico (recuerda a limón y piña) junto con notas más dulzonas, ligeramente acarameladas, como a melaza y también bizcocho, y más de fondo también madera. En boca entra untuosa, casi jarabeada, con una carbonatación de burbuja muy pequeña y a la vez tremendamente bien integrada. Desde un inicio destaca una sensación cálida además del lógico amargor que domina a lo largo de todo el trago. Destacan notas potentes de resinas, bizcocho y algo de caramelo de fondo, pero que gracias al pomelo y el limón consiguen un trago para nada empalagoso. Potente, de trago largo, sí, pero excelentemente bien compensada y nada cansina.

Y así, con esta verdadera obra maestra, damos por finiquitado nuestro pequeño homenaje a la citada florecilla. Esperemos que hasta el próximo 14 de octubre caigan en vuestras (y nuestras) manos muchas y muy ricas cervezas, alguna de las cuales tengan como protagonista al lúpulo… ¡Santificado sea el gran Humulus lupulus!