Tras unos días de reposo ya estamos de nuevo con las pilas cargadas para contaros nuestra experiencia en la pasada feria de Noblejas. Pero antes de empezar con las batallitas quería hacer un pequeño inciso, y es que probablemente a nivel personal este haya sido el festival más caótico que he podido disfrutar. No hablo de temas organizativos ni de nada parecido, ya que en este sentido fue todo lo contrario. Me refiero a la experiencia personal, ya que encontrarte con una buena cantidad de gente conocida, algunos de los cuales los considero más que simples amistades, junto a tantas novedades en forma de cerveza, y todo ello con la falta de tiempo para poder disfrutar más en profunidad le dejan a uno con una sensación un tanto extraña. Aún así fue un gran sábado, pero no adelantemos acontecimientos...
Los cerveceros ultimando detalles…
Todo empezó con la correspondiente vuelta de reconocimiento a la plaza, tras la cual nos planteamos (ilusos...) recorrer todos y cada uno de los stands y al menos probar una cerveza en cada uno. Pero ya sabéis que en ocasiones, de los planes a la triste realidad hay un buen trecho y este fue el caso. El primer “bache” llegó en forma de bus desde Madrid, en el que llegaban algunos buenos amigos como Jorge y el gran José, y también otros colegas blogueros como los “observadores” David y Débora, y los “amantes del lúpulo” Gonzalo y Álvaro.
Tras alegrarnos mucho por el reencuentro y tras comprar unos vasos de la feria (que en nuestro caso llevaban la serigrafía del año pasado... no hay que olvidar que uno es coleccionista...) fuimos a parar al stand de los asturianos Xaranzana, donde los majetes Marta y David, con sus llamativas camisetas naranja, traían tres cervezas a cual más interesante: Navaliega, una weiss con kiwi y tisana de limón en dry-hopping realmente refrescante y adictiva, cítrica y con una buena acidez; Alexander, una IPA verdaderamente bien hecha, lupuladita pero equilibrada con una buena base y perfecta de gas; y Flor de Lada, una pale ale muy suavecita. Un comienzo realmente inmejorable.
¡Qué grata sorpresa, asturianos!
Tras tomar unas tapas de queso cabrales cortesía de la casa, nos fuimos a su vera, donde estaba un viejo conocido asturiano, ni más ni menos que Diego y sus cervezas Cotoya, de las cuales ya he declarado en más de una ocasión que soy un ferviente admirador. Traía consigo Ordinaria, una verdadera joya de perfil muy británico que nos cautivó desde el primer sorbo, elegante, con marcado carácter a lúpulo inglés y final seco largo. También probamos Siderale, una cerveza hecha con mosto de sidra que ya conocimos hace casi un año en Mediona pero que esta vez vimos mucho mejor terminada, con mayor presencia del mosto de manzana pero también mejor compensado. Cual fue nuestra sorpresa cuando ya en casa, al día siguiente, nos enteramos que había sido galardonada como la mejor cerveza de la feria. ¡Enhorabuena Diego!
A la izquierda, la galardonada. A la derecha, Diego y un infiltrado “cerveriano” con una “oscura y antigua rapaz”…
Sus vecinos murcianos, Yakka, fueron los siguientes en caer. También conocidos de ferias anteriores, en esta ocasión nos decidimos por probar un híbrido muy curioso llamado Kölsch-IPA, que según nos contaron tenía 3 meses de guarda en frío y 70 IBUs. Realmente curiosa, cítrica por el inconfundible toque a Cascade en dry-hopping, pero con una base acaramelada. Buena idea pero quizás faltaba rematarla un poco.
Buena gente y una curiosa elaboración.
De Murcia nos fuimos al Penedès, o lo que es lo mismo, Ales Agullons, gente que admiro enormemente en muchos sentidos y se me hizo muy raro verlos en la ancha meseta toledana. Carlos y Montse traían consigo una cerveza llamada 47, rebosante de lúpulo y que nos encandiló por ese equilibrio y bebibilidad característica de sus cervezas; Sant Joanen cask y también una cerveza que hicieron para el BBF13, llamada Hops & Hopes, pero de estas últimas dos desgraciadamente no tomé notas aunque mi maltrecha memoria insiste en afirmar que nos dejaron muy gratas sensaciones. Además, también cayeron unos cuantos trozos de fuet y de un excelso queso de cabra.
Grandes birras, mejor persona.
Más o menos por esas alturas se nos unieron los amigos Txema y Juan Antonio (JAB), éste último veterano bloguero y uno de los tres artífices de Labirratorium. Muy buena gente ambos.
Improvisado contingente bloguero. ¡Qué ganas tenía de compartir por fin una feria fuera de casa, mestre!
Juntos nos fuimos hasta el vecino stand de Aran. Su proyecto, La Pirata, se ha ganado muchos y merecidos aplausos especialmente por su Black Block, una imperial stout absolutamente genial, así que teníamos muchas ganas de probar la novedad que presentaba, La Tremenda. Desgraciadamente y aún apuntando, he de reconocer que esta IPA estaba un tanto verde como coincidimos varios, Aran incluido. Surienc, ens veiem a Mediona!
Cuánto darán que hablar estos “piratas”…
Tras saludar a los amigos valencianos de Beers & Travels y Micalet continuamos la ronda con los cordobeses SON. Se nos iba acumulando la faena y no era plan de entretenerse así que únicamente probamos Mucho Trigo, que ya conocíamos en su versión en botella y nos agradó bastante, muy fresca, con un toque a lúpulo herbal más marcado de lo habitual y un agradable toque especiado únicamente debido a la levadura.
Una rica weiss con una etiqueta preciosa. No hace falta nada más.
Llegó el turno de conocer a una de las cerveceras de las que no habíamos podido probar nada hasta el momento, la segoviana Hanselbier. Nos recomendaron otra trigueña, White Bear, que aún no estando nada mal y entrando maravillosamente bien con el intenso calor, la vi demasiado suave, falta de sabor a trigo y especiado tratándose de una witbier. También por esas alturas nos cruzamos con Gonzalo de Humulus Lupulus, a quien tenía muchas ganas de conocer pero las prisas propias de las ferias me dejó con ganas de más. También nos reencontramos con Álvaro, el más oscuro petrolero de toda la feria, quien nos incitó a probar algo muy "canino"...
Concentración ante todo…
Muy rápidamente cruzamos el stand de otros viejos conocidos, Zulogaarden, ya que en Mediona esperamos volverlos a encontrar, y sólamente probamos alguna cosa de varios vasos sueltos que nos dieron algunos amigos. De ahí fuimos a parar a Isaac, o lo que es lo mismo, Reptilian, para probar su novedad hecha en colaboración con el Blow. Lagarto Barbudo, que es como se llamaba, nos dejó sorprendidos, una red ale supuestamente subida de trigo y lúpulo, muy peculiar aunque en mi opinión falta precisamente de trigo y sobrada de lúpulo (estoy tiquismiquis...). Más me gustó Shakti, elaborada con un curioso lúpulo llamado El Dorado, cuyo toque a fruta tropical consiguió dejarme enamorado.
Arriba, Zulo Power! Abajo, el maestro de El Vendrell.
El tiempo corría inexorablemente pero ello no impidió que saludásemos a los amigos Jota y Aine de Biirkonnen, a los otros birrapédicos Víctor, Jose Ramón y la encantadora Della, pero también a Beatriz de La Real del Duero, quien tuvo el gran detalle de regalarnos unas muestras de sus cervezas.
Cuando el reloj casi marcaba las 14h y aún no habíamos recorrido ni una tercera parte de los stands, llegó el turno de visitar a los cerveceros más dicharacheros del panorama peninsular: los Laugar. Solo por volverlos a ver merece la pena ir a cualquier feria pero si además es para probar algo tan sorprendente como su Perro Mierda(a esta muestra canina me refería al hablar de Álvaro) mejor. Muy curiosa, con una sensación como a envejecida y al mismo tiempo con una marcada acidez que cortaba el intenso toque a fruta confitada. Aunque algunos nos contaron que no habían quedado del todo satisfechos con ella, sin duda ese no fue nuestro caso. ¡¡Mil gracias por la camiseta chicos, nos vemos en nada!!
Arriba, ¿quién dijo que ocho manos son multitud? Abajo, Eneko y su particular "cachi"... A los vascos que no les vengan con cañitas...
Antes de comer aún nos dio tiempo de hablar con Oscar, de la vitoriana Falken. La única cerveza que traía, Siberian Coast, una Pale ale cítrica, refrescante y muy equilibrada, fue toda una revelación. Pese a que era uno de los novatos de la feria, sin duda su buen hacer indicaba más bien lo contrario. ¡Felicidades compañero!
Y ahora sí, con los estómagos pidiendo un poco de sustento y de paso clemencia, nos juntamos con los amigos birrapédicos y el gran José, para comer. Tras más de media hora infructuosa esperando a que nos atendieran en uno de los bares de los laterales de la plaza, terminamos hartos y nos fuimos a pedir alguna cosa en el stand de Domus. En esas pude probar unas riquísimas migas de los compañeros El Oso y El Cuervo. Chicos, para la próxima preparad el triple de ese manjar, que estaba para repetir unas cuantas veces!!!
El susodicho manjar...
Tras reponer fuerzas y refugiarnos del intensísimo sol que asaba nuestros cogotes seguimos la ronda, ahora con un poco más de ritmo, empezando a asumir que iba a ser imposible terminarnos todos los stands. El primero en caer fue el extremeño Sevebräu, de quien pudimos probar una interesante Biscuit, una brown ale dulzona, con una suntuosa espuma cremosa, pero con un punto ácido que en mi opinión desentonaba un poco.
La siguiente parada fueron los gallegos Meiga, cuya rubita realmente bebible, Esconxuro, nos dejó igual de satisfechos que el carácter afable de sus artífices, Esteban y Martin.
Continuamos con los también encantadores Jose y Naira, los palentinos de Vacceum, para probar su Umbra y casi sin respirar nos fuimos a sus vecinos Caleya, el tercer stand asturiano de la feria. Sus dos cervezas, pero más especialmente su Asturies Pale ale, nos dejó encantados. Una gozada. Abajo la última Caleya en ver la luz junto con la citada Vacceum.
Fue entonces cuando nos cruzamos con los vallisoletanos Víctor y pareja (mil perdones por no recordar el nombre...), con quienes estuvimos buen rato charlando. También nos cruzamos con Raul de Irreale e Isidro y Vika, blogueros y también coleccionistas los dos últimos, pero a penas pudimos cruzar unas pocas palabras. Empezaba a caer la luz pero aún así pudimos probar muy rápidamente una Hoppy Lager de Medina y comprar algunas de las novedades que traían.
Supuestamente ahora llega el momento en que debería hablar de La Virgen, Milana, Red Neck, Dougalls, Domus, Caelia, Anti-System, el Oso y el Cuervo y los anfitriones Yria-Guinea Pigs!, pero desgraciadamente y cómo habréis supuesto, el tiempo se nos echó completamente encima. Eran las nueve de la noche y aún nos faltaban casi cuatro horas de coche hasta casa con lo cual decidimos dar por finalizada la toma de zumo de cebada. Bueno, tampoco está nada mal probar cervezas de 15 de los 24 productores, no?
A Jorge y a Aine por lo visto no les parece bien...
Tras esto llegó una larga y como siempre emotiva despedida en la que también tuvimos una agradable charla con los labirratorios Álvaro y Rebeca, ambos encantadores. Tras alguna sorpresita inesperada en forma de botella serigrafiada detallazo de un “animadito” Jorge, dimos por cerrada esta intensa jornada de sábado.
Un servidor con el botín bien agarrado en una mano, a un lado Ernesto y Mr. Petróleos, y Jorge en una posición un tanto comprometedora según se quiera ver... ;)
Solo me queda agradeceros enormemente a todos aquellos con los que disfrutamos algún pedacito de sábado. Reitero mis disculpas a los cerveceros que no pudimos visitar y a todos en general mil gracias por las cervezas y los detalles de breweriana. En unos días publicaré un segundo post de la feria con las cervezas que más nos gustaron, además de nuestras conclusiones y un extra que espero que os guste y os anime a participar.
¡Que viva la ancha - y cervecera - Castilla! ¡Larga vida a Noblejas!