Transcribimos la carta aparecida en la sección de Cartas al Director de la revista Discovery DSalud del mes de enero de 2011:
En marzo de 2003. con 48 años, fui diagnosticada de un cáncer de colon (a 35cm del ano). Afortunadamente en el 1.994 conocí la Nueva Medicina del Dr. Hamer -gracias a Itziar Orube y Dr. Fermín Moriano- y comprendí muchas cosas respecto a la salud y !a enfermedad y cómo el modo en el que vivimos los conflictos nos puede complicar la vida En suma, gracias a la información que tenía desde el 94 decidí hacerme un escáner craneal para ver realmente en qué situación física me encontraba Y fui informada -gracias a ese escáner- no solo del tumor sino de los distintos tropiezos que había sufrido mi salud a lo largo de la vida y de que, gracias a Dios y a la naturaleza se habían curado sin grandes problemas. Sin embargo me encontré con la dificultad de asimilar la dureza del diagnóstico. El cirujano que me atendió me dijo que me estaba suicidando al rechazar la operación y el posterior tratamiento. Me dijo textualmente que si no me operaba en un año estaba muerta. Yo le aposté un reloj de pared a que pasado ese tiempo seguiría viva. Pero la crudeza de sus palabras todavía la recuerdo. ¡Parece mentira que quienes están para ayudarte a sanar -en teoría- sean capaces de hacerte tanto daño! ¡Es como si te pegaran físicamente un tiro! Y si un tiro real se puede denunciar, ¿porqué no un diagnóstico que nos ha causado similar daño físico y psíquico? Pasados cinco años acompañé a una amiga a la que este mismo cirujano había operado de colon y le pregunté si se acordaba de mí, si recordaba mi caso (no debe ser demasiado frecuente que la gente le diga a sus propuestas ¡No!). Le recordé que estaba viva -era evidente-, que habian pasado. cinco años-no uno- seguia sin operarme y que cinco años atras nos haniamos apostado un reloj de pared . Por supuesto, de pagar su apuesta perdida... nada de nada. En • -uanto a que reconociera-- imposible para su mentalidad y creencia -que estuviera viva y cin tan buen aspecto teniendo cáncer... tampoco. De hecho me contestó: "Asi que no era...". O sea, que alegraba como excusa que lo mío no era cáncer"... cuando me propuso operarme de inmediato y tenía hasta la habitación preparada para ingresarme . Tambien me "retó" luego a que escribiera un libro contando mi caso o que escribíera a alguna revista, cosa que estoy haciendo ahora por si a alguien puede ayudar mi experiencia .Por supuesto desde el 2003 puse mucho esfuerzo para salir de la situación lo antes posible aunque el destino se confabuló para complicarme la vida en tantas parcelas que ni yo misma daba crédito. Pero a pesar de las circunstancias adversas salí adelante. He contado con el apoyo de aquellas personas que saben leer los escáneres y me indicaron en cada momento cómo estaba a nivel físico y psíquico. También me ayudaron a no sufrir excesivamente con los conflictos que complicaban mi vida. Me enseñaron a minimizar los problemas, entre ellos, por ejemplo, a que no me afectara el miedo a la muerte a causa del diagnóstico que me habían realizado y que me podía haber afectado a los pulmones. Hubo terapeutas que me ayudaron a nivel físico y emocional a través de distintas terapias. Debo confesar en todo caso que a pesar de mi total confianza en la Nueva Medicina tuve miedo. Durante los 2 o 3 primeros meses dejé de dormir y la única palabra que había en mi mente era cáncer. Por eso me cuesta creer a aquellas personas que cuando han sido diagnosticadas de algo serio dicen que no tienen miedo ya que o son unos inconscientes o quieren convencer a los demás para luego convencerse ellos; algo que en ese sentido puede ser también positivo. Desde que conocí la Nueva Medicina cuando alguien cercano era diagnosticado de cáncer siempre intenté ayudarle dándole esperanzas. Pero desde que fui diagnosticada mis palabras llegan mucho mejor a los pacientes pues a pesar de los inconvenientes físicos -como la diarrea, el sangrado intestinal diario durante 4 años, los gases, etc.- siempre hice vida normal con algún pequeño intervalo de baja laboral. En suma, lo que quiero compartir con los lectores es que el cáncer no es mortal. Ni mucho menos. Lo he comprobado incluso con personas que han seguido tratamientos tremendos. Sí puede ser mortal sin embargo entre quienes sufren los efectos negativos de las terapias convencionales y el pesimismo de los médicos que creen siempre tener razón. Es decir, si el paciente sobrevive ¡ellos han hecho el milagro!; y si se muere ¡ellos ya habían dicho lo mal que estaba la situación! Con lo cual... ¡siempre tienen razón! Aunque he de reconocer que a veces médicos muy serios se sienten atados de pies y manos y aplican el protocolo establecido por miedo a posibles denuncias de personas con pocos o ningún escrúpulo. Quiero por último manifestar la responsabilidad de cada persona en relación a su salud y el deber que tiene de tomar sus propías decisiones y no abandonarse al criterio del médico por muy bueno que éste sea Cuando afrontamos un diagnóstico "grave" deberíamos ante todo escuchar a nuestro corazón y dejarnos guiar por su sabiduría; aunque no coincida con la opinión de la gente que nos rodea y nos quiere. Reitero mi agradecimiento por la valiosísima información que nos ofrecen cada mes aunque no siempre sea capaz de entenderla en su totalidad. Un cordialísimo saludo,
Mª Antonia Salazar (Bilbao)
Contestación del director:
Nos congratula comprobar que hay personas que, como usted, superan diagnósticos de muerte porque piensan por sí mismas y no dejan su salud y su vida en manos de los médicos. Especialmente en el caso de quienes se limitan a aplicar los protocolos farmacológicos impuestos a los profesionales de la salud por la gran industria farmacéutica sin ejercer el libre albedrio. Pero es que hoy a los médicos se les amenaza con retirarles la licencia si no hacen lo que se les ordena. ¡Como si hubiera tratamientos oficiales que obligatoriamente los médicos han de seguir! Tal creencia es absolutamente falsa. Y el miedo que los médicos tienen a sugerir a sus enfermos lo que consideran mejor para ellos según su leal saber y entender completamente absurdo. Ningún juez -salvo que se trate de un ignorante o de alguien corrupto- va a condenarles nunca por eso. Aunque en algunos colegios médicos haya infiltrados de la industria intentando conseguirió. En suma, le agradecemos muy sinceramente su carta y le felicítamos por su valentía y sentido común. En cuanto a la Nueva medicina instamos a los lectores a leer en nuestra web -www.dsalud.com~ lo que hemos publicado sobre ella en distintos números. Cabe asimismo recordar que el Dr. Ryke Geerd Hamer es miembro de nuestro Consejo Asesor -al igual que el Dr. Fermín Moriano, du rante años íntimo colaborador suyo- desde su creación.