Me gusta observar a la gente, me resulta divertido e interesante. Como el curso no me gustaba mucho, me centré en analizarlos. Ahí va mi análisis del grupo, uno por uno, que no tienen desperdicio:
- El chulo: Ya empezó llegando tarde (bastante tarde). Sólo dijo buenos días y yo ya le tenía enfilado. Menudo idiota! No sé por qué pero le miraba a la cara y le veía conduciendo pegado al culo detrás de mi coche, adelantándome por la derecha, mirándome desde el coche de al lado en el semáforo… Un auténtico imbécil, luego todo fue hablar y confirmarlo con comentarios del tipo “yo haciendo este curso, quién me lo iba a decir a mí que iba a hacer esto con mi categoría” o cosas como “a mí es que me toca los huevos que la gente salga corriendo según da la hora”. Sin palabras, parecía que estaba hecho a propósito. Representa todo lo que me repatea de la gente.
- El que vino de otra época: Tío grandote, aparentemente tímido. Hasta que se soltó y descubrí cuánto mejor hubiera estado callado. Parecía sacado de la época del destape: “esa playa está muy bien, es menos familiar, hay mogollón de tías en top-less” Eso y su obsesión con hablar y catalogar en grupos de “chicas” y “chicos” y me preguntaba sobre los comportamientos femeninos de las “chicas” ante los “chicos”, así los llamaba él, muy gracioso cuando dijo que un chico podría acostarse con una chica sólo porque está buena, en cambio una chica prefiere acostarse con un chico de 50 años con pelas. A eso le podemos unir todos los comentarios ofensivos hacia los gays, y todas las bromitas con los juegos de palabras (excusa no pedida, acusación manifiesta)
- La niña mona y tonta: (ésta no soy yo, eh, que yo sólo cumplo lo primero): No me caía mal, un poco simple, pero al menos buena gente
- El listo: En todos los cursos hay uno. Parece que su objetivo es sabotearlo y demostrar que es más listo que nadie. No era mala gente, sólo un poco escéptico. No me cayó mal del todo. Aunque hablaba con un tono condescendiente que me pone un poco nerviosa
- El corporativo: Muy feliz de la vida por todo el dinero que ganamos (luego descubrí que gana más que yo, no sé si yo estaría igual de feliz con su sueldo pero creo que no). Muy feliz con tener que pasarse todo el día viajando de un lado para otro, no hay nada mejor, conoces muchos sitios, vives cosas muy distintas, aprendes mucho) Aparentemente lo de no tener vida no le preocupa. Típico tío pegado a un móvil, luego descubrí que debía ser un tic, al principio llamaba al trabajo (yo pensé que sería mucho más imprescindible que yo), le decía a la gente que entrara en su correo por si tenía algo nuevo… luego ya empezó a llamar a su familia, a su novia… vamos que parece que usaba el móvil porque no sabía qué hacer con las manos.
- El desplazao: Se le veía completamente fuera de lugar. El primer día vino vestido de sport, el resto íbamos disfrazados de personas serias. El segundo día todos fuimos de sport y él (que debió sentirse incómodo el día anterior) disfrazado. No me cayó mal tampoco. Aunque no me gusta que la gente sea tan volátil. Además, era bastante pelota. Vivía un poco hacia afuera, y eso no me termina de gustar.
- El niño bueno: Éste es amigo mío. Me cae bastante bien, pero es un poco falso y también un poco pelota. No cuestiona nada, sólo acata, eso no me gusta.
- Y la observadora: Que esa soy yo, me dediqué a observarlos a todos y a pensar que, definitivamente, no encajo. Supongo que si me viera desde fuera me podría llamar algo así como “la tímida”. Completamente fuera de lugar, sabiendo que no es mi gente, que muchas veces no sé de qué hablar con ellos porque no hay un punto común. Es curioso, porque dentro del trabajo creo que me llevo bien con casi todo el mundo, pero no me veo llevándome bien con esta gente. Yo necesito tiempo para sentirme a gusto con la gente, necesito que me conozcan, gano con el tiempo, pero es que hay de cada uno… creo que no aguantaría ni al chulo, ni al destapao ni al corporativo. Al resto quizá con el tiempo… quién sabe
He leído en el Semanal
que el hombre que nos roba el tiempo
de joven lo pasó fatal
y ahora es dueño de un imperio.
Crees que le puede importar
si estamos vivos o muertos,
que nuestra vida no es de cuento.
La Habitación Roja