Nos despertamos esta mañana con una noticia en portada del Times. Se han descubierto 7 nuevas concentraciones (clúster) de casos de cáncer y otras enfermedades peligrosas en Inglaterra. Los estudios que se han llevado a cabo han demostrado una elevada incidencia de casos de cáncer en los domicilios a menos de 365 metros de las antenas. En uno de los casos, la operadora O2 ha tenido que ceder a las presiones vecinales y ha desmantelado una de esas instalaciones tras 31 casos cáncer en una sola calle. El presidente de la Agencia para la Protección de la Salud británica, Sir William Stewart, ya ha declarado que han encontrado cuatro estudios que deben de preocupar, aunque todavía no han demostrado una relación directa con los riesgos de salud.
El periódico quincenal Diagonal ya alertaba de estos riesgos con un artículo titulado "Zona cancerígena a 400 metros de una antena". Tanto oscurantismo y tantas ilegalidades han llevado a los vecinos a impedir la instalación de antenas cerca de sus domicilios. Y ahora, las operadoras se quejan. Quien siembra vientos igual recoge tempestades... Al menos, comienzan a salir nuevos dispositivos técnicos que comienzan a controlar la actividad de las operadoras, tan poco acostumbradas al seguimiento de la administración. Algunos municipios ya han empezado a poner cartas en el asunto ante tanto descontrol.