Cerveza en barrica: más allá de la moda.



Hoy vamos a recuperar la sección de las Reflexiones de un Hophead mezclando la modernidad más rabiosa con las tradiciones más profundas, todo ello con un mismo hilo conductor: la madera y más concretamente la de las barricas. Y es que las cervezas añejadas en barrica se han puesto muy de moda en los últimos años, una corriente que, como tantas otras, se ha extendido desde los USA. Y ya se sabe que todo lo que tocan los yankies se convierte en oro, pero aunque suene a obviedad, ni la cerveza en barrica es un invento de los yankies ni tampoco es barrica todo lo que dice serlo.

Quizás uno de los que más provecho ha sacado al tema de las oak aged sea Mikkeller, con decenas de series con la única diferencia de un lavado de cara, o más bien de barrica, a una cerveza base: calvados, whisky (Peat, Bourbon, Islay, Speyside, Highlands…), tequila, cognac, ron, vino (tinto o blanco, Sauternes, Porto, Madeira, Jerez, ediciones con uva Chardonnay, e incluso, para rizar el rizo, hasta barricas que en su día contuvieron el reconocido vino bordelés Chatêau d’Yquem…). Una auténtica pasada.

 Arriba diferentes Mikkeller Black Hole (foto tomada de aquí)


Pero aunque suene a obviedad, no es barrica todo lo que reluce, o al menos no exactamente cómo algunos nos lo venden. Ni todo el mundo tiene acceso a tantos tipos de barricas como quisiera, ni puede permitirse sus elevados costes, tampoco hay que olvidar que su almacenaje es un incordio por el enorme espacio ocupado, la cantidad en litros de una barrica estándar (225 litros) es excesiva en algunos casos… Por todo ello y por otras tantas razones que no vienen al caso existen los chips o virutas de roble, los cuales añadidos a la cerveza (y también al vino) aporta a ésta complejidad y características propias del paso por barrica con un coste y tiempo mucho menor. ¿Es igual el producto final? Yo sin duda creo que no, pero hay tantos puntos de vista al respecto, tanto a favor como en contra, que no voy a entrar en esa discusión.

 Foto tomada de aquí.


Otro aspecto que me gustaría aclarar aunque sea obvio, es que no es lo mismo una Barrel-aged, que como bien reza su nombre debería ser una cerveza envejecida dentro de barricas (normalmente de roble), que una Wood-aged, denominación que debería utilizarse para aquellas cervezas sin paso por barrica y cuya "sensación de envejecimiento" proviene del contacto con madera, por ejemplo con las citadas virutas de roble (u otra madera) o, tal y cómo hacen algunas grandes cerveceras en USA, añadiendo tablones de madera dentro del mismo fermentador. Por tanto, el término Oak aged que tantas veces vemos en las etiquetas, no nos revela si ha habido envejecimiento en barrica u otro método, simplemente habla del contacto con roble de forma un tanto ambigua. Así que si alguien de vosotros elabora cerveza o conoce a alguien que lo haga, cuando haya madera de por medio, pensad dos segundos lo que pone en la etiqueta.

 Un etiquetado adecuado.


Pero tal y como empezaba el post, el uso de barricas en la elaboración de cerveza no es un invento de los microcerveceros yankies. Ya sabemos lo dados que son a creerse los pioneros en muchos temas, y en este sentido algunos comentan muy convencidos que antes de los años 90’ había pocas cerveceras que metieran cerveza en barricas sin que éstas estuvieran recubiertas interiormente con brea para impedir así su influencia en el producto final. Pero hay numerosas muestras de lo contrario, y abajo van no uno, sino tres botones.


En primer lugar tenemos las cervezas lámbicas, las auténticas y no esos batidos jarabeados matasanos nacidos en frías cubas metálicas de algunas grandes productoras belgas. No hay más que hacer una visita a la enorme sala de barricas que tiene Cantillon, por ejemplo, para darse cuenta de la importante influencia que tienen las barricas en la cerveza.

 Sala de barricas de Cantillon.

Las cervezas lámbicas o también las red flandes, por ejemplo, no se entenderían sin los microorganismos que viven en los poros existentes en las paredes de las barricas. Cerveceras como Rodenbach, además, raspan el interior de sus barricas a mano antes de rellenarlos con cerveza, o la citada Cantillon llena los barriles vacíos con agua caliente y los agitan mecánicamente antes de volverlos a rellenar. Así que eso de impedir el contacto madera con cerveza como decía más arriba, nada de nada.


Pero si hablamos de barricas tampoco podemos olvidarnos de U.K., ya que es aquí donde históricamente más estilos han estado ligados a las barricas (scotch ales, stouts, porters, old ales…). Un buen ejemplo son las cask ales, cervezas que por desgracia en la actualidad se venden mayoritariamente en recipientes de acero inoxidable o de aluminio, pero aunque sean muy fáciles de limpiar, muy ligeros y otras tantas razones a su favor, no tienen ese romanticismo de las barricas de madera usadas originalmente. En este sentido no me importaría trasladarme unos pocos siglos atrás para poder saborear la autenticidad de la “beer from the wood”.

BrewDog merecerá muchos apelativos, pero sus barricas Speyside son muy fotogénicas.


El tercer y último ejemplo que quería comentar es el de las rauchbier, ya que en este caso, además de servirlas directamente de los cask de madera por gravedad, éstas joyas ahumadas de Bamberg se elaboran secando la malta encima de madera de haya, otro ejemplo de la relación madera con cerveza.

 Schlenkerla tirada por gravedad directamente del cask.


Así que ya sabéis, las modas están muy bien y ciertamente existen auténticas joyas en este sentido elaboradas por muchas crafts que están en la cresta de la ola, pero ir con cuidado y que no os den gato por liebre al comprar alguna de las cervezas que lleven impresa la palabra madera en la etiqueta, ya que por desgracia frecuentemente es usada un tanto libremente y con un único objetivo: hacer sonar el famoso “ka-ching” de la caja registradora cuantas más veces mejor.


En éstos enlaces podéis leer algo más sobre el tema.

http://beersmith.com/blog/2012/02/20/oak-in-your-beer-oak-chips-and-barrel-aging/
http://realhomebrew.com/2012/03/22/wood-aged-vs-barrel-aged-beer/
http://www.themadfermentationist.com/2010/04/barrel-aged-beer-new-idea-rant.html
http://trappezepub.com/oak-aged-beer-is-it-a-fad/
http://aleheads.com/2012/04/20/barrels-vs-chips/

LA ESTUPIDEZ DE LOS PUEBLOS



La estupidez humana


 

Angélica Mora
Apuntes de una Periodista
Maule-Chile

Es cierto.
Necesito que alguien me explique el por qué de la estupidez de los pueblos.
Lo voy a decir de otro modo, para que no duela tanto:
El por qué de la ceguera de la gente, frente a los ídolos.
Ídolos que se presentan como redentores, otorgan  sus dádivas como regalos divinos y reciben el fervoroso agradecimiento, por los favores recibidos.
Dos ejemplos resaltantes: Fidel Castro y Hugo Chávez.
¿Será la necesidad extrema de las masas de sentirse hijos de alguien, además del progenitor sanguíneo? ¿ De creer en algo, aunque sea errado?
Hay quienes todavía esperan que las promesas de la Sierra Maestra se cumplan de alguna manera y si no se han llevado a cabo dicen han sido "por esas cosas que lo impiden". Cuando, a quien me envió ese comentario le pregunté, cuáles eran "esas cosas", se quedó callado y nunca más me siguió escribiendo. Creo haberle tocado un punto neurálgico.....
Con Hugo Chávez está pasando lo mismo.
El ex caudillo repartía lo que no era suyo para comprarse a los flojos que quieren todo hecho, sin moverse. El resto de sus seguidores está conformado por los que se beneficiaron con las prebendas, engordando desmesuradamente los bolsillos, ampliándose -gracias a ese flujo de dinero- las viviendas, los viajes, las cosas buenas de la vida,  en grandor y número.
¡Cómo no quererlo!
¡Cómo no temer su desaparición!
¡Cómo no llorarlo!  

#MCN2012: Mis Cervezas Navideñas.



Con los amigos Melchior, Gaspar y Baltasar algo lejanos ya, es hora de hacer balance de las cervezas navideñas/invernales que han caído hasta hoy para unirnos a otra interesante quedada virtual bloguera, esta vez venida de los compañeros de Observatorio Cervecero: el #MCN2012, o lo que es lo mismo, Mis Cervezas Navideñas 2012. Aunque aún no hemos probado ni la mitad de las que compramos (otra vez se nos fue de las manos…), el número es más que suficiente como para hacer un post resumen.

De las pocas belgas que conseguimos este año (esto si que es una excepción) claramente sobresalen dos nombres: Vicaris Winter y Struise Tsjeeses Reserva Bourbon. La primera porque aún estando muy cerca de una típica belga oscura subida de tono, no se encuentra descompensada en cuanto a carbonatación, alcohol, especias ni tampoco dulzor. Contundente, sí, pero muy bien hecha. La segunda es otro ejemplo, mejor ejecutado y redondeado aún, de que las belgas de navidad no son clones las unas de las otras. Muy golosa, rebosante de notas a azúcar candy, fruta madura y confitada, el lógico toque aportado por el paso por madera dando un punto de complejidad extra, y todo ello formando un conjunto cuyo equilibrio es digno de elogio.


Más típica la primera, más especial la segunda, pero excelentes las dos.



Una de las más gratas alegrías estas pasadas fiestas vino de la mano de la Samuel Smith Winter Welcome 2012-13, una británica estacional, sin el alcohol ni las especias por bandera, pero con un toque acaramelado, destellos de toffee y nueces, todo ello equilibrado por el inconfundible carácter de los lúpulos británicos, consiguiendo un trago sin excesivos alardes pero que engancha poco a poco hasta enamorarte. Muy recomendable (y si queréis maridaje aquí tenéis uno :P).



La siguiente es una de esas cervezas a la que le tenía muchas ganas desde hacía varios años, la Schlenkerla Eiche. Cómo se trata de una elaboración estacional (sale a principios de diciembre) que no la había visto por estos lares antes, nos armamos de valor e hicimos un pedido directamente a la fábrica. Se trata de una doppelbock ahumada sublime, en la que a diferencia de sus hermanas se usa roble en lugar de la aromática madera de haya. Con todo, se consigue una cerveza en la que el ahumado no es para nada estridente (si es que esas estridencias pueden ser consideradas como tales), aunque los recuerdos a madera, bacon y los toques ahumados siguen presentes. Un trago casi divino que la convierten en una de mis cervezas teutonas favoritas.



Otra elaboración que nos dejó gratamente sorprendidos, aunque a otros nivel, fue la canadiense Dieu Du Ciel Rescousse. Se trata de una Altbier de 5,3%, por lo que de navideña o invernal no tiene más que la etiqueta, pero su buena factura merece como mínimo que la mencione. Rebosantes notas cereales, un punto cítrico y frutos secos en nariz, y en boca tomando un mayor protagonismo el lúpulo, con notas herbales, hacen de ella una cerveza refrescante y ligera pero igualmente apetecible independientemente de la época del año.



Sin pensarlo mucho el apelativo de rareza de las navidades se lo lleva una tricolaboración entre la noruega Nogne Øy las estadounidenses Stone y Jolly Pumpkin, llamada Special Holiday Ale. La primera es conocida, entre otras cosas, por sus maravillosas imperial stouts y porters, el lúpulo es la seña de identidad de la segunda y finalmente las sour ales son las elaboraciones que dan más fama a la tercera, pero en este caso los ingredientes eran salvia, castañas y bayas de enebro, con lo que no sabía qué esperar. Servida en copa apareció un petróleo de color azabache profundo, con una sugerente espuma beige no excesivamente persistente. En nariz era una explosión herbal y medicinal, realmente peculiar, con recuerdos a melaza, romero y salvia, unos puntos balsámicos, enebro, algo de pimienta de Jamaica… En boca seguía igual, quizás con el añadido de un punto mentolado y a regaliz, así como tostados y cacao más de fondo. Una elaboración realmente compleja, sin estridencias pese a su peculiaridad, para tomar a pequeños sorbos, pero que seguramente generará tantas opiniones a favor como en contra. A nosotros sin duda nos maravilló.



Si la anterior era una elaboración distinta, la Haandbryggeriet Nissemor no se queda atrás. En copa muestra un precioso color marrón muy oscuro, casi opaco, y una bonita espuma de color beige intenso, burbuja pequeña y excelente retención. En nariz muestra un dueto muy marcado, por un lado frutas dulces y confitadas (orejones, dátiles, pasas…) y más en el fondo aparecen notas torrefactas y a café. En boca entra dulzona, otra vez las citadas frutas, que rápidamente se ven cortadas por el lúpulo herbal y la malta torrefacta, dejando una sensación seca pero refrescante. Final corto, sabrosa pero de cuerpo ligero y una carbonatación excelentemente integrada. Una cerveza sorprendente, distinta, fácil de beber y que me enamora más si cabe de esta microcervecera noruega tan dada a las elaboraciones peculiares, que no a experimentos como ocurre con otras nórdicas.



Y con esta curiosidad damos por cerrado el listado que de cervezas estacionales que han caído hasta el momento. No nos queda más que dar las gracias a los compañeros de Observatorio Cerveceropor la propuesta y desear que los demás colegas blogueros se unan a ella.

Brochetas de cordero con Samuel Smith Winter Welcome.



Ya se sabe que con el invierno tendemos a refugiarnos más en casa. A cada uno le da por una cosa y a nosotros, además de beber cerveza, cómo bien sabéis, nos encanta cocinar. Una de las recetas que más nos gustó estas pasadas navidades, y que nos sirve de paso para recuperar la olvidada sección de El Lúpulo Cocinero, es la que os detallamos a continuación, sacada de un libro pero modificada ligeramente, en la cual se usa una cerveza de temporada como ingrediente, la Samuel Smith Winter Welcome, y también la empleamos como maridaje.


Ingredientes (para unas 10-12 brochetas).

 En la foto podéis ver los ingredientes para 2 personas (4 brochetas).


< Para las brochetas >
- 1/3 taza de aceite de oliva
- 1/2 cucharadita de canela
- Jugo de 1 limón
- 1 cucharadita de hojas de romero frescas, sin tallos y picadas
- 1 diente de ajo picado
- 1 kg de carne de pierna de cordero deshuesada, limpia y cortada en cubos de 2,5cm de lado.
- 3 peras maduras y firmes, sin corazón y cortadas en trozos similares a los de la carne.
- 2 pimientos rojos sin semillas y cortado en cuadrados de 2,5cm de lado.
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de pimienta negra recién molida
- 1 cucharada de aceite de girasol.

< Para la salsa >
- 1/2 pinta de winter ale acaramelada y ligeramente especiada.
- 2 cucharadas de azúcar morena.
- 2 cucharadas de mantequilla cortada en trozos
- Sal y pimienta negra recién molida.

Procedimiento.

1. Mezclar en un bol el aceite de oliva, la canela, el zumo de limón, el romero y el ajo. Añadir la carne y revolverlo todo hasta que ésta última quede bien pringada.
2. Dejar marinar durante unas 3 horas en el frigorífico. Pasado este tiempo recuperar la carne y desechar la marinada.
3. Descorazonamos las peras y las cortamos en cubos. No es necesario quitarles la piel. Limpiamos también los pimientos rojos y los cortamos en cuadrados del mismo tamaño que la carne y las peras.
4. Juntamos la carne, las peras y los pimientos en un bol y salpimentamos. Luego ensartamos alternativamente los ingredientes en pinchos de madera (son preferibles a los de metal porque éstos últimos cuecen la carne en exceso y no nos interesa).
5. Para la salsa reducimos la cerveza hasta la mitad, unos 2 o 3 minutos, en un cazo. A fuego lento añadimos el azúcar moreno y removemos hasta que quede bien integrado con el líquido. Retirar del fuego y añadir la mantequilla. Remover bien hasta que quede bien uniforme. Sazonar con sal y pimienta.
6. Una vez la salsa hecha o al mismo tiempo ponemos los pinchos a dorar en una plancha con un poco de aceite de girasol. Tienen que alcanzar un color marrón dorado y por dentro no estar demasiado hechos. De 2-4 minutos por cada lado del pincho debería sobrar.
7. Servir la salsa en pequeños recipientes o verterla por encima de la carne ya emplatada, según gustos.



Maridaje.

En cuanto al acompañamiento, tengo que reconocer mis temores previos. Pensaba que una carne de sabor tan marcado como suele ser la del cordero, además, en este caso aderezada con hierbas y especias, sería un hueso muy duro de roer para una cerveza con tan poco alcohol (6%) como es la Samuel Smith Winter Welcome. De hecho fue una cerveza muy bebible, pero afortunadamente gracias a sus notas acarameladas así como a frutos secos hizo frente al plato mucho mejor de lo esperado. Una de las claves creo que fue que la carne no quedara muy hecha, con lo que el sabor no fue tan fuerte. En conclusión uno de esos maridajes que no dudaremos en repetir otros años durante ésta época. Muy rico.



Para finalizar, no nos queda más que animaros a hacer la receta. Realmente es muy sencilla ya que el trabajo más tedioso como limpiar la carne os lo puede hacer el carnicero. Eso sí, en caso de lanzaros a la cocina, contad que tal os ha resultado.

Y… ¡Bon profit!

Las mejores cervezas del año. 2012.



Si hace pocos días publicábamos un corolario con algunas de las entradas que desfilaron por el blog a lo largo del 2012, hoy vamos a comentaros las cervezas que mejores sensaciones nos dejaron a lo largo del año.


Artesanas locales.

Para empezar, quería hacerlo con las cervezas de aquí, ya que sin duda, comparado con los años anteriores, el ya pretérito 2012 ha marcado un salto no solo en lo cuantitativo, que en el fondo es lo menos importante y más con tan poco recorrido como tiene el "movimiento" (o moda, o cómo cada cual quiera llamarlo...), sino sobretodo en cuanto a calidad. Ha habido varias elaboraciones que me sorprendieron por su nivel realmente destacable pero por encima de todas hay dos que no por conocidas y aclamadas dejan de merecer todos y cada uno de los cumplidos.

Hablo indudablemente de Naparbier y de Dougall’s, ya que el nivel enorme de sus cervezas, ligado a una constancia encomiable ofrecida en cada lote, además del espíritu innovador y las constantes e interesantes novedades de los navarros, son dignas de todos los elogios habidos y por haber. Pero sería injusto hablar únicamente de estas dos así que abajo os dejo un listado con 6 auténticas joyas.

- Naparbier ZZ+ (antes Amber ale). No sé cuantas veces habré repetido esta cerveza a lo largo del año, en botella y en barril, algo que raramente ocurre por el simple hecho de que casi nunca repito una cerveza (habiendo tanto qué probar, ya sabéis…). Sin duda esta auténtica maravilla lo merece de sobras.
- Dougalls 942. Simplemente perfecta. Increíble lo bien atada que está por todos lados. Al igual que la anterior, una de las pocas que no me canso de repetir.
- Agullons Edgard. Una auténtica barbaridad. Si algún neófito en este mundillo quiere comprobar el porqué de tantos halagos hacia Carlos, ésta muestra de maestría lo explica muy bien.
- Guinea Pigs ‘95 (botella). No me gustan las elaboraciones con tanto bombo y platillo. El precio en este caso tampoco ayudaba mucho. Pero si hay que quitarse el sombrero con una Imperial IPA local al estilo yankie sin duda ésta lo merece. Felicidades a sus padres.
- Marina The Grim North. Esta black IPA hecha en colaboración entre los hermanos de Blanes con Steel City nos enamoró lenta y sutilmente a cada trago. Una auténtica delicia.
- Laugar Pasote. Estos mozos con txapela rebosan tanto cachondeo como maestría a la hora de hacer cerveza. Espero que por fin este 2013 podamos encontrar sus cervezas de forma algo menos clandestina y comprobar que las buenas sensaciones no responden a  extrañas chiripas del mundo homebrewer, de lo cual estoy completamente seguro.
- Reptilian Marranada 2.0. Para mí, Mediona 2012 fueron muchas y muy buenas sensaciones, pero sin duda Isaac y esta pequeña joya en barrica me dejaron terriblemente enamorado.
- El Oso y el Cuervo Oso Negro. La última sorpresa del año vino en el BirraSegura, pero no por última es menos interesante. Una imperial stout muy bien hecha y alejada de las modas yankies imperantes. Habrá que seguir muy de cerca a estos hombretones toledanos.

 Parece mentira que esta bonita etiqueta haya pasado a mejor vida...

USA.

Aunque el número de elaboraciones probadas este año provenientes del otro lado ha sido menor, la calidad de algunas de ellas las sitúan sin duda entre algunas de las mejores cervezas que he probado en mi vida.

- Stone Ruination. Una auténtica bomba de lúpulo de la costa oeste estadounidense hecha cerveza.
- Lost Abbey Angel’s Share. Posiblemente una de las cinco mejores cervezas que probamos en todo el 2012. Un elixir de dioses o de ángeles… igualmente la cosa queda arriba…
- Founders Dirty Bastard. La cerveza que hizo replantear mi animadversión hacia las Scotch ales, una elaboración mucho más allá del simple alcohol y dulzor.
- The Bruery Fruet. Otro elixir al estilo de la citada Lost Abbey, también en barrica de Bourbon. Gentileza del buen colega Eric, venida en su maleta directamente desde los USA. Un locurón de cerveza.
- Alpine & New Belgium Lips of Faith Super IPA. Otro detalle de Eric para el evento de Zombier el pasado octubre en el Drunk Monk. La demostración de porqué los estadounidenses son unos ases al trabajar el lúpulo.
- Brooklyn Black Chocolate stout. Cuando vi que esta elaboración de apariencia tan humilde tenía un 100 en Ratebeer quedé realmente sorprendido. Tras probarla no puedo sino deciros que si la encontráis no dudéis en comprarla. Maravillosa.
- Sierra Nevada Celebration. Otra demostración más de que micro vs. macro no es más que una batallita de números que interesa a unos pocos. Buena cerveza es lo que importa y ésta lo es sobradamente.

 Qué gran fin de semana en buena compañía pasamos en el Drunk Monk.

Bélgica & Holanda.

Los clichés casi siempre son malos, y creer que estos países son aburridos y/o repetitivos es uno de ellos. Por suerte hay numerosas elaboraciones que demuestran lo contrario.

- De Dolle Boskeun. Las cervezas belgas estacionales son mucho más que una simple estrategia marketinera. Simplemente fantástica.
- Alvinne Land van Mortagne. Ver sus temibles 13,9% de alcohol escritos en la etiqueta asustan hasta el belgófilo más avezado. Lo maravilloso es comprobar lo bien compensados que están, entre otras muchas deliciosas razones.
- 3 Fonteinen Oude Kriek. La mejor lambic de frutas que he probado hasta el momento. ¿Hace falta decir algo más? ;)
- Cantillon Iris y Cantillon St. Lamvinus. Si no te gustan las cervezas espontáneas quizás éstas te cambien esa impresión. Para los demás, supongo que simplemente nombrar Cantillon será suficiente...
- De Molen. Elegir una sola elaboración de ésta prolífica y reputada cervecera es una tarea complicada. Me enamoró su Hemel & Aarde Bruichladdich, una imperial stout envejecida en barrica de whisky escocés, pero también SSS, otra imperial stout hecha recreando una antigua receta londinense de 1914 por el reconocido escritor Ron Pattinson.

¡I love Cantillon!

Alemania.

A paso lento pero firme, sin olvidar las buenas tradiciones, es como avanzan los teutones.

- Schneider Weisse Tap X Nelson Sauvin. Una sinergia magnífica entre la vieja y la nueva escuela, weissbiers y lúpulo de nueva generación. Deliciosa.
- Freigeist Deutscher Porter. Una elaboración que no deja indiferente a nadie, hecha con sal y con el toque “funk” del amigo Brett. Innovación a la alemana para emular un estilo ya perdido.
- Uerige Doppelsticke. Si la anterior era la originalidad, Uerige es la tradición y el buen hacer. Hasta probar ésta, las Alt no me habían llamado precisamente la atención pero esta delicia me dio una vuelta a la cabeza que aún dura. Un joyón.
- Ayinger Jahrhundert. Si en su momento la Celebrator, su doppelbock, me dejó alucinado, esta helles bock no se queda atrás. Un 10 de cerveza para repetir hasta el infinito… y más allá…

Juntar lúpulo neozelandés a una buena weiss bávara no podía salir mal.

Reino Unido

Influenciados cada vez más por la actual ola yanquie, los británicos no olvidan las buenas tradiciones, y eso se agradece.

- The Kernel – casi cualquier IPA o Pale ale de barril y muy fresca. No tengo palabras para describir el goce vivido con las cervezas de estos londinenses. Asombrosas, adictivas, sin nada que sobre ni nada que falte. Simplemente perfectas.
- The Kernel Export Stout London 1890. Como no sólo de lúpulo vive el hombre, esta botellita inspirada en una vieja receta nos enamoró desde el primer sorbo. Su diseño austero invita a concentrarse en su contenido, y con razón.
- Robinsons Old Tom. Una old ale de la vieja escuela. Infinitamente recomendable.
- St. Peters Winter ale. Hablar de St. Peters es hablar de una institución en U.K., pero hacerlo de una cerveza estacional no es lo más habitual. Sin duda esta winter ale me dejó fascinado.
- Fullers Past Masters Double Stout. Una stout realmente deliciosa hecha según una receta de finales del s.XIX me reafirma en lo interesante que es esta serie lanzada por Fullers.

 Estos londinenses son unos genios.

Italia & Francia

Nuestros vecinos del norte y del este llevan metidos en la vorágine artesana desde hace unos cuantos años antes que nosotros, y eso se nota.

- Toccalmatto Zona Cesarini (barril y botella). Esta maravilla elaborada con lúpulos que aportan recuerdos a fruta tropical tiene tanto de bien hecha como de adictiva, y en barril es algo demasiado. ¡¡Ufff!!
- B. del Ducato Verdi Black Jack. Una increíble imperial stout rebosante de notas aportadas por su paso por barrica de whisky Islay. Maravillosa.
- Baladin X Fumé 2006. Un cervezón de copa que pudimos disfrutar gracias al buen amigo Txema. Para beber a sorbos pequeños y paladearla lentamente.
- Birrificio Italiano Extra Hop(barril). Una pilsner terriblemente adictiva elaborada con cantidades ingentes de lúpulo Tettnanger fresco. Una delicia.
- Philomenn stout. En nuestro periplo por la Bretaña francesa hubo varias stout que nos gustaron mucho pero sin duda esta elaboración del norte bretón, con notas a turba y torrefactos fue la que más de todas, y con diferencia.
- Les Fous Mild (hand-pump). Aunque los cerveceros procedan de U.K. y de Irlanda, y todas sus cervezas tengan el sello brittish bien marcado, lo bien cierto es que este brewpub se sitúa en el corazón de la preciosa Bretaña francesa. De todas sus elaboraciones, esta mild tirada a en hand-pump fue la más grata revelación.

 Esta pequeña joya comprada hace algo más de un año en la tienda de Alvinne fue una deliciosa sorpresa.

Norte de Europa.

- Haandbryggeriet Odin’s Tipple. El perfecto ejemplo de porqué amo las cervezas oscuras, con cuerpo, y de textura cremosa elaboradas en los países nórdicos. Cada sorbo a esta imperial stout es como un chispazo al corazón.
- Amager Galanthus Nivalis. Otro elixir para dioses (y van unos cuantos a lo largo del post…). En este caso una barleywine envejecida 13 meses en barrica de porto. Lo peor, que se termine la botella.
- Nogne #500. Con ésta joya brindamos por San Lúpulo y quedamos absolutamente fascinados. Si todas las imperial IPA de color oscuro fueran tan buenas como ésta, habría muchas menos discusiones semánticas y estilísticas.

 - sobran las palabras -

Cajón de sastre.

Y no podían faltar unas pocas elaboraciones de algunos países sueltos pero que merecen una mención especial.

- Pilsner Urquell ed. 170 aniversario(barril) (R. Checa). Hay quien dice que beber esta pilsen sin filtrar ni pasteurizar en las instalaciones de la fábrica es toda una experiencia. De ello estoy seguro, pero la edición que sacaron este 2012 en barril y botella para conmemorar su 170 aniversario es sin duda algo también muy especial.
- BFM Cuvée Alex Le Rouge 2010 (Suiza). Una curiosa y muy compleja cerveza a caballo entre una imperial stout y una sour ale, elaborada con pimienta, vainilla, tabaco, lúpulo fresco… Muy pero que muy interesante.
- Zywiec Porter (Polonia). Una excelente baltic porter y en definitiva una gran cerveza hecha por una macro polaca. Abrirá los ojos a aquellos temerosos de las elaboraciones del oriente europeo.

 Jurassian I. Stout. Éstos suizos son unos ases haciendo birra pero tambien poniendo nombres.


Y esto es todo. El resultado final, un popurrí difícilmente catalogable: IPAs, I.stouts, belgas, ales británicas… Quizás el punto flaco hayan sido las pocas representantes centroeuropeas, pero intentaremos mejorar en este 2013 que tan negro nos quieren pintar algunos. ¡A todos vosotros, que este año os depare mucha y muy buena cerveza!