La Sènia Brewpub.



Por una de esas increíbles casualidades de la vida, justo hoy se cumplen 2 años desde que os habláramos de Cervesa Sènia, una de las microcervecerías valencianas. Más recientemente, hace como unos dos meses, estos jóvenes emprendedores decidieron apostar por abrir su propio brewpub, trasladando su base de operaciones desde Benifaió hasta Alginet, su población natal. Y aunque ya habíamos estado en estas instalaciones cuando estaban ultimando las obras, allá por el tórrido mes de agosto, no fue hasta ayer domingo cuando por fin pudimos acercarnos a verlo todo terminado y tomar unas cervezas, pasando una tarde-noche verdaderamente estupenda.


En cuanto al local, ya lo veis en las fotos, muy espacioso, de estética moderna, que no frío, con numerosos guiños a nuestra querida cerveza entre los cuales destacaría los originales espejos del fondo, además de las instalaciones de la micro bien visibles a la entrada.


Respecto a la cerveza poseen 7 tiradores además de una bomba de mano en la que suelen servir cask los fines de semana. Por el momento y por temas de producción sólo uno de los 7 tiradores está ocupado de forma fija por su cerveza, aunque ésta va rotando entre las diferentes elaboraciones que van sacando. La idea a corto plazo es que las referencias belgas y alemanas que ocupan los seis tiradores restantes acaben quedando relegadas como mucho a un par de tiradores.


 Cayeron unas cuantas pintas de su terriblemente adictiva “Tostà” con dry-hoppingde lúpulo Cascade tirada en hand-pump.

 
Pero cómo no solo de bebida vive el hombre, y menos en Valencia dónde salir a beber va indisolublemente ligado a comer a no ser que quieras asegurarte un fracaso estrepitoso en tu negocio, también poseen una carta no excesivamente larga pero sí muy cuidada. Tomamos dos hamburguesas (una con tomate seco realmente alucinante), además de unas croquetas bárbaras y unos mejillones tigres, todo casero como no podía ser de otro modo.


Por último, también comentar que en la amplia zona del fondo realizan conciertos de tanto en tanto, completando así una oferta muy amplia que pone a Alginet bien marcado en negrita en el mapa cervecero peninsular.

Así que ya sabéis, si venís por Valencia tenéis otra excusa ineludible para visitar. Sólo me queda darles mi más sincera enhorabuena por apostar de una forma tan clara por la cerveza en una población que a penas supera los 13 mil habitantes y se encuentra a casi 30 km de la capital del Turia, y en segundo lugar desearles toda la suerte para que les salga todo bien.

¡Molta sort companys!

Three Floyds: conjugando arte y cerveza.



Este noviembre hemos pensado en dedicar el post de las etiquetas de cerveza a Three Floyds Brewing, otra cervecera estadounidense (y van…), situada en Munster, Indiana, en la zona de los Grandes Lagos. Fundada en 1996, actualmente produce, como tantas otras crafts estadounidenses, decenas de cervezas distintas. Por desgracia a Europa no nos llegan demasiadas muestras pero aún así son conocidas algunas de sus colaboraciones con otras cerveceras europeas: Shark pants con De Struise, toda la serie de barley wines hechas con Mikkeller(Ruggoop, Boogoop…) o incluso Zes Zes Zes con De Molen. Pero por encima de todas está Dark Lord, una elaboración verdaderamente difícil de encontrar, una Russian Imperial stout que le ha dado una sobrada fama internacional hasta el punto de ser considerada (por los pocos afortunados que la han probado) una de las mejores del estilo. Independientemente de sus contenidos, la elección de la cervecera para ésta sección salta a la vista, ¿no? Vamos pues allá con algunas de sus más extravagantes elaboraciones.


Amon Amarth Ragnarök. 8.2%. Una Robust Porter elaborada con miel local y una pequeña proporción de maltas ahumadas. Las referencias a la mitología escandinava son un homenaje a Amon Amarth, una banda sueca de death metal cuyo nombre viene a significar Monte del Destino en sindarín, una de las lenguas élficas que creo J.R.R. Tolkien.



Arctic Panzer Wolf. 9.5%. Esta imperial IPA con nada más y nada menos que 100 IBU es una de las year-roundque produce esta conocida craft.



Black Heart. 9%. Esta seasonal es una imperial IPA que no tiene de yankie más que las manos de los elaboradores: levadura inglesa, lúpulos East Kent Goldings y Admiral, y maltas Simpsons. Homenaje a Black Heart Tattoo de San Francisco.


Arriba, la etiqueta primigenia. Abajo, el diseño a partir de 2010.



Brian Boru. 5.5%. 40 IBU. Ésta Irish Red Ale es otra de sus seasonals, y en este caso homenajean, como bien reza el nombre, a Brian Boru. Éste héroe irlandés perdió pronto a su madre a manos de los vikingos, quienes ocupaban Irlanda a finales del s. X. Esto le motivó a luchar contra éstos agrupando tribus dispersas hasta derrotarlos, convirtiéndose años más tarde en Gran Rey de Irlanda y uno de los símbolos del país. En cuanto al contenido de la cerveza únicamente utiliza Amarillo cómo lúpulo.



Gorch Fock. 5%. 25 IBU. Para que no se diga que los yankies no adoran las elaboraciones europeas, ésta es una seasonal que sale allá por julio inspirada en las Helles franconas, impecable base malteada, lúpulos nobles… Ya sabéis.



Mutiny and the Mollusk. 5.6%. Una Oyster stout hecha en colaboración con Half Acre Brewery (de la cual ya os hablamos por aquí).



Dark Lord. 15%. Qué decir de una de las Russian Imperial Stout más conocidas del mercado yankie… Pues que sale a la venta el último sábado de abril, el conocido como Dark Lord Day, con el cuello envuelto en cera cuyo color lo van cambiado año tras año, que hay colas incluso con reserva para comprarla en su brewpub (único lugar dónde la venden)… En fin, que quitando todo ese maquinaria marketinera al más puro estilo Westvleteren pero a lo yankie, no le haría ascos si me la ofrecieran.



Evil Power. 7.2%. Una pilsner subida de tono elaborada como homenaje al disco con el mismo nombre que la banda de trash metal Lair of the Minotaur, de Chicago, sacó en 2010.



Rye Da Tiger. Imperial Rye IPA. Se trata de una versión “doble” o “imperial” de la Rye’d da Lightninghecha como homenaje a Reckless Records, una tienda de Chicago en la que se pueden comprar CD’s, DVD’s, vinilos… tanto nuevos como de segunda mano.



Zombie Dust. 6.4%. 60 IBU. Según palabras suyas, tras el Apocalipsis zombie ésta American Pale Ale con Citra como único lúpulo será el único respiro que tendremos…



Y aunque elaboran muchísimas más cervezas, éstas son algunas de las que más nos han cautivado tanto por dentro como sobretodo por fuera. Ahora, como siempre suelo decir en ésta sección, sólo nos queda esperar a que alguien nos las haga llegar.

Para más información en http://www.3floyds.com

Crónica Aniversario Zombier (III): Velada final en el Drunk.



Tras la estupenda comida en el Freiburg nos fuimos escopetados hacia Mataró, dónde nos esperaba Joan (Birraire). Tras los pertinentes y esperados saludos, se sacó una tentadora cajita repleta de cascos vacíos (sí, un suertudo se asombra casi a partes iguales con el contenido y con el envoltorio). Tras ello nos fuimos juntos hacia el Drunk Monk, dónde nos esperaba la segunda jornada de celebración del aniversario de Zombier.

Repasamos nuevamente los barriles disponibles, aunque primero, y profundamente seducidos por las flamantes neveras, decidimos compartir algún botellón con Joan. Una saison era una opción inmejorable para empezar y tras el asesoramiento del maestro Sven, nos decidimos por una Fantôme Santé 16, cerveza y serie (Santé) que apoya causas solidarias.

 Caí profundamente enamorado de ésta cerveza.


Aún sin terminárnosla, llegó la hora la primera presentación, nuevamente y para quienes no pudieron asistir el día anterior, de la European Sour Blend, como bien dice el nombre, un blend a cuatro bandas (Alvinne, De Molen, Haandbryggeriet y Loverbeer). Tras disfrutar y paladear casi de forma mística la Fantôme nos pusimos con la E.S.B., que nuevamente nos gustó y mucho.

Casi sin pestañear vino otra presentación, en este caso de Bruno Carilli y sus Toccalmatto, de las que ya habíamos dado buena cuenta en barril el día anterior.

 Arriba, Bruno con uno de sus tentadores “retoños”.


Impaciente por la renovación de los barriles pinchados me crucé con Eric (también conocido como el estadounidense suministrador de placeres…) en la zona de barra, quien nos invitó a salir y probar la cerveza que hace en su casa. Copa en mano me dispuse a probarla cuando de repente nos avisaron de que Valter Loverier iba a presentar algunas de sus cervezas, las Loverbeer, así que otra vez para adentro que nos fuimos.

 Valter, un encanto de persona.


Con una copa de su Christmas de barril, detalle del Drunk Monk, cerveza de precioso color rojo y muy marcada de especias y frutos rojos (de la que por cierto no tengo foto) compartimos un rato bien agradable con Dani de CerveTV, alguien cuyo trabajo admiraba desde antes de conocerlo y que os recomiendo seguir muy de cerca.

Pero otra vez, una miradita fugaz y picarona me instó a salir fuera para no perderme la que allí se iba a montar. De nuevo Eric, con otro detallito, este caso Lips of Faith, una colaboración entre Alpine y New Belgium, que según he podido ver a posteriori por la red, no es que sea difícil de conseguir en Europa, que eso ya lo suponía, sino también en los propios USA. Sobre la cerveza, pues una Imperial IPA estadounidense de libro hasta la última gota, rebosante de lúpulo (Amarillo, Columbus, Centennial y Simcoe son puro ADN yankie), verdaderamente deliciosa.

 Quien pudiera vivir en USA para poder tomar joyas como éstas…


Por esas alturas, el descontrol que llevaba era tal que ya no sabía ni si entrar, sentarme, salir, o directamente ponerme a tirar cañas detrás de la barra ;). Así que viendo la hora me dirigí a Jenny, la apuesta camarera cuya espalda descubierta provocó más de un mareo entre los y las allí asistentes, y le pedimos unos bocadillos, acompañados por unas Struise Black Berry Albert (un maridaje grotesco, lo sé, pero uno no tiene la oportunidad de repetir éstas cervezas todos los días…).

Con una mano en el bocadillo, otra en la cerveza, y de reojo viendo el partido de fútbol que muchos hacían como que no miraban pero no podían evitar, llegaron Joan y más tarde también los compañeros de Cervecearte.

Pero entonces, volvió a sonar la alarma yankie (es la penúltima, prometo no generaros más sufrimiento…) en forma de una Firestone Double DBA. Complejísima, con un marcado carácter especiado derivado por el paso por barrica, fruta dulzona, acaramelados, importante calidez a lo largo de todo el trago… ¡Una auténtica pasada!

 ¡Qué cosa más rica!


Tras el jolgorio, nos volvimos a sentar en la mesa, dónde Antonio (el diseñador de las etiquetas de Zombreaker del que ya os hablé en el primer post) se trajo una Haandbryggeriet Royk Utl Ild en botella (el día anterior la habían pinchado también de baril), la cual me dejó literalmente boquiabierto, peculiar sobre el papel (malta ahumada de Bamberg y lúpulos Amarillo), pero de ejecución impecable. Color negro petróleo y preciosa espuma beige, textura increíblemente sedosa, torrefactos y fruta oscura junto con un sabroso toque ahumado a panceta y ligeramente amaderado terriblemente adictivo. Una cerveza sensacional.

¡Gracias Antonio! ¡Una pasada!


Un rato después llegó el turno de abrir un par de cervezas más. La primera, la canadiense Charlevoix Vobiscum Lupulus, detalle de un servidor (aunque quede mal decirlo), que no terminó de convencer (aunque hubo algunos que, igual por compromiso, sí me dijeron que les había gustado bastante). La segunda, detalle de Sven, una Loverbeer Beerbera, y cómo bien reza su nombre… una “beerbaridad” de cerveza, sour ale con uvas madurada en barrica. Cítrica, acidez pronunciada que no descontrolada, muy afrutada en parte por el toque de las uvas utilizadas en su elaboración… ¡Genial!

 Sensaciones contrapuestas...

A partir de ese momento las fotos empiezan a escasear y la memoria a difuminarse. Muchas cervezas y mejores ratos sin prestar demasiada atención a las copas, ya sabéis. Sólo recuerdo que a Eric aún le dio tiempo a sacarse otra joya de la chistera, la The Bruery Fruet que algunos ya pudimos disfrutar la noche anterior, para regocijo de quienes no la habían podido probar pero también para los doblemente afortunados ;).

Luego, sesión de besos, abrazos, carantoñas, intercambios de mails, bronca de las camareras (las pobres, con muchas ganas de cerrar…), recogida de cascos vacíos (me puse las botas…) y, por desgracia, las despedidas. Y así, felices como unos críos, nos fuimos para el hotel cerrando un fin de semana verdaderamente épico.

Manolo y Sven. Cuántos podrían copiar un poco de la buena camaradería que reina entre estos dos supuestos “competidores” y dejar las envidias apartadas…


A todos, Eric “el rey de la birra estadounidense”, Joan “Mr. Maduixes”, Bernat “llúpols oxidats”, la gente de CerveTV; Juan y Josu, los cracks de Napar; los Laugar y sus barretinas; Kevin y Pep “els mariners”; la increíble representación de elaboradores internacionales: John de De Molen, Glen de Alvinne, Valter y Elena de Loverbeer, Jens y Helen de Haandbryggeriet así cómo Bruno de Toccalmato); Antonio Bravo, su gracia y sus pedazo etiquetas; els Caçadors de Cervesa; Mikel Rius, “Mr. Events”; Mr y Ms. Cervecita Nuestra; Joan Roma; el bon amic Txema y su colega Pere “Guinness-man”; la buena gente de Cervecearte; Loren Font y sus elaboraciones caseras; Álvaro “Petróleos”, Raúl “Bevirra” y el cotizado casco de la Thomas Hardy’s Ale; Joan “Birraire” y la magnífica velada en su compañía; Isaac “Rèptil-man”; Robert Merryman (em va faltar compartir més temps amb tu); el auténtico crack de Manolo, humilde como pocos, y todo el equipazo del Freiburg; Ivan y Anna de Cinc Titius, muy majos, y toooodas sus botellas…; Sven el Terrible (gràcies Txema) y sus preciosas ángeles de Charlie; y, cómo no, una mención especial a los buenos amigos Gabriel y Marya. ¡Geniales! A todos vosotros y a los que mi descarriada memoria me impida recordar vuestro nombre pero igualmente compartimos algún rato agradable, muchas, muchísimas, “muchichérrimas” gracias. Fue un estupendo fin de semana que ojala podamos volver a repetir y compartir el año que viene.

Crónica 1er Aniversario Zombier (II): Nos vamos al Freiburg!



Tras una tarde-noche tan intensa como la anterior parecía complicado levantarse el sábado con un estado físico medianamente decente. Pero lejos de esperar de nuevo hasta la noche para repetir velada en el Drunk Monk, nos habíamos citado con Manolo y su equipazo en el Freiburg. Demasiadas tentaciones nos aguardaban como para rehuir a ellas…


La primera incitación para que nos plantáramos allí poco después de las 12 del mediodía era ni más ni menos que la Pilsner Urquell sin filtrar de barril, algo con lo que tanto tiempo había soñado gracias a las repetidas alabanzas del compañero Max y que pensaba que no podría disfrutar hasta pisar territorio checo. Respeto y admiración por un lado, y algo de miedo también por si tanta fascinación se traducía en una decepción, eran las sensaciones previas a probarla. Pero cayó el primer sorbo y… ¡¡A gozar!! Qué bárbara! Y menuda diferencia respecto a la que nos llega en botella... muchos recuerdos cereal, a levadura y pan, un adictivo toque cítrico y herbal... me recordó a algunas kellerbier alemanas de las que cada día estoy más enamorado. Lo malo es que no sé cómo vamos a saciar las ganas de pils de ahora en adelante...

 


El segundo homenaje no tardó en llegar, agarraros bien a la silla: ¡unas botellitas de Dogfish Head 90’! Aunque ya la había probado con anterioridad precisamente gracias a la generosidad de Gabriel, igualmente me supo a gloria. Si alguna vez tenéis la suerte de poder probar alguna y que además el lúpulo esté como en este caso suficientemente fresco (complicado pero no imposible) os aseguro que empezaréis a pensar en si tramitar el cambio de vuestro apellido por el nombre de este blog… Palabra de Lúpulo ;).



Y ya lo dice el refranero, cómo no hay dos sin tres, llegó una Hornbeer Caribbean Rumstout, detalle de Manolo, quien por otra parte no se dejaba maravillar ante tanta “estrella” delante de su barra y curraba como ninguno.


Maravillosa. Color negro impenetrable, espuma beige intenso muy sugerente, aromas a café y torrefactos, textura oleosa en boca, con notas también torrefactos, el lógico punto aportado por el ron en forma de notas afrutadas muy bien integradas en el resto del conjunto, alcohol perfectamente escondido, intensa y muy sabrosa, sí, pero todo muy bien integrado. Para beber a sorbos muy pequeños y deleitarse una hora sin cansarse. ¡Bestial!

Por esas alturas nos cruzamos con uno de los Caçadors de Cerveses, con quien compartimos birra y estuvimos charlando muy agradablemente un buen rato. Gente muy, muy maja!

Iba pasando el rato y con tal elenco de neveras evidentemente teníamos que pedir alguna cosa antes de la comida. La elegida fue una Weyerbacher Hops Infusion (tengo que recuperar la reputación venida a menos que da nombre al blog…), con lo que ya os podéis imaginar el contenido, mucho lúpulo pero bien asentado sobre una estupenda base malteada. Una muy notable cerveza.



Y llegó la hora de comer, todos juntos, que no revueltos (bueno, tras el tute de la noche anterior, el estómago de más de uno igual sí estaba un tanto agitado…). Cosillas para picar, bocadillos, cervezas de barril (Agullons y Naparbier de barril, bien ricas). Todo estupendo a excepción de ver a Manolo ir arriba y abajo como la hormiga atómica ;).

A mitad de la comida llegó una tropa de pitufos euskaldunes con barretina catalana: los Laugar! Y cómo no se dejan sentir ni nada… Pues fiesta al tanto!

 El ambientazo de los Laugar fue tal que hasta Glenn (Alvinne) terminó con txapela (personalizada y todo...). John (De Molen), otro crack!


Luego se incorporó a la mesa Mikel Rius(BBF), y también pudimos saludar a la gente de Cervecearte (sí, los que propusieron la estupenda propuesta de San Lúpulo) así como a Álvaro(Petróleos) y Raúl (Bevirra), ambos acompañados de sus respectivas parejas.

Se acercaba la hora de ir pensando en marcharnos de nuevo a Mataró, pero aún hubo tiempo para dos, mejor dicho tres, buenas sorpresas.

La primera, una copita de destilado de cerveza (no recuerdo de cuál en concreto), muy cercano a algún whisky como comentaron varios de la mesa, contundente pero muy interesante.

 Por si alguien lo dudaba, no se trataba de una cata de aceites… ;)


La segunda, Maduixet, una cerveza elaborada por Joan Montasell, a.k.a. Birralta, un homebrewer con el que tuvimos el placer de charlar largo y tendido la noche anterior, y que nos dejó muy gratamente sorprendidos.

 Los vasos no tardaron en quedar vacíos…

Y tercero y para finalizar, ya sobre la bocina y con medio pie fuera del Freiburg (por lo visto, igual que en el Drunk, si no vas borracho no puedes salir de allí ;D) Manolo sacó unas botellas de Agullons Setembre, para deleite de los elaboradores internacionales y de todos los allí asistentes!

Y así, un pelín tristes por no poder quedarnos más (faltaba poco más de una hora para que empezara el segundo round en el Drunk Monk) nos fuimos, extasiados de placer y agradecidos enormemente por habernos sentidos como en casa, y además de corazón.

 El alma máter en su salsa…

Andrés, Joel, Jose, Valentín, Ángel, Sergi y, cómo no, Manolo, ¡sois todos MUY PERO QUE MUY GRANDES! A seguir así! Ya estamos deseando volver a vuestra casa!

CHILE: LA PRESA MÁS APETECIDA


Archivo:Fuerza Chile 2010.jpg


Angélica Mora
 Apuntes de una Periodista
Nueva York

Los pueblos no aprenden y los que aprenden pueden olvidar rápidamente las lecciones del pasado.

Los regímenes que quieren dominar América Latina no olvidan que les falta la adquisición más valiosa, Chile.
Los gobiernos de Cuba y Venezuela hicieron lo imposible hace dos años para que llegara al poder, en ese país austral, un candidato izquierdista.
Hay que recordar que la última elección presidencial de Chile se realizó en dos etapas:
Cuatro candidatos se presentaron en una primera vuelta, realizada el día domingo 13 de diciembre de 2009, en conjunto con elecciones de diputados y senadores.
Debido a que ninguno alcanzó la mayoría absoluta de los votos, se realizó una segunda vuelta el 17 de enero de 2010, entre el candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, y el representante de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera.
Piñera, con el 51,6% de los votos, se convirtió en el primer centroderechista desde 1958 que logró ser electo presidente de Chile, rompiendo así una sucesión de veinte años de gobiernos de la Concertación.
En la primera vuelta quedó eliminado el candidato izquierdista Marco Enríquez Ominami, conocido bajo el jocoso espíritu de los chilenos por las siglas de su nombre, MEO.
MEO era el candidato al que apostaban Cuba y Venezuela.
Cuando Ominami perdió en la primera vuelta, hubo pataletas en los palacios de La Revolución y en Miraflores. El régimen cubano buscó culpables y los encontró en Max Marambio, un empresario chileno que dirigió la campaña presidencial de MEO. Marambio fue condenado -mediante un juicio en ausencia- a 20 años de cárcel en Cuba, por delitos de estafa, cohecho y falsificación de documento público.
Hoy, aunque faltan dos años para las nueva elecciones presidenciales en Chile , el clima político que se vive es activo.
Los gobiernos de La Habana y Caracas tienen sus ojos puestos en las elecciones presidenciales chilenas del 2014, y han formado una plataforma firme para lograr los votos que lleven al triunfo a un candidato de izquierda.
Las frecuentes visitas de chilenos a Cuba y Venezuela -como Camila y los grupos universitarios- son parte de la "formación política" que reciben de estos gobiernos socialistas.
Por otra parte, se da en Chile la constante llegada de miembros de contingentes cubano-venezolano "para adiestramiento político" de los chilenos en los centros de estudio y trabajo.
Toda esta maquinaria, presenta claramente el propósito final de castristas y chavistas, que es lograr apoderarse de esta nación andina, que se les escapó un 11 de septiembre de 1973 y que hasta el momento no han podido recuperar.
 La dolorosa lección del pasado debería primar  en las mentes de los chilenos y alertarlos del peligro frente a esta situación creada por Cuba y Venezuela, cuyos gobiernos no descansarán hasta tener en sus garras a Chile, la presa más desea

Gaviotas que se cansan

Llueve en Madrid y ya empiezo a salir de noche del trabajo. Sin tiempo para nada, ni tiempo físico ni el meteorológico. A mí este cambio de hora siempre me ha parecido un robo, por más que insistan durante todo el fin de semana en decir que nos regalan una hora para dormir.
Echo de menos el verano, los juegos olímpicos (que no las olimpiadas, que ya me lo sé), las cenas en la terraza, comer en casa a diario contigo, las tardes libres, las siestas que no dormimos y los comentarios del socorrista sobre nuestras siestas y cómo así desperdiciamos tener la piscina para nosotras y poder nadar a gusto (y sonreirnos y comentar luego que no sabemos si está de coña o si es que todavía no nos tiene caladas), la piscina, la playa o el lago y verte tumbada al sol secándote y tumbarme a tu lado. El tiempo, los tiempos. Las chicas en bikini, sobre todo la mía.

Tienes que pensar
que el mundo va a girar.
Lo quieras o no
tendrás que trabajar.

Verás salir el sol,
cruzarás la ciudad,
la inercia gris de los días
te arrastrará.

Niños Mutantes

Las chicas en bikini - Niños mutantes


Crónica Aniversario Zombier (I): 1er asalto al Drunk.



Como comprenderéis, resumir en un único post todo lo que tuvo lugar este pasado fin de semana es una tarea más bien complicada. Primero, por mi reconocida incapacidad de síntesis. Si no lo he conseguido en anteriores veces, no iba a ser ésta la excepción. En segundo lugar por todas las cervezas que casi sin dejarnos respirar fueron dándonos un gozo continuo y casi infinito a nuestras papilas. Finalmente, y más importante que todo lo anterior, por la cantidad y sobretodo la calidad de los buenos momentos vividos en excelente compañía durante dos días magníficos. Así que curándome en salud por si me olvido de algo, vamos allá con la crónica en tres, sí tres, partes.

Aviso previo a navegantes: cuidado con los cortocircuitos generados por las babas, cubriros los dientes con fundas que impidan que éstos chirríen y bajo ningún concepto sigáis leyendo si como un servidor sois propensos  a las envidias compulsivas.

Nuestro fin de semana particular empezó alrededor de las cinco de la tarde del sábado 26 de octubre. Nos juntamos unos cuantos en un hotel de Mataró. Primero saludamos a Gabriel y Marya de Zombier, quienes a su vez nos presentaron a los diferentes cerveceros venidos de fuera: Glenn de Alvinne, John de De Molen, Valter y Elena de Loverbeer, y finalmente Jens y Helen de Haandbryggeriet. Poco después llegó Ivan de Cinc Titius con Bruno, el maestro de Toccalmatto. Tras las presentaciones nos fuimos todos juntos hasta el Drunk Monk, dónde nos esperaban Juan y Josu de Naparbier, con los deberes bastante avanzados, así como Sven y todo su equipazo. Tras los saludos y los abrazos pertinentes, memorizamos clínicamente cuáles eran los barriles pinchados para seguir algún tipo de orden a la hora de ir probando las cervezas. Sólo hizo falta media hora para que todos esos planes se fueran al garete ya que los vasos iban de mano en mano casi sin tener opción de pensar ni anotar demasiados detalles (Juan no se callaba ni cosiéndole la boca… :P).



Para no aburriros mucho con todas las cervezas bebidas (por número y por los escasos y poco dilatados apuntes…) aquí os dejo algunas de las cervezas que más nos gustaron durante esta primera tarde. Para empezar, la Naparbier Zombreaker. La esperaba mucho más agresiva (en alguna parte leí que era una bomba de relojería…), pero en barril fue toda una gozada, muy aromática y sugerentemente lupulada en nariz, equilibrada en boca, sabrosa y con una buena base malteada. Estos pamplonicas se superan día a día.



Asombrosa también fue la Kernel Chinook. No tengo más que palabras de admiración hacia lo que hace esta gente y en este caso concreto además es muy complicado echar algo en falta o nombrar algo que sobre. Impecable. Otra perla fue la Alvinne Undressed en barrica de Burdeos, muy bien hecha, rebosante de frutos rojos, acidez bien atada, y para nada aparentaba tener los 6.9% de alcohol. Una pasada.



Subiendo de color no puedo olvidarme de la que para mí posiblemente fue una de las mejores cervezas en barril del fin de semana: Struise Black Berry Albert. Una auténtica gozada, aunque desgraciadamente no he rescatado ninguna foto decente! Toque amaderado y muy frutal por la barrica de porto, rebosantes notas a bayas, chocolate y un punto de café, sabrosa y compleja como ella sola. Me entran escalofríos sólo de de recordarla. Y de la misma casa, Struise Rio Reserva 2008, asombrosa, equilibrada como pocas veces he podido probar en este “estilo” (se supone que era algo así como una “quad”), también con paso por barrica (en este caso Bourbon), suavemente acaramelada, fruta dulzona, y un punto especiado entre el que destacaba la vainilla, consiguiendo un trago sublime.


Aunque pocas, también hubieron algunas sorpresas menos gratas. Destacaría la colaboración de Haand con Närke, la Union Øl, con mucho sabor a melaza, notas ahumadas y caramelo, algo que sobre el papel debería haberme gustado muchísimo pero que terminó cansando a unos cuantos por ser un tanto empalagosa. Tampoco nos convenció y por razones similares a la anterior, la colaboración entre Lervig y Mikkeller, Double Eye, muy alcohólica, pesada y corpulenta. Por último, la Loverbeer Papëssa, la cual por lo visto tuvo algún problema en barril ya que quienes la habían probado anteriormente la recordaban realmente buena.

Con un ambientazo genial llegó la hora de una primicia mundial (verdad de la buena…), la presentación de la E.S.B.(de European Sour Blend, y no del estilo británico Extra Special Bitter), una colaboración a cuatro bandas entre Alvinne, Loverbeer, Haandbryggeriet y De Molen. Los diferentes cerveceros nos fueron contando sus razones e implicaciones de forma muy distendida y entretenida. Glenn (Alvinne) contribuyó con su Undressed; De Molen con Lief & Leed, una red flandres; Haandbryggeriet con Haandbic, una lambic con arándanos rojos y grosellas que he podido probar en botella y gustó y mucho; y finalmente Valter (Loverbeer) aporto su Madamin, una amber ale en barrica.

 De izquierda a derecha, Gabriel (Zombier), John (De Molen), Glen(Alvinne), Valter (Loverbeer), Jens (Haand) y Sven (Drunk). ¡Menuda quíntupla!


El resultado, un blend verdaderamente redondo, nula espuma, con claro protagonismo del sello Alvinne en boca, una carbonatación muy ajustada, acidez marcada pero bien atada, muy frutal y vinosa y tremendamente fácil de tomar. Gusto mucho.



Tanta cerveza requería algo sólido para empapar y fue entonces cuando Sven y su equipazo se marcaron un buen surtido de excelentes embutidos que disfrutamos enormemente, aunque no sabría decir si nosotros más o los cerveceros internacionales (el jamón, de calidad enorme, voló en pocos segundos). Para “acompañar”, entre otras pedimos una ronda de Toccalmatto: B Space Invader (una “black IPA” impresionante), Zona Cesarini (una IPA con lúpulos neozelandeses que se convirtió en una de las mejores de la noche) y Skizoid (una IPA rollo yankie sobre la que varios coincidimos en que esperábamos más).

Más o menos por esas alturas llegó el amigo Txemacon su colega Pere. Con ellos pasamos un rato estupendo, quizás un tanto fugaz, pero ya se sabe que lo bueno si breve… También estuvieron la gente de Marina, con quienes también tuvimos un rato de agradable charla. Más gente se fue uniendo a la mesa, unos majísimos Antonio Bravo (el diseñador de las etiquetas de Zombreaker) y Joan Montasell (de quien os hablaré mejor en el siguiente post)... charlando de política, linguística, cerveza... En fin, de lo divino y lo humano.

Con Txema aún en la mesa, Gabriel se acercó con una mirada pícara y casi volando saltamos de la mesa corriendo hasta la parte posterior del Drunk, dónde Sven tiene su almacén. Allí nos encontramos con una maravillosa sorpresa. Eric, un amigo estadounidense de Virginia que había venido expresamente para este aniversario, se había traído consigo una caja con cervezas que no llegan a Europa ni en sueños, todas elegidas a conciencia y muy frescas aún con lo que eso conlleva a nivel de lúpulo, entre otros aspectos. Aunque me reiteraré en mis agradecimientos en el último post de este trío de crónicas, aprovecho desde aquí para dar las gracias a Eric por traerse todo lo que trajo y sobretodo por compartirlo con cuantos más, mejor. Un tipo realmente espléndido como pudisteis comprobar aquellos que le conocisteis.

La primera de sus cervezas fue una Firestone Wookey Jack, que según rezaba la etiqueta se trataba de una black rye IPA. Desde ya os digo que es una de las mejores cervezas que he probado nunca, maravillosa, lúpulo cítrico mascable, el punto inconfundible del centeno, amargor bien compensado, en definitiva impecable en todos los sentidos.


Arriba, así pintaba la birra. Abajo el personal revolucionado por ella. A la derecha Juan (Naparbier) mirando de reojo a Txema con cara de pensar “menuda cara de felicidad se le ha quedado al probarla…” ;).



Seguidamente vino otro joyón, The Bruery Fruet, la edición aniversario de este año de la cervecera, madurada en barrica de Bourbon y elaborada añadiendo cada año un poco de cerveza joven al blend de años anteriores, de un modo similar al que se utiliza con los vinos de Solera. Yo no se las veces que lo he dicho en este mismo post, pero sin duda sería de lo mejor que he probado nunca. Textura oleosa, complejísima, con pasas, higos, ciruelas, chocolate, madera, bourbon… aportando un posgusto cálido larguísimo. Un locurón de cerveza.


Arriba, repartiendo gozo… Abajo, Eric y una chiquilla muy guapa que andaba por allí ;).



Para acompañar, vino otro detalle en forma de tarta de chocolate para felicitar a Gabriel por su 1er Aniversario. Cosas como éstas hacen que cualquier halago hacia el Drunk Monk se quede corto.


 
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, BrunoCarilli, el maestro cervecero de Toccalmatto, presentó brevemente algunas de sus cervezas, atractivas tanto por dentro como por fuera. Poco después nos sirvió una de sus joyas, la Toccalmatto Russian Imperial Stout Bretta, añejada 13 meses en barricas de Sagrantino (un vino dulce italiano), y cuya presentación de la botella era maravillosa. Chocolate, torrefactos y un punto de fruta oscura dulzona, así como cierto toque astringente y amaderado. Sin palabras, y van…

 A la izquierda, la joya, y a la derecha, el orfebre.


Ya bien entrada la madrugada, Eric volvió a sacar otra bomba, The Bruery Tart of Darkness, una curiosa sour negra con paso por barrica, con mucha fruta oscura, cerezas, marcada acidez y astringencia potente, pero con un buen contrapunto por a la malta torrefacta. Excelente.


Y así, con algunas que otra cerveza más dimos por concluido el primer round. A la mañana siguiente nos esperaba Manolo y todo su equipazo en el Freiburg, así como la segunda ronda en el Drunk Monk ya por la tarde, pero cada cosa a su debido momento…

 La cara de satisfacción de Sven lo dice todo…