La cantimplora de las infusiones.



Quizás algunos de vosotros os hayáis cruzado alguna vez con el siguiente chisme.



Se trata de un artilugio ideado por la estadounidense Dogfish Head llamado Randall, concretamente la versión que pulieron en 2012 y fue apellidada como 3.0, y por lo visto es muy interesante para infusionar cervezas con diferentes lúpulos, especias, frutas, café y tantos ingredientes como seáis capaz de imaginar. Si estáis interesados en verlo lo tienen en el Drunk Monk de Mataró (desconozco si también está en algún otro bar de por aquí).

Pero en realidad no os quería hablar de ese invento sino de otro muy relacionado que demuestra por qué Sam Calagione, la cabeza más visible de Dogfish, es conocido por algo más que por elaborar algunas cervezas de calidad y muchas más excéntricas, y no es sino porque le encanta hacer dinero (alguno se preguntará ¿y a quién no?).


Hablo del Randall Jr., una versión digamos que bastante más sencilla (y mucho menos interesante también) de su hermano mayor. No en vano en su web se puede conseguir por algo menos de 20$, mientras que el Randall 3.0 cuesta unos 300$.


Habrá quien crea que exagero y que en lugar de dar publicidad a este tipo de inventos lo mejor sería ignorarlos dejando que cada cual decidiera si quiere tirar o no su dinero. Puede. Pero creo que hay veces que se nos va un poco la olla con ciertas modas que nos llegan especialmente de Estados Unidos y cobrar 20$, digámoslo sin rodeos, por un simple cachivache de plástico transparente que no llega a servir ni como cantimplora y que únicamente tiene como añadido un colador, es un completo disparate.

En fin, que voy a calmarme abriéndome alguna Imperial Pilsner dejada macerar con cagarrutas de civeta y añejada en barricas de licor de lagarto chino cantonés. ¡Salut!


* Todas las imágenes están tomadas de http://www.dogfish.com

Grodziskie/Grätzer: bebiendo un poco de historia.



Quienes sigáis habitualmente este blog conocéis de sobra que me encanta todo lo que rodea a esos estilos que en su momento vivieron tiempos mejores pero que desgraciadamente y con el tiempo su importancia y representación fue disminuyendo hasta llegar al punto de incluso desaparecer en algunos casos. Pero si hoy me hace especial ilusión este post es porque además de contaros algunas batallitas sobre el estilo puedo hacerlo tras haber probado unas muestras.

 Etiqueta tomada de aquí

El estilo que nos ocupa es de origen polaco y se llama Grodziskie por la población que lo vio nacer, Grodzisk Wielkopolski, pero como su momento ésta ciudad formó parte de Prusia el estilo posee dos denominaciones: la polaca, Grodziskie, y la alemana, Grätzer. Hay alguna fuente que apunta que fueron los nazis quienes obligaron a cambiar el nombre polaco al alemán y no fue hasta finalizar la 2ª Guerra Mundial cuando el término Grodziskie recuperó el protagonismo.


Versiones polaca y alemana. Etiquetas sacadas de aquí.


 

Localización de Grodzisk en Polonia.
Mapa sacado de aquí

Nos encontramos ante un estilo de cerveza del que se tiene constancia ya en el s.XIV y se estuvo produciendo ininterrumpidamente hasta 1993, cuando cerró la última fábrica de Grodzisk. Las versiones más modernas poseían un color ambarino, eran de fermentación alta y en su elaboración únicamente se utilizaban maltas de trigo ahumado en madera de roble. El hecho de poseer poco alcohol (siempre por debajo de los 4%) además de ser muy carbonatadas las hacía ideales para calmar la sed, permitiendo ser bebidas en grandes cantidades sin verse excesivamente perjudicado.

Lo bueno es que a principios de 2012 la cervecera holandesa Jopen y la alemana The Monarchy (hasta hace poco llamada Monarchy of Musseland o directamente MoM) decidieron ponerse manos a la obra y rescatar este estilo. Para ello contaron con la ayuda de los conocidos escritores e investigadores sobre cerveza Ron Pattinson y Evan Rail, además de Alice van der Kuijl, de la tienda De Bierkoning en Amsterdam, e intentaron ser lo más fidedignos al recrear este peculiar estilo.

 Cartel tomado de aquí.

En sus investigaciones descubrieron que antaño los cerveceros usaban corteza de sauce en su elaboración así que decidieron lanzar dos versiones, una clásica a la que llamaron Grätzer, y otra con la citada corteza a la que llamaron Grodziskie. Ambas se fermentaron con la levadura original y usando lúpulos Lublin y a finales de 2012 vieron la luz.

En cuanto a la Grätzer posee un color marrón pálido apagado, bastante turbio pero sin depósitos, con una bonita y persistente espuma blanca cremosa. En nariz destacan las notas a carne ahumada así cómo cereal (cáscara) muy marcado. Ya en boca es muy ligera, de trago muy fácil y con las notas del citado dueto a cereal y ahumado dominando el trago. Final bastante seco y con el lúpulo tomando protagonismo. Una cerveza muy peculiar que se asemeja a algunas kellerbierpor el toque a cereal y levaduroso y en el que el ahumado no evita que sea terriblemente adictiva y fácil de tomar.



La Grodziskie en cambio posee una espuma de porosidad algo mayor pero igualmente muy persistente, y también posee un aspecto algo más turbio. En nariz posee una menor intensidad que la Grätzer y el ahumado queda en un segundo plano, siendo el cereal y unas notas como especiadas y a incienso las que más sobresalen. En boca es un punto más ácida y menos amarga, descubriendo un toque como a goma quemada realmente muy peculiar y que no se me ocurre cómo explicar más que por la citada corteza. También es muy liviana y fácil de beber pero por el citado toque curioso quizás diría que eso de beberla en grandes cantidades no iría conmigo.



Sin duda dos ejemplos muy interesantes de un estilo verdaderamente peculiar que me reafirman en la creencia de que existe todo un mundo de estilos apasionantes por explotar más allá de esas elaboraciones actuales tan “lúpulo-dependientes”.

#IPAday 2013.



Tras un parón de algo más de dos semanas reemprendemos la marcha del blog con una de esas excusas que nos vienen brindadas sin esperarlas pero que no por ello podemos dejar de disfrutarlas. Hablo del #IPAday2013, un pretexto inventado en 2011 cómo no podía ser de otro modo por estadounidenses con el objetivo de que brindemos y disfrutemos al tiempo que compartimos nuestras experiencias bebiendo alguna muestra del que es a día de hoy uno de los estilos más prolíficos a nivel mundial, las India Pale Ale.

Cómo bien sabéis, el parón en el blog se debía a un viaje por Baviera del que os daremos más detalles dentro de muy poco* así que ¿por qué no celebrar esta festividad abriendo una IPA alemana? O mejor aún, ¿por qué no dos? Sí, habéis leído bien, dos IPAs provenientes de un país cerveceramente tan reticente con todo aquello que no sea el pan nuestro de cada día, es decir, las Weissbier, las Helles y las Dunkel Lager, pero que de algún modo aunque menos efusivamente también se está embarcando en la corriente actual capitaneada por el verde y resinoso Don Humulus lupulus.


La primera es la Riedenburger Dolden Sud IPA, cuyo aroma sorprendentemente fresco a lúpulo cítrico así como resinoso recuerda a muchas Pale Ale yankies, pero que en boca se ven desbordados por un torrente de recuerdos a fruta tropical un punto astringente y especiada que recuerda al mango y a la fruta de la pasión, pero también vagamente al níspero y la piña. Toda esta fruta se ve acompañada de fondo por una buena comparsa de notas dulzonas, a bizcocho y caramelo principalmente. Final seco y amargo bien atado, lo cual junto con una carbonatación muy bien integrada y lo mismo para sus 6.8% de alcohol, hacen de ella una IPA realmente fácil de tomar. Una muy grata sorpresa de factura bávara de la que reconozco no esperaba casi nada por otras elaboraciones bio y eco que hacen famosa a la marca.



En segundo lugar dejamos la Baviera más profunda para viajar hasta los alrededores de Colonia, donde se elabora la Fritz Imperial IPA. De buenas a primeras he de reconocer que me sorprendió mucho encontrar un color tan oscuro, pero acercando la nariz a la copa la sorpresa empieza quedar atrás quedando únicamente un enorme gozo para los sentidos: un sinfín de notas a caramelo, toffee así como fruta confitada envuelven abundantes notas resinosas y florales, que junto a la calidez y los vagos repuntes de alcohol hacen recordar más a alguna barleywine estadounidense y apetece más tomarla con calma que darle grandes tragos. A pesar de toda su base maltosa, los 102 IBUs se dejan notar mucho sobretodo hacia el final del trago, dejando la boca como si hubiera recibido un fuerte puñetazo con un lúpulo gigante como guante. Una bomba de lúpulo que a ciegas no hubiera dudado un segundo en adjudicarla a cualquier país menos a Alemania.



Y para acompañar éstas dos cervezas ¿qué mejor que un almuerzo a base de tacos mexicanos? ¿Que por qué? Pues como bien sabréis todas estas cervezas en las que el protagonista es el lúpulo funcionan a las mil maravillas con comidas picantes y rebosantes de sabores intensos como ocurre en este caso con el guacamole, el tabasco, los pimientos jalapeños y el cilantro.



¡Y recordad, aún tenéis todo el día por delante para brindar por el #IPAdayasí que no dejéis pasar esta excusa! ¡Que viva el lúpulo!




(*) A los que os preguntéis cuando verán la luz las entradas del viaje por Baviera os tengo que decir que aún tardarán un poco. Mientras, y con las neuronas trabajando bajo mínimos por culpa de este calor asfixiante, intentaré publicar al menos una entrada por semana antes de entrar nuevamente con las fuerzas repuestas en el mes de septiembre.

¡Nos vamos a Baviera!



Como algunos de vosotros ya sabéis, nos escapamos dos semanitas a Munich para aprovechar que un buen amigo está “exiliado” por aquellas tierras y así poder disfrutar, entre muchas otras cosas, de los encantos cerveciles de Baviera. Así que dejaremos el blog en standby y hasta la vuelta, aunque no prometo nada, iremos compartiendo alguna foto por Facebook para poneros los dientes largos ;).


A los que hayáis estado previamente por allí os agradecería que nos dieseis algún consejo y/o recomendación ya que no hay nada como la experiencia previa para enriquecer un viaje.

A la vuelta ya os contaremos qué tal las andanzas por las tierras del Hallertau, las Helles y las Rauchbier. ¡Hasta muy pronto!¡Prost!

De La Senne, un sinfín de colaboraciones y ediciones especiales.



Antes de hacer un pequeño parón en el blog del cual ya os daré más detalles el próximo lunes, hoy quería hablaros de Brasserie De La Senne, una cervecera belga que admiro profundamente desde hace mucho, mucho tiempo. Pero en lugar de extenderme con detalles, anécdotas y curiosidades sobre la fábrica y sus elaboraciones más conocidas, quería centrarme únicamente en las últimas novedades y algunas de las cervezas menos conocidas que han ido saliendo de esta factoría bruselense, que como veréis, no son pocas. Ah, y sobre sus etiquetas, creo que sobran todo tipo de comentarios…



Saison. Elaboración que vio la luz en 2008 y fue elaborada para el conocido festival Bruxellensisque se celebra en septiembre en la capital belga. Está inspirada en las saisons tradicionales del s.XIX, lupulada generosamente y es de fermentación mixta ya que la base se mezcla con una Cantillony se deja envejecer en barricas de roble durante 9 meses. 4.3% alcohol.


Very Spéciale Belge. Colaboración con la estadounidense Allagash hecha en 2011. Lo curioso según revela la propia gente de De La Sennees que los IBUs se mantuvieron bajos expresamente por petición de la gente de Allagash. Para luego digan de los americanos... :P. 5.2% alcohol.


Black in Japan. Se trata de una black IPA hecha en colaboración entre De La Senne y la canadiense Dieu Du Ciel que vio la luz en 2012 para celebrar que Luc Lafontaine se iba a Japón a montar un proyecto. Inicialmente recibió el nombre de Kuro oni pero más tarde decidieron cambiarlo al definitivo Black in Japan. 7,2% alcohol.


Schieve Tabarnak. Otra colaboración con otra quebecoise, Le Trou du Diable, elaborada en Bélgica a finales de 2011. 5.3% alcohol.


Gray Jacket. Colaboración salida a finales de 2012, en este caso elaborada con la gente de Bleujacket(Washington) basada en una antigua receta de saison belga que era conocida como La Grisette Supérieure. 5.4% alcohol.


Zwarte Piet. Blend entre su Stouterik y la Cantillon Gueuze que inicialmente salió sin etiquetar y en botellas de 75cl pero a partir de 2012 salió a la venta como Zwarte Piet. 8.2% alcohol.


Schieven IPA. Una India Pale ale hecha en colaboración entre De La Senne, Jeff Bagby (Pizza Port) y Mike Rodriguez (Lost Abbey) que salió al mercado en agosto de 2012 por lo visto de forma aislada y sin previsiones de que vuelva a salir. 6.5%.


Manneken-Penn. Hecha en colaboración con Weyerbacher para el PBW (Philly Beer Week) 2013 que se celebró el pasado mayo en Philadelphia, de ahí que tanto la etiqueta como el nombre hagan referencia a la estatua de William Penn que corona el edificio del ayuntamiento de Philadelphia como al conocido y menudo Manneken Pis de Bruselas. Se trata de una dubbel elaborada con lúpulos americanos y europeos. 7.5% alcohol.


Papa IPA. IPA que salió al mercado el pasado junio para venderse exclusivamente en Italia, elaborada únicamente con lúpulos europeos. 7.2%.



Como habéis podido ver, nos encontramos ante una cervecería realmente prolífica y cuyas elaboraciones son sin ningún tipo de duda realmente interesantes. Ahora solo nos queda esperar a que nos puedan ir llegando poco a poco por aquí.