Entre el gripazo que pillé a mediados de la semana pasada y que llevo un par de semanas mascando varios post que no termino de rematar lo cierto es que el blog se me ha quedado un tanto abandonado pero hoy vuelvo de nuevo con las pilas bien cargadas dispuesto a dar salida a unas cuantas reflexiones que se me han amontonado en la cabeza después de haber quedado algo molesto por demasiados comentarios desafortunados o directamente salidas de tono tanto en blogs como también en las redes sociales.
No me voy a andar con muchos rodeos… ¿De verdad y como decía un amigo asturiano nos estamos volviendo todos locos con esto de la cerveza?
Por ejemplo, con la famosa y fatigosa definición de cerveza artesana… ¿Tantas horas de debate, tantos post y tan importante debería ser el definir o rebatir su definición, excluyendo y separando en grupitos y tachando de buenos y malos a unos u otros en lugar de bastarnos si su contenido es o no de calidad? ¿A caso alguien duda de la calidad de Nøgne o Goose Island aunque hayan sido compradas por grandes corporaciones? ¿O Sierra Nevada o Samuel Adams producen cervezas menos buenas por mucho que sus infraestructuras sean tan grandes como algunas macros? Por Dios… dejémonos de tanta semántica…
Otra polémica y en este caso de hace tan solo unos días y por las redes sociales… Alguien compartió su gozo porque dos bares de Barcelona apostaban por el producto de aquí con dos propuestas atractivas y no tardaron en llegar algunos echando pestes y armando bulla tratando de exigir su medallita de pionero… ¿De verdad es necesario ponerse a lloriquear queriendo demostrar quien la tiene más larga (o más vieja en este caso…)? ¿Y tan mal estamos que nos tenemos que quejar hasta cuando alguien tiene una buena iniciativa aunque no sea el primero en hacerlo? Lo cierto es que un amigo ayer mismo me decía: “¿cómo estarán los grandes partiéndose el culo al ver cómo nos quitamos la piel a tiras?”… Pues eso…
Pero también en fin de semana y en Facebook, esta vez por parte de un blogger, ¿realmente era necesario tal ensañamiento y crear tanta polémica con un elaborador sin conocerle y sin haber probado su cerveza después de leer una entrevista en la que ese cervecero simplemente contaba que se había lanzado a vender su producto sin tener experiencia previa sobrada? ¿A caso es una novedad que un homebrewer se pase a productor con licencia del día a la noche? Y más importante aún, ¿ello debería ser un verdadero problema si su cerveza merece la pena?
¿Y los “debates”, palabra tan puesta de moda últimamente en algún blog que vilipendia su significado con titulares salsarosaque perfectamente podrían estar sacados de la prensa más sensacionalista y camorrista como por ejemplo “Pecados artesanales” u “Ocultación de información”? ¿Realmente debatir es polemizar de forma tan barata?
Y es que también las hay para los blogs… ¿De verdad soy el único que está harto de que se hable mal y de forma generalizada de los blogs de cerveza porque haya unos pocos que levanten polvareda y toda su mierda salpique a quienes con más o menos acierto intentamos entretener o informar o trasmitir nuestra pasión con humildad y respeto? Y no es que me crea mejor que nadie, ni mucho menos, pero siempre me he sentido orgulloso de un colectivo que ama la cerveza y le encanta compartir su pasión con los demás y que desgraciadamente a día de hoy se aleja muy mucho de aquello que me hizo empezar a escribir. Intercambiar experiencias, conocer gente apasionada por algo tan interesante, comentar en los blogs de los demás haciendo todo esto más interactivo y divertido, aprender disfrutando de la cerveza… ¿Dónde ha quedado todo eso? Aunque pueda ser tachado de abuelo cebolleta, hace cuatro o cinco años sobraba ilusión, ganas de compartir, interaccionar y divertirse y en cambio ahora lo que sobran son entendidos de etiqueta y con muchas ganas de autobombo y protagonismo, sobra tanto insulto y polemizar por polemizar sin más fondo que el de hacer ruido como sea, y también sobran maestros expertos en disciplinas tan variadas como el control de calidad, la mercadotecnia o la semántica… En cambio escasea muchísima más humildad, respeto y cuidar las formas… Pero por supuesto que no son pocas las excepciones a eso y que quede claro que cuatro comentarios desafortunados no deben llevar a creer a la gente (como he leído por algún blog amante de la polémica) que todos somos iguales. O al menos así lo veo yo. Pero algo sí está claro, y es que si la gente generaliza es que algo falla y eso nos salpica a todos…
Pero no quiero centrarme en debates aislados ni dar la sensación de que esto son rencillas personales, ¿de verdad, siendo realistas, no creéis que andamos con excesivas ganas de broncas absurdas e innecesarias últimamente? Que sí, que una cosa es que el consumidor tenga que hacer valer su opinión y no menos importante es dar salida a esa manida libertad de expresión que algunos creen ejercer por el simple hecho de pegar cuatro voces, y puede que mucha culpa de ello la tengan esos políticos que últimamente nos tienen encendidos hundiendo y precarizando el trabajo, la sanidad y la educación, ¿pero de verdad la cerveza también tiene que ser otra razón de broncas y debates encendidos? ¿El insulto gratuito con palabras como “bodrio” para definir una cerveza, o “estafa”, “engaño”, “mentira”… entre otros adjetivos, deben ser pronunciados con tanto libertinaje como los usa algún adalid de la verdad? Desde luego cuando llego a casa después de trabajar y me siento en el sofá a beberme una buena cerveza lo que menos me apetece es leer algunas de las broncas y riñas tremendas que he visto en algunos blogs y redes sociales y en las que la cerveza ha sido la triste protagonista.
Quizás sea un atributo derivado de toda moda (porque aunque tiene toda la pinta que la cerveza ha venido para quedarse, a día de hoy no deja de ser una moda, lo quieran creer algunos o no…) y quizás eso explique la necesidad de tener que hablar de lo que sea, para estar ahí, en la cresta de la ola, para exigir el trozo de tarta correspondiente, muchas veces gritando, ametrallando al personal a todas horas con su verdad absoluta, criticando, cuando no insultando, o haciendo demagogia barata adulando a sus “followers” (otro de los términos que tanto daño ha hecho no solo a la cerveza sino al mundo en general), y en ocasiones también haciéndose la víctima esperando reconocimientos… ¿Pero qué narices es esto? Claro que los debates (así como las críticas positivas y negativas) pueden ser constructivos y deben ser necesarios para crecer y mejorar, pero me da la impresión de que a día de hoy (y cada vez más) eso es lo menos importante y lo único que prima es vender un producto o directamente venderse a uno mismo sea como sea y le pese a quien le pese…
De verdad, hay días que me planteo por qué narices leo ciertas cosas que me ponen tantas ganas de mandar todo esto al garete y pasarme al bitter kas, también amargo y gasificado como la cerveza… Por dios, dejémonos de tantas tonterías, curremos, quejémonos menos, y sobretodo disfrutemos de la cerveza relativizando todo mucho más, que ya hay suficientes razones para estar de mala ostia solo viendo como están las calles como para buscar también brega en la cerveza…
Salut i bona birra!