Oktoberfest sí… en líquido o en etiquetas.



No sé cual es vuestra opinión sobre la Oktoberfest, festividad muniquesa que empieza este próximo sábado día 22 y que genera sensaciones contrapuestas a partes iguales. En mi caso, tras asistir a varias de esas macro-celebraciones por el territorio peninsular, muchas de ellas auténticos clones a la baja, poco fidedignas y atiborradas de gente, este año me he propuesto abstenerme de visitar ninguna de ellas. Tengo varias cervezas alemanas por la despensa, eso sí, ni märzens ni oktoberfestbier cómo mandaría la tradición, tampoco ninguna rareza o extravagancia, pero con ellas pienso hacer un homenaje a una fiesta que de por si me parece muy interesante, pese a que algunos se empeñen únicamente en destacar la cantidad de maß consumidas en tan pocos días, los kilos de carne de cerdo devorada o la estratosférica cifra de basura generada por los millones de visitantes al alza año tras año. Sí, me he quedado bien a gusto… ;).

Seguramente sepáis que las Oktoberfestbier únicamente la pueden elaborar 6 fábricas (Augustiner, Löwenbräu, Hacker Pschorr, Hofbräu, Spaten y Paulaner) que están situadas dentro de los límites de la ciudad de Munich, al menos con ese nombre en la etiqueta, pero son numerosas las cerveceras tanto bávaras como alemanas, e incluso de otros países, que elaboran sus versiones.

 Carteles sacados de aquí.

En cuanto a su contenido, las Oktoberfestbiertienen su origen en las märzen, las cuales como indica su nombre se elaboraban recién empezada la primavera, en el mes de marzo. Y es que antiguamente, cuando los métodos de refrigerado se limitaban a cuevas con hielo o bodegas bajo tierra, el mes de marzo señalaba el fin de la temporada de elaboración de cerveza para evitar que las altas temperaturas y las posibles infecciones mandaran al traste toda la producción. Tras un tiempo de guarda, estas märzens se consumían a finales de verano y los excedentes aguantaban como mucho hasta octubre, momento en el que debían dejar de ocupar los barriles para que fueran llenados con las nuevas elaboraciones producidas a principios de otoño.

Así que casi sin quererlo nacieron las Oktoberfestbier, märzens en origen pero con más tiempo de reposo, con los consiguientes cambios a todos los niveles. Por desgracia, en la actualidad estas cervezas de precioso color ámbar profundo, marcado carácter maltoso en nariz y en boca, y final limpio y nada empalagoso, han ido quedando en prácticamente una anécdota ya que es su prima rubia y más ligera, la Helles, la que acapara la mayor parte del protagonismo en las jarras de la citada fiesta.

Foto de unas apetecibles oktoberfestbier. Tomada de aquí.

A continuación, como adelantaba en el título y así de paso recupero la sección de las etiquetas, os dejo unas muestras especialmente creadas para dichas cervezas. Algunas de ellas son auténticas obras de arte. Eso sí, prepararos para una buena sesión de dirndls y de banderas bávaras ;).



 Para empezar, arriba tenéis las citadas muniquesas. Abajo, una comparativa de las etiquetas de Left Hand, la anterior y la última versión.



 
 
No me negaréis que es bien curioso ver la rana de Hoppin Frog, el ganso de Goose Island, el extraño bichejo de Duck-Rabbit o incluso las pirámides de Pyramid Brewing ataviadas con la simbología de la Oktoberfest.

 



Sobre estas líneas, Stevens Point y Penn Brewery, más clásicas pero también muy bonitas. Abajo, una curiosa versión inglesa, de Ascot Ales.


 
Arriba, no por conocida deja de ser una pasada esta versión de Flying Dog ilustrada por el inconfundible Ralph Steadman. Abajo, desde Magic Hat Brewing nos llega esta Hex, con un aire ciertamente negro.



 Arriba, la versión de la prestigiosa Avery, rompiendo la monotonía colorista. Abajo, hasta los suecos de Oppigards se apuntan al poder blanquiazul…



Para los que os sepa a poco este post y queráis conocer más sobre la fiesta aquí os dejo el enlace del post que el amigo JAB publicó el año pasado más o menos por estas fechas. Como siempre, muy detallado y rebosante de interesantes detalles.

¡Prost!