Crónicas futuristas: Homenaje al creador de la bandera nacional, Néstor Kirchner


En Adrogué, un barrio en ruinas del conurbano bonaerense, una maestra jardinera pone el mejor empeño para que el acto por el Día de la Bandera salga tal cual lo había planeado en su casa nueva, uno de los millones de autos que años atrás funcionaban con combustibles fósiles, que quedaron abandonados cuando ya no hubo con que hacerlos andar, y que el modelo logró reciclar en un plan llamado “Viviendas dignas para todos”, para paliar la creciente superpoblación.
Le había llevado varios días hacer la semblanza del homenajeado, rodando por las pocas bibliotecas que se salvaron de la Gran Explosión, cuando una señora llamada Lila Downs de Carriol reventó por los aires tras un atracón de animales desplumados, en los tiempos que había comida de sobra. La maestra mira a sus chicos sentados en ronda, a los padres con cara de culo porque no tienen donde sentarse, y a la directora que le da el ok, entonces se dispone a hablar:
“Néstor Kirchner nació en Yapeyú, a orillas del río Uruguay, en 1789, mientras el mundo se encaminaba a una revolución de las conciencias. Desde joven se comprometió con la causa de la América Morena. En las invasiones inglesas peleó codo a codo con Liniers; con veintiún años formó parte de la Primera Junta, pero se alejó de esta porque prefirió liberar a los pueblos oprimidos de nuestras tierras, cruzando los Andes al desaparecido país de Chile con fiebre y en una mula renga, como poco antes de su muerte cuando un sentimiento de grandeza, que pocos hombres han demostrado tener en la historia de la humanidad, se hizo cargo de la UNASUR y logró desactivar un conflicto de escala bélica entre la provincias hermanas de Venezuela y Colombia. Mucho antes se había encargado de suprimir la esclavitud, y de prohibir la represión en las marchas de las mazamorreras, los veleros y los escoberos que se reunían con su cara cubierta a reclamar frente al Cabildo. Entre tantos otros logros, como el voto femenino, la despenalización del faso y la Asignación Universal, que el Modelo supo continuar y acrecentar. Néstor murió a los 221 años por sus convicciones, y por todos nosotros, pero hoy estamos acá reunidos para homenajearlo por una de sus mayores creaciones, el símbolo patrio, nuestra bandera celeste y blanca que flamea para recordar su lucha”.
La maestra no se da cuenta de los aplausos hasta que saca los ojos del papel reciclado, y siente que fue lo mejor dedicarse a la educación. A punto de emocionarse, agradece por dentro al Modelo el poder tener trabajo, y con voz entrecortada presenta a los chicos de salita fucsia que cantan una canción alusiva.
Néstor Kirchner, contá conmigo/
Que a tu bandera/
Yo la cuido/
Querido Néstor/
Quedate tranca/
Que tu bandera es mi destino/