Rumor confirmado: el Sapo Pepe es kirchnerista


Desde hace tiempo que el rumor venía circulando entre las tuberías de los peloteros y castillos inflables, que copaba las conversaciones en los areneros, y daba vueltas en calesitas. Inclusive podía leerse en baños de salones de fiestas infantiles la misteriosa frase: “Pepe es un sapo, y lee Veintitrés, tirá la cadena y no te usés todo el papel”.
Y es que, al parecer, el batracio más adorado por niños y maestras jardineras, se habría pasado a las filas del proyectito nacional tras la muerte del líder; rumor confirmado cuando este último 25, en el festejo de Plaza de Mayo, la muchachada cristikirchnerista le habría dedicado cantitos peronistas y el sapo habría respondido haciendo la “ve” con sus manitas, para luego envolverse con una bandera de 678 División Alejandro Korn, mientras la eminencia de Pipo Pescador recordaba el día en que Juan Domingo Perón le hizo el aguante con los coros en “El auto de papá”.
“Mirá, dejá que te explique -dijo un alto funcionario de Balcarce 50, especialista en tostados de jamón y queso-. Pepe es un producto nacional que empezó a tener relevancia con la presidencia de Néstor, y además es popular porque una vez perdida la influencia de personajes foráneos como los Teletuvis, que representan lo peor de la era menemista, y de Barny, el dinosaurio cantor, que personifica al imperio colonizador con sus canciones a favor del ALCA, vos podés ver que sábado a sábado ejércitos de Sapo Pepe copan todos los cumpleaños desde Usuahia hasta la Quiaca”, relató eufórico el funcionario encargado del traslado de insumos alimenticios dentro de la Casa Rosada.
“Por eso ya estamos viendo con Kanibal y Chantazzo la posibilidad de estatizar los cumpleaños, porque hay grupúsculos de ultrísima derecha que siempre quieren hablar de inseguridad en medio de los sanguchitos de miga, y después están los grupúsculos de ultrísima izquierda que, enarbolando pizzetas y choperas de cerveza a la vez y con una oratoria incendiaria, nos quieren correr con lo de la minería a cielo abierto. Así que nos alegra que Pepe se sume al proyecto porque podríamos inventarle un ministerio si hace falta para regular las festejos privados”, comentó el funcionario, que dejó abruptamente la conversación porque se le estaba enfriando el cortado para primer piso.
Cuando terminó el show en el festejo del primer año del Tricentenario, Pepe se tomó un par de tazas de chocolatada caliente servida por personal del Ejército, a las que le agregó licor de menta, se subió a la combi con una de las Pepas y se fue manejando a su casa de fin de semana en el Tigre. En cuanto llegó, se sacó su remera roja, ayudado por su bailarina, se despatarró en el sillón de seis cuerpos, y bajó un portarretrato que tenía la foto de Néstor sobre la mesita de lectura para que no viera las acrobacias de la Pepa, mientras pensaba “mmm…esto sí es kirchnerismo”.