Por cientos se cuentan ya la cantidad de militares y políticos represores argentinos que están indignados por el accionar del líder libio Muamar Kadafi, quien se está cargando miles de opositores por día, al ritmo del bombardeo y ametrallamiento masivo. Para zarparse el tipo dijo por televisión que "no hemos recurrido aún a la fuerza, pero lo haremos".
Cerca del ex, presidente de facto y actual candidato presidencial por no se sabe que partido aún, Eduardo Duhalde aseguraron que el chabón está tirando con todo por culpa de los rusos y los yanquis que lo armaron a todo trapo. Nosotros teníamos grandes asesinos, pero sin la capacidad de fuego que tienen estos hijos de puta.
Más cerquita de Fernando De la Rúa aseguraron que "imaginate que nuestro aparato represivo estuvo al mando de Storanim Mathov y Antoñito. No se puede comparar. De todas maneras teniendo hasta la policía en contra creo que merito hicimos. Y si nos remontaos para atrás, ahí los quiero ver porque también tenemos miles.
En cambio, desde los pozos ciegos que habitan los genocidas de las últimas juntas asesinas militares, no dejan de llorar. Ellos y sus familias se sienten humillados al ver las imágenes de las televisoras negro y blanco que todavía conservan para manetener bien alto su recuerdo de muerte y mierda. Dicen que lloran y lloran y lloran. Ya se pudrirán. Algunos ya lo están haciendo.