Ya son cientos de miles, los esclavos rurales espaercidos por las imensas olas de los mares de soja de nuestra patria sojera, que han improvisado altares, en sus letrinas, carpas, chozas de chapa y baños químicos para orar por la salud y la mejora de la situación judicial de su líder gremial Gérónimo Venegas.
Al otrora benefactor de los peones, trabajadores golondrina, exaltados ilegales y esclavos rurales, que tantas batallas ha ganado, como las de San Pedro, Bahía Blanca y ahora La Rioja no hacen más que llegarle salutaciones, papelitos, twittwers, gladiolos y crisantemos de parte de sus rebaños de mugrientos a su bella casa del barrio porteño de Palermo.
Los esclavos, juntan tierra, caca, tetras, algún sobrante de paco, cartón y glofosato en cantidad para levantar las marmitas horatorias donde pasan horas que le quitan al sueño, postrados ante una estampita del "Dios Momo".
"Luchan por la libertad de su Dios" dijo a este blog un emprresario sojero, que está pensando en comprar un par de provincias paraguayas, pero que no quiso dar a conocer su nombre.
Por otra parte, mientras Luis Barrionuevo la hacía upalalal, se supo que el Dios Momo habría recibido también la solidaridad del ex presidente egipcio Hosni Mubarak. "Yo se lo que son las persecuciones politicas" rezaba el papelito que le hizo llegar, donde también se podía leer la letra de Fernando De la Rúa que agregaba "Y yo se lo que es irse en helicoptero".