Tengo tanto que decir, que mejor me callo.
Por eso no voy a hablar, por eso y porque si hablara no me gustaría escuchar lo que sale de mi boca. Y también porque me merezco disfrutarlo un poco, que me lo he ganado. Porque me lo merecía hace un año y ahora también. Aunque no sea justo, pero es que nunca nada es completamente justo.
Estoy contenta, no esperaba estar tan contenta, pero lo estoy. Y también tengo un poco de miedo. Pero lo que más me ha sorprendido es estar orgullosa, yo, que nunca estoy orgullosa de mí, que sé que esto llega tarde y que ya no tiene el mismo valor porque más que un triunfo es maquillar un fracaso, a pesar de todo eso... yo me siento orgullosa, porque lo he conseguido, porque no he vendido a nadie, ni siquiera a mí, porque se pueden hacer las cosas de otra forma y, a veces, hasta funciona. Y que ya me da igual que llegue tarde, que ellos tendrán sus criterios pero a mí los que me importan son los míos y yo ahí gané por goleada el año pasado y no hay nada más importante que eso.
Pero a pesar de todo lo siento por ti, y sé que suenan como palabras vacías, pero no lo son. Lo siento, tengo un extraño sentimiento de culpabilidad por esta alegría que no sé de dónde sale. Sé que tu injusticia es igual a la mía menos un año multiplicada por dos y me pongo en tu lugar (me cuesta poco) y me da rabia, mucha rabia. Por eso en realidad sería hora de hablar...
Es hora de hablar...
De las cosas rotas que no puedo arreglar
de que este humor no tiene que ver contigo
que hace tiempo que nada acabar consigo
que la fama es el opio del triunfador
que más vale suerte que talento.
Me basta este momento
como una revelación.
Bunbury
P.D La canción es de Bunbury, pero la frase inicial es de Tiza.
Este post se llama "De tragedias y triunfos que duran un segundo" pero también se podría llamar "Que más vale suerte que talento".
Por eso no voy a hablar, por eso y porque si hablara no me gustaría escuchar lo que sale de mi boca. Y también porque me merezco disfrutarlo un poco, que me lo he ganado. Porque me lo merecía hace un año y ahora también. Aunque no sea justo, pero es que nunca nada es completamente justo.
Estoy contenta, no esperaba estar tan contenta, pero lo estoy. Y también tengo un poco de miedo. Pero lo que más me ha sorprendido es estar orgullosa, yo, que nunca estoy orgullosa de mí, que sé que esto llega tarde y que ya no tiene el mismo valor porque más que un triunfo es maquillar un fracaso, a pesar de todo eso... yo me siento orgullosa, porque lo he conseguido, porque no he vendido a nadie, ni siquiera a mí, porque se pueden hacer las cosas de otra forma y, a veces, hasta funciona. Y que ya me da igual que llegue tarde, que ellos tendrán sus criterios pero a mí los que me importan son los míos y yo ahí gané por goleada el año pasado y no hay nada más importante que eso.
Pero a pesar de todo lo siento por ti, y sé que suenan como palabras vacías, pero no lo son. Lo siento, tengo un extraño sentimiento de culpabilidad por esta alegría que no sé de dónde sale. Sé que tu injusticia es igual a la mía menos un año multiplicada por dos y me pongo en tu lugar (me cuesta poco) y me da rabia, mucha rabia. Por eso en realidad sería hora de hablar...
Es hora de hablar...
De las cosas rotas que no puedo arreglar
de que este humor no tiene que ver contigo
que hace tiempo que nada acabar consigo
que la fama es el opio del triunfador
que más vale suerte que talento.
Me basta este momento
como una revelación.
Bunbury
P.D La canción es de Bunbury, pero la frase inicial es de Tiza.
Este post se llama "De tragedias y triunfos que duran un segundo" pero también se podría llamar "Que más vale suerte que talento".