Hijos del oeste subirá esta noche, a las 21.30, al escenario del Teatro Café Concert (43 e/ 7 y 8). La previa correrá por cuenta de Chino's rock and roll y Angelitos del rock.
"Soy un bicho de escenario, para mí se termina todo ahí. Sino no soy yo, en los ensayos me aburro. Para mí cualquier cosa puede pasar arriba del escenario, y no me disgustaría terminar ahí, como los viejos actores de teatro", confiesa con una honestidad brutal Cristian "Toti" Iglesias, voz y líder de Hijos del Oeste, su nuevo proyecto musical tras la disolución de Jóvenes Pordioseros.
–¿Qué es el rock en su vida?
–Eso, el rock es mi vida. No me la imagino de otra manera. Yo trabajé de muchas cosas: repartí revistas de cable, en un kiosco, vendí ayuda médica, como ayudante de albañil; pero no me encontraba, no era yo. Ni siquiera la paso bien en los ensayos.
–¿Qué show se va a encontrar la gente esta noche?
–Nosotros salimos directamente a tocar según el estado de ánimo de la banda. Así que es imposible definir que show vamos a hacer. Lo que sí te puedo asegurar que no comemos vidrios, como para salir a tocar todos temas nuevos de Hijos. A pesar de que en Jóvenes Pordioseros estuve 8 años, ésta es una banda nueva que tiene apenas dos. Así que lo que hacemos es una mezcla de todo, y de lo que voy sintiendo en esos días. Por ahí estamos más salvajes, que es lo que suele pasar, pero también nos puede pintar algo más tranquilo, algunas canciones de amor. Pero por lo general rockeamos a pleno, y según lo que pinte en el momento.
–Una suerte de salto al vacío…
–Me permito jugar con los sentimientos y con las cosas que me surgen expresar en ese momento. Ni la banda sabe que voy a tocar. Tienen la misma incertidumbre que tiene el público y eso está bueno. Como es rock, tiro un riff y ellos me siguen, no saben para que lado voy a salir. Siempre definimos el primer y segundo tema, el resto depende de un Bernet y del estado de ánimo. Así trabajaban los Rolling Stones y Chuck Berry en los '60, tenían este mismo formato. Había uno que decidía que tocar, generalmente el guitarrista, y me parece buenísimo. Después las bandas grandes empiezan a armar listas por el tema de las luces y esas cosas, incluso los Stones.
Pero a mí me gusta la adrenalina del momento, de la improvisación, me parece un condimento importantísimo. De todos modos, aunque no haya una lista, sí tiene que haber ensayos, sino no se puede hacer. Ese vértigo del que hablamos es impagable. Por ejemplo, en el último show que dimos en la Trastienda me armé una lista de 24 canciones para no olvidarme ninguna, pero no tenían ningún orden.
Fuente: Diagonales
"Soy un bicho de escenario, para mí se termina todo ahí. Sino no soy yo, en los ensayos me aburro. Para mí cualquier cosa puede pasar arriba del escenario, y no me disgustaría terminar ahí, como los viejos actores de teatro", confiesa con una honestidad brutal Cristian "Toti" Iglesias, voz y líder de Hijos del Oeste, su nuevo proyecto musical tras la disolución de Jóvenes Pordioseros.
–¿Qué es el rock en su vida?
–Eso, el rock es mi vida. No me la imagino de otra manera. Yo trabajé de muchas cosas: repartí revistas de cable, en un kiosco, vendí ayuda médica, como ayudante de albañil; pero no me encontraba, no era yo. Ni siquiera la paso bien en los ensayos.
–¿Qué show se va a encontrar la gente esta noche?
–Nosotros salimos directamente a tocar según el estado de ánimo de la banda. Así que es imposible definir que show vamos a hacer. Lo que sí te puedo asegurar que no comemos vidrios, como para salir a tocar todos temas nuevos de Hijos. A pesar de que en Jóvenes Pordioseros estuve 8 años, ésta es una banda nueva que tiene apenas dos. Así que lo que hacemos es una mezcla de todo, y de lo que voy sintiendo en esos días. Por ahí estamos más salvajes, que es lo que suele pasar, pero también nos puede pintar algo más tranquilo, algunas canciones de amor. Pero por lo general rockeamos a pleno, y según lo que pinte en el momento.
–Una suerte de salto al vacío…
–Me permito jugar con los sentimientos y con las cosas que me surgen expresar en ese momento. Ni la banda sabe que voy a tocar. Tienen la misma incertidumbre que tiene el público y eso está bueno. Como es rock, tiro un riff y ellos me siguen, no saben para que lado voy a salir. Siempre definimos el primer y segundo tema, el resto depende de un Bernet y del estado de ánimo. Así trabajaban los Rolling Stones y Chuck Berry en los '60, tenían este mismo formato. Había uno que decidía que tocar, generalmente el guitarrista, y me parece buenísimo. Después las bandas grandes empiezan a armar listas por el tema de las luces y esas cosas, incluso los Stones.
Pero a mí me gusta la adrenalina del momento, de la improvisación, me parece un condimento importantísimo. De todos modos, aunque no haya una lista, sí tiene que haber ensayos, sino no se puede hacer. Ese vértigo del que hablamos es impagable. Por ejemplo, en el último show que dimos en la Trastienda me armé una lista de 24 canciones para no olvidarme ninguna, pero no tenían ningún orden.
Fuente: Diagonales