Así que aguanta un rato la respiración

Vaya pereza que me da… hoy me toca cena de navidad de la empresa. La verdad es que todos los años me da pereza ir y todos los años me lo acabo pasando bastante bien. Tengo buen rollo con los compañeros de trabajo, y eso en esta empresa, que parece que busca la competitividad entre nosotros, es todo un lujazo. Me caen bien, creo que soy muy distinta a ellos, pero me caen bien. Me ha dado por acordarme de otras cenas, la verdad es que en ésta echaré de menos (mucho) a dos de ellos. Peeero… qué le vamos a hacer. Habrá que tomárselo con filosofía, hacer acto de presencia y a ver si no me voy demasiado tarde a casa, que es miércoles y no quiero llegar ya mal al fin de semana. Siempre me llama la atención que la gente desfase tanto en la cena de empresa, ¿¿¿es que no tienen vida social otros días??? O es que como las copas no cuestan hay que ponerse hasta arriba? No me cabe en la cabeza… quizá soy una aburrida, no lo sé. La verdad es que yo casi no bebo, entre otras cosas porque siempre llevo el coche y todavía me quedan un par de dedos de frente. Cuestión de prioridades, supongo, prefiero no beber y no tener que esperar 3 horas por un taxi ni dejarme el sueldo en ellos.
Bueno, y luego están todas las niñas hipermegamonas de la muerte, hoy una de ellas ha dicho que menos mal que habían retrasado la hora de la cena, que iba “pilladísima” para arreglarse. A lo que yo he pensado que poco arreglo tiene, pero no lo he dicho, claro. Yo me he traído unos vaqueros para quitarme el disfraz antes de la cena, pero ni siquiera pienso cambiarme el jersey. Vamos, que a mí en total me llevará arreglarme unos 2 minutos (y eso si hay cola en el baño del curro).
En fin, que no me apetece ir, que yo preferiría ir a buscar a SitaXX al trabajo, o que viniese ella a buscarme a mí al mío (que es lo que suele pasar), irnos a dar un paseo, ver bicis y luego volver a casa, cenar algo y hacerme bolita en el sofá un rato. No lo he contado pero vamos a comprarnos unas bicis, miedo me está dando… últimamente se me rompe todo, el otro día el reloj, al siguiente mi queridísimo ipod, después el ordenador amenazó con continuar la racha (pero tras una seria conversación comprendió que no estoy pá gastos y volvió a funcionar) y ahora me compro una bici… y esto es una racha… y sólo tengo dos piernas…



Guarda la noche suave de tu habitación,
en un cajón con llave.
Un corazón que mate por necesidad
cuando le falte el aire.
Quique González