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La Universidad Nacional de La Plata evalúa restituir seis mil hectáreas a los guaraníes

En Misiones

El tema será instalado en la próxima reunión de Consejo Superior

La Universidad Nacional de La Plata analiza la posibilidad de restituirles a las comunidades Mbya Guaraní las más de seis mil hectáreas que posee en Misiones y así dar por terminado un litigio judicial que mantiene con los aborígenes por la adquisición de los títulos de propiedad de las tierras, donde ellos viven.

Personal del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) inició en julio del año pasado un peritaje en la zona para establecer qué porción de tierras debiera entregar la casa de estudios, en caso de que prospere la idea. El tema será instalado en el Consejo Superior de la UNLP a mediados de este año para que la comunidad universitaria se expida sobre el asunto.

Las tierras en cuestión son unas 6035 hectáreas ubicadas en inmediaciones de la localidad misionera de Aristóbulo del Valle, a un costado de la ruta provincial 7, que fueron donadas a la Universidad en 1992 por la empresa Celulosa Argentina S.A. Allí habitan las comunidades guaraníes denominadas Kai'Poty, Yvy Pytá y Ka'aagy Poty.

Luego de decenas de encuentros en los que los jefes aborígenes reclamaron la devolución total de las tierras, la UNLP hizo una contrapropuesta: entregar en propiedad 700 hectáreas del predio a las comunidades, conservar para sí otras 700 y establecer un condominio de las 4635 restantes. Los aborígenes tendrían libertad de circulación y la UNLP adoptó el compromiso de respetar las actividades económicas y culturales de las comunidades. Pero los líderes guaraníes rechazaron la oferta y reclamaron los títulos de propiedad de todo el territorio.

INTERESES. Funcionarios del Rectorado se niegan a hablar de "devolución" de tierras porque, en rigor, les fueron donadas de manera legal.

Uno los fundamentos de la restitución es ponerle punto final a una batalla judicial que podría demandar muchos años. "El Consejo Superior deberá decidir si se continúa con la lucha o se habilita una negociación tendiente a resolver el conflicto, aún con la restitución de las tierras", confió un alto funcionario del Rectorado a Diagonales.

Según la fuente, el interés de la UNLP en las tierras misioneras es "exclusivamente científico". No obstante, deslizó que habría intereses económicos detrás del reclamo, lo que explicaría -según el funcionario- la negativa a aceptar que las dos culturas convivan en el territorio, bajo compromiso de respetar la forma de vida de las comunidades, y que quieran llevar a juicio la causa: "Piden 45 millones de dólares; imaginate los honorarios de los abogados", precisó.

PERITAJE. En julio de 2009, el INAI inició en Misiones un peritaje sobre las hectáreas en disputa. Se trata de una evaluación que el organismo del Estado realiza sobre el territorio ocupado para determinar qué porción de tierra corresponde restituir, según parámetros internacionales como formas de vida, actividades económicas, etc. El Instituto no respondió los reiterados llamados de este medio para saber si el peritaje había arrojado algún resultado.

Una vez concluida esa etapa, el organismo debe solicitarle al Estado Nacional que expropie las tierras para dárselas a los indígenas y éste pagarle una suma de dinero a la Universidad. Una vez concluida esa etapa, las tierras quedan legalmente inhabilitadas para comercializarlas; es decir, nunca se podrán vender.

Pero éste tampoco sería un paso sencillo de cumplimentar. ¿Qué pasaría en el resto del país, donde se repiten los reclamos aborígenes de restitución de tierras en manos de municipios o provincias? ¿Podría el Estado afrontar los costos de las expropiaciones?

"Esto es como un dominó. ¿Quién se anima a tirar la primera tecla?", se preguntó el funcionario consultado. "No hay que olvidar que se trata de una institución nacional, de una universidad", concluyó.

Los guaraníes son asesorados también por el Equipo Misionero de la Pastoral Aborigen (EMIPA), delegación provincial de ENDEPA.

Fuente: Diagonales

El concurso como "el mejor instrumento para acceder a cargos en la administración pública y en la educación".

Una reunión de rutina de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados provincial se vio ayer fuertemente alterada por la irrupción de representantes de un sector gremial docente que reclamaron a viva voz que el cuerpo emita un dictamen favorable a un proyecto de ley de titularización masiva de cargos jerárquicos en escuelas bonaerenses, al que se opone otro sector sindical.

La inédita situación se registró ayer en el recinto de la Cámara baja, en el marco de la reunión que había sido convocada por la presidenta de la Comisión, la diputada Sandra Cruz (FpV) para analizar diversos expedientes allí ingresados.

Pero el encuentro de legisladores se vio alterado por la irrupción de un grupo de representantes del gremio Udocba, enrolado en la CGT, que reclamaron que que el cuerpo se expida favorablemente sobre el proyecto, cuya sanción también fue solicitada por el propio titular de la central sindical, Hugo Moyano. La presencia de afiliados a ese gremio tuvo que ser contenida incluso por efectivos policiales.

El proyecto, como se informó, propone la titularización masiva de un importante número de docentes que hoy ocupan cargos jerárquicos en forma interina y que, de acuerdo a una resolución del Ejecutivo provincial, ahora deberán concursar para revalidar esos puestos.

Pero el proyecto genera rechazos de parte de otro importante sector del arco gremial docente. Ayer, el Consejo General de Educación, del que participa el Frente Gremial Bonaerense que nuclea a los cinco grandes sindicatos del sector (Suteba, Feb, Uda, Amet y Sadop) emitió una declaración recordando que "el sistema legal y legítimo, de acuerdo al estatuto del docente, es el de los concursos". Voceros del Frente agregaron, además, que los mismos "están vigentes y son los que benefician a la mayor cantidad de trabajadores".

La irrupción de los afiliados a Udocba en la comisión no logró, con todo, el cometido de que el cuerpo emita un dictamen favorable a ese proyecto. Sí, en cambio, obtuvieron un compromiso de parte de los legisladores de convocar a un nuevo encuentro para el próximo jueves 27 en el que se analizará puntualmente este proyecto y al que fueron invitados formalmente.

"Le arrancamos a (la diputada y titular de aquel cuerpo) Sandra Cruz el compromiso de que el 27 de este mes se analicen los proyectos de ley presentados por el legislador Juan Carlos Píriz", dijo el secretario general de Udocba, Miguel Díaz.

Pero la propia presidenta de la comisión de Educación se encargó ayer de reiterar que la postura mayoritaria en ese cuerpo es defender el instituto del concurso como "el mejor instrumento para acceder a cargos en la administración pública y en la educación".

Fuente: El Día

Los EEUU ofrecen becas a alumnos argentinos

Por el Bicentenario

La Sección de Asuntos Públicos de la embajada de ese país informó que ya está abierta la inscripción para que estudiantes secundarios viajen en junio y julio de 2010, en el marco de programas de intercambio cultural.

Los "Programas para Jóvenes", que tendrán lugar en los Estados Unidos en los meses de junio y julio de 2010, ya abrieron su inscripción.

Están diseñados para enviar estudiantes de escuelas secundarias de todo el país a los EEUU, con el objetivo de ofrecerles nuevas oportunidades y experiencias internacionales para profundizar su conocimiento sobre la cultura, la sociedad y la educación norteamericana; así como también para compartir la cultura argentina con los locales, todo en el marco de los festejos del Bicentenario.

Los programas

Campamento nacional de ciencias para jóvenes: Se trata de un programa intensivo de educación para jóvenes con interés en el campo de la ciencia. En un ambiente rural, los estudiantes enfrentarán desafíos académicos a través de interesantes conferencias y capacitación práctica. Asimismo, encontrarán múltiples oportunidades de exigirse físicamente en un extenso programa de campo, para ampliar y profundizar la valoración de los espacios abiertos y establecer amistades.

Campamento para jóvenes emprendedores: Es un programa de una semana de duración que tiene como meta desarrollar las habilidades personales y fomentar la actitud emprendedora en los jóvenes. Con clases a cargo de expertos de renombre mundial, los participantes podrán informarse acerca de las distintas herramientas que emprendedores exitosos utilizaron a lo largo de la historia. Por medio del estudio de casos, ejercicios, y horas de clase, podrán adquirir habilidades que los ayudará a llevar adelante sus proyectos.

Desafío para el liderazgo en la libre empresa: El programa FELC es un modo efectivo de promover en los estudiantes la comprensión de los negocios, la responsabilidad personal y las oportunidades disponibles para ellos en un sistema de libre empresa. Durante su estadía de una semana, interactuarán con destacados líderes comunitarios y empresarios que compartirán experiencias exitosas y responderán a las inquietudes de los estudiantes acerca de sus carreras. El objetivo del programa es promover la formación de líderes empresarios y comunitarios que participen activamente en la creación de empleo y en el desarrollo de recursos humanos.

Informes e inscripción: http://spanish.argentina.usembassy.gov

Un proyecto platense para que los chicos se enamoren de la lectura en la escuela

Finalista de los premios Vivalectura, que entrega el Ministerio de Educación nacional, es para alumnos de 5º y 6º grado

El proyecto de lectura de una profesora platense fue finalista de los Premios Vivalectura 2010, que entrega el Ministerio de Educación de la Nación y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. La docente de Literatura María Carolina Pluis impulsó desde 2006 el espacio “Un lugar para leer, escribir y disfrutar”, en el que trabaja dos horas semanales con alumnos de 5º y 6º grado del Instituto de Enseñanza Primario de 66 entre 11 y 12, con el principal objetivo de estimular la lectura.

Los Vivalectura se crearon en 2008 para rendir homenaje a las experiencias más destacadas que promueven esta actividad y se entregan durante la Feria del Libro. En esta edición, auspiciada por la Fundación Santillana, se presentaron 510 iniciativas en todo el país.

EL PROYECTO. Pluis plantea un ciclo con un enfoque “constructivo y comunicacional” que transcurre durante los últimos dos años de la primaria, y apunta a que el alumno “sea capaz de rehacer los contenidos en situaciones nuevas, y de adaptar y transferir sus conocimientos”, contó a Diagonales la profesora.

El proyecto, que lleva cinco años de funcionamiento en La Plata, busca que los pre–adolescentes lean con placer, debatan las obras, interpreten los textos teniendo en cuenta el autor y su contexto, amplíen el vocabulario y estimulen la expresión oral, produzcan textos y aborden diferentes fuentes de información. Además, la docente mencionó que el espacio creado “sirve para que sepan planificar su escritura y para que puedan tomar decisiones sobre la edición final de un texto”.

En la primera clase del año, la profesora dialoga con los chicos para saber qué leen, qué les gustaría leer y las actividades que quisieran realizar. “Cada uno comenta sus ideas y las escribe. Después armamos un posible plan con textos que elegimos”, asegura Pluis. Y agrega: “Desde un principio son los chicos los que toman la iniciativa. Así tienen más ganas de leer y aprender cosas nuevas, porque ellos también eligen cómo hacerlo”.

Los alumnos propusieron hacer obras de teatro para otros grados, contar cuentos con láminas y leer libros de suspenso, terror o fantasía. “También escriben sus propios cuentos y poesías, miran películas y salen del aula para compartir la experiencia con los más chicos, de la primaria”, señala Pluis. Y explica: “es muy importante que nos escuchen narrando cuentos a los grandes, para que puedan aprender las formas de lectura, con diferentes tonos de voz”.

QUINTO GRADO. Tras la puesta en común, los alumnos se convierten en cuentacuentos. “En el primer año del proyecto buscamos que puedan compartir lecturas con sus compañeros”, sintetiza Pluis.

Para la segunda clase, los chicos invitan a un familiar dispuesto a contar una historia, explicarla y analizarla.

“La idea es exponer el cuento con láminas, música y remarcando la biografía del autor y su contexto. También deben hacer souvenirs para entregar sobre el final de la hora”, indica la profesora. Y aclara: “Eso los van a hacer los chicos en el año, tanto para a sus compañeros como para otros cursos”.

Los alumnos de 5º, además, realizan la sección Teatro Leído, en la que trabajan en grupos con diversas obras y las cuentan al resto del aula. “Practican en sus casas para ejercitar la lectura expresiva, después tienen que pasar al frente y cada uno toma un personaje. Se terminan divirtiendo mucho”, cuenta Pluis.

En el final de cada clase, escriben sus propias historias y reflexionan sobre distintas situaciones cotidianas de la vida. “Escribimos y pensamos cosas como qué pasa cuando hay dos opiniones distintas, quién tiene la razón y desde dónde se miran los problemas”.

SEXTO GRADO. En la segunda etapa, los chicos dejan de ser cuentacuentos y se convierten en narradores de poesía. Una vez más, un adulto inicia el ciclo y deja paso al trabajo de los estudiantes.

“Cada uno busca una poesía de veinte versos, la recita respetando la forma y presenta una lámina con un dibujo que muestre lo que autor quiso decir”, cuenta la profesora. Además, resalta que “los chicos comparten sus producciones con todo el grupo y a partir de ahí debaten qué cosas buenas y malas tiene la obra”.

Otra de las secciones es la “Galería de personajes de la mitología griega”, que se presenta en el patio de la escuela con los dibujos producidos por los alumnos. “Eligen un personaje mitológico, lo dibujan y hacen una descripción para explicar quién era. Les ayudó a conocer los vínculos familiares y sociales que tenían”, dice Pluis.

“Estuvo bárbaro ver cómo se interesaron en cada actividad, ya que muchos terminaron leyendo los libros de Narnia, El Señor de los Anillos y otros de policiales”, remarca la docente. Y agrega: "Si bien es agotador porque se necesita mucha investigación, el proyecto valió la pena”

Fuente: Diagonales

Entre libros, autores, sueños y revoluciones

Mario Oporto: Una charla con el director de Educación y Cultura de la provincia de Buenos Aires

Nacido y criado en la parte sur del barrio porteño de Flores, hijo de una familia de clase media baja en ascenso, Mario Oporto, director de Educación y Cultura de la provincia de Buenos Aires se sienta con Diagonales para una entrevista a contramano de las urgencias políticas. Y cuenta: "Nací en un ambiente post peronista, de finales de los '50 y principios de los '60. Padre laburante, madre ama de casa. Típico. Mi viejo era socialista, seguidor de Alfredo Palacios".

–¿Dónde estudió?

–Hice la primaria en una escuela pública de Flores que se llama Leandro Alem, frente a plaza Flores. El secundario lo hice en el Mariano Acosta, el normal de varones.

–Quería ser maestro…

–Sí, pero esa generación del secundario fue la primera de los bachilleres pedagógicos. Mi vocación era enseñar y la salida lógica era ser maestro, pero, finalmente, estudie profesorado de Historia.

–¿Por qué?

–Porque me gustaba mucho la política y pensé que Historia me ayudaría en mi formación. A los pocos meses comprendí que estaba enamorado de esa carrera, que me interesaba por encima de cualquier otra cosa.

–¿Cuales fueron sus primeras lecturas?

–En mi casa había muchas obras de teatro. Mi abuelo materno, que vivía con nosotros, participaba de teatro barrial y leía las obras que se ensayaban en casa. Después, a los 14 o 15 años, me enganche con la literatura "boom" de ese momento. Quizás hoy no los considere grandes narraciones, pero en ese momento me impactaron mucho los libros de Martha Lynch y de Silvina Bullrrich. Luego, el impacto fue con Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato. Fue una huella en aquel momento: una novela histórica sobre Lavalle junto al "Informe sobre Ciegos". También Cortázar con su Historias de cronopios y de famas por su originalidad. Y también recuerdo un librito encantador que se llamaba La manifestación, de un jovencísimo Jorge Asís. Una novela extranjera que me impacto fue El extranjero, de Albert Camus. Después, claro, llegaron los libros latinoamericanos. De todos ellos, el que más me hizo pensar fue Redoble por Rancas, de Manuel Scorza.

–¿Cuándo se acercó a los textos políticos?

–Como a todos los jóvenes de esa generación, desde muy chico me interesó la política. Con un padre socialista y un abuelo frondicista, la discusión política en casa estaba garantizada. No éramos una familia peronista. Tenía un tío abuelo militante de fierro del Partido Comunista. Y de su biblioteca siempre rescataba libros. Recuerdo haber leído mucho sobre la revolución cubana y aquel texto de Fidel Castro, "La historia me absolverá". Después vinieron libros sobre marxismo. Pero éramos chicos de barrio, no eruditos, pibes que teníamos una intuición de lo que queríamos como país.

–¿Y que querían como país?

–El socialismo, pero no nos gustaba la forma de hacer política del PC argentino. Tampoco éramos trotskistas. Vuelvo a decir: teníamos una formación muy pobre todavía. Del socialismo nos gustaba el federalismo, los caudillos, la historia revisionista. Ya en quinto año comenzó a salir la revista Polémica que nos permitió conocer a pensadores como Rodolfo Puiggrós. Mi cabeza cambió cuando de la biblioteca de mi tío abuelo saqué un libro de dos tomos que se llamaba Revolución y contrarrevolución en la Argentina, de Jorge Abelardo Ramos, un autor que desconocía. Los leímos con mi amigo del barrio y de la vida, Jorge Coscia, y nos iluminó. Nos ordenó todos los pensamientos: esto que nos gustaba intuitivamente de pensar un marxismo nacional y popular, que defendía a los federales, que no era unitario. El otro libro que me impacto fue La formación de la conciencia nacional, de Juan José Hernández Arregui. Y además de los escritores nacionales, leíamos mucho marxismo como El 18 Brumario, libros difíciles de entender a los 18 años. Pero me acuerdo que en ese grupo de lecturas y discusiones teníamos a un joven un poco más grande que los demás, un tipo brillante, que nos enseñaba muy bien: Alejandro Horowicz. Y ya que hablo de marxismo no puedo dejar de mencionar a Silvio Frondizi que nos deslumbraba con sus charlas. Eran años de mucha lectura: Frantz Fanon y Los condenados de la tierra, los libros de Paulo Freire.

–Autores con los cuales se interpretaba la realidad. Hoy, esos mismos pensadores, ¿sirven para comprender el presente?

–Bueno, los chicos de hoy pueden llegar a esos autores sobre las preocupaciones actuales. Pero me parece que esos libros ya son objeto de estudio; no sé si tal vez sirvan para comprender la realidad actual. Por supuesto, uno puede leer en autores del siglo XIX la realidad actual, pero me parece que el gran legado que tienen esos autores es que los continuemos pensando en la actualidad. Los chicos seguramente van a descubrirlos, pero a partir de lecturas actuales: no por un ejercicio de la nostalgia sino como una forma de llegar a ellos partiendo desde hoy. Leía el otro día un reportaje a Pepe Mujica en Le Monde y él cuenta la historia de donde vino: "Mire, si yo hoy tuviera que dar una clase a los alumnos empezaría diciendo que fui anarquista y que después me formé con Vivian Trías". Si uno empieza a contar así la historia puede ir a buscar quién fue Vivian Trías, un historiador socialista que fue el creador de la izquierda nacional en el Uruguay. Lo mismo si un chico quiere descubrir a Evo Morales puede conocer quien fue el padre del marxismo en Perú y casi toda América Latina, José Carlos Mariátegui, o el MNR boliviano. Los chicos tienen que entrar por los temas actuales.

–La dictadura, con sus 30.000 desaparecidos y sus mucho más exilios, truncó una generación de pensadores en la Argentina...

–Es cierto, se perdió a muchos. Pero me gustaría rescatar a tantos intelectuales que hoy en día nos siguen haciendo pensar: Horacio González, Nicolás Casullo, Ricardo Foster, Alcira Argumedo, Adriana Puiggrós, Norberto Galasso, Osvaldo Bayer. Quizás falte un polemista como lo fue Arturo Jauretche, pero me parece que hoy la polémica se da en otros ámbitos, como en el programa 6, 7, 8 o las redes sociales Facebook o Twitter. En fin, me parece que hoy la polémica política está en muchos otros ámbitos, no sólo en la escritura.

–¿Qué ficciones lo conmovieron en aquellos años de adolescencia?

–Ficciones, justamente. Llegué a Jorge Luis Borges muy temprano. Es un placer leer a quien considero uno de los más grandes escritores del siglo XX. Cada día me gusta más, es una de las pocas lecturas con la que reincido de manera permanente. Abrir cualquier libro de Borges en cualquier página es un pleno disfrute. Yo tengo una relación muy particular con la ficción. No soy muy curioso de las tramas, por eso soy un mal espectador de cine. No me importa mucho el desenlace, pero me apasionan las formas. En ese sentido, puedo leer a Borges sin importarme la historia que cuenta.

–¿Y además de Borges?

–Me gusta mucho también la historia de la literatura, me apasiona la historia de los escritores. Me hubiera gustado tener la habilidad de escribir sobre escritores.

–¿Y sobre quién le hubiera gustado escribir?

–El tipo ideal que me hubiera gustado escribir es Ricardo Piglia. Es alguien a quien conozco, un tipo que se formó en historia para luego hacer literatura. Respiración artificial es un libro conmovedor. Y, además, es un gran ensayista. Me seduce su teoría de la historia de la literatura. Es como una historia del pensamiento fascinante. A Piglia, como decía Borges sobre Lugones, lo admiro hasta el plagio.

–Y con la poesía como se lleva?

–Me encanta leerla. Lo hice desde muy joven. En aquellos años leía mucho a Nicolás Guillen, García Lorca, León Felipe, la poesía española. Creo que la canción ayudó a que conociéramos a los poetas españoles. Serrat y Paco Ibáñez nos permitieron conocer Machado, Hernández, Blas de Otero, Gabriel Celaya o Agustín Goytisolo.

–¿Está de acuerdo con el juicio de que los chicos no leen?

–No. Me parece que es injusto y erróneo tener una visión peyorativa del mundo cultural de los chicos. Porque la música, la cultura audiovisual, y los múltiples modos de comunicación que ellos tienen no se los puede tildar negativamente. Yo diría que el mundo cultural de los jóvenes es un mundo mucho más amplio que el que teníamos nosotros.

–¿Qué rol juega la escuela dentro de ese mundo?

–La escuela sigue siendo importante. Por ahí pasan cosas que no pasan por otro lado: la idea de ciudadanía, de socialización, de aprender a trabajar con el otro. La escuela todavía no pudo ser suplantada porque se aprenden cosas que no se aprenden en otro lado. Lo que sí es que hoy no se aprende todo lo que antes se aprendía en la escuela. Ya perdió el monopolio del aprendizaje. Pero considero que hay libros que si no se leen en la escuela ya nunca más se leerán.

–¿Cuáles?

–Hace un año convocamos a varios escritores y pensadores como Ricardo Piglia, Arturo Carrera, Daniel Link, Ángela Pradelli, más los titulares de las cátedras de literatura argentina de las universidades de la provincia de Buenos Aires para confeccionar una lista de los diez libros que los chicos tendrían que leer en la escuela. Finalmente llegamos a la idea de promocionar libros de José Hernández, Sarmiento, Mansilla, Arlt, Borges, Puig, Cortázar, Saer, Di Benedetto, Silvina Ocampo. No son ni los mejores ni los exclusivos, simplemente son diez libros que queremos que estén en las escuelas. Para que los chicos lean.

–Una buena frase para este Bicentenario…

–El Bicentenario implica un compromiso porque nos da una inmensa posibilidad de pensar nuestra historia. Este año es una buena oportunidad para preguntarnos cómo pensarlo, qué mirada tener frente a ese magnífico hecho. El Bicentenario nos permitió ver muchas reediciones de libros. Algunos más académicos y otros de difusión general. Por un lado tenemos, por dar un ejemplo, a Raúl Fradkin y Jorge Gelman con Doscientos años pensando la Revolución de Mayo o los libros que hace Felipe Pigna, donde muchos niños se acercan a la historia a partir de la historieta. Nosotros, desde la Dirección de escuelas tratamos de darle al Bicentenario una mirada latinoamericana. No queremos que el Bicentenario en la escuela siga siendo un hecho que muestra a la Revolución de Mayo como un acontecimiento municipal alrededor del Cabildo, con una visión de cuentito ingenuo. Preferimos que la Revolución de Mayo sea recordada con la historia de la emancipación de América y el proyecto de la unidad del continente y tal vez la historia de su fracaso incluso. Hoy, todavía sigue vigente ese inicio de la historia de Abelardo Ramos cuando dice "somos un país porque no pudimos integrar una nación y fuimos argentinos porque fracasamos en ser americanos". El año del Bicentenario tiene que abrir nuevos debates en vez de cerrar viejas certezas. No sirve mirar el Bicentenario con ojos del pasado sino con visión de futuro.

Fuente: Diagonales