Crónica 1er Aniversario Zombier (II): Nos vamos al Freiburg!



Tras una tarde-noche tan intensa como la anterior parecía complicado levantarse el sábado con un estado físico medianamente decente. Pero lejos de esperar de nuevo hasta la noche para repetir velada en el Drunk Monk, nos habíamos citado con Manolo y su equipazo en el Freiburg. Demasiadas tentaciones nos aguardaban como para rehuir a ellas…


La primera incitación para que nos plantáramos allí poco después de las 12 del mediodía era ni más ni menos que la Pilsner Urquell sin filtrar de barril, algo con lo que tanto tiempo había soñado gracias a las repetidas alabanzas del compañero Max y que pensaba que no podría disfrutar hasta pisar territorio checo. Respeto y admiración por un lado, y algo de miedo también por si tanta fascinación se traducía en una decepción, eran las sensaciones previas a probarla. Pero cayó el primer sorbo y… ¡¡A gozar!! Qué bárbara! Y menuda diferencia respecto a la que nos llega en botella... muchos recuerdos cereal, a levadura y pan, un adictivo toque cítrico y herbal... me recordó a algunas kellerbier alemanas de las que cada día estoy más enamorado. Lo malo es que no sé cómo vamos a saciar las ganas de pils de ahora en adelante...

 


El segundo homenaje no tardó en llegar, agarraros bien a la silla: ¡unas botellitas de Dogfish Head 90’! Aunque ya la había probado con anterioridad precisamente gracias a la generosidad de Gabriel, igualmente me supo a gloria. Si alguna vez tenéis la suerte de poder probar alguna y que además el lúpulo esté como en este caso suficientemente fresco (complicado pero no imposible) os aseguro que empezaréis a pensar en si tramitar el cambio de vuestro apellido por el nombre de este blog… Palabra de Lúpulo ;).



Y ya lo dice el refranero, cómo no hay dos sin tres, llegó una Hornbeer Caribbean Rumstout, detalle de Manolo, quien por otra parte no se dejaba maravillar ante tanta “estrella” delante de su barra y curraba como ninguno.


Maravillosa. Color negro impenetrable, espuma beige intenso muy sugerente, aromas a café y torrefactos, textura oleosa en boca, con notas también torrefactos, el lógico punto aportado por el ron en forma de notas afrutadas muy bien integradas en el resto del conjunto, alcohol perfectamente escondido, intensa y muy sabrosa, sí, pero todo muy bien integrado. Para beber a sorbos muy pequeños y deleitarse una hora sin cansarse. ¡Bestial!

Por esas alturas nos cruzamos con uno de los Caçadors de Cerveses, con quien compartimos birra y estuvimos charlando muy agradablemente un buen rato. Gente muy, muy maja!

Iba pasando el rato y con tal elenco de neveras evidentemente teníamos que pedir alguna cosa antes de la comida. La elegida fue una Weyerbacher Hops Infusion (tengo que recuperar la reputación venida a menos que da nombre al blog…), con lo que ya os podéis imaginar el contenido, mucho lúpulo pero bien asentado sobre una estupenda base malteada. Una muy notable cerveza.



Y llegó la hora de comer, todos juntos, que no revueltos (bueno, tras el tute de la noche anterior, el estómago de más de uno igual sí estaba un tanto agitado…). Cosillas para picar, bocadillos, cervezas de barril (Agullons y Naparbier de barril, bien ricas). Todo estupendo a excepción de ver a Manolo ir arriba y abajo como la hormiga atómica ;).

A mitad de la comida llegó una tropa de pitufos euskaldunes con barretina catalana: los Laugar! Y cómo no se dejan sentir ni nada… Pues fiesta al tanto!

 El ambientazo de los Laugar fue tal que hasta Glenn (Alvinne) terminó con txapela (personalizada y todo...). John (De Molen), otro crack!


Luego se incorporó a la mesa Mikel Rius(BBF), y también pudimos saludar a la gente de Cervecearte (sí, los que propusieron la estupenda propuesta de San Lúpulo) así como a Álvaro(Petróleos) y Raúl (Bevirra), ambos acompañados de sus respectivas parejas.

Se acercaba la hora de ir pensando en marcharnos de nuevo a Mataró, pero aún hubo tiempo para dos, mejor dicho tres, buenas sorpresas.

La primera, una copita de destilado de cerveza (no recuerdo de cuál en concreto), muy cercano a algún whisky como comentaron varios de la mesa, contundente pero muy interesante.

 Por si alguien lo dudaba, no se trataba de una cata de aceites… ;)


La segunda, Maduixet, una cerveza elaborada por Joan Montasell, a.k.a. Birralta, un homebrewer con el que tuvimos el placer de charlar largo y tendido la noche anterior, y que nos dejó muy gratamente sorprendidos.

 Los vasos no tardaron en quedar vacíos…

Y tercero y para finalizar, ya sobre la bocina y con medio pie fuera del Freiburg (por lo visto, igual que en el Drunk, si no vas borracho no puedes salir de allí ;D) Manolo sacó unas botellas de Agullons Setembre, para deleite de los elaboradores internacionales y de todos los allí asistentes!

Y así, un pelín tristes por no poder quedarnos más (faltaba poco más de una hora para que empezara el segundo round en el Drunk Monk) nos fuimos, extasiados de placer y agradecidos enormemente por habernos sentidos como en casa, y además de corazón.

 El alma máter en su salsa…

Andrés, Joel, Jose, Valentín, Ángel, Sergi y, cómo no, Manolo, ¡sois todos MUY PERO QUE MUY GRANDES! A seguir así! Ya estamos deseando volver a vuestra casa!