Fuerte crítica al cardenal Jaime Ortega

El diario universitario más viejo de EE.UU., The Harvard Crimson, dice que los líderes de la iglesia católica en Cuba deben apoyar al pueblo.
 
El cardenal Ortega en animada charla con el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
A pesar de que a menudo se le menciona como un factor instrumental para abrir el diálogo con el gobierno de Cuba, no se dice que el cardenal Jaime Ortega “no se opuso a que prisioneros (de la Primavera Negra) fueran forzados al exilio en España”, destaca este martes un artículo publicado en el periódico The Harvard Crimson.

El diario,  el más viejo de los que publican las universidades del país y con más de un siglo de existencia, afirma que la historia sobre el cardenal cubano deber ser completa, y destaca que además Ortega ha fallado en “proteger a disidentes políticos” en la isla.

A propósito de la presencia este martes de Ortega en la Universidad de Harvard, el Crimson se hace eco de un reciente y devastador editorial publicado por el prestigioso diario
The Washington Post, que calificó al cardenal cubano de “socio de facto de Raúl Castro”.

También dice que en “una nación comunista conocida por sistemáticos abusos contra las libertades civiles y los derechos humanos” con frecuencia el gobierno aplica la violencia contra las Damas de Blanco, “ que rogaron públicamente que el papa Benedicto XVI les concediera unos minutos en audiencia en su reciente visita a la isla.


Sin embargo, destaca que el cardenal Ortega fue capaz de encontrar tiempo para que el papa se reuniera dos veces con Raúl Castro y una con Fidel Castro, y en adición le reprocha al prelado haber “llamado al gobierno para que arrestara” a disidentes políticos que “buscaron santuario” en una iglesia.


El periódico dice que continuar sacrificando los derechos humanos a cambio de la falsa esperanza de limitadas reformas “es abandonar al pueblo de Cuba”, y cita al famoso político y filósofo británico del siglo XVIII Edmund Burke cuando dijo que “todo lo que se necesita para el triunfo de la maldad es que los buenos hombres no hagan nada”.


Además, le recuerda al cardenal cubano que en tiempos del dictador Augusto Pinochet, la iglesia católica salvo en Chile a cientos que buscaron santuarios en sus templos. Sabían que la iglesia los defendía—dice--. Hoy, en Cuba, ven a una iglesia  sin “espina dorsa

PAÍS PRESTADO

PUESTA DE SOL 23,FEBR,2012  003
Foto: Angélica Mora


Angélica Mora
Apuntes de una Periodista
Nueva York

Creo que me hizo bien y mal ir a Chile. 
Bien porque vi un pais diferente al que dejé hace más de 40 años. 
Mal porque deseé, con todo mi corazón, quedarme en mi Patria 
y no regresar a Estados Unidos, 
donde resido desde hace 30 años.
Hoy la nostalgia es muy grande. 
Visité mi Patria luego de no haber ido por 23 años. 
No me explico por qué demoré tanto.
Puedo regresar cuando quiera, si así lo deseo, 
pero me ata aquí -en el país prestado- casi toda mi vida adulta. 
Está mi esposo que dicen las leyes "hay que seguir donde quiera que vaya", 
están mis hijos, está mi hogar. 
Más que nunca, entiendo la añoranza de los que están, 
obligados por dictadores 
o presidentes déspotas, 
a vivir fuera de la Patria.
Sí, mi nostalgia es grande por mis paisajes, 
mi familia y mis amigos.
Mi fantasma se pasea. 
Anda por Chile, 
especialmente de noche. 
Contempla su mar y el sol poniéndose entre las olas. 
Recorre calles y casas, 
husmeando las siluetas y los perfumes que quedaron atrás:
Jasmines trepando por los naranjos, 
rosas abriendo sus colores, 
fuentes de agua que cantan a la luz de la luna 
y perros que  me siguen, porque me reconocen en mis andanzas.
Por eso, si me ven, ya saben por donde voy.

¿SABES CÓMO SE LLAMA?

Fotografías del momento de la detención del hombre que gritó consignas contra el comunismo antes de comenzar la misa en Santiago, del que no se sabe su paradero ni se tiene noticas de él una vez detenido


Angélica Mora
Apuntes de una Periodista
Nueva York

Me recordó aquel hombre que a fines de la década de los 80 gritó en una pelea de boxeo: ¡Abajo Fidel!
Lo que aconteció se perdió en la nebulosa del tiempo, sin que se supiera su nombre aunque sí su destino: Su acto de valentía fue tildado como locura y -según se supo más tarde- fue encerrado en una celda en un hospital psiquiátrico.

Este lunes, otro cubano cometió igual acto de valentía, sin precedentes en una sociedad inmutable, que sigue atada al carro del conformismo, porque no quiere perder lo poco o nada que hasta ahora le da el Estado.

Hasta el momento de redactar esta crónica, no se sabe el nombre de este valiente. Ni el lugar donde se encuentra recluido, luego de haber sido golpeado y arrastrado fuera de la Plaza Antonio Maceo donde el Papa Benedicto XVI celebraba su misa "para cubanos expresamente escogidos por su "fidelidad" con el sistema".

Sería bueno saber también el nombre del esbirro, disfrazado de miembro de la Cruz Roja, que se abalanzó y agredió a este desconocido con golpes de kárate, ya indefenso sujeto por los brazos por parte de miembros de la Seguridad del Estado.

El hecho ocurrió poco antes de la primera misa del Papa en Santiago de Cuba, cuando el desconocido se puso a gritar “Abajo el Comunismo”.

Los periodistas extranjeros y la opinión pública en general no deben olvidar este suceso, que demostró el descontento de los cubanos ante la doctrina comunista, aplicada a la fuerza por los Hermanos Castro hace 53 años, y que un joven tuvo el valor de demostrar, pese a los enormes esfuerzos del régimen por ocultarlo. 


¡Pero buenoooo! Disidentes cubanos desaprueban ocupación de basílica en La Habana



  • Red Nación.cl

Opositores que se tomaron el martes la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad se niegan a salir pese a falta de comida y hoy pidieron a la Iglesia Católica que medie para establecer un diálogo con el Gobierno de Raúl Castro. Todo esto a pocos días de que el Papa Benedicto XVI visite el fin de semana la isla.

Jueves 15 de marzo de 2012| por EFE, AFP - foto: EFE
Las Damas de Blanco y otros prominentes disidentes cubanos desaprobaron este jueves la ocupación de un templo católico de La Habana por parte de 13 opositores que buscan que el Papa Benedicto XVI interceda en sus demandas políticas durante su visita a la isla a fines de mes.

Los manifestantes se resistieron nuevamente hoy a abandonar su encierro y pidieron que la Iglesia Católica actúe de mediadora para establecer un diálogo entre el Gobierno de Cuba, la oposición interna y movimientos del exilio.
Vladimir Calderón, uno de los disidentes que se encuentra en el interior de la iglesia, explicó este jueves que el encierro no pretende “empañar” la inminente visita del Papa pero sí quieren aprovechar para hacer visibles sus demandas.

“SITUACIONES CRÍTICAS”

Tras conocerse el encierro de estos disidentes, la Iglesia Católica cubana denunció que la protesta responde a una estrategia preparada en varias provincias del país para crear “situaciones críticas” a medida que se acerca la visita papal del 26 al 28 de marzo.
En un comunicado divulgado el miércoles y que hoy publica el diario oficial Granma (órgano oficial de Partido Comunista cubano), el Arzobispado de La Habana calificó este encierro de acto “ilegítimo e irresponsable” y advirtió que “nadie tiene derecho a convertir los templos en trincheras políticas”.

Vladimir Calderón confirmó que la idea era llevar a cabo este tipo de encierros en otros puntos del país (que finalmente no se han concretado) en coordinación con otros grupos disidentes pero que ello no supone que estén en contra ni de la Iglesia ni del Papa.

SIN COMIDA

Calderón y otro de los disidentes destacaron que, aunque el párroco Roberto Betancourt los ha atendido “muy bien”, tiene prohibido -según dicen- que suministre alimentos al grupo, de manera que llevan sin comer desde el mediodía del miércoles.
Entre los disidentes que realizan el encierro hay personas mayores, como un hombre de 84 años, así como dos diabéticos, según dijo Calderón.

“La Damas vamos a la iglesia a orar”

Ante esto, varios líderes disidentes cubanos reaccionaron críticamente al accionar de los 13 miembros del ilegal Partido Republicano de Cuba (PRC), una pequeña y desconocida organización opositora, que ocupan desde el martes la Basílica.
“Respetamos el accionar de esas personas (...), pero no es la línea de las Damas de Blanco”, dijo hoy la líder de este grupo opositor, Berta Soler, tras entregar en el Arzobispado de La Habana y en la Nunciatura Apostólica sendos discos compactos con su “testimonio” para que sea entregado al Pontífice durante su visita.
“Las Damas de Blanco vamos a las iglesias a orar y a estar cerca de Dios”, añadió Soler.

“no es un lugar adecuado”

“Es una manera de lucha, no los conozco, pero les aconsejo que tengan cuidado con realizar algún tipo de provocación que pueda perjudicar la credibilidad de la oposición pacífica de Cuba”, dijo telefónicamente desde Santa Clara (centro), el sicólogo opositor Guillermo Fariñas, Premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo, que ha realizado más de 20 huelgas de hambre para exigir demandas al gobierno comunista.
Asimismo, la ex presa política Martha Beatriz Roque, una de las más radicales activistas de la disidencia en la isla, manifestó su “desacuerdo con utilizar la Iglesia Católica con fines políticos en cualquier sentido”.

RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA

No estamos de acuerdo con que se tomen instituciones religiosas, no es lugar adecuado para ese tipo de pronunciamiento”, declaró por su parte el disidente José Daniel Ferrer desde Santiago de Cuba (sudeste), la otra ciudad que visitará Benedicto XVI, además de La Habana.
No obstante, Ferrer, un ex preso político que dirige la ilegal Unión Patriótica de Cuba, dijo que detrás de esta protesta hay “también responsabilidad de la Iglesia, por descuidar su labor en defensa de los oprimidos”.



!AY MAMA  A SEGUIR ENVIANDO LEJÍA Y AZUL AÑIL PARA CUBA!

 Y A OLVIDARSE DEL JABON CANDADO

“¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!”-José Martí




Con motivo de la celebración del Año Jubilar en el 400 aniversario de la aparición de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en la Bahía de Nipe, Su Santidad Benedicto XVI tiene programado viajar a Cuba entre los días 26 y 28 de marzo.

Nuevamente enfrentamos las acciones de una jerarquía católica en Miami -representada por el Arzobispo Wenski- que se empeña en servir como agente de viaje y catalizador de la falsa proyección de normalidad en un país donde nada es normal, donde nada esencial ha cambiado y donde el poder permanece arbitrariamente en manos de un ilegítimo régimen comunista que continúa violando todos y cada uno de los derechos humanos de sus ciudadanos.

Anteriormente, cuando la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998, lanzaron la iniciativa del “crucero”, finalmente cancelado luego de que numerosas voces católicas de nuestro exilio –entre ellas, las nuestras- se alzaran con argumentos irrefutables, y algunos de nosotros sostuviéramos reuniones con el Cardenal O’Connor en Nueva York, entre otros, ante lo incongruente que resultaba dicha peregrinación.

Hoy, catorce años después, el ahora Arzobispo Wenski, máxima autoridad de nuestra Iglesia en Miami –ciudad de víctimas que alberga el dolor y el decoro de la nación cubana exiliada- se ha volcado de lleno en la promoción y organización de la mal llamada “peregrinación de reconciliación” a la isla para coincidir con la visita del Papa, fomentando una vez más la división entre católicos de nuestro exilio.

La aceptación de las condiciones de la peregrinación constituye una humillación y una falta de respeto a la dignidad del cubano. El régimen castrista controla y aprueba a aquéllos que pueden visitar la isla. Obviamente no caben dentro de la “peregrinación” cubanos abiertamente críticos de la dictadura de los hermanos Castro, como tampoco actividades de solidaridad hacia los prisioneros políticos, Damas de Blanco, o activistas de derechos humanos. Todos los que van necesitan una visa de entrada al país donde nacieron, y tienen que someterse a la agenda oficial impuesta por el régimen ante la mirada complaciente del Cardenal Jaime Ortega y Alamino.

El nombre dado a la gestión -“peregrinación de reconciliación”- constituye de por sí una distorsión de la triste realidad cubana, cuyo problema no radica en la “reconciliación” entre cubanos del exilio y de la isla –que somos un solo pueblo– sino que emana de la imperiosa necesidad del establecimiento de un estado de derecho, con justicia y libertad, que tenemos el deber de defender y el compromiso de lograr.

Mientras esto sucede de este lado del Estrecho de la Florida, allá en la isla, bajo un clima de brutal represión, la actitud de la jerarquía eclesiástica, con honrosas excepciones, ha sido una de acomodo con los victimarios y no con las víctimas de la dictadura más longeva de nuestro Hemisferio.

A cambio de algunas concesiones que ratifican precisamente la naturaleza totalitaria del régimen, han antepuesto intereses por encima de sagrados principios. Resulta incompatible con los valores cristianos de la religión por la cual murieron tantos mártires cubanos ejecutados en el paredón de fusilamiento exclamando “Viva Cristo Rey”, la forma en que autoridades eclesiásticas se han pronunciado o dejado de pronunciar en la isla, prefiriendo el silencio cómplice a la proclamación de la verdad.
La jerarquía eclesiástica ha emprendido una campaña mediática avalada por un pequeño grupo, encaminada a que los cubanos se “reconcilien” con sus verdugos y transiten en el camino que señala el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y Arzobispo de Santiago, Dionisio García, en declaraciones recientes a un medio europeo, de que ve necesario fomentar una actitud de “aceptar al otro, aceptar lo que piensa, lo que dice, lo que es, cómo ve la realidad de las cosas”…

¿Aceptar a los asesinos que continúan asesinando impunemente? ¿Aceptar a los torturadores que continúan torturando a prisioneros políticos cubanos y a los agentes de seguridad del estado que continúan golpeando salvajemente a las Damas de Blanco y mujeres de la resistencia? ¿Aceptar la infamia del mal que continúa avanzando sin arrepentimiento alguno a lo largo de una tierra sedienta de derechos y libertad? ¿Aceptar la mordaza y la esclavitud? ¿Aceptar la realidad de una dictadura totalitaria que por más de medio siglo ha reprimido y continúa reprimiendo al pueblo cubano? ¿Aceptar viajar a nuestra Patria renunciando a ser parte de ella y renunciando al encuentro con nuestros hermanos víctimas de la opresión?

Parafraseando a Martí: ¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!

Wilman Villar Mendoza, asesinado por los Castro.

Muere esta noche el preso político y opositor pacífico, Wilman Villar Mendoza. Descanse en Paz...