Sigue el arrugue de los candidatos


Atentos a la rutilante catarata candidatil que viene ocupando las tapas de medios más serios que éste, los cronistas Ludditas más avispados se preocuparon por su capacidad para influir en las altas agendas políticas. Por eso, se pusieron a investigar cuáles podrían ser las próximas bajas en la lista de candidatos políticos. El siguiente parte recopila toda la información recabada por estos audaces e intrépidos profesionales de la comunicación:
Fernando “Pineta” Solainas: Luego de sorprender con su primera renuncia, el más longevo de los candidatos estaría ahora analizando las encuestas de la Ciudad. Frente al escaso caudal de votos que le pronosticarían, algunas voces indicaban que estaría pensando en una nueva agachada para llevar su candidatura un pasito más abajo. Los rumores se confirmaron cuando su principal asesor de campaña, el pelado Tufí-meme, dijo esta mañana que en Proyecto Sur evalúan la posibilidad de que Solainas dispute la presidencia del Consejo vecinal del Parque Independencia, en la localidad de Rosario. Cuando el cronista luddita consultó el por qué de esa decisión, Tufí-meme argumentó que allí todavía circula el viejo trencito eléctrico para infantes.
Elenano Eduardo: Luego del pequeño traspié en su intento de unir fuerzas dentro del peronismo-pero-de-Perón, y una vez dada por finalizada la elección interna en la que se enfrentó al Gobernador de San Luis y embajador de Zord en Argentina, Alberto Rodríguez-Sarasa, en la que los dos candidatos resultaron triunfadores, Elenano de Lomas estaría evaluando sacudir el amperímetro político, candidateándose para remplazar al Mini de Duro de Domar. Otras versiones dicen que tiene pensado participar de una selección de personal en la ya famosa fábrica de chocolate de Johnny Depp.
Daniel “el Motonáutico” Ciscioli: Atento a la gran cantidad de contrincantes que todos los días le crecen, como malvones en primavera, desde adentro del Gran Proyecto Nacional y Popular, Daniel estaría considerando renunciar a su reelección y retirarse de la política para poder avocarse full time a lo que siempre fue su hobbie: mirar sus propios videos de cuando corría en offshore, con relatos y comentarios de Enrique Moltoni.
Mauricio Papu Macri: El equipo de Los Ludditas no consiguió recabar información coherente de los dichos del Jefe de Gobierno, quien cada vez se muestra más reacio al correcto uso de la gramática española. La redacción de este medio fue arena de un encendido debate sobre si lo que se lanzó en el pasado acto del PRO es su candidatura a la reelección o un nuevo emprendimiento vinculado a peloteros para cumpleaños infantiles. El debate se cerró abruptamente con la llegada de las pizzas.

Alfredo Leucosoma


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Don Alfredo nos recuerda lo frágil y horrenda que puede ser la vida en un país que no para de estatizar.

Thudor Pópovich


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Thudor Pópovich recuerda todos sus conocimientos técnicos aprendidos en la secundaria de su querida Unión Soviética, en la época de los rastamanes del Cáucaso, y luego profundiza sobre las negociaciones del papá de Dalma y Yanina para ser DT en Dubai.

Tiempo Checheno más oyentes.


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Leemos nuetro semanario Tiempo Checheno, una mirada del conurbano hacia el mundo pobre, con la presencia de la estrella de rock internacional Luiz Inácio Lula, más mensajes de los oyentes, mientras el burro del zapatista hace sombras chinescas.

Monseñor Barone confiesa a la actriz Carolina Díaz


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Monseñor Barone continua con el éxito de las confesiones virtuales, nos cuenta como colabora su iglesia con la comunidad, y envía al mismísimo infierno a la actriz Carolina Díaz.

Apertura, Enfermérides y María Laura Excel


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Abrimos el programa con el espectáculo de un zapatista y su burro, repasamos las Enfermérides de un día como hoy, y nos comunicamos con María Laura Excel que tiene toda la posta de las próximas elecciones presidenciales.

¿AUTOPSIA BLANCA EN SANTA CLARA?

Si el régimen notificó una 'muerte de tipo natural' en el caso de Soto García, ¿por qué habló más tarde de necropsia?
Por paradójico que parezca, el cadáver del disidente Juan Wilfredo Soto García no fue sometido a examen médico forense.
De la ausencia de necropsia se percata cualquiera medianamente entendido: basta leer la primera nota oficial publicada por el periódico Granma: "Las pruebas patológicas practicadas al occiso, arrojaron una muerte de tipo natural, estableciéndose como causa preliminar: 'shock multifactorial por fallo multiorgánico, debido a una pancreatitis'. No se observaron signos de violencia internos o externos". ¿Por qué, entonces, las declaraciones de un forense este jueves?
Debió resultar obvio a las autoridades que el fallecimiento de Soto García, conocido como "El Estudiante", ocurrido 72 horas después de su detención en el céntrico Parque Vidal —a 300 km de La Habana, pero a segundos de Madrid o Nueva York, Twitter de por medio—, se convertiría en noticia de primera plana, dado que medio mundo está pendiente hoy de lo que ocurre en Cuba en materia de derechos humanos.
Así, cabe una pregunta: ¿Quiere en realidad el Gobierno el entendimiento con Europa y Estados Unidos, o persiste en mostrar su imagen de plaza sitiada?
Si quisiera el entendimiento, habría evitado poner su credibilidad en entredicho, cumpliendo con su propia Ley de Procedimiento Penal y no actuando como quien encubre un delito de lesiones del que resultaría un homicidio. Según articula el ordinal 142 de la Ley de Procedimiento Penal:
"Para que el proceso penal tenga lugar por causa de muerte violenta o sospechosa de un acto delictivo, se procederá a la necropsia del cadáver por médicos forenses quienes, después de describir esa operación, informarán sobre las causas del fallecimiento y sus circunstancias".
"Cuando el fallecimiento a que se refiere el párrafo anterior haya ocurrido en un centro asistencial, se avisará inmediatamente al instructor para que designe los médicos forenses que deben practicar la necropsia".
Pero si el Gobierno notificó pruebas patológicas, ¿por qué habló el jueves de necropsia?
Cercano en tiempo y contexto al de Orlando Zapata Tamayo, el fallecimiento de Soto García inexorablemente derivaría en consecuencias sociales y jurídicas nacionales e internacionales, por lo que, amén del auxilio de la Anatomía Patológica, debió esclarecerse desde el punto de vista tanatológico; esto es, el estudio de la muerte y el cadáver relacionado con un presunto delito.
¿Fallan otra vez las autoridades al apreciar una situación, o simplemente están cumpliendo su cometido de pensar las relaciones Cuba-EE UU-Unión Europea? Si así fuera, las propias autoridades deberían aplicarse la Ley 88.
Cuando se trata de fallecimientos que no envuelven problemas judiciales, menos aún sociológicos y de derecho internacional, es cierto, se realizan autopsias clínicas destinadas más a averiguar las enfermedades de un sujeto y cómo estas le propiciaron la muerte, que a descubrir un delito.
En el caso de Soto García, técnicamente el Gobierno ha notificado una autopsia blanca en la que no se han encontrado causas de muerte violenta. Pero la autopsia blanca es un arma de doble filo en las muertes imprevistas, si estamos hablando ajustados a derecho, pues puede sugerir, como en este caso, una muerte por inhibición en lugar de una muerte natural.
La muerte por inhibición recuerda al asesinato perfecto. Se produce por la detención brusca de los órganos cerebrales superiores provocada por estímulos intensos que pueden ser emocionales dolorosos.
El pasado año Soto García declaró, y un periodista lo grabó, encontrarse bajo presión policial, imputando a las autoridades su posible muerte. Hoy está muerto y el Gobierno, en lugar de esclarecer el asunto, trata de defenderse como un chico malcriado o, peor, como un mal abogado, sin sustanciar su defensa.
Que los resultados de la autopsia clínica son preliminares, según la primera nota oficial, huele a pura hojarasca.
La muerte lenta como acepción forense tiene pocos asideros en el caso Soto García. En Medicina Legal, la muerte lenta se produce tras una enfermedad prolongada que va agotando las reservas de glucosa almacenadas en el hígado. Sabido es que en el páncreas se produce la insulina que limita la cantidad de glucosa en la sangre.
Puesto que ya se anunció una pancreatitis, ahora solo queda esperar un informe de laboratorio o del Gobierno notificando la disminución del glicógeno hepático en el fallecido, sustentando así la muerte natural. Pero, por ahora, redoblan las campanas por una presunta muerte por inhibición.
¿Es el caso Soto García escandaloso a la luz del Derecho Penal cubano? En honor a la verdad, no. Solo un ejemplo para no agotar la paciencia del lector:
Harold Brito Parra —a quien también podríamos llamar "El Estudiante" por lo temprano que inició sus estancias en prisión— falleció este febrero, siendo un recluso de la prisión provincial de Las Tunas, en el Hospital Ernesto Che Guevara…, esposado.

Luego, en Cuba, las muertes como la de Soto García solo son noticia gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, pues son algo poco menos que cotidiano desde hace más de medio siglo. Quien espera cambios en Cuba, de una vez y por todas debería entenderlo y, por supuesto, de una vez y por todas, condenarlo.