" Científicos mexicanos crean diamantes a partir del tequila "

___ Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que lograron producir diamantes a partir de acetona, etanol, metanol y tequila, estudian las particularidades de esa bebida alcohólica tradicional en la formación de este tipo de cristales, dijo hoy uno de los científicos.El líder del proyecto, el doctor en física Luis Miguel Apátiga, dijo en una entrevista con EFE que la "

Nuestra Señora del Pilar


Advocación popular de la Virgen, de gran devoción en Aragón. Esta fiesta se celebra en España e Hispanoamérica.


Santa María del Pilar, escucha

nuestra plegaria, al celebrar tu fiesta,

Madre de Dios y Madre de los hombres,

Reina y Señora.

Tú, la alegría y el honor del pueblo,

eres dulzura y esperanza nuestra:

desde tu trono, miras, guardas, velas, Madre de España.

Árbol de vida, que nos diste a Cristo,

fruto bendito de tu seno virginal,

ven con nosotros hasta que lleguemos

contigo al puerto.


Iba el Almirante navegando aquélla incertidumbre de sesenta vacías singladuras, mudo y ensimismado en su paisaje interior de aguas y estrellas. Estaba ungido. Y el Señor se complacía en descubrirle el misterio de aquélla geometría de números y de luz en que fueron creadas todas las cosas al principio. ¡Qué riesgo marear los océanos cuando aún no concierta la bitácora con la Polar, los caminos seguros donde resoplan su gozo ángeles del viento y las sirenas! Pero la corazonada del Almirante le ardía, asomada a los ojos, como un fuego rusiente, para conducir los navíos. ¿No parecían las carabelas, entre el turpial salobre de las olas, tres conchas peregrinas desprendidas del bordón de Santiago? Sí. Después de andar siglos y siglos la dura tierra española, en holocausto de sangre y de batallas, por la unidad de la fe, esta aventura extraordinaria en la inmensidad desconocida de los océanos.
Los Pinzones, grandes capitanes y ambiciosos, tejen, con la fatiga y el descontento de la tripulación, trampas y trifulcas al Almirante; pero él se recoge, con la seguridad de su fe iluminada, en el regazo de la Biblia. Se navega hacia la desesperación. Y, detrás de cada ola, crece el designio del retorno a Rábida.De pronto, los pájaros. Inesperadamente, Un vuelo de papagayos y de grullas enhebran, Con las agujas de los mástiles y el hilo de oro del sol, un soneto de luz a la esperanza. El anochecer de vísperas se cierra, como boca de lobo, sin estrellas, abrasado de vientos tropicales que enloquecen la pasión y la Sangre. El mar, en calma. Y rompe la "Salve, Regina" marinera, tan impetuosa, que atranca el milagro al corazón de Dios, en el nombre de María Santísima. ¡Qué prodigio entonces! El Almirante, vestido de negra ropilla penitente, agarra entre sus manos el gobernalle. Quiere rezar, y no puede, porque sus labios se aferran a una palabra sólo: "Tierra." Después se pone a temblar, él, endurecido de infinitas navegaciones. Una lágrima cristiana de amor enturbia el poder de sus pupilas, que adivinan allí, en lejana frontera del cielo con las aguas, el resplandor parpadeante de un fuego. ¿Se alucinan aún? El reloj que criba las arenas del tiempo, entre aquellas ampollas que parecen dos corazones de cristal, apunta las dos de la madrugada. Un morterazo y un grito: "¡Tierra a la vista!" Y Rodrigo de Triana, como el bello arcángel de la Anunciación, certifica el milagro del descubrimiento.
Algarabía, abrazos y canciones; los tamboriles vascongados rizan vítores de gloria al Almirante; y una oración: "Bendita sea la luz, - bendita la santa cruz; - y el Señor de la verdad - y la Santa Trinidad; -bendito sea este día - y el Señor, que nos lo envía." Y allí van solemnes las carabelas españolas, esco1tadas de una orla de indios que saltan y juegan como delfines, con el poder del mar..., y parece el cortejo de los tres Reyes Magos que rinden su homenaje a un nuevo mundo recién nacido para la mayor gloria de Dios. En el Diario del Almirante hay esta noticia que resume todos los designios del Descubrimiento: "Yo, para que los indígenas nos tuvieran mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra santa fe más por el amor que por la fuerza, les di bonetes colorados y cuentas de vidrio, que se ponían al cuello, con lo que habían mucho placer y quedaron tan nuestros que era maravilla." Está fechada un 12 de octubre de 1492, el mismo día que allí la España distante, católica y misionera, honra a su Patrona de los cielos, Santa María del Pilar. ¿Coincidencia? Pero ésta es otra historia de un estupendo prodigio, en el escenario de las aguas del Ebro, acaecido un amanecer original, catorce siglos antes.
Os lo quiero referir con todo el perfume intacto de una primera relación, escrita por mano anónima, en las últimas páginas del códice de Los Morales de San Gregorio Magno, según puede leerse en los archivos de Zaragoza. Tiene la suave fragancia espiritual de los scriptorios medievales, donde los monjes hilaban la historia, con aquel gozo de oros, azules y bermellones, según los abecedarios de una fe pura y pacífica. Se le creía contemporánea del obispo Tajón, hacia el 631, pero la crítica le ajustó la edad aproximada entre finales del XIII y principios del XIV.
Y fue que Santiago el Mayor, hermano de Juan el Evangelista, vino a España para anunciar la Nueva Ley de Jesucristo. Cumplía el mandamiento que el Señor les hiciera a los Doce, en su última aparición de resucitado: Predicad el Evangelio a todas las gentes del mundo. El escritor anónimo nos describe la llegada a España, por Asturias; sus viajes misioneros en Galicia; siguiéndole todo su itinerario hasta la España Menor, que es el reino aragonés, que se llama Celtiberia. Dos videntes extraordinarias, las venerables María de Jesús de Agreda y Ana Catalina Emmerich, coinciden en ver a Santiago partir desde Jaffa, tocar Cerdeña en la ruta del mar Mediterráneo y desembarcar, más lógicamente, en Cádiz o Cartagena, para la evangelización de Andalucía. La madre Agreda coloca en Granada un aprieto de muerte para el apóstol, acorralado por sus enemigos, del que le salva la Virgen María viniendo personalmente en su socorro.
Pero situémosle ya, con el códice gregoriano, en Zaragoza, donde no le acompaña la fortuna en sus trabajos apostólicos. "Aquí predicó muchos días, logrando convertir para Cristo a ocho hombres". ¡Menguada pesca para aquel marino del mar de Tiberíades que había tocado con sus manos las redes abarrotadas de Pedro en aquella pesca milagrosa! Y, cosa muy natural, le rinde el desaliento a Santiago. "Con estos convertidos se entretenía en dulces enseñanzas sobre el reino de Dios, y por la noche iba a una era, cerca del río, donde se echaba en la paja." Ya se presiente el prodigio. Porque, en una de esas largas noches, desveladas por la amargura y la oración instante, percibe en los cielos un camino de luz, sonoro de canciones y de arcángeles. Ave María, gratia plena. ¿Es una alucinación de la fatiga o del viento ululante que baja del Moncayo? No. Es una evidencia estremecedora en sus claridades celestes. La humilde Virgen María, tierna Madre de la Iglesia, que él dejara en Jerusalén, está allí, palpitante, viva, hermosísima, bendiciéndole, hablándole de esta manera: "He aquí, hijo mío Jacobo, el lugar de mi elección. Mira este pilar en que me asiento, enviado por mi Hijo y Maestro tuyo. En esta tierra edificarás una capilla. Y el Altísimo obrará, por Mí, milagros admirables sobre todos los que imploren, en sus necesidades, mi auxilio. Este pilar quedará aquí, hasta el fin de los tiempos, para que nunca le falten adoradores a Jesucristo". Y la cabalgata angélica toma reverente a su Reina, y por un camino de luceros, que será para siempre el Camino de Santiago, le devuelve a su retiro de Jerusalén. Así, tan sencillamente termina el relato de la aparición de María en su carne mortal al apóstol Santiago, en Zaragoza.
¿Historia o leyenda? Cuando, en nuestro tiempo, aquel reducido oratorio edificado por los primeros creyentes, se ha convertido en un suntuoso templo de la Hispanidad, abrir este interrogante de duda suena a herejía intolerable. Pero acaso sea mejor que la crítica de dentro y de fuera de España haya cribado rigurosamente tan entrañable suceso. Si se niega la evangelización de nuestra Patria por Santiago el Mayor, nada puede quedar de esta prodigiosa venida de la Virgen, ni de su celeste regalo de la columna. Veamos.
Los adversarios argumentan en dos direcciones: una teológica; la otra, científica. Y dicen: No parece honorable a la santidad y seriedad de María este andar funambulesco por los aires, ni tampoco coherente con su carácter humildísimo el pedir, en vida aún, que el apóstol edifique un oratorio a su dedicación y culto. Pues, en respuesta, os abro la teología de la Virgen, en aquella Pentecostés, cuando preside a los Doce, la mañana elegida por el Santo Espíritu para introducir a la Iglesia públicamente en la historia del mundo. Sobre todos caen las llamas misteriosas de fuego, que los transforma, de hombres, en consagrados "testigos del Señor Jesús". Aquí, en este ardiente cenáculo, lo veis, se realiza aquella maternidad de gracia -sin estrenar aún- anunciada al mundo por las palabras de agonía de Cristo, en la mutua entrega de su Madre y Juan. Toda maternidad tiene exigencias inviolables y derechos augustos, de sacrificio, de ternuras, de tutelas y socorros cerca de los hijos. Y María, Madre de este pequeño Colegio apostólico y de toda la Iglesia universal. Pues bien; de otro lado, no se pueden negar teológicamente a Nuestra Señora gracias, carismas y dones que hayan sido concedidos a simples mortales, sino que deben atribuirsele en grado eminente. Según la luminosa dialéctica de Santo Tomás de Aquino, María alcanza, en funciones de su divina maternidad, "una grandeza y un poder, de alguna manera, infinitos", pues vive, como si dijéramos, en las mismas fronteras de la Deidad. Tanto, que el bello arcángel de la Anunciación la saluda: "Salve, la llena de gracia." Pues la consecuencia será que este don de las traslaciones o bilocaciones, ya concedido a muchos siervos de Dios, hay que reconocérselo realmente a María, que pudo venir a Zaragoza, sin indecoro circense, sino empujada por un amoroso apego que profesaba a Santiago, sin duda porque el apóstol, en su rostro y en su porte, era una estampa viva de su Hijo Jesucristo. Y como Madre de todos los apóstoles.
El tema de la dedicación de un oratorio a su nombre y culto puede plantearse, salvando su exquisita humildad. Las relaciones del prodigio nos aseguran que Ella trajo una columna, de origen celeste, como testimonio y signo de fortaleza. Entonces, ¿por qué no pensar que este templo que la Virgen pide a Santiago sea como el Arca de la Alianza antigua, el joyel que guarde el tesoro divino de su pilar? Nos promete una intercesión de gracias, milagros y bendiciones muy acorde con los principios dogmáticos de su maternidad divina. Porque, desde el instante de la Encarnación, para que su consentimiento a la empresa redentora de Cristo fuese racionalmente libre, fue necesario que conociera todo el ámbito de obligaciones y derechos de esa su maternidad, es decir, su condición de corredentora, de intercesora y medianera de todas las gracias. La madre Agreda describe así el encargo al apóstol: "Hijo mío Jacobo, este lugar ha se ñalado y destinado el altísimo y todopoderoso Dios del cielo para que en la tierra le consagres y dediques un templo y casa de oración, donde debajo del título de mi nombre quiere que el suyo sea ensalzado y engrandecido." y así, la humilde "esclavita" de Nazaret, María, busca primero el honor y la gloria del que la hizo grande con su poder, porque es el Altísimo.
El argumento científico de crítica histórica procede por meras vías de negación. Sin presentar nada positivo, se contenta con calificar de sospechoso que hasta el siglo IX no se encuentren pruebas escritas del prodigio. Mas juzgan inexplicable que los escritores clásicos primitivos omitan su consignación en absoluto: así Idacio, Orosio, San Isidoro de Sevilla, San Julián de Toledo.Y, lo que es más grave, tratadistas aragoneses como San Braulio y Prudencio. Añádase aún el silencio de las liturgias mozárabes, que acostumbran consignar, en sus calendas, las clásicas conmemoraciones de las iglesias españolas, y estará completo todo lo que hay que oponer a esta gloriosa venida de la Virgen del Pilar a España. Bien.
Pero comienzan a enfriarse los quilates del argumento si tenemos en cuenta que Diocleciano mandó destruir, por el fuego, todos los archivos de la Iglesia primitiva. Por otra parte, si examinamos las obras de todos los escritores citados, veremos que ninguna de ellas trata temas en los que lógicamente haya lugar para introducir noticias del suceso. Y, entonces, no es demasiado sospechoso que las omitan, máxime cuando se trataba, sin duda, de un hecho perfectamente conocido y en la conciencia profunda del pueblo fiel. ¿Pueden asegurar honradamente los adversarios de la venida de la Virgen que los naturales testigos del suceso -estos escritores religiosos citados- no se ocuparon del tema porque él no aparece en las obras escritas que conocemos? ¿Y las que se pudieron perder entre la intemperie de los siglos?
Desde el 855 la prueba en favor de la venida y del templo de Zaragoza es abrumadora. Piadosas donaciones que se hacen "a Santa María la Mayor de Zaragoza". La bula del Papa Gelasio II concediendo indulgencias para reconstruir el templo, derruido por el musulmán; Inocencio I, Eugenio III y Alejandro III, que acogen advocación y culto bajo su papal amparo. Los Alfonsos y los Jaimes, reyes aragoneses; Sancho el Fuerte de Navarra; los Berengueres, condes de Barcelona; multitud de obispos y fieles distinguidos, todos tuvieron a honra extender privilegios y legados, cubrir de magníficos dones esta angélica capilla, raíz y decoro de España.
Por último, la actitud oficial de la santa Iglesia. En las lecciones del Propio de España para este día aceptaba "como piadosa y antigua tradición" la visita de María a Santiago. Clemente XII concedió el rezo de su oficio litúrgico, señalando la fecha del 12 de octubre. Pío VII lo elevó al rango de "primera clase con octava" para el reino de Aragón. Pío IX extendió a todas las diócesis de España el privilegio del oficio y de la misa del Pilar. Y Pío XII, en una comunicación de la Sagrada Congregación de Ritos -fecha 14 de febrero de 1958-, concedió a todas las iglesias y oratorios de España, Iberoamérica e islas Filipinas "la misa propia de la Bienaventurada Virgen María del Pilar."
Pero hay otra congruencia de filosofía de la historia. Los pueblos, en la armonía del mundo, como cada uno de los hombres, tienen asignado un destino en la providencia de Dios. Poniendo a Santiago como raíz de España, ya que él siembra lo permanente del hombre, toda nuestra historia se articula maravillosamente. Apóstol de la Verdad del Evangelio con una temperatura "militante", él derrama en la sangre española de nuestro cuerpo nacional aquellos ardores que el mismo Cristo define como "Hijo lel Trueno". Vendrá la Reconquista para contrastar ocho siglos de un temple y de constancia aterradores, en holocausto de la unidad de nuestra fe. Y en las más dramáticas ocasiones el "Señor Santiago Caballero" combatirá la victoria de nuestros soldados. Y el mar: la definición de España como una unidad católica universal, adelantada de la fe de Cristo, que bautiza veinte naciones americanas para que recen, en castellano, el padrenuestro, el avemaría, el "Gloria al Padre", en un rosario colosal de alabanzas a la Trinidad, por Cristo Redentor, en el nombre de María Santísima. Y así es.
Iba el Almirante ensimismado en su paisaje interior de aguas, de estrellas, pero seguro. Allí, en las lejanías originales de España, gemía Santiago su misionar como inútil, con los pocos creyentes que le siguen. Pero aquella siembra de amarguras y de sangre florece con ímpetu milagroso de fecundidad. Es la hora lel premio, la fe de este Almirante, que marca lo imposible en un navío que tiene nombre de Virgen: la Santa María. Y así Ella, que junto a las aguas del Ebro bautizó el alma de España, ahora arranca del sueño miliario estos millones de indios inocentes, como recién nacidos que España cristianiza a mayor gloria de Dios. Y este 12 de octubre bandean a victoria todas las campanas de las dos orillas; y hay un triunfo de banderas, un nurmullo de espumas, un gran vuelo de cóndores andinos, que cantan, bajo la Cruz del Sur, la gran antífona agradecida de la hispanidad, con toda la cristiandad arrodillada: Bendita y alabada sea la hora en que la Virgen Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Bendita sea por siempre y alabada. Amén.


ORACIÓN


Omnipotente y sempiterno Dios, que por medio de la gloriosasísima Madre de vuestro Hijo nos preparasteis maravillosamente un celestial amparo: concedednos propicio que, venerándola devotamente bajo el peculiar título del Pilar, seamos siempre protegidos con su auxilio. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Excelencias de la sotana


Esta breve colección de textos nos recuerda la importancia del "uniforme sacerdotal", la sotana o hábito talar. Valga otro tanto para el hábito religioso propio de las órdenes y congregaciones. En un mundo secularizado, no hay mejor testimonio cristiano de parte de los consagrados a Dios que la vestimenta sagrada en los sacerdotes y religiosos.


Siete excelencias de la sotana


"Fíjese si el impacto de la sotana es grande ante la sociedad, que muchos regímenes anticristianos la han prohibido expresamente. Esto debe decirnos algo. ¿Cómo es posible que ahora, hombres que se dicen de Iglesia desprecien su significado y se nieguen a usarla?"


Hoy en día son pocas las ocasiones en que podemos admirar a un sacerdote vistiendo su sotana. El uso de la sotana, una tradición que se remonta a tiempos antiquísimos, ha sido olvidado y a veces hasta despreciado en la Iglesia posconciliar. Pero esto no quiere decir que la sotana perdió su utilidad sino que la indisciplina y el relajamiento de las costumbres entre el clero en general es una triste realidad.La sotana fue instituida por la Iglesia a fines del siglo V con el propósito de darle a sus sacerdotes un modo de vestir serio, simple y austero. Recogiendo esta tradición, el Código de Derecho Canónico impone el hábito eclesiástico a todos los sacerdotes (canon 136). Contra la enseñanza perenne de la Iglesia está la opinión de círculos enemigos de la Tradición que tratan de hacernos creer que el hábito no hace al monje, que el sacerdocio se lleva dentro, que el vestir es lo de menos y que lo mismo se es sacerdote con sotana que de paisano.Sin embargo, la experiencia demuestra todo lo contrario, porque cuando hace más de 1.500 años la Iglesia decidió legislar sobre este asunto fue porque era y sigue siendo importante, ya que ella no se preocupa de niñerías.Seguidamente exponemos siete excelencias de la sotana condensadas de un escrito del ilustre Padre Jaime Tovar Patrón.


1º - El recuerdo constante del sacerdote


Ciertamente que, una vez recibido el orden sacerdotal, no se olvida fácilmente. Pero nunca viene mal un recordatorio: algo visible, un símbolo constante, un despertador sin ruido, una señal o bandera. El que va de paisano es uno de tantos, el que va con sotana, no. Es un sacerdote y él es el primer persuadido. No puede permanecer neutral, el traje lo delata. O se hace un mártir o un traidor, si llega el caso. Lo que no puede es quedar en el anonimato, como un cualquiera. Y luego... ¡Tanto hablar de compromiso! No hay compromiso cuando exteriormente nada dice lo que se es. Cuando se desprecia el uniforme, se desprecia la categoría o clase que éste representa.


2º - Presencia de lo sobrenatural en el mundo

No cabe duda que los símbolos nos rodean por todas partes: señales, banderas, insignias, uniformes... Uno de los que más influjo produce es el uniforme. Un policía, un guardián, no hace falta que actúe, detenga, ponga multas, etc. Su simple presencia influye en los demás: conforta, da seguridad, irrita o pone nervioso, según sean las intenciones y conducta de los ciudadanos.Una sotana siempre suscita algo en los que nos rodean. Despierta el sentido de lo sobrenatural. No hace falta predicar, ni siquiera abrir los labios. Al que está a bien con Dios le da ánimo, al que tiene enredada la conciencia le avisa, al que vive apartado de Dios le produce remordimiento.Las relaciones del alma con Dios no son exclusivas del templo. Mucha, muchísima gente no pisa la Iglesia. Para estas personas, ¿qué mejor forma de llevarles el mensaje de Cristo que dejándoles ver a un sacerdote consagrado vistiendo su sotana? Los fieles han levantando lamentaciones sobre la desacralización y sus devastadores efectos. Los modernistas claman contra el supuesto triunfalismo, se quitan los hábitos, rechazan la corona pontificia, las tradiciones de siempre y después se quejan de seminarios vacíos; de falta de vocaciones. Apagan el fuego y luego se quejan de frío. No hay que dudarlo: la desotanización lleva a la desacralización.


3º - Es de gran utilidad para los fieles


El sacerdote lo es, no sólo cuando está en el templo administrando los sacramentos, sino las veinticuatro horas del día. El sacerdocio no es una profesión, con un horario marcado; es una vida, una entrega total y sin reservas a Dios. El pueblo de Dios tiene derecho a que lo asista el sacerdote. Esto se les facilita si pueden reconocer al sacerdote de entre las demás personas; si éste lleva un signo externo. El que desea trabajar como sacerdote de Cristo debe poder ser identificado como tal para el beneficio de los fieles y el mejor desempeño de su misión.


4º - Sirve para preservar de muchos peligros


¡A cuántas cosas se atreverán los clérigos y religiosos si no fuera por el hábito! Esta advertencia, que era sólo teórica cuando la escribía el ejemplar religioso P. Eduardo F. Regatillo, S. I., es hoy una terrible realidad.

Primero, fueron cosas de poco bulto: entrar en bares, sitios de recreo, alternar con seglares, pero poco a poco se ha ido cada vez a más.

Los modernistas quieren hacernos creer que la sotana es un obstáculo para que el mensaje de Cristo entre en el mundo. Pero, al suprimirla, han desaparecido las credenciales y el mismo mensaje.

De tal modo, que ya muchos piensan que al primero que hay que salvar es al mismo sacerdote que se despojó de la sotana supuestamente para salvar a otros.

Hay que reconocer que la sotana fortalece la vocación y disminuye lasocasiones de pecar para el que la viste y los que lo rodean. De los miles que han abandonado el sacerdocio después del Concilio Vaticano II, prácticamente ninguno abandonó la sotana el día antes de irse: lo habían hecho ya mucho antes.



5º - Ayuda desinteresada a los demás



El pueblo cristiano ve en el sacerdote el hombre de Dios, que no busca su bien particular sino el de sus feligreses. La gente abre de par en par las puertas del corazón para escuchar al padre que es común del pobre y del poderoso. Las puertas de las oficinas y de los despachos por altos que sean se abren ante las sotanas y los hábitos religiosos. ¿Quién le niega a una monjita el pan que pide para sus pobres o sus ancianitos? Todo esto viene tradicionalmente unido a unos hábitos. Este prestigio de la sotana se ha ido acumulando a base de tiempo, de sacrificios, de abnegación. Y ahora, ¿se desprenden de ella como si se tratara de un estorbo?


6º - Impone la moderación en el vestir


La Iglesia preservó siempre a sus sacerdotes del vicio de aparentar más de lo que se es y de la ostentación dándoles un hábito sencillo en que no caben los lujos. La sotana es de una pieza (desde el cuello hasta los pies), de un color (negro) y de una forma (saco).

Los armiños y ornamentos ricos se dejan para el templo, pues esas distinciones no adornan a la persona sino al ministro de Dios para que dé realce a las ceremonias sagradas de la Iglesia.Pero, vistiendo de paisano, le acosa al sacerdote la vanidad como a cualquier mortal: las marcas, calidades de telas, de tejidos, colores, etc.

Ya no está todo tapado y justificado por el humilde sayal. Al ponerse al nivel del mundo, éste lo zarandeará, a merced de sus gustos y caprichos. Habrá de ir con la moda y su voz ya no se dejará oír como la del que clamaba en el desierto cubierto por el palio del profeta tejido con pelos de camello.


7º - Ejemplo de obediencia al espíritu y legislación de la Iglesia


Como uno que comparte el Santo Sacerdocio de Cristo, el sacerdote debe ser ejemplo de la humildad, la obediencia y la abnegación del Salvador. La sotana le ayuda a practicar la pobreza, la humildad en el vestuario, la obediencia a la disciplina de la Iglesia y el desprecio a las cosas del mundo. Vistiendo la sotana, difícilmente se olvidará el sacerdote de su papel importante y su misión sagrada o confundirá su traje y su vida con la del mundo.

Estas siete excelencias de la sotana podrán ser aumentadas con otras que le vengan a la mente a usted. Pero, sean las que sean, la sotana por siempre será el símbolo inconfundible del sacerdocio porque así la Iglesia, en su inmensa sabiduría, lo dispuso y ha dado maravillosos frutos a través de los siglos.


Notas


- El autor: El Padre Jaime Tovar Patrón, coronel capellán, ocupó importantes responsabilidades en el Vicariato Castrense. Oriundo de Extremadura, España, fue rotundo orador sacro. Autor del libro Los curas de la Cruzada, auténtica enciclopedia de los heróicos sacerdotes que desarrollaron su labor pastoral entre los combatientes de la gloriosa Cruzada de 1936. Es además, una historia del sacerdocio castrense. Falleció en enero del 2004.


- Código de Derecho Canónico (1983): Título III. De los ministros sagrados o clérigos 284 Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar. 285. 1. Absténganse los clérigos por completo de todo aquello que desdiga de su estado, según las prescripciones del derecho particular. 2. Los clérigos han de evitar aquellas cosas que, aun no siendo indecorosas, son extrañas al estado clerical.


- CONVIENE RECORDAR: Muchos sacerdotes y religiosos mártires han pagado con su sangre el odio a la fe y a la Iglesia desatado en las terribles persecuciones religiosas de los últimos siglos. Muchos fueron asesinados sencillamente por vestir la sotana. El sacerdote que viste su sotana es para todos un modelo de coherencia con los ideales que profesa, a la vez que honra el cargo que ocupa en la sociedad cristiana.

Si bien es cierto que el hábito no hace al monje, también es cierto que el monje viste hábito y lo viste con honor. ¿Qué podemos pensar del militar que desprecia su uniforme? ¡Lo mismo que del cura que desprecia su sotana!


# Año Sacerdotal 2009-2010


Hilarión Alféyev obispo ortodoxo ruso a favor de la Tradición apostólica


Un personaje distinto y distinguido. No hace mucho estuvo reunido con S.S. Benedicto XVI y las entrevistas dan mucho que hablar, sobre todo cuando se ve que estamos muy cerca de la "plana comunión" tocante a artículos tan fundamentales de la Eclesiología como el Primado del Papa, histórica piedra de escándalo para las Iglesias ortodoxas de la tradición bizantina. Respecto a otros particulares del dogma, también recuerdo haber leído algunas opiniones de Alfeyev sobre algunos puntos de Escatología (Purgatorio etc.) que se distancian de lo que confiesa y enseña la Iglesia Católica. Son las naturales (sobrenaturales!) distancias; comprensibles a pesar de no ser aceptables.

Pero cuando aparece un personaje como Hilarión Alfeyev parece como si el milenio que separa a la Rusia cristiana de la Roma Eterna se acortara. Por comprensión, por sintonía, con esperanza.

Admiro la cultura rusa, la historia de Rusia, y a la Iglesia Ortodoxa rusa desde niño. Por una atracción que primero fue "visual-estética". Admiré todo el rutilante mundo de belleza formal-espiritual en que se desenvolvía la liturgia ortodoxa rusa; precisamente cuando nosotros mismos hemos sido testigos del despojamiento y aniquilación de nuestra Liturgia Romana, bajo el insuficiente pretexto de la "simplificación" y la "renovación" que encubría una aberrante desacralización, acompañada la mayoría de las veces por un vacío de fe y una devaluación cultural y que gracias a Dios se está recuperando y volviendo a su uso en muchas parroquias que antes no se celebraba...


Las notas de las agencias de noticias comentaban la "sintonía" cordial entre dos hombres de Iglesia (salvando las distancias) que además comparten su amor/vocación también musical. Seguro que fue una entrevista digna de ser compartida en directo.


Yo me quedo con una frase de Hilarión Alfeyev recogida en una entrevista que le hicieron con motivo de ese encuentro con el Papa:

"A los quince años, entré por primera vez en el santuario del Señor, el Santo de los Santos de la Iglesia ortodoxa. Pero fue solo después de mi entrada en el altar cuando comenzaron la 'teourgia', el misterio que continúa hasta el día de hoy"..."Después de mi ordenación, ví mi destino y mi principal llamada al servicio de la Liturgia Divina. De hecho, todo lo demás, como los sermones, la atención pastoral y la erudición teológica, se centra en el punto de interés principal de mi vida, la liturgia".










" Crean Bateria Nuclear en miniatura "

___Las baterías siempre han sido el talón de Aquiles de los dispositivos móviles. Los diseñadores de aparatos electrónicos de consumo masivo, como ordenadores portátiles o reproductores de medios, a menudo utilizan pantallas más pequeñas o menos brillantes para economizar la escasa cantidad de energía que almacenan sus baterías. La solución a este problema podría ser una nueva clase de batería