¿Cuántas calorías tiene mi cerveza?


Cuando falta poco para que empiece la temporada fuerte de turrones, polvorones, roscones, mazapanes, tortas (¡anda, algo que no termina en “–nes”!) y demás ejemplos de repostería típica navideña, y como seguro que más de uno (y una) estáis por la labor de cuidar vuestra línea os adjunto la siguiente calculadora de calorías de cerveza que me topé hace poco en esta web estadounidense.


El proceso para calcular las calorías es muy sencillo:

1. Elegís el contenido alcohólico de la cerveza que vayáis a beber.


2. Marcáis la cantidad en onzas fluidas (12 onzas = 35 cl. / 16,9 fl.oz. = 50 cl. / 20 fl. Oz = 60 cl.).


3. Le dais al “skip” para evitar un torrente en forma de spam y… voilà, ¡recuento hecho!


Aunque no deja de ser un dato poco exacto por varias razones, ya diréis si os sirve la aplicación porque lo que es a mi no me hace ninguna falta con el tipín envidiable que tengo… ;)

La carta ideal para una buena cervecería.


Ya hace bastante del último post de “Las Reflexiones de un Hophead” pero hace unos días me topé con algo muy interesante que trataba sobre el tema de las preferencias de los consumidores estadounidenses con respecto a las cartas de cerveza de sus bares. Así que tras darle unas vueltas, ampliar algunos puntos y añadir otros nuevos pensé en publicarlo por si pudiera ser de interés para quienes están detrás de la barra currándoselo día a día por ofrecernos lo mejor.

Así que a continuación os dejo tres bloques con un total de 6 preguntas para responder tipo test con una o varias opciones y dos preguntas extra opcionales para aquellos que dispongan de más de tiempo.

- VALORACIÓN DE LAS CARTAS EXISTENTES -

1) ¿Cómo valorarías las cartas de las cervecerías que sueles frecuentar? (una sola respuesta)
a – Muy buenas.
b – Buenas.
c – Básicas.
d – Deficientes.
e – Muy deficientes.

2) Problemas más comunes que te has encontrado en las cartas. (una o más respuestas)
a - Información insuficiente (faltan precios, características técnicas, estilos, fabricantes…).
b - Información imprecisa / errónea.
c – Carta sin actualizar.
d – Pizarras difíciles de ver o escritas con letra incomprensible.
e - Carta en papel en mal estado, borrosa, sucia o rota.
f - Otros (especificar).

- CÓMO TE GUSTAN LAS CARTAS -

3) Formato preferido de carta: (una sola respuesta)
a – Papel.
b – Pizarra clásica.
c – Formato electrónico.
d – Otros (especificar).

4) Prefieres tener la carta organizada por: (una sola respuesta)
a – Estilos.
b – Cerveceras.
c – Países.
d – Nombre de la cerveza.
e - Otros (especificar).

5) Información que te gustaría tener detallada sobre cada cerveza. (una o más respuestas)
a - Nombre de la cerveza.
b - Nombre de la cervecera.
c – Estilo.
d – Precio.
e - Contenido alcohólico.
f - Características técnicas (IBU, SRM, tipos de maltas o lúpulos, densidades...).
g - Volumen de la botella o tamaño servido de barril.
h - Localización o país de la cervecera.
i - Descripción comercial.
j - Descripción propia.
k – Otros (especificar).

6) Extras que te gustaría que contuviera la carta. (una o más respuestas)
a – Apartado de cervezas "vintage" / envejecidas.
b – Cervezas rebajadas de precio por estar próximas (o fuera) de la fecha de consumo preferente.
c – Recomendaciones u ofertas del bar (semanales, mensuales…).
d- Sección con cervezas para pedir en pequeñas degustaciones (por ser cervezas muy caras o embotelladas en grandes volúmenes).
e – Glosario de estilos, términos cerveceros, vasos…
f – Próximos eventos en el bar.
g – Otros (especificar).

- TIEMPO DE OPINIÓN -

7) Para terminar, ¿qué solución ofreces para mantener actualizada una carta de cervezas extensa y con continuas novedades?

8) ¿Existe algún bar que tenga alguna lo más parecido a tu carta ideal?



Foto del Beer Temple de Amsterdam tomada de aquí.

Y ahora es vuestro turno ya que sin vosotros este post no tiene ningún sentido. Así que más que nunca os pido vuestra participación y colaboración tanto a través de un comentario como también compartiéndolo en vuestras redes sociales para que llegue al máximo de gente posible.


El jueves 28 (dentro de semana y media) sacaré un resumen con los resultados obtenidos. Muchas gracias a todos por vuestra participación. Y recordad, todo sea por la calidad de nuestros bares!

La conexión cubana en el asesinato de JFK

EEUU.

achardy@elnuevoherald.com

Es sabido que Lee Harvey Oswald estuvo en contacto con diplomáticos cubanos en la embajada de La Habana en la Ciudad de México unas semanas antes del asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas en 1963.
Menos conocido es el informe de que Oswald se reunió con diplomáticos cubanos en Los Angeles cuatro años antes, en 1959, el año en que Fidel Castro llegó al poder en la isla.
Si estos contactos jugaron algún papel en el asesinato no se sabe. Pero un ex alto funcionario de la CIA que se especializaba en asuntos cubanos, dice que los contactos sugieren que Oswald bien pudo haber estado en contacto con la inteligencia cubana antes de los acontecimientos del 22 de noviembre de 1963.
Las conclusiones de Brian Latell, contenidas en una nueva edición de bolsillo de su libro del 2012, Castro’s Secrets, sugieren que si Oswald tuvo contacto con la inteligencia cubana, plantea la posibilidad de que Castro actuó primero, asesinando a Kennedy antes de que el gobierno estadounidense pudiera llevar a cabo su propio plan para eliminar al líder cubano.
“La posibilidad de que el gobierno cubano tenga la responsabilidad por la muerte de Kennedy nunca ha sido investigada adecuadamente”, dijo Latell en una entrevista con El Nuevo Herald. “Fidel Castro, ahora se sabe, mintió cuando un día después del asesinato, dijo sobre Oswald que ‘nunca en nuestra vida hemos oído hablar de él’. De hecho, la inteligencia cubana, para entonces, había acumulado un expediente detallado sobre el asesino”.
Medio siglo después del asesinato, las teorías se multiplican sobre quién fue el responsable: Castro, el exilio, la mafia o enemigos dentro del propio gobierno estadounidense.
Antonio Veciana , un militante anticastrista que dijo haber visto a Oswald junto a su contacto de la CIA en Dallas semanas antes del asesinato, aseguró en una entrevista que Kennedy fue víctima de una conspiración de alto nivel por militares y funcionarios de inteligencia. Veciana dijo que estos funcionarios estaban molestos por el fracaso de Bahía de Cochinos, las negociaciones con la Unión Soviética que pusieron fin a la crisis de los cohetes y la percepción de que Kennedy buscaba mejorar las relaciones con Cuba.
“El asesinato de Kennedy”, dijo Veciana a El Nuevo Herald, “fue un golpe de Estado”.
Dos teorías diametralmente opuestas han surgido sobre quién fue el responsable del asesinato: Castro o los exiliados cubanos. Si Castro fue el responsable, fue para adelantarse a los planes de la CIA para asesinarlo. Si los exiliados lo hicieron, entonces fue en venganza por el fracaso de Bahía de Cochinos.
Los exiliados
La nueva edición del libro de 1998 Not in Your Lifetime, del autor Anthony Summers, afirma haber logrado la primera identificación “verosímil” de un pistolero, previamente no conocido, que pudiera haber disparado contra Kennedy en Dallas: el militante anticastrista Herminio Díaz.
Summers señaló que Díaz había trabajado para el capo de la mafia Santo Trafficante, que tenía casinos en la Cuba precastrista, y que guardaba resentimiento por las acciones de la administración Kennedy contra el crimen organizado.
Díaz murió durante un ataque en Cuba en 1966, pero antes de morir reveló su papel en el asesinato a su compañero militante, Tony Cuesta , según Summers.
Capturado y gravemente herido durante el ataque, Cuesta pasó tiempo en cárceles cubanas, donde a su vez reveló el relato de Díaz a un compañero de prisión, Reinaldo Martínez, quien había sido amigo de Díaz cuando ambos eran estudiantes en Cuba
Cuesta murió de un ataque al corazón en Miami en 1992. Martínez reveló lo que sabía en el 2007, luego de ponerse contacto con el ex investigador del comité de la Cámara, Robert Blakey. Summers dijo que él y Blakey entrevistaron a Martínez durante dos días en el sur de Florida.
En su libro, Summers dice que Martínez describió así el papel de Díaz en el asesinato: “Que Herminio le había confesado a él, a Tony Cuesta, que Herminio había tenido participación en la muerte del presidente de los Estados Unidos”.
Summers dijo que Martínez falleció unos años después de la entrevista, pero que ésta quedó plasmada en un video que estará disponible en breve.
‘Castro lo sabía’
En cuanto a la teoría de que Castro podría tener responsabilidad, hay varios indicios circunstanciales.
Estos incluyen: los presuntos contactos de Oswald con diplomáticos cubanos en 1959, su visita a la embajada de Cuba en la Ciudad de México en septiembre de 1963 y la declaración sorprendente de un desertor de la inteligencia cubana de que cuando trabajaba para el régimen de Castro se le ordenó monitorear las emisiones radiales provenientes de Texas horas antes del asesinato.
Florentino Aspillaga, el desertor, reveló que en la mañana del día del asesinato sus jefes le ordenaron abandonar su trabajo regular de monitoreo de comunicaciones de la CIA de la Florida y Virginia y monitorear todas las comunicaciones que vinieran de Texas. Fue instruido apenas unas horas antes del asesinato a llamar “al liderazgo” si llegara a escuchar algo importante.
Para la 1:30 p.m. de ese día, el joven Aspillaga había interceptado a radioaficionados que hablaban del asesinato .
“Castro lo sabía”, dijo Aspillaga a Latell. “Ellos sabían que Kennedy sería asesinado”.
Gran parte de lo que se conoce acerca de los contactos de Oswald con funcionarios cubanos proviene de documentos y testimonios disponibles desde hace décadas, incluyendo el informe de la Comisión Warren de 1964, la primera en investigar el asesinato de Kennedy, y el informe de 1976 del Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos .
El caso Morgan
Latell, ex funcionario de la CIA que se especializó en Cuba primero como responsable de la oficina de asuntos cubanos y luego como Funcionario Nacional de Inteligencia para América Latina, ha elaborado una teoría de que Oswald se mantuvo en contacto con la inteligencia cubana.
No está claro cómo comenzó el interés de Oswald sobre Cuba.
Pero podría haber estado consciente de artículos periodísticos contemporáneos sobre un aventurero estadounidense, William Morgan, que combatió junto a las fuerzas de Castro después de haber sido expulsado del Ejército de Estados Unidos mientras estaba en bases en Japón. En 1959, Oswald pertenecía a la Infantería de Marina y estaba ubicado en California después de haber servido en una base estadounidense en Atsugi, Japón.
Nelson Delgado, puertorriqueño que se hizo amigo de Oswald en la base de El Toro en California cuando ambos era marines, dijo a investigadores de la Comisión Warren que Oswald y él solían hablar largo y tendido sobre Morgan, Castro y la revolución cubana.
Después de ser expulsado del ejército, Morgan se reubicó en Cuba, se incorporó a la lucha contra el dictador Fulgencio Batista y se convirtió eventualmente en comandante de la revolución bajo Castro.
No hay evidencia de que Morgan y Oswald se hubieran conocido o tenido contacto alguno.
Morgan fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en 1961 tras ser acusado de actividades contrarrevolucionarias contra Castro.
Contactos en LA
Delgado también testificó que Oswald le había dicho que tenía contactos con diplomáticos cubanos en Los Angeles en 1959.
Inicialmente, Delgado declaró que no le había creído a Oswald, pero que cambió de opinión cuando descubrió una carta que parecía ser de un cónsul cubano en Los Angeles en la habitación de Oswald en la base.
Delgado también testificó que un diplomático cubano podría haber visitado a Oswald en la base un día en 1959.
Oswald y su visitante pasaron cerca de dos horas hablando, una noche en 1959, declaró Delgado. Aunque nunca le preguntó a Oswald quién era el visitante, contó la historia en respuesta a una pregunta de un investigador de la Comisión Warren sobre los contactos de Oswald con el consulado cubano.
Oswald también tuvo encuentros con exiliados anticastristas.
En Nueva Orleans
Un día de agosto de 1963, el exiliado cubano Carlos Bringuier increpó a Oswald en una calle de Nueva Orleans, después de que un amigo suyo lo viera repartiendo volantes a favor del grupo procastrista Fair Play for Cuba.
Bringuier y los otros exiliados estaban enfurecidos porque días antes Oswald se había presentado ante ellos como alguien interesado en ayudar a entrenar a los exiliados para luchar contra Castro.
Horas después de que Kennedy fuese asesinado, Bringuier le dijo a un reportero de televisión que sospechaba que Castro estaba detrás del asesinato.
“Aún no sabemos si Lee Harvey Oswald es el asesino del presidente Kennedy”, dijo entonces. “Pero si lo es, entonces la mano de Fidel Castro está implicada en este asesinato”.
Irónicamente, dos acontecimientos indirectamente relacionados con los destinos de Kennedy y Castro tuvieron lugar en otras dos ciudades del mundo, el mismo día en que Kennedy fue asesinado en Dallas.
En París, un agente de la CIA se reunió con Rolando Cubela, un oficial del ejército cubano descontento con Castro, para entregarle un bolígrafo equipado con una jeringa que más tarde iba a ser llenada de veneno, aparentemente para matar al líder cubano.
En La Habana, Castro se encontraba almorzando con el periodista francés Jean Daniel, supuestamente un enviado secreto de la Casa Blanca para buscar una distensión con Cuba, cuando un ayudante informó al líder cubano sobre el asesinato en Dallas.
Castro ha negado cualquier participación en el asesinato de Kennedy.
La conspiración
Si bien la Comisión Warren en 1964 determinó que Oswald actuó solo, el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos llegó a la conclusión en 1979 de que Kennedy “fue probablemente asesinado como resultado de una conspiración”.
Los investigadores del Comité no pudieron determinar quiénes eran los conspiradores, aunque descartaron a los gobiernos soviético y cubano.
Sin embargo, el informe de la Cámara incluye una referencia a un supuesto plan para que un diplomático cubano ayudara a Oswald a escapar a Cuba después del asesinato.
El citado informe de la Cámara habla de “rumores” entre exiliados cubanos de Miami de que el diplomático cubano Quintín Pino Machado tenía órdenes de ayudar a Oswald a huir de Dallas a La Habana después del asesinato.
El informe del comité cita el testimonio de Veciana, el veterano militante anticastrista.
Veciana afirmó que durante una reunión en Dallas, en agosto o septiembre de 1963, con un agente de la CIA que conocía como Maurice Bishop, otro hombre estaba presente, alguien quien más tarde reconoció como Oswald.
La investigación de la Cámara nunca pudo corroborar la declaración de Veciana.
Pero Veciana dijo en la entrevista con El Nuevo Herald que está convencido de que Kennedy fue víctima de una conspiración de alto nivel para tomar represalias por sus políticas que no eran del agrado de elementos conservadores dentro del gobierno estadounidense.
“Vino la Crisis de Octubre, donde los militares [estadounidenses] querían invadir a Cuba y él [​​Kennedy ] se opuso”, agregó Veciana. “El era el presidente de los Estados Unidos y él, en aquel momento, dijo ‘bueno si nosotros atacamos donde hay miles de soldados rusos y generales, y los matamos, va a haber una guerra atómica’ ”.
Otro supuesto encuentro entre Oswald y una exiliada al parecer tuvo lugar en la puerta de un apartamento en Dallas unos dos meses antes del asesinato.
Silvia Odio, hermana del ex administrador de Miami, César Odio, asegura que uno de los tres hombres que tocaron a su puerta ese día era Oswald. Los otros dos eran cubanos, declaró Odio ante la Comisión Warren. A Oswald se lo presentaron como León Oswald.
Al día siguiente, agregó Odio, uno de los cubanos que se había identificado como Leopoldo, la llamó por teléfono y le dijo que el hombre que luego reconoció como Oswald estaba “un poco loco”.
Entonces Leopoldo dijo que León le había dicho que al “presidente Kennedy los cubanos lo deberían haber asesinado después de Bahía de Cochinos”, según el testimonio de Odio. Leopoldo luego añadió que León afirmaba que sería “fácil” matar a Kennedy.

FOTOS: La autopsia de Kennedy.
Imagenes violentas.

Viaje por Baviera (5): excursión a Weltenburg


Hoy la protagonista del blog es ni más ni menos que la abadía de Weltenburg, un auténtico paraíso terrenal escondido cerca de Kelheim, al norte de la región de Hallertau, la también conocida como Hopfenland o cuna del lúpulo alemán.

 Imágenes tomadas de aquí y aquí.

Una hora de carretera fue suficiente para dejar Munich atrás y adentrarnos en Hopfeland, una visita que tenía pendiente repetir después que hace unos años estuviéramos por allí y no pudiésemos parar por ir en bus. Tras admirar bien de cerca los campos de lúpulos, con cierta pena ya que unas tormentas primaverales habían retrasado el crecimiento o directamente habían echado a perder gran parte de la producción, y tras las fotos pertinentes, proseguimos nuestro camino hasta Kelheim.

Otro "tick" en el listín de cosas
que hacer antes de morir...

Antes de llegar a la abadía, y como tampoco nos desplazaba mucho de nuestra ruta, paramos brevemente a admirar la peculiar torre de la cervecería Kuchlbauer, para continuar, ahora ya sin más demora, hasta nuestro ansiado destino.


Llegamos a la abadía de Weltenburg poco antes de las 10 de la mañana, hora más propia para disfrutar de cualquier cosa menos de un buen zumo de cebada, pero ya se sabe que estos viajes son para dar rienda suelta a ciertos excesos y si eran tan tentadores como las cervezas Weltenburg, pues bienvenidos sean…


El entorno era realmente alucinante, con el río Danubio formando un meandro en el extremo del cual se situaba la abadía, la fábrica y también un enorme biergarten pegado a una bonita playa fluvial.


Lo cierto es que de buenas a primeras me sorprendió bastante ver el "pitoste" que había allí montado. No es que me esperara encontrar monjes de clausura elaborando cerveza rodeados de un silencio sepulcral solo roto por el cantar de cuatro pajarillos y el sonido de los árboles balanceados por el viento, pero es que ver tanta sombrilla de color azul, con más de 10 camareras (sí, de aquellas estilo “tanque con falda” de Salzburgo) corriendo arriba y abajo sirviendo a hordas de sedientos parroquianos, pues tampoco se acercaba a la imagen previa que había idealizado. Lo bueno es que pese a la multitud, el ambiente se alejaba bastante del típico griterío que solemos “disfrutar” en muchos de nuestros bares y terrazas.

Una vez sentados en una de esas mesas de madera bien molonas en las que muchas veces compartes charla (y en ocasiones también comida) con desconocidos, nos hicimos nuestro rincón y nos dispusimos a disfrutar del almuerzo a nuestro aire. Y vaya si lo conseguimos…

Sabíamos que no podíamos abusar por la jornada que nos esperaba (ver al final) pero aún así nos pedimos un triplete formado Barock Dunkel, Hefeweisse y Asam Bock, las tres de barril.

Tanto la Barock como sobretodo la Asam
fueron de las mejores cervezas del viaje.

Para comer nos dejamos recomendar por Diego y nos pedimos el típico desayuno bávaro a base de salchichas blancas hervidas (en lugar de a la plancha o a la brasa) y servidas con agua tibia en un recipiente tipo cerámica, además de unos pretzel y evidentemente unas cervezas. También pedimos una especie de revuelto de queso cuyo nombre me dejé sin apuntar y que sin estar mal tampoco nos entusiasmó.


El festín matutino...


En pleno éxtasis y a pesar de lo que nos esperaba para el resto del día, no pudimos evitar pedirnos otra ronda esta vez monopolizada por la maravillosa Asam Bock. Aún eran las 11.30h, pero con los horarios europeos uno termina comiendo (y bebiendo) casi a cualquier hora…


Y un tanto exaltados por tan ricos elixires monásticos nos fuimos hacia el coche con la parada del día en mente, Regensburg, donde nos esperaba esa jornada maratoniana que os relaté en el anterior post del viaje. Un día realmente intenso y repleto de grandes momentos gracias especialmente a haberla podido disfrutar en compañía del buen amigo Diego. Sin duda os recomiendo muy mucho que si viajáis a Baviera no os perdáis la visita a esta abadía. Palabra que no os arrepentiréis.

La cosa va de cervezas y pimientos…


Hoy quiero compartir con vosotros un post algo distinto a lo habitual ya que el que el protagonista, como bien anticipa el título del post, es ni más ni menos que el pimiento. ¿Que por qué? ¿Y por qué no? Puede que todavía sean un tanto exóticas de ver, pero cada vez son más las referencias que incorporan diferentes variedades de pimientos en su elaboración y cada día tienen más seguidores. El mundo de los pimientos es verdaderamente amplio y si a eso le sumamos la gran variedad de cervezas que se pueden elaborar nos encontramos con un gran abanico de posibilidades por explorar.

Botánicamente hablando, los chiles (nombre genérico utilizado principalmente en Sudamérica para todos los pimientos, tanto las variedades picantes como las no picantes) pertenecen al género Capsicum y dentro de este se encuentran también los ajíes, los pimientos y las guindillas. Todos ellos proceden de América, aunque hayan proliferado todo tipo de variedades por todo el mundo después de su llegada a Europa. Algunas variedades de Capsicum son picantes por contener una sustancia química llamada capsaicina o algunos derivados de esta, conocidos comúnmente como capsaicinoides. Una mayor cantidad de estas sustancias en el fruto provocará una mayor sensación de picante al ponerlo en la boca y existe una unidad para medir la intensidad del picor de los chiles y pimientos, llamada Scoville (SHU). Los chiles conocidos hasta el momento se mueven entre los cero Scoville para las variedades no picantes y los más de un millón de Scoville para las variedades más fuertes del mercado.

Ya las primeras sociedades precolombinas elaboraban una bebida fermentada a base de pulpa de cacao a la que añadían chiles, resultando una bebida bastante amarga y picante y que solía ser tomada por la realeza o en ocasiones especiales. Aun hoy en día, es común en la gastronomía tradicional mexicana mezclar chocolate y chiles, como ocurre por ejemplo en el mole poblano, uno de los platos emblema de este país. Con estos precedentes no es de extrañar que muchos hayan querido experimentar con los sabores de las maltas, el chile y el chocolate para la elaboración de más de una cerveza. En esta línea está una de las Ancient Ales de Dogfish Head de la cual os hablamos hace un tiempo por aquí y que se asemejaría a esa bebida con cacao que bebían los mayas.


Sin duda alguna y como era de esperar, uno de los países en los que más se ha experimentado con la mezcla de cacao y chiles en la cerveza es Estados Unidos. A continuación tenéis varios ejemplos en los que chile y cerveza van unidos de la mano.

La conocida cervecera Clown Shoes por ejemplo los utiliza en su cerveza Chocolate sombrero. Concretamente, en su elaboración se utilizan maltas oscuras, canela, vainilla, chocolate y chiles ancho. Este tipo de chile no contiene mucha capsaicina, por lo que no es muy picante.


Twisted Pine, en Colorado, elabora Ghost Face Killah, una cerveza que mezcla hasta seis variedades de chiles picantes, entre los cuales se encuentra el tan temido Ghost Pepper, uno de los chiles más picantes del planeta hasta el punto que durante la elaboración de la cerveza los cerveceros tuvieron que usar máscaras y guantes. Los otros cinco chiles son Serrano, Jalapeño, Habanero, Fresno y Anaheim.


Otra curiosa elaboración nos llega desde Texas, en donde la cervecera No label ha creado Don Jalapeño ale. A diferencia de muchas otras cerveceras que eligen maltas torrefactas como acompañamiento del chile, en este caso los chiles jalapeños frescos y secos se añaden a una APA con dry hopping de Cascade. El Jalapeño puede que sea uno de los chiles más conocidos y más cultivados en el mundo, su nivel de capsaicina puede variar pero la intensidad del picante suele ser media.


No es menos interesante la cerveza Cocoa Mole Ale, elaborada por New Belgium. Para su factura se han usado maltas pale y chocolate y se han añadido también cacao y chiles Ancho, Guajillo y Chipotle desecados que le proporcionan un sabor picante suave y sobretodo ahumado. En este caso más que etiqueta, el cuidado diseño es una serigrafía que rodea toda la botella


También merece la pena mencionar la cerveza El Mole del Ocho elaborada en la cervecera New Holland que intenta emular el sabor de la salsa del mole poblano utilizando chiles secos en su elaboración. Estaréis conmigo en que solo por la etiqueta ya valía la pena nombrarla.


Otra conocida cervecera estadounidense que elabora una cerveza con chile y chocolate es Samuel Adams, la llamada The Vixen Chocolate Chili Bock. Entre los ingredientes de esta peculiar cerveza encontramos cacao, canela y chiles chipotle, siendo la única bock que lleva chiles entre sus ingredientes.


No podríamos tampoco dejar fuera la Viva Habanera de Night Shift Brewing, una cerveza de centeno fermentada con levadura belga y a la que se le añaden chiles habaneros y néctar de agave. Aunque hay muchos tipos de chiles habaneros, estos siempre están entre los más picantes, posiblemente este es el motivo por el que le añaden el néctar de agave, que ya utilizaban los antiguos mayas para suavizar el fuerte sabor de sus brebajes.


Tampoco podía faltar en esta lista la Cave Creek Chili beer, que desde el año 2008 se elabora en México. En este caso se trata de una cerveza con maltas pale que lleva un chile directamente en su interior. Aunque me parece a mí que en este caso el tema del chile es más cuestión de marketing que de sabor…


Pero no solo los estadounidenses han experimentado con este tipo de ingrediente. Ya hace tiempo que se elabora la danesa MikkellerTexas Ranger y en este tiempo han salido muchas variedades de la misma en la que aparte de añadirle chiles chipotle tiene otros ingredientes o un paso por barrica, como por ejemplo frambuesa, cacao o vainilla o paso por barricas de Islay o Speyside. A continuación tenéis la etiqueta primigenia, mucho mejor que la nueva con su aburrido color beige.


Pero sin ir tan lejos también podemos encontrar arriesgadas elaboraciones en las que los chiles o pimientos son los ingredientes protagonistas. Una de las más conocidas es la Naparbier Pumpkin Tzar, una imperial stout con chiles habaneros y calabaza de la que también os hablamos en su momento.


Otra elaboración que lleva tiempo en el mercado es la Moon Verata una lager que lleva añadido Pimentón de la Vera. Este tipo de pimentón se consigue moliendo diferentes tipos de pimientos rojos extremeños después de ser secados al humo. Proporcionan por tanto un sabor ahumado pero no picante, a excepción del que se elabora con la variedad Jeromín.


Y para finalizar, también los navarros Sesma Brewing (La Petra) tienen una cerveza que hace referencia al pimiento aunque no contenga nada de este vegetal. Me refiero a la “Vol.2:El Pimiento”, una amber ale que rinde homenaje a las mujeres que trabajan pelando pimientos de Lodosa, pueblo cercano a Sesma, de donde son los fundadores de esta micro.




Y hasta aquí llega nuestro particular recorrido por las cervezas con diferentes variantes de pimientos. Por supuesto que existen muchas más e interesantes propuestas en el mercado y esperemos que muchas otras mejores estén por venir. Y vosotros, ¿sois partidarios de estas arriesgadas mezclas o por el contrario os horrorizáis al encontrar recuerdos de este picante vegetal? ¿Alguna sugerencia que no hayamos recogido y merezca la pena ser probada?