Reflexión: San Pío X.


“San Pío X amó y sirvió con suma fidelidad a la Iglesia. Desde el comienzo de su Pontificado acometió una serie de profundas reformas. De modo particular dedicó una especial atención a los sacerdotes, de quienes lo esperaba todo. De su santidad, dijo muchas veces y de modos distintos, dependía en gran medida la santidad del pueblo cristiano. En el cincuenta aniversario de su ordenación sacerdotal dedicó a los sacerdotes una exhortación que tenía como motivo: Sobre cómo deben ser los sacerdotes que la Iglesia necesita. Pedía, ante todo, sacerdotes santos, entregados por entero a su labor de almas.
*
“Muchos de los problemas, necesidades y circunstancias de aquellos once años de Pontificado de San Pío X, siguen siendo actuales. Por eso, hoy puede ser una buena ocasión para que examinemos cómo es nuestro amor con obras a la Iglesia; si, en medio de los quehaceres temporales, cada uno de nosotros tiene “una viva conciencia de ser un miembro de la Iglesia, a quien se la ha confiado una tarea original, insustituible e indelegable, que debe llevar a cabo para el bien de todos”: dar buena doctrina, aprovechando toda ocasión oportuna, o creándola; ayudar a otros a que encuentren el camino de su reconciliación con Dios, mediante la Confesión sacramental; pedir cada día y ofrecer horas de trabajo bien acabado por la santidad de los sacerdotes; ayudar, con generosidad, al sostenimiento de la Iglesia y de obras buenas; contribuir a la difusión del Magisterio del Papa y de los Obispos, principalmente en asuntos que se refieren a la justicia social, a la moralidad pública, a la enseñanza, a la familia… “¡Qué alegría, poder decir con todas las veras de mi alma: amo a mi Madre la Iglesia santa!”. Un amor que se traduce cada día en obras concretas.
*
“Examinemos también cómo es nuestro amor filial al Papa, que para todos los cristianos ha de ser “una hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo”. Meditemos junto al Señor si pedimos todos los días por la persona del Romano Pontífice, para que el Señor lo custodie y lo vivifique y le haga dichoso en la tierra…, si estamos unidos a sus intenciones, si rezamos por ellas.
*
“Dios todopoderoso y eterno, que para defender la fe católica e instaurar todas las cosas en Cristo, colmaste al Papa San Pío X de sabiduría divina y de fortaleza apostólica; concédenos que, dóciles a sus instrucciones y ejemplos, consigamos la recompensa eterna. Amén”.
*
De: Francisco Fernández Carvajal, Hablar con Dios, tomo VII, Madrid, Ediciones Palabra, 1987.

" Desaparecen focos de mas de 100 Watts "

. .El martes desaparecieron las bombillas incandescentes de más de 100 vatios del mercado de la Unión Europea (UE). Este será el primer paso de la eliminación total de las lámparas incandescentes y de bajo rendimiento, que está prevista para el 2012.En septiembre de este año eliminarán del mercado las bombillas de más de 75 vatios y, en el 2011, se suprimirán aquellas que superen los 60 vatios

San Pío X


José Sarto, después Pío X, nació en Riese, poblado cerca de Venecia, Italia en 1835 en el seno de una familia humilde siendo el segundo de diez hijos.
Todavía siendo niño perdió a su padre por lo que pensó dejar de estudiar para ayudar a su madre en los gastos de manutención de la familia, sin embargo ésta se lo impidió y pudo continuar sus estudios en el seminario gracias a una beca que le consiguió un sacerdote amigo de la familia.
Una vez ordenado fue vicepárroco, párroco, canónigo, obispo de Mantua y Cardenal de Venecia, puestos donde duró en cada uno de ellos nueve años. Bromeando platicaba que solamente le faltaban nueve años de Papa.
Muchas son las anécdotas de este santo que reflejan tanto su santidad como su lucha por superar sus defectos, entre ellas destacan tres:
Siendo Cardenal de Venecia se encontró con un anciano al que la policía le había quitado el burro que tenía para trabajar; al enterarse el Cardenal se ofreció a pagar la multa que le cobraban y a acompañarlo a recoger el burro porque exigían al anciano que lo respaldara una persona de confianza. Ante la negativa del anciano para que lo acompañara el Cardenal afirmó que si una obra buena no costaba no merecía gran recompensa
Cuando era un sacerdote joven, José Sarto, estando con su hermana se quejó de dolor de muelas lo que provocó que ella lo criticara y lo tachara de quejoso y flojo respondiéndole con una bofetada. Sintiéndose avergonzado se disculpó por ser tan violento, defecto que fue corrigiendo. Asimismo, una vez de visita en el Colegio de San Juan Bosco fue invitado a almorzar en la pobreza de ese colegio, donde al salir buscó un mejor lugar para comer, aunque después se volvió más y más sacrificado.
En 1903 al morir León XIII fue convocado a Roma para elegir al nuevo Pontífice. En Roma no era candidato para algunos por no hablar francés y él mismo se consideraba indigno de tal nombramiento.
Durante la elección los Cardenales se inclinaron en principio y por mayoría por el Cardenal Rampolla, sin embargo el Cardenal de Checoslovaquia anunció que el Emperador de Austria no aceptaba al Cardenal Rampolla como Papa y tenía el derecho de veto en la elección papal, por lo que el Cardenal Rampolla retiró su nombre del nombramiento. Reanudada la votación los Cardenales se inclinaron por el Cardenal Sarto quien suplicó que no lo eligieran hasta que una noche una comisión de Cardenales lo visitó para hacerle ver que no aceptar el nombramiento era no aceptar la voluntad de Dios. Aceptó pues convencido de que si Dios da un cargo, da las gracias necesarias para llevarlo a cabo.
Escogió el nombre de Pío inspirado en que los Papas que eligieron ese nombre habían sufrido por defender la religión.
Tres eran sus más grandes características: La pobreza: fue un Papa pobre que nunca fue servido más que por dos de sus hermanas para las que tuvo que solicitar una pensión para que no se quedaran en la miseria a la hora de la muerte de Pío X; la humildad: Pío X siempre se sintió indigno del cargo de Papa e incluso no permitía lujos excesivos en sus recámaras y sus hermanas que lo atendían no gozaban de privilegio alguno en el Vaticano; la bondad: Nunca fue difícil tratar con Pío X pues siempre estaba de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bondadosos con quien necesitara de él.
Una vez que fue elegido Papa decretó que ningún gobernante podía vetar a Cardenal alguno para Sumo Pontífice.
Dentro de sus obras destaca el combate contra dos herejías en boga en esa época: Modernismo, la cual la combatió en un documento llamado Pascendi estableciendo que los dogmas son inmutables y la Iglesia si tiene autoridad para dar normas de moral; la otra herejía que combatió fue la del Jansenismo que propagaba que la Primera Comunión se debía retrasar lo más posible; en contraposición Pío X decretó la autorización para que losn iños pudieran recibir la comunión desde el momento en que entendía quien está en la Santa Hostia Consagrada. Este decreto le valió ser llamado el Papa de la Eucaristía.
Fundó el Instituto Bíblico para perfeccionar las traducciones de la Biblia y nombró una comisión encargada de ordenar y actualizar el Derecho Canónico. Promovió el estudio del Catecismo.
Murió el 21 de agosto de 1914 después de once años de pontificado.
ORACIÓN A SAN PÍO X
Glorioso Papa de la Eucaristía, San Pío X, que te has empeñado en “restaurar todas las cosas en Cristo”. Obtenme un verdadero amor a Jesucristo, de tal manera que sólo pueda vivir por y para Él. Ayúdame a alcanzar un ardiente fervor y un sincero deseo de luchar por la santidad, y a poder aprovechar todas las riquezas que brinda la Sagrada Eucaristía. Por tu gran amor a María, madre y reina de todo lo creado, inflama mi corazón con una tierna y gran devoción a ella.Bienaventurado modelo del sacerdocio, intercede para que cada vez hayan más santos y dedicados sacerdotes, y se acrecienten las vocaciones religiosas. Disipa la confusión, el odio y la ansiedad, e inclina nuestros corazones a la paz y la concordia, a fin de que todas las naciones se coloquen bajo el dulce reinado de Jesucristo. Amén.
*
ORACIÓN
*
Oh Dios, que para defender la fe católica
y restaurar todas las cosas en Cristo
has llenado al Sumo Pontífice San Pío X
de celeste sabiduría y apostólica fortaleza;
concede propicio que, siguiendo sus
enseñanzas y ejemplos, consigamos los premios
eternos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor,
que contigo vive y reina en unidad
del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
*
Martirologio Romano (1956): 3 de Septiembre

" Desalinizacion del agua por accion Microbiana "

En general, los mecanismos destinados a potabilizar el agua comienzan eliminado todas las bacterias presentes en ella. Sin embargo, no todos estos organismos son perjudiciales. Una nueva técnica permite eliminar hasta el 90 por ciento de la sal contenida en el agua de mar gracias a las buenas artes de un modesto microbio. El sistema, que no requiere prácticamente energía para funcionar, podría

La Misa dicha en latín



Cambiar de lengua es cambiar de país.
El hecho que en el templo se emplee una lengua distinta de la que empleamos en nuestra vida
cotidiana, debe hacernos comprender que cuando entramos en el templo entramos en otra patria.
Dejamos la “ciudad terrestre” para entrar en el cielo que es nuestra verdadera patria. La liturgia
terrestre es una anticipación o una imagen de la liturgia celeste.
Cambiar de lengua es un signo que nos recuerda que al entrar en la iglesia hemos de abandonar
nuestros pensamientos mundanos, nuestros intereses terrestres. En una palabra: hemos de
cambiar de patria.
Además, el latín es una lengua sagrada.


Las cosas sagradas son aquellas cosas que han sido “separadas”, “puestas a parte” y destinadas al
servicio y culto de Dios.
El latín cumple perfectamente la función de lengua sagrada, excluida del uso cotidiano y
empleada casi exclusivamente para alabar, bendecir y dar culto a Dios. Por ello el papa Pablo VI
decía con razón que el latín es una lengua angélica.
Es cierto que en nuestros días no faltan quienes nieguen la posibilidad misma de una lengua
sagrada, al reducir la utilidad del lenguaje a la comunicación interpersonal. Pero esta objeción se
inscribe en una crítica más general, que niega todo sentido dentro del cristianismo a la distinción
entre “sagrado” y “profano”. Aceptar dicho punto de vista equivale a oponer religión y
cristianismo como dos realidades opuestas, con la consiguiente reducción del cristianismo a una
dimensión terrestre y horizontal, sin apertura a la trascendencia.
En su constitución apostólica Veterum Sapientia el papa Juan XXIII expone muchas de las
cualidades y valores de la lengua latina. Dice el Pontífice que el latín es la lengua católica. En
efecto el latín es al mismo tiempo la lengua de todos los fieles en común y de ninguno en
particular. Por eso es la lengua de la Iglesia.
La Biblia nos enseña que la división de las lenguas fue la consecuencia del pecado de los
hombres. Usando un solo lenguaje universal y común, la liturgia cristiana prefigura y anuncia la
concordia y la unidad del género humano en la Jerusalén celestial.
Dice también Juan XXIII que el latín no es una lengua vulgar sino por el contrario una lengua
llena de nobleza y majestad.
Y ello en primer lugar porque el genio humano la ha ennoblecido con su sello usándola como
instrumento en la producción de obras maestras de la literatura universal, patrimonio cultural de
toda la humanidad.
Además de ello el latín es una lengua concisa que, debido a su construcción gramatical, cincela el
lenguaje otorgándole una cadencia y un vigor inigualables. El latín es una lengua de frases
lapidarias
Por último, con el uso del latín la Iglesia proclama su romanidad. La lengua que nació y se
desarrolló en la región del Latium, cuya capital es Roma, manifiesta que la Iglesia universal es
romana, fundada sobre Pedro y sus sucesores, los obispos de Roma.
Universalidad, unidad, sacralidad, cultura, romanizad… He aquí algunos de los preciosos valores
que nos transmite el latín. Esta lengua augusta no merece hallarse hoy en día en el banquillo de
los acusados. Y mucho menos que sus acusadores sean los católicos, para quienes ha sido y es la
lengua.


*


A pesar de que en nuestros días sea lícito y legítimo celebrar la misa en lengua vulgar, no se han de olvidar las intervenciones del Magisterio:
Por ejemplo:, Concilio de Trento (sesion XXII, can. 9): “Si alguno dijere (...) que sólo debe celebrarse la Misa en lengua vulgar (...), sea anatema”.
El Papa Pío VI en la bula “Auctorem fidei ” :
“La proposición que afirma que sería contra la práctica apostólica y los consejos de Dios, si no se le procuraran al pueblo modos más fáciles de unir su voz a la voz de toda la Iglesia entendida de la introducción de la lengua vulgar en las preces litúrgicas, es falsa, temeraria, perturbadora del orden prescrito para la celebración de los misterios y fácilmente causante de mayores males”.