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#MCN2012: Mis Cervezas Navideñas.



Con los amigos Melchior, Gaspar y Baltasar algo lejanos ya, es hora de hacer balance de las cervezas navideñas/invernales que han caído hasta hoy para unirnos a otra interesante quedada virtual bloguera, esta vez venida de los compañeros de Observatorio Cervecero: el #MCN2012, o lo que es lo mismo, Mis Cervezas Navideñas 2012. Aunque aún no hemos probado ni la mitad de las que compramos (otra vez se nos fue de las manos…), el número es más que suficiente como para hacer un post resumen.

De las pocas belgas que conseguimos este año (esto si que es una excepción) claramente sobresalen dos nombres: Vicaris Winter y Struise Tsjeeses Reserva Bourbon. La primera porque aún estando muy cerca de una típica belga oscura subida de tono, no se encuentra descompensada en cuanto a carbonatación, alcohol, especias ni tampoco dulzor. Contundente, sí, pero muy bien hecha. La segunda es otro ejemplo, mejor ejecutado y redondeado aún, de que las belgas de navidad no son clones las unas de las otras. Muy golosa, rebosante de notas a azúcar candy, fruta madura y confitada, el lógico toque aportado por el paso por madera dando un punto de complejidad extra, y todo ello formando un conjunto cuyo equilibrio es digno de elogio.


Más típica la primera, más especial la segunda, pero excelentes las dos.



Una de las más gratas alegrías estas pasadas fiestas vino de la mano de la Samuel Smith Winter Welcome 2012-13, una británica estacional, sin el alcohol ni las especias por bandera, pero con un toque acaramelado, destellos de toffee y nueces, todo ello equilibrado por el inconfundible carácter de los lúpulos británicos, consiguiendo un trago sin excesivos alardes pero que engancha poco a poco hasta enamorarte. Muy recomendable (y si queréis maridaje aquí tenéis uno :P).



La siguiente es una de esas cervezas a la que le tenía muchas ganas desde hacía varios años, la Schlenkerla Eiche. Cómo se trata de una elaboración estacional (sale a principios de diciembre) que no la había visto por estos lares antes, nos armamos de valor e hicimos un pedido directamente a la fábrica. Se trata de una doppelbock ahumada sublime, en la que a diferencia de sus hermanas se usa roble en lugar de la aromática madera de haya. Con todo, se consigue una cerveza en la que el ahumado no es para nada estridente (si es que esas estridencias pueden ser consideradas como tales), aunque los recuerdos a madera, bacon y los toques ahumados siguen presentes. Un trago casi divino que la convierten en una de mis cervezas teutonas favoritas.



Otra elaboración que nos dejó gratamente sorprendidos, aunque a otros nivel, fue la canadiense Dieu Du Ciel Rescousse. Se trata de una Altbier de 5,3%, por lo que de navideña o invernal no tiene más que la etiqueta, pero su buena factura merece como mínimo que la mencione. Rebosantes notas cereales, un punto cítrico y frutos secos en nariz, y en boca tomando un mayor protagonismo el lúpulo, con notas herbales, hacen de ella una cerveza refrescante y ligera pero igualmente apetecible independientemente de la época del año.



Sin pensarlo mucho el apelativo de rareza de las navidades se lo lleva una tricolaboración entre la noruega Nogne Øy las estadounidenses Stone y Jolly Pumpkin, llamada Special Holiday Ale. La primera es conocida, entre otras cosas, por sus maravillosas imperial stouts y porters, el lúpulo es la seña de identidad de la segunda y finalmente las sour ales son las elaboraciones que dan más fama a la tercera, pero en este caso los ingredientes eran salvia, castañas y bayas de enebro, con lo que no sabía qué esperar. Servida en copa apareció un petróleo de color azabache profundo, con una sugerente espuma beige no excesivamente persistente. En nariz era una explosión herbal y medicinal, realmente peculiar, con recuerdos a melaza, romero y salvia, unos puntos balsámicos, enebro, algo de pimienta de Jamaica… En boca seguía igual, quizás con el añadido de un punto mentolado y a regaliz, así como tostados y cacao más de fondo. Una elaboración realmente compleja, sin estridencias pese a su peculiaridad, para tomar a pequeños sorbos, pero que seguramente generará tantas opiniones a favor como en contra. A nosotros sin duda nos maravilló.



Si la anterior era una elaboración distinta, la Haandbryggeriet Nissemor no se queda atrás. En copa muestra un precioso color marrón muy oscuro, casi opaco, y una bonita espuma de color beige intenso, burbuja pequeña y excelente retención. En nariz muestra un dueto muy marcado, por un lado frutas dulces y confitadas (orejones, dátiles, pasas…) y más en el fondo aparecen notas torrefactas y a café. En boca entra dulzona, otra vez las citadas frutas, que rápidamente se ven cortadas por el lúpulo herbal y la malta torrefacta, dejando una sensación seca pero refrescante. Final corto, sabrosa pero de cuerpo ligero y una carbonatación excelentemente integrada. Una cerveza sorprendente, distinta, fácil de beber y que me enamora más si cabe de esta microcervecera noruega tan dada a las elaboraciones peculiares, que no a experimentos como ocurre con otras nórdicas.



Y con esta curiosidad damos por cerrado el listado que de cervezas estacionales que han caído hasta el momento. No nos queda más que dar las gracias a los compañeros de Observatorio Cerveceropor la propuesta y desear que los demás colegas blogueros se unan a ella.

Brochetas de cordero con Samuel Smith Winter Welcome.



Ya se sabe que con el invierno tendemos a refugiarnos más en casa. A cada uno le da por una cosa y a nosotros, además de beber cerveza, cómo bien sabéis, nos encanta cocinar. Una de las recetas que más nos gustó estas pasadas navidades, y que nos sirve de paso para recuperar la olvidada sección de El Lúpulo Cocinero, es la que os detallamos a continuación, sacada de un libro pero modificada ligeramente, en la cual se usa una cerveza de temporada como ingrediente, la Samuel Smith Winter Welcome, y también la empleamos como maridaje.


Ingredientes (para unas 10-12 brochetas).

 En la foto podéis ver los ingredientes para 2 personas (4 brochetas).


< Para las brochetas >
- 1/3 taza de aceite de oliva
- 1/2 cucharadita de canela
- Jugo de 1 limón
- 1 cucharadita de hojas de romero frescas, sin tallos y picadas
- 1 diente de ajo picado
- 1 kg de carne de pierna de cordero deshuesada, limpia y cortada en cubos de 2,5cm de lado.
- 3 peras maduras y firmes, sin corazón y cortadas en trozos similares a los de la carne.
- 2 pimientos rojos sin semillas y cortado en cuadrados de 2,5cm de lado.
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de pimienta negra recién molida
- 1 cucharada de aceite de girasol.

< Para la salsa >
- 1/2 pinta de winter ale acaramelada y ligeramente especiada.
- 2 cucharadas de azúcar morena.
- 2 cucharadas de mantequilla cortada en trozos
- Sal y pimienta negra recién molida.

Procedimiento.

1. Mezclar en un bol el aceite de oliva, la canela, el zumo de limón, el romero y el ajo. Añadir la carne y revolverlo todo hasta que ésta última quede bien pringada.
2. Dejar marinar durante unas 3 horas en el frigorífico. Pasado este tiempo recuperar la carne y desechar la marinada.
3. Descorazonamos las peras y las cortamos en cubos. No es necesario quitarles la piel. Limpiamos también los pimientos rojos y los cortamos en cuadrados del mismo tamaño que la carne y las peras.
4. Juntamos la carne, las peras y los pimientos en un bol y salpimentamos. Luego ensartamos alternativamente los ingredientes en pinchos de madera (son preferibles a los de metal porque éstos últimos cuecen la carne en exceso y no nos interesa).
5. Para la salsa reducimos la cerveza hasta la mitad, unos 2 o 3 minutos, en un cazo. A fuego lento añadimos el azúcar moreno y removemos hasta que quede bien integrado con el líquido. Retirar del fuego y añadir la mantequilla. Remover bien hasta que quede bien uniforme. Sazonar con sal y pimienta.
6. Una vez la salsa hecha o al mismo tiempo ponemos los pinchos a dorar en una plancha con un poco de aceite de girasol. Tienen que alcanzar un color marrón dorado y por dentro no estar demasiado hechos. De 2-4 minutos por cada lado del pincho debería sobrar.
7. Servir la salsa en pequeños recipientes o verterla por encima de la carne ya emplatada, según gustos.



Maridaje.

En cuanto al acompañamiento, tengo que reconocer mis temores previos. Pensaba que una carne de sabor tan marcado como suele ser la del cordero, además, en este caso aderezada con hierbas y especias, sería un hueso muy duro de roer para una cerveza con tan poco alcohol (6%) como es la Samuel Smith Winter Welcome. De hecho fue una cerveza muy bebible, pero afortunadamente gracias a sus notas acarameladas así como a frutos secos hizo frente al plato mucho mejor de lo esperado. Una de las claves creo que fue que la carne no quedara muy hecha, con lo que el sabor no fue tan fuerte. En conclusión uno de esos maridajes que no dudaremos en repetir otros años durante ésta época. Muy rico.



Para finalizar, no nos queda más que animaros a hacer la receta. Realmente es muy sencilla ya que el trabajo más tedioso como limpiar la carne os lo puede hacer el carnicero. Eso sí, en caso de lanzaros a la cocina, contad que tal os ha resultado.

Y… ¡Bon profit!