Arqueología cervecera etrusca. Entre yankies e italianos anda la cosa…


Aún tengo muy verdes las entradas de la escapada a Roma pero aún así hoy quiero compartir un post sobre una de las cervezas más curiosas que tomamos ese fin de semana. Hablo de Archeobirra Etrusca, una "cerveza" a la que le seguía el rastro desde que saliera al mercado en diciembre de 2012, una colaboración a tres bandas entre la estadounidense Dogfish Head, y las italianas Birra del Borgo y Baladin, que cada cual llamó de un modo: Birra Etrusca (DFH), ArcheoBirra Etrusca (BdB) y Etrusca (Baladin).

Botellas de B. del Borgo, Baladin y Dogfish Head.

En marzo de 2012 Sam Calagione viajó a Roma con Patrick McGovern, arqueólogo e investigador con quien ha desarrollado la mayoría de sus Ancient Ales (serie de la que os hablé por aquí). Allí se reunieron con Leo di Vincenzo (Birra del Borgo) y Teo Musso(Baladin) con quienes hablaron de la posibilidad de recrear las bebidas fermentadas que supuestamente habrían contenido unas vasijas de 2800 años de antigüedad encontradas en unas tumbas etruscas en diferentes puntos de Italia.

Con las conclusiones extraídas elaboraron una bebida con cebada malteada de dos carreras o hileras (os lo dejo a vuestra elección…) y una variedad de trigo italiano muy antigua, además de harina de avellana, granadas, miel (de castaño y de flores silvestres), uvas pasas, raíz de genciana, resina de mirra... Un batiburrillo como para no aburrirse.

Los implicados en el proyecto.
Foto tomada del blog de B. del Borgo.

Para añadir más complejidad todavía Dogfish fermentó su lote en un recipiente de bronce, Baladin en barricas de madera y Birra del Borgo en ánforas de terracota. Finalmente utilizaron una cepa de levadura muy antigua (de unos 1500 años) proporcionada por el profesor Duccio Cavalieri, del centro de investigación Emund Mach en San Michele all'Adige.

Ánfora en la cual fermentó la cerveza B. del Borgo.
Foto tomada de aquí.

Con todo lo dicho anteriormente podéis imaginar la ilusión que me hizo encontrarla en una tienda de Roma así que para disfrutarla como merecía, una cerveza con tanta historia (y bastante cara, todo hay que decirlo…) había que tomarla en un lugar también emblemático por lo que elegimos los alrededores del Coliseo.


En cuanto a la cerveza (por llamarla de algún modo) a penas formaba espuma y ésta rapidísimamente desaparecía, ofreciendo un color naranja intenso y una viva carbonatación. En nariz destacaban recuerdos ácidos y al mismo tiempo dulzones como de miel, fruta y también de fondo frutos secos, un punto herbal y especiado. Realmente peculiar. En boca poseía bastante carbonatación, la cual cortaba una sensación inicial algo densa que recordaba a un mosto dulce, aunque rápidamente hacía su presencia una marcada acidez, recuerdos a limón, manzana, pera, algo terrosos y especiados también pero que no sabría definir muy bien y un final bastante seco. En conclusión, una Sour Ale muy peculiar, muy refrescante y compleja que merece la pena probar aunque por el precio hay muchas otras "sour" más asequibles y también muy interesantes.

Aún asumiendo que es más que posible que los etruscos no bebieran exactamente esta bebida, el solo hecho disfrutar de un pequeño sorbo de historia mientras admirábamos el Coliseo es una sensación difícil de describir y de la que guardo un muy buen recuerdo.