La partida a los cielos del último guía espiritual de la humanidad, Norberto Sai Baba, acaba de inspirar al líder de la canción popular uruguaya Jaime Toss, a agarrar la caneta del guardanapo que había sobre la mesa del bar y evocar las grandes epopeyas del afronaranja.
El cantautor uruguayo se puso a reflexionar también sobre la partida, vaya a saber dónde mierda, del líder humanista Silo. "Qué será de los naranjas", pensó también Toss, y se dio una vuelta mental por el equipo de Johan Cruyff y Johnny Rep de los años 70.
"Tiene gancho", pensó. "Qué será de los naranjas", me gusta dijo Toss. Pero en ese momento clavó la mirada en un gatito chino de la suerte que lo saludaba desde el paño de un artesano, clavado en las baldosas de la vereda, y se le iluminó la voz, al grito de "qué será de los sahumerios".
No lo pudo parar, empezó a estruendar con su bozarrón por entre las mesas del bar. "Qué será de los sahumerios" y "qué será de los sahumerios" hasta que el dueño del bar le revoleó un trapo mojado en licor Tres Plumas, que detonó en la calva frente del hincha de Defensor Sporting de Montevideo.
El uruguayo por excelencia quedó medio abombado, parado mirando al baño, entendió el mensaje del comerciante y despacito se dirigió con su guitarra apoyada en la espalda hacia las puertas del sanitario, y de reojo lanzó: "me voy a fumar un sahumerio al baño, qué será de los sahumerios y qué será de los sahumerios". Y sabiendo la que se venía, apuró el paso y se lanzó a los mingitorios. Al cerrar la puerta, la silueta del hombrecito que señalizaba el lugar para mear de los hombres se convirtió en un verdadero tiro al blanco por parte de todos los parroquianos del lugar, que arrojaron hasta un enano que disfrutaba de una lágrima en una mesa junto a la ventana.
