Aunque no esté propiamente mandado, la misma reverencia debida a las cosas sagradas ha establecido en la práctica que, al preparar el cáliz para la Santa Misa y poner la patena sobre el purificador con la Hostia, encima de ella, como para resguardarla especialmente, se coloca la palia, que es una especie de tapa de lino redonda y aproximadamente de la misma medida que la Hostia. Por la parte que toca con ella ha de ser lisa, pero puede estar pintada o bordada con motivos adecuados por la parte superior, en la que debe tener asimismo una pequeña presilla para cogerla.