Como el calabobos

Cada vez estoy más segura de que las respuestas absolutas son equivocadas y que las correctas suele empezar con un "es que depende", serán mis raíces gallegas que por algún lado tenían que salir. No me gusta la gente que no comenta ni argumenta, que sólo sentencia.
No quiero ni siquiera opinar sobre el tema del aborto, que me parece ya de por sí bastante complejo como para tomarlo a la ligera. Por eso no me parece serio ni responsable jugar con las palabras y hacer demagogia con él. No me parece bien hacer un juicio categórico basado en una verdad absoluta, ah, se me olvidaba que a eso le llaman ellos doctrina.
Si vamos a hacer comparaciones no saques un lince y un niño de dos años muy ternasco, saca un embrión al menos, o saca unas células, ya puestos. No proteger a un niño de dos años es un crimen y está penado y contra eso no he oído ni una voz (parece que se les olvida).
¿Qué les parece si sacamos a un joven de 25 años contagiado de SIDA por no haber usado un condón y lo comparamos con un águila real? Qué quieren, es que alguien le dijo que los tocamientos impuros le iban a dejar ciego…
También podemos hablar del pastizal que se van a gastar en anuncios, que en estos tiempos que corren no sé a cuantos niños desprotegidos se podría alimentar con él.
Vale ya de esa doble moral, de querer imponer sus ideas y de salir a la calle a recortar derechos (o a intentarlo al menos). Basta ya de tanta hipocresía y de creerse con derecho a opinar y sentenciar por todos. Ustedes limítense a sus fieles y dejen que el resto nos pudramos en el infierno cuando llegue el momento.




Y te acosan de por vida
azuzando el miedo,
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú
Serrat