Entrevista a Chela, el beer bon vivant.

Quienes hayáis leído este blog desde sus inicios posiblemente recordaréis aquellas primeras entrevistas con las cuales fui presentando a diferentes cerveceros que escribían algún blog por el ya lejano año 2010. Pocos se quedaron sin aparecer por aquí y alguien a quien me faltaba ponerle el “tick” fue Adrián, más conocido por estos mundos cerveciles digitales como Chela. En su genial Sursum& Corda, uno de los blogs más veteranos que empezó en 2006, nos regalaba, siempre con pasión, metiendo el dedo en la llaga y sin pelos en la lengua, geniales reflexiones que años después sorprendentemente me siguen pareciendo tremendamente vigentes, siempre opinando desde el respeto y con mucho conocimiento de causa. Sin más, os dejo con él.


¿Cuándo y en qué circunstancias empezó a interesarte más en profundidad la cerveza?

Creo que fue, y sigue siendo, una cosa progresiva. Viviendo en un pueblo donde teníamos la fábrica de cerveza a 2 minutos de casa, sentíamos la cerveza muy de cerca, la mitad del pueblo vivía de eso, oíamos la sirena de los relevos, olíamos la malta que salía de los cocederos, veíamos a los trabajadores y trabajadoras entrar y salir de la Fábrica. Siendo aún niños nos encantaban aquellas cervezas furtivas en la despensa o el garaje de algún amigo cuyo padre trabajaba en el Águila Negra. El lúpulo, la xaranzaina (genciana), la malta eran cosas con la que estábamos familiarizados y de ahí  pasamos a querer saber más y más hasta seguir hoy en día  buscando y aprendiendo con esta bebida tan genial

¿Qué cervezas supusieron para ti un punto de inflexión respecto a todo lo que anteriormente habías probado y te hicieron abrir los ojos?

Esto también creo que fue progresivo, fue surgiendo en mí un interés casi obsesivo por querer probar de todo en materia de cerveza. A principios de los 90 abrió una cervecería en Oviedo que se llamaba La Internacional y que supuso una revolución para los de mi quinta. En aquella época un bar con más de 10 grifos e infinidad de cervezas de botella de todo el mundo era un paraíso, y si a eso le sumabas salchichas, patatas con salsas, decoración cervecera… se convertía en una parada obligada, algo único en Oviedo, para la época… Entrar allí te hacia sentir la cerveza de otro modo. En cuanto a cervezas creo que los primeros litros en jarra de cristal fueron de Löwenbräu y de Bitburger, aquellas Spaten Franciskus, que era una versión bock de la Spaten, las medias pintas de Bassy de Kostrizer, o aquellas Chimay que nunca dejaron de defraudarnos, fueron los vasos que me hicieron ver que había cerveza más allá de lo habitual y lo que me llevo a tener, como decía, un interés casi compulsivo por probar todo lo que fuera nuevo o extraño, sin discriminar al principio y seleccionando después a medida que el paladar se iba haciendo a sabores, olores y disfrutes.

Por otro lado la vida misma iba añadiendo experiencias que suponían aprendizajes. Así, a los 19 años, durante mi primera estancia en Londres, probé la primera bitter real ale en mi vida, cosa que me hizo ver otra forma de entender la cerveza, y me abrió paso a una cultura cervecera que hoy por hoy sigue siendo una gran desconocida pero que guarda muchísimo trasfondo y una calidad  enorme. Unos años después, viviendo en Edinburgh tuve contacto con la real ale de Escocia en particular y la craft ale británica en general. Después vinieron algunos viajes por Alemania e Italia donde conocí los brauhaus germanos y los birrifici italianos, la llegada a cervecerías especializadas de Asturias de las primeras muestras de cerveza artesanal, también fueron un punto de inflexión importante. El buen montón de horas bebiendo y viviendo en bares, jejeje… es otro punto que hay que tener en cuenta jejeje….creo que lo bueno es eso, que con esta bebida hay muchos puntos de inflexión, se sigue avanzando y aprendiendo cada vez que tomas un trago.

¿Cual es tu estilo de cerveza favorito?

Me gustan todas! Jejeje! Pero si tuviera que quedarme con uno ese seria el de las Bitter británicas de barril. Me gusta el lúpulo, la cerveza amarga, igualmente su versión IPA Británica (las versiones yankies me gustan pero no todas, hay mucho bluff, entre tanta cerveza extrema). Pero también me quedo con una buena Alt, con una fresca Kölsch, me encantan las Lambic, especialmente las Geuzes. Un par de conceptos que me gustan mucho de la cerveza son el de temporada-“seasonal” y el de terruño (terroir) porque permiten disfrutar de estilos y variedades únicas en determinados momentos, únicos también (ya que no hay una primavera ni un invierno iguales).

Cita dos cervezas que hayas tomado últimamente, una que te haya sorprendido para bien y otra para mal.

¿Sólo dos? Jejeje... No puedo decir sólo dos porque como soy un facilón pues me sorprenden muchas. De fuera Jaipur de Thornbridge, una IPA genial; Broadie’s American pale ale, acojonante; Dark Star Hophead, todo sabor en sólo 3,8%; Zinnebierde De la Senne; De Struise Pannepot; Alvine Freaky; Mikkeller Galena; tragos geniales.

De casa, Pura Ale, de Agullons, sin duda, la cerveza artesanal de la península que me parece más redonda, las cosas bien hechas sin necesidad de aspavientos. Asturies Pale Ale de Caleya una auténtica pasada de equilibrio y calidad que no defrauda. Cotoya Original y Extra, son la hostia, personales y plenas, de barril irresistibles. Baias, una ale de Araba que es trago genial. Me encanta Dougall’s Leyenda, una bitter sencilla y llanamente completa. Napar Pilsener es otro ejemplo de cerveza sencilla pero grande en calidad y sabor. Lo mismo me parece 4maltes de Les Clandestines cerveza que me sigue gustando mucho. Marina me encanta tanto en la sencillez de la Summer como en la complejidad de la Rye Cat o la Devil’s. Pacific de Marina y Domus creo que es un cervezón de la hostia (como suena), redondísima. Para los que dicen que no me gustan las cervezas negras, La Flow de Guinea Pigs, me la bebo de una sentada y me quedo con ganas de más. Moon Verata me flipó la cabeza, muchos intentaron echar “aderezos” a la cerveza pero como Verata todavía, para mi gusto, no encontré nada, no puedo dejar de pensar en platos para combinar con esta cerveza. Sorpresones gratos de última hora son Ruggbrod de The Bruery, Southern Tier Gemini y Norwegian Wood de Haandbryggeriet, completísimas, sabrosas, bien hechas, geniales. Antípodas de Cotoya, es uno de los tragos más completos, equilibrio total, que probé en mucho tiempo, tomar una y querer otra, y otra…

¿Que no me hayan gustado? La Tokyo de Brewdog, cerveza que huele genial, pero el trago me parece de lo más desequilibrado que probé, pesada, con el alcohol apoderando y no casando con el amargor de la malta tostada (prefiero un buen café puro y una copa de brandy jejeje). Koppiy Dim Sum de Mikkeller no me gustaron nada. Hoplosionde Weihenstephan no me entusiasma, los sabores van a su puta bola. Tampoco me gustó 666 de Chouffe, una decepción de una de mis cerveceras favoritas. De aquí, La Loca Juana, Burro de Sancho, Casasola Silos, Art Orus, Cibeles Pils y Cibeles IPAjunto con Bayyana de Almería y Far West, son cervezas que no se si las volvería a probar.

¿Qué cerveza que tengas a tu alcance podrías tomar todos los días sin cansarte nunca de ella?

Las que tomo a diario en casa: Caleya, Cotoya, La Zaragozana Export, Marston's Pedigree, Tribute Ale y Proper Job de Saint Austell, Chimay Rouge y Dab; y por otro lado las que suelo repetir en los bares Caleya, Cotoya, Pilsner Urquell, Saint Peter's Best Bitter, Samuel Adam's, Sint Bernardus 12, La lambic que traigan los chigreros, Chimay Bleu, Westmalle Triple, Duchesse de Borgogne, Sierra Nevada pale ale…

Y por el contrario, ¿qué cerveza te encantaría poder tomar pero por disponibilidad, precio o cualquier otra razón no te es fácil hacerlo?

Jaipur de Thornbridge, TT Landlord, Baias, Birrificio Italiano, Dark Star, Brodie’s, Southern Tier, Agullons Pura Ale, Inveralmond, Stewart’s… Últimamente me están gustando mucho las cervezas de Anderson Valley... También me gustaría meterles un tiento a las cervezas deLagunitas, Norrebro, Grado Plato… me parecen formas muy interesantes de acercarse a la cerveza.

Nombra un lugar relacionado con la cerveza que hayas visitado y que me recomendarías.

Viajar es lo mejor… Recomendaría cualquiera del G4 (Alemania, UK, Chequia y Bélgica), creo que es un must para cualquier cervecero. Fuera de esto recomendaría 2 sitios. Edinburgh, la historia cervecera de esta ciudad es un hecho, la calidad de sus aguas, junto con Burton y Plzen, forman una terna de aguas con carácter reconocido en el mundo cervecero. La calidez de sus bares y la gran variedad de cervezas real ale y extranjeras que se pueden encontrar la hacen ser un destino único (donde si no se puede tomar una real ale de las Orkney Islands y después una botella de Cantillon? jeje). Por otro lado recomendaría un giro por Italia para recorrer los birrifici y ver la forma tan interesante de acercarse a la cerveza y su cultura que hacen estos locos.

¿Y qué ciudad y/o país aún no conoces y te encantaría poderlo hacer para tomarte unas buenas cervezas o conocer un ambiente cervecero interesante?

Del G4 me falta Chequia. Cosa a solucionar en un año espero (todavía no salí y ya tengo ganas de llegar). De igual modo me encantaría conocer más a fondo la Italia cervecera. Después de conocer dos birrifici, Il Bovaro en Florencia y Birra Bebaen Turin, y sus geniales cervezas, tengo muchas ganas de recorrer solo y con calma la Bella Italia, viendo y bebiendo una forma de entender la cerveza muy interesante y que de verdad esta dando pasos de gigante a un ritmo lento pero seguro. Barriendo para casa tengo ganas de volver a la Barcelona cervecera y gastronómica (acabo de llegar y ya tengo ganas de volver, jeje). También hacer una ruta por el Madrid de la “nueva cerveza”. En ambos casos sin dejar de revisitar los clásicos que un día conocimos claro está. Y ya si venís tu y Rosana ya se puede liar la de mi madreeee, jejeje!

¿Cómo sería la cervecería de tus sueños? Y si ya existe algo similar, ¿qué características posee, carta de cervezas, ambiente, decoración, servicio…? Y si lo crees oportuno nómbrala.

Si te digo la verdad creo que el bar de mis sueños no existe, es una entelequia, de hecho creo que tampoco existe el bar perfecto, aunque los hay que casi lo son jejeje. Para mí, por el momento, es suficiente con poder disfrutar de los sueños de otros y como ejemplos y recomendaciones me quedo claramente con dos que cumplen con lo que  más me gusta: por un lado El Lúpulo Feroz, en Oviedo, por calidez y calidad (tanto en el ambiente como en el trato) y por supuesto por la cerveza y su variedad, tú lo pudiste comprobar. Por otro lado, La Taberna de Hank enLluanco, una pequeña cervecería de pueblo que se hace grande por dentro, con su mezcla de buen rocanrol, atención agradable y buena cerveza.

Pero como en Asturies de bares vamos sobraos no puedo dejar de recomendarte también en Oviedo el Paco’s Tavern, un antro de poca luz y mucha cerveza belga (al que os llevé, por cierto, a tomar birras bretonas). El Deutschland o la Alemana, particularísima cervecería regentada por uno de los pioneros de la cerveza de importación en Asturies y la última en llegar pero que llega para quedarse, Cimmeria, “bona xente, dispensa bona cerveza”. Y en Avilés, ciudad que me encanta y a la que nos escapamos siempre que podemos, tenemos el Cabanón y la Cantina, ambos Llevan años haciéndonos felices con buena cerveza, buena música y mejor trato… Joder y tantos otros, cagonros, qué cojones de pregunta, tú, si a mi me encantan los bares!!!

- A continuación, una pregunta que en 2010 surcaba los blogs pero cuya respuesta, cuatro años después, sigue estando realmente vigente -
¿Qué opinión te merece el movimiento cervecero artesanal que tan en boga está últimamente en la península Ibérica? ¿Se está corriendo mucho, se va avanzando a buen ritmo, está siendo positivo…?

Sinceramente, la palabra movimiento no me gusta nada. Personalmente veo un grupo de personas esforzándose y disfrutando por hacer cerveza y sacar adelante un sueño o una idea, gente que con ese esfuerzo dan un nuevo impulso a la cultura cervecera, y eso me encanta. También veo ciertos arribistas “jugando al artesano cevecero”, gente interesada en que rápidamente ese esfuerzo ajeno se convierta en movimiento, moda o qué sé yo, para sacar provecho.

Mi respeto absoluto para los primeros porque significa que la cultura de la cerveza en esta Península Ibérica va avanzando otro peldaño y eso es buenísimo. Además creo que ya estamos en un punto de no retorno, con cervezones de calidad, festivales potentes y a la vez personales, bares y taberneros que se esfuerzan y especializan cada vez más, tiendas, publicaciones… No podemos más que animarlos a que sigan adelante porque en su mano está que ese esfuerzo se convierta en impulsor de la cultura cervecera… Mi apoyo para ellos, claro, de la única manera que sé jejeje… comprando y bebiendo sus cervezas. Para los segundos, mi desprecio absoluto y el convencimiento de que el tiempo los pondrá en su lugar, como de hecho ya está sucediendo con alguno...

¿Tienes algún proyecto personal en mente o a punto de fructificar relacionado con la elaboración de cerveza?

No, al igual que con la pregunta de los bares… me conformo con disfrutar de los proyectos de los demás, bastantes quebraderos tengo con la cocina, jejeje…

Sobre los blogs de cerveza, ¿qué opinión te merecen en general? ¿Echas en falta alguna cosa? ¿Hay algo que no te guste?

Sobre los blogs, bueno, no creo mucho en eso de la blogosfera, si la pregunta va por ahí, y creo que cada uno atiende a su ego. Siempre dije que esto es mucho onanismo cibernético, mas que otra cosa jeje. Ya no escribo y muchos blogs que seguía ni los miro ya por cansinos, pero me parece cojonudo que haya gente que escriba sobre cerveza, siempre y cuando no se crea defensor de ninguna verdad absoluta, ni redactor jefe o director de un periódico. Relacionado con esto debo decir que en ciertos blogs se echa en falta un poco más de rigor y contraste de lo publicado, para no leer barbaridades-un poco de lectura al margen de los foros yankies que todos conocemos y de wikipedia, y un poco más de andar por los bares y viajar seria estupendo.

También echo en falta respeto, hay mucho polemista de medio pelo que en aras de la verdad, de su verdad, quiere abrirnos los ojos, pero lo único que hace es crear malos rollos. Veo también, muchos sufridores de la cerveza, que van de descubridores de un mundo nuevo y quieren hacer su aporte porque les interesa para su negocio particular.

Por otro lado no me gusta la gente que se ríe de los lectores copiando y pegando y queriendo luego quedar de gurú, como tampoco me gusta que se censuren los comentarios mediante un control de los mismos.

Otra cosa que no me gusta son las catas, todas iguales, aburridísimas, pesadísimas y muchas de ellas cometiendo errores de base por querer dárselas de entendidillo. Esa es otra, no me gustan los lenguajes codificados como para hacer ver que se entiende de cerveza o demostrar que se pertenece a una casta superior jejeje.(como decía Baron Rojo Le encanta pronunciar palabras bien sonantes// Y así disimular que es un ignorante). Con esto quiero decir que creo que habría que hacer la cerveza mas accesible para el público, no se, empezar por el principio, hablar sobre que es cerveza, para después hablar de tipos de cerveza, no se si me explico, dar una imagen general precisa y después avanzar hacia lo complejo y los detalles de la cerveza, para que la gente que de verdad tiene interés y no conoce mucho no se sienta discriminada.

Joder no me gusta nada… No se que hago contestando a un blogger jejejeje. Seamos justos, en positivo tengo que decir que hay unos cuantos blogs que se mantienen sabiendo ser versátiles y que coexisten con  blogs nuevos muy interesantes, con actitudes y aptitudes para y con la cerveza y eso es importante… Que haya gente interesada en la cerveza y en hablar de ella, interesada en hacerse masturbaciones cibernéticas jeje, es muy bueno, y me encanta, después de cada uno depende ya discernir y separar polvo de paja (muy onanista esta quedando esto no?? jeje).

Para ir finalizando, una pregunta relacionada con mi pasión de coleccionista: nombra alguna cerveza que para ti tengan una etiqueta muy lograda, por diseño o por cualquier otra razón.

Para mí, que no soy nada aficionado a la breweriana, Cotoya hace unas etiquetas personales y autenticas de puta madre, siempre contando una historia relacionada con el motivo, los ingredientes o la inspiración que lo llevo a elaborar la cerveza en cuestión, lo que las hace únicas e inimitables.

Y ya para terminar, ¿que proyecto/sueño relacionado con la cerveza te gustaría cumplir?

Como proyecto, viajar y andar por los bares, ya sabes… “no hay como el calor del amor en un bar”.

Me gustaría que los restaurantes se comprometieran más con la cerveza, que empiecen a verla como una bebida y no como un refresco. Para mí una oferta gastronómica está incompleta si no tiene buena cerveza. No es, digamos ético ni estético, que uno se esmere en un plato y luego si te piden cerveza ofertar sólo lager industrial. Contra ello estamos desde hace tiempo, no sólo desde nuestra cocina si no también a título personal, dando mucho la barrila cada vez que vamos a comer a algún sitio, insistiendo a colegas profesionales en el tema.



Y entre palabras que desprenden tantísima pasión y honestidad, sin pájaros en la cabeza y con mucha experiencia en cada línea, doy por finiquitado un capítulo que llevaba demasiados años pendiente de cerrar. Ahora como pendiente solo me queda volver a compartir unas pintas y unas risas con este tipo tan grande, pero eso ya es harina de otro costal…

Viaje por Baviera (10): Se acabó lo que se daba…


Con esta décima entrada doy por finalizada la serie de posts sobre el viaje que nos tuvo casi dos semanas por tierras bávaras allá por el ya lejano mes de julio. En el tintero se quedan algunas visitas interesantes pero espero que con las nueve entradas anteriores os hayáis hecho una pequeña idea de las maravillas que aguarda esta región. Además, como sabéis, tengo pendiente contaros las batallitas vividas por Roma y también se acerca la temporada fuerte de festivales por lo que había que empezar a pensar en cortar sí o sí ;).

Así que en esta entrada quiero resumir en varios puntos aquellas visitas que considero imperdibles y algunas cervezas que quedarán para la posteridad, además de otras experiencias que vivimos no tan cerveceras y también recomendables. Pero antes de todo eso quería hacer una pequeña reflexión.

Y es que si algo percibí por cualquier punto de Baviera, por turístico o tranquilo que este fuera, es que la cerveza forma parte de su cultura sin acaparar el protagonismo, aunque en algunos casos la impresión para quienes la vemos desde fuera y sin llegar a rascar más allá de la superficie sea precisamente la contraria. Quizás una explicación sea el tiempo y el recorrido de tantísimas de sus cerveceras, varias de las cuales llevan casi un milenio elaborando. O puede que sea por el precio irrisorio que tienen por allí las cervezas (es raro de ver alguna referencia de 50cl. por encima de 1 euro en cualquier getränkemarkt), lo cual evita que la gente las considere un producto gourmet como si ocurre por aquí con demasiada frecuencia. O quizás tenga que ver con el carácter alemán, más dado al respeto y a actitudes comedidas que a las efusividades extremas, más propias de aquí y que nos llevan a modas demasiado efímeras. O más que posiblemente sean estas y muchísimas otras razones, pero lo cierto es que allá por donde hubiera cerveza (biergarten, festivales…) la gente daba la sensación de congregarse con la excusa de quedar para lo que fuera y de paso tomar unas buenas cervezas pero no al revés. Por ello cuando veo los saraos que montamos alrededor de la cerveza obsesionados con llevar por el buen camino a los pobres descarriados o leo frases como que por estos lares no existe cultura cervecera no acabo de estar del todo de acuerdo. La cultura existe aunque cierto es que labrada con cervezas de una determinada calidad que todos conocemos y aunque es cierto que ni por número de cerveceras ni por antigüedad podemos compararnos en casi nada con Alemania, en el fondo tampoco veo tanta diferencia en la actitud de mucha gente frente a la cerveza. Otra cosa es que queramos ejercer de jueces de calidad y nos parezca más molón tomarnos pale aleso sour ales envejecidas en barrica en un lugar con tropecientas referencias que tomarse unas cañas en cualquier bar de la esquina.

Por ejemplo en Mediona, el alma máter de la que han bebido tantas ferias posteriores, tiene un aire especial, y por muchos elaboradores presentes que haya y por muchas novedades que se presenten, allí lo más importante es el buen ambiente y pasarlo bien y no ir únicamente a probar “cosas raras”. Pasan los años y por suerte no hay cambio. Ni creo que deba haberlo. Y esa sensación es la misma que tuve por esos lugares auténticos de Alemania, lejos de su archiconocida Oktoberfest. Así que confío que dentro de veinte años, cuando el panorama por aquí empiece a estar algo más maduro, cuando se pueda ir a cualquier ciudad y uno pueda tomar cerveza de calidad sin que eso sea una novedad o un hecho al que debamos prestar más atención de la estrictamente necesaria, cuando los freaks, raters, beer geeks y demás “bichejos” seamos minoría, entonces, y solo entonces, seguirá habiendo cultura como ya la hay, pero con una mayor riqueza y diversidad.

Cervezas.

Podría escribir un post con decenas de referencias más que interesantes pero si tuviera que elegir solo cinco serían las siguientes (una va con trampa… ;) ):

- Augustiner Hell vom Holzfass. Si en botella es maravillosa, esta Helles cítrica y herbal tirada por gravedad de barricas de madera es algo celestial, mucho más seca y leñosa pero también bebible y adictiva.


Schneider TAP 5 Hopfenweisse de barril. En botella esta weizen lupulada es una delicia, pero en barril está más cerca de cualquier elaboración yankie lupulada tremendamente bebible y equilibrada. Ah, y corta los grasientos platos bávaros como un cuchillo…

- Las cervezas en Franconia. Sería injusto dejarme alguna de las cervezas que tomamos por Bamberg o Nürnberg ya que salvo alguna excepción casi todas las cervezas franconas tenían un nivel alucinante, eligieras la fábrica o el estilo que eligieras… Los días que visitamos esta región me di cuenta de porqué merece la pena viajar hasta aquí y el sinsentido que es la exportación en según qué casos. Palabra, si tenéis ocasión, perderos por aquí un par de semanas.


- Spezial Ungespundete. Aunque Bamberg sea parte de Franconia esta cerveza merece una mención especial. Hecha por la única cervecera de Bamberg que junto con Schlenkerla elabora rauchbier, pero esta joyita de temporada, elegantemente lupulada, me robó el corazón. Majestuosa.


- Weltenburg Asam Bock de barril. Tomar esta deliciosa doppelbock fuera de la fábrica es una maravilla, pero hacerlo de barril en un lugar tan emblemático y con tanta historia como lo es la abadía de Weltenburg no tiene comparación. Sorprendentemente equilibrada sin que ello merme su complejidad.



Lugares cerveceros para el recuerdo.

- Biergarten del Hirschgarten(Munich). Se trata de uno de los biergarten más grandes de Alemania, con asientos para ¡8000! personas, pero aún así tienes la sensación de estar tan o más tranquilo que en ningún otro lugar, rodeado de ciervos y árboles. Sin duda este lugar tiene una magia especial, y si encima puedes tomar la maravillosa Augustiner Hell de barrica…

- Weisses Brauhaus (Munich). En este local que aloja el restaurante de la Schneider Weisse, en pleno centro de Munich, fue donde nos dimos uno de los mejores ágapes de todo el viaje. Por ambiente, comida y cervezas, posiblemente una de las cinco mejores experiencias.

Tremendo este plato cocinado con Schneider Aventinus...

- Spezial (Bamberg). Schlenkerla se lleva casi siempre la palma al hablar de rauchbier, pero esta pequeña cervecera y su restaurante en Bamberg, merecen como poco recibir los mismos halagos si no más…

- Gänstaller (cerca de Bamberg). Cervezas buenísimas, ambiente auténtico sin nada de turisteo, comida de dioses, trato familiar… Como diría aquel, un local TOP!

- Augustiner Bräustüberl (Munich). El restaurante que Augustiner tiene pegado a la mismísima fábrica. Oler a mosto y a lúpulo en un local situado a pocos minutos del centro de Munich mientras comes copiosas raciones en mesas comunales con gente ataviada con ropajes tan sugerentes como también estrafalarios es algo que recomendaría mil y una veces.

Para qué complicarse con los exteriores teniendo lo que hay dentro...

- Landbierparadies (Nürnberg). Posiblemente la mejor tienda de Baviera, especializada en elaboraciones franconas, prácticamente ninguna conocida por estos lares y con un personal amable y dispuesto a recomendarte ante una vastísima oferta. Ah, y los precios, como en Alemania en general, por los suelos…

- Abadía de Weltenburg. Por las deliciosas cervezas, la belleza del entorno, la paz que se respira, la comida… Sin duda entre Weihenstephan, Ettal, Andechs y alguna más, esta es la abadía cervecera donde mejor lo pasamos.

- Hopfenland. Poner los pies en la tierra sagrada del lúpulo alemán es una experiencia inolvidable.


Más allá de la cerveza…

Como no solo de cerveza vive el hombre, aquí van algunos sitios con encanto que nos gustaron mucho.

- Munich. Esta ciudad tiene algo especial, quizás porque el nivel de turismo no sea tan grande como en otras ciudades europeas, o por su enorme calidad de vida, su seguridad… Aunque ya la conocíamos de otro viaje, callejear por su centro y visitar sus preciosas iglesias es una delicia. Y para cuando estás harto de tanto turismo o quieres montarte un picnic, es una gozada poder tener a dos pasos del centro un jardín como el Englischer Garten, un remanso de paz gigantesco.

- Mittenwald y lago Eibsee. Por el sur de Baviera todo transcurre a otro ritmo, y tanto por la belleza de sus casas y pueblos, como por los maravillosos parajes que los rodean, este enclave es de auténtico cuento.

- Berchstesgaden y Königsee. Esta región situada en el extremo sureste de Baviera, rodeada por Austria, es una preciosidad. Para los adeptos de la historia, aquí esta el famoso nido de águilas en el que veraneaba Hitler. Para quienes gusten de la naturaleza, este lago gigantesco tiene varias rutillas para hacer senderismo. Una región para quedarse una semana entera sin salir de ella.

- Nürnberg. Una de las más gratas sorpresas del viaje ya que siendo la segunda ciudad en habitantes de toda Baviera, no imaginaba encontrarme con un ambiente tan acogedor y un centro histórico tan bello. Además, tendréis que visitar esta ciudad si queréis comer las mejores salchichas de toda Baviera.



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Por si hay alguien que se haya perdido con tanta entrada, aquí va un resumen con los enlaces:
1. München. Hirschgarten, Weisses Brauhaus, Augustiner, Hofbräuhaus, Ayinger, Löwenbräu, Getränke Oase…
2. Nürnberg. Landbierparadies, Hütt’n, Alstadthof Hausbrauerei, Goldenes Posthorn, Café Wanderer…
3. Salzburgo. Stieglkeller, Urban Keller…
4. Regensburg. Spitalbrauerei, Historische Würstküche, Kneitinger Brauerei, Furstliches Brauhaus, Getränkemarkt Frizzz… 
6. Bamberg. Schlenkerla, Ambräusianum, Klosterbräu, Spezial, Fäsla…

Y esto ha sido todo. Espero que hayáis disfrutado leyendo las entradas ni que sea una décima parte de lo que yo lo he hecho rememorándolas. Ahora os animo a todos a que os escapéis a Munich o cualquier otro punto de Baviera ya que no hay nada como verlo in situ para daros cuenta de la grandeza en todos los sentidos de esta región. Y por último solo me queda dar las gracias a Diego por aguantarnos todo ese tiempo, por darnos cobijo y por las cervezas y momentos compartidos. Sin ti, todo esto no habría sido lo mismo.


Prost!

Arqueología cervecera etrusca. Entre yankies e italianos anda la cosa…


Aún tengo muy verdes las entradas de la escapada a Roma pero aún así hoy quiero compartir un post sobre una de las cervezas más curiosas que tomamos ese fin de semana. Hablo de Archeobirra Etrusca, una "cerveza" a la que le seguía el rastro desde que saliera al mercado en diciembre de 2012, una colaboración a tres bandas entre la estadounidense Dogfish Head, y las italianas Birra del Borgo y Baladin, que cada cual llamó de un modo: Birra Etrusca (DFH), ArcheoBirra Etrusca (BdB) y Etrusca (Baladin).

Botellas de B. del Borgo, Baladin y Dogfish Head.

En marzo de 2012 Sam Calagione viajó a Roma con Patrick McGovern, arqueólogo e investigador con quien ha desarrollado la mayoría de sus Ancient Ales (serie de la que os hablé por aquí). Allí se reunieron con Leo di Vincenzo (Birra del Borgo) y Teo Musso(Baladin) con quienes hablaron de la posibilidad de recrear las bebidas fermentadas que supuestamente habrían contenido unas vasijas de 2800 años de antigüedad encontradas en unas tumbas etruscas en diferentes puntos de Italia.

Con las conclusiones extraídas elaboraron una bebida con cebada malteada de dos carreras o hileras (os lo dejo a vuestra elección…) y una variedad de trigo italiano muy antigua, además de harina de avellana, granadas, miel (de castaño y de flores silvestres), uvas pasas, raíz de genciana, resina de mirra... Un batiburrillo como para no aburrirse.

Los implicados en el proyecto.
Foto tomada del blog de B. del Borgo.

Para añadir más complejidad todavía Dogfish fermentó su lote en un recipiente de bronce, Baladin en barricas de madera y Birra del Borgo en ánforas de terracota. Finalmente utilizaron una cepa de levadura muy antigua (de unos 1500 años) proporcionada por el profesor Duccio Cavalieri, del centro de investigación Emund Mach en San Michele all'Adige.

Ánfora en la cual fermentó la cerveza B. del Borgo.
Foto tomada de aquí.

Con todo lo dicho anteriormente podéis imaginar la ilusión que me hizo encontrarla en una tienda de Roma así que para disfrutarla como merecía, una cerveza con tanta historia (y bastante cara, todo hay que decirlo…) había que tomarla en un lugar también emblemático por lo que elegimos los alrededores del Coliseo.


En cuanto a la cerveza (por llamarla de algún modo) a penas formaba espuma y ésta rapidísimamente desaparecía, ofreciendo un color naranja intenso y una viva carbonatación. En nariz destacaban recuerdos ácidos y al mismo tiempo dulzones como de miel, fruta y también de fondo frutos secos, un punto herbal y especiado. Realmente peculiar. En boca poseía bastante carbonatación, la cual cortaba una sensación inicial algo densa que recordaba a un mosto dulce, aunque rápidamente hacía su presencia una marcada acidez, recuerdos a limón, manzana, pera, algo terrosos y especiados también pero que no sabría definir muy bien y un final bastante seco. En conclusión, una Sour Ale muy peculiar, muy refrescante y compleja que merece la pena probar aunque por el precio hay muchas otras "sour" más asequibles y también muy interesantes.

Aún asumiendo que es más que posible que los etruscos no bebieran exactamente esta bebida, el solo hecho disfrutar de un pequeño sorbo de historia mientras admirábamos el Coliseo es una sensación difícil de describir y de la que guardo un muy buen recuerdo.

Viaje por Baviera (9): Oberland, Ettal y Mittenwald.


Hoy quiero compartir con vosotros la penúltima entrada (me parece escuchar de fondo unos cuantos resoplidos de alivio... ;-) ) del viaje a Baviera del pasado verano. Y es que aunque en primera instancia quería unir el contenido de este post con el anterior, ya que la visita a la abadía de Ettal no tenía mucha chicha por ella misma, lo cierto es que tanto por el entorno que lo rodeaba como por los numerosos atractivos de la zona he creído mejor separarlo y montar un post individual para que así quien quiera montarse una excursión de un día al sur de Baviera tal y como hicimos nosotros lo pueda hacer, aunque esto signifique publicar un post menos cervecero de lo habitual.

Estuvimos de excursión varios días el sur bávaro pero hoy únicamente me quiero centrar en la visita que hicimos un 23 de julio por el Oberland, en el sur de la región de Alta Baviera (Oberbayern), concretamente por los distritos de Weilheim-Schongau y Garmisch-Partekirchen. Aquí se encuentran dos pueblecitos de cuento, Oberammergau y Mittenwald, rodeados ambos por bellos prados oteados a su vez por las omnipresentes cumbres nevadas alpinas, y todo ello atravesado por la maravillosa Alpenstrasse, la carretera que discurre por los alpes bávaros y que hace las delicias de quienes amamos conducir (aunque no tengamos un BMW cono en el anuncio... ;) ). Y lo mejor es que este edén también tiene varios atractivos cerveceros pero para conocerlos deberéis seguir leyendo.

Mapa tomado y modificado de aquí.

Tras travesar prácticamente toda la región de Alta Baviera llegamos a nuestro primer destino del día, la Wieskirche, una iglesia en medio de bonitas praderas onduladas (de hecho en alemán significa precisamente “iglesia en la pradera”) y cuyo título de Patrimonio de la Humanidad atrae, y merecidamente, a numerosos visitantes.

Si esto os gusta, los interiores son aún mejores…

Tras contemplar sus maravillosos interiores rococó proseguimos hasta un pequeño pueblecito llamado Oberammergau, ya en el distrito de Garmisch-Partekirchen, ya que los maravillosos lüftlmalerei, los frescos que adornan las fachadas de numerosas casas, merecían mucho la pena.


Un paseo tranquilo por sus calles de buena mañana y cuando las previsibles hordas de turistas aún no habían llegado fue algo realmente placentero, pero si a esa visita matutina le sumáis comer cualquier delicia de la primera bäckerei que os encontréis, el gozo se multiplica exponencialmente.

 Ya sé donde quiero retirarme de mayor...

Tras recorrer el pueblo de punta a punta proseguimos nuestra escapada para llegar a Ettal, donde nos esperaba el primer destino cervecero del día, la Klosterbrauerei Ettal. Pero antes de nada tocaba visitar la abadía que da nombre a la cervecería y donde moran los monjes cerveceros.

Siempre da gusto ver tanta variedad a la entrada de un pueblo…
Por fuera...

... y por dentro.

Tras la visita nos fuimos al Klosterbräu Restaurant, donde nos dimos un buen homenaje regado con sus cervezas, una de las razones por las que quisimos montar una ruta por estos lares. Empezamos pidiendo Benediktiner, una weiss servida de barril bastante más maltosa de lo habitual, con un punto cítrico y un ligero amargor como contrapunto. Seguimos con una Pils refrescante, ligeramente herbal y un punto amargo, y su Dunkel, también de barril, con muy buen aroma, acaramelada, ligero toffee y regaliz así como algo herbal.


Terminamos con su Doppelbock esta vez en botella, cerveza valorada en Ratebeer con un sorprendente 98, algo que para nada es habitual entre las alemanas. En este caso ofrecía los esperables recuerdos a caramelo y también caramelo quemado, un punto de café, con una entrada aparentemente liviana pero que fue de menos a más a medida que tomaba temperatura. De esas cervezas que con un sorbo podría pasar desapercibida pero que con tragos consecutivos revela su auténtica grandeza. Por ponerle un pero, quizás el punto excesivo de carbonatación.

Rica doppelbock...

Maravillosa esta ternera (Münchner Tellerfleisch)
con salsa de rábano picante.

En este punto teníamos dos opciones, o bien continuar hacia el suroeste y visitar el Schloss Linderhof (uno de los palacios del “demente” Luis II) o bien seguir hacia el sur hasta Mittenwald, y como de iglesias y palacios ya íbamos bien servidos nos decantamos por la segunda opción.

Así que después de travesar numerosos y bucólicos valles llegamos por fin a Mittenwald, un pequeño pueblecito fronterizo con Austria, enclavado en medio de montañas y de bosques como bien desvela su nombre.

Aunque no es ni de lejos una de sus mejores calles,
me gusta este rincón con los Alpes de fondo…

Aquí tuvimos una de esas revelaciones maravillosas que todo viajero espera encontrar y que dan un aire especial a todo viaje, y es que en este lugar parecía haberse detenido el tiempo. Más allá de las bellísimas casas, adornadas con mayor cantidad de lüftlmalerei si cabe que en Oberammergau (aunque por lo visto en este último son de mayor calidad…), el ambiente de cuento era verdaderamente cautivador, pese al turismo. El perfecto lugar para irse a vivir y desconectar del mundanal ruido de las ciudades.

Tras pasear de nuevo por sus laberínticas calles llegamos al segundo destino cervecero del día, la Brauerei Mittenwald, en la salida sur del pueblo y a menos de 500 metros de Austria.


Alojado en uno de esos típicos edificios de montaña hechos con piedra, pizarra y sobretodo mucha madera por dentro y por fuera, se situaba el Post Keller, un restaurante pegado a la fábrica de cerveza y único lugar donde por lo visto sirven sus cervezas sin filtrar.

Pedimos primeramente su Leichtes (light), una rubia ligerita que nos sorprendió muy gratamente ya que de normal todas las light me suelen generar pavor, así que cumplió sobradamente la función de refrescar el gaznate con un lúpulo herbal bastante marcado. Seguidamente probamos una Kellerbier bastante atípica, ni muy turbia ni demasiado cerealosa y nuevamente bastante subida de lúpulo. Terminamos con una Märzen, acarameladita pero nada empalagosa nuevamente por el destacable lúpulo cítrico y herbal. Tres cervezas muy bebibles que sin ser sobresalientes tampoco se les puede echar mucho en falta para disfrutarlas.

Leichtes, Keller y Märzen.

Tras terminarnos la Märzen fuimos a una pequeña tiendecita de la fábrica situada en un lateral entre el restaurante y la cervecería. Aquí compramos numerosas botellas de su amplio portafolio a un “carísimo” precio de entre 0,65 y 0,80 euros la botella de 50cl. Ver para creer, como en cualquier getränkemarktalemán.

En este punto teníamos previsto disfrutar de un pequeño sendero en una garganta llamada Partnachklamm que empieza cerca de las famosas pistas de esquí de Garmisch-Partekirchen y que discurre por dentro de la montaña aprovechando el camino excavado por el río, pero desgraciadamente algo así como una tendinitis que me estuvo atormentando un pie durante gran parte del viaje impidió la rutilla. Así que improvisamos y nos fuimos a nadar al Eibsee, un lago glaciar situado a 1000 metros de altura, a los pies de la montaña más alta de toda Alemania, el Zugspitze. Y en este maravilloso enclave natural nos improvisamos un picnic a media tarde con unas cervecitas que llevábamos en la neverita del coche, cerrando así una jornada menos intensa en lo cervecero que otras anteriores pero que disfrutamos enormemente.


Entrevista a Antonio Bravo.


Después de semana y media de desconexión hoy volvemos a la carga con una entrevista a alguien que creo que puede aportarnos un punto de vista algo distinto ya que, estando metido de lleno en el mundo cervecero tanto a nivel de consumidor como a nivel profesional, su labor no es algo de lo que se hable frecuentemente en los círculos cerveceros. Me refiero, como bien revela el título del post, a Antonio Bravo, ilustrador malagueño que todos conocemos por sus geniales diseños para la cervecera navarra Naparbier. Sin más, espero que os resulte interesante.

¿Quién es Antonio Bravo y qué relación tenías con la cerveza antes de empezar con el diseño de etiquetas?

Llevo dibujando desde que tengo uso de razón, pero el paso para que la afición se convirtiera en algo más fue cuando estudié ilustración en la escuela de arte de Málaga, durante dos años. Sin embargo casi todo lo que he aprendido es de forma autodidacta.

En cuanto a mi historia con la cerveza, el gusto por probar cosas distintas viene desde que empecé a beber cerveza. Hace mucho tiempo, lo que hacía era ir al Corte Inglés, comprar lo que no se solía ver en los bares, juntarme con un amigo y probarlo todo. Hasta que un día ya no había nada nuevo que probar y ahí es donde entra Gabriel de Zombier en la ecuación. Cuando unos amigos me dijeron que habían abierto una tienda de cervezas “raras” en Málaga, acudí. Así poco a poco empecé a beber cosas artesanales y a descubrir que había un mundo bastante más grande (y sabroso) que el que ofrecían los hipermercados. Con el paso del tiempo se fue labrando la amistad, hasta que un día le pregunté si conocía alguna cervecera que necesitara alguien que diseñara sus etiquetas. Dio la casualidad que por aquel entonces ya se estaba gestando la creación de la cerveza “Zombreaker” de Naparbier para celebrar el primer año de existencia de Zombier. Así que como Gabriel había visto dibujos míos y le gustaba mi estilo “cadavericotentacular”, les comentó que yo iba hacer la etiqueta de la cerveza para su aniversario. Al parecer el diseño gustó bastante, por lo que confiaron en mí para hacer la etiqueta para la “Pumpkin Tzar” que creo que les gustó incluso más. Al poco tiempo llegaron “Undead”, “Sai”...

Naparbier Sai Saison.

¿Cómo suele ser tu rutina habitual ante un nuevo proyecto? ¿Normalmente te cuentan lo que quieren plasmar en la etiqueta o tienes manga ancha?

Normalmente al hacer una etiqueta esta pasa por tres fases. Una fase de documentación sobre el producto viendo cosas que ya se hayan hecho antes sobre ese estilo, particularidades de fabricación, etc. Posteriormente pasa por una fase de bocetos en la cual se elige el definitivo, y por último ponerme directamente manos a la masa. La verdad es que no lo complico mucho.

¿Cuánto tiempo de media te suele costar el diseño de una etiqueta?

Depende del diseño de la etiqueta. Por ejemplo unas de las que más trabajo me han dado han sido “Pumpkin Tzar” y “Gronne Straff” la etiqueta de la colaboración con Lervig, con una semana y pico. La que menos no te lo digo jejeje.

Colaboración de Naparbier con Lervig.

¿En algún caso el diseño de alguna etiqueta ha modificado el contenido de la cerveza que iba a envolver?

La verdad es que no. En ese sentido creo que es mejor que Juan haga su magia sin tener en cuenta lo que haga yo. Sin embargo si alguna vez un diseño mío hace que el contenido cambie de alguna manera, me sentiré muy orgulloso jejeje.

¿Cuál es el reto más difícil al que te has tenido que enfrontar hasta ahora?

La etiqueta para la colaboración con Nøgne Ø. Esa etiqueta tiene historia. Digamos que tuve que rediseñar la etiqueta en muy poco tiempo y además dio la casualidad que en ese momento pasé por  una época de poca inspiración, por lo que tuve que recurrir a mucha gente para que me dieran ideas sobre que hacer (Pau, ejem). El resto no me suponen un reto muy difícil, ya que tengo libertad a la hora de diseñar, planteo temáticas que controlo o me gustan mucho, aunque siempre está guay plantearte retos y probar cosas que nunca haya probado antes. 

Colaboración de Naparbier con Nogne

Por lo que hemos podido ver en las etiquetas que has diseñado hasta el momento, sueles moverte en una temática bastante oscura así que ¿podemos considerarlo tu sello o en realidad hay otra línea de ilustraciones que te gustaría explotar?

Realmente me considero bastante versátil a la hora de ilustrar, pero es cierto que esa temática oscura es lo que mas me gusta y divierte dibujar, por lo tanto intento trasladarlo a mi trabajo. En Naparbier parece que ha encajado perfecto y se ha creado una imagen de marca bastante reconocible, pero evidentemente estaría bien probar otros estilos.

Para Naparbier suelo hacer dos tipos de ilustraciones: una que tiene bastante trabajo de línea (Undead, Hopdoom, Blackrock, o las cervezas básicas) y otra más pictóricas (Sai, Aker, Black Rain...), pero está claro que me gustaría probar a hacer algo completamente distinto. También el problema es que cuando creas una imagen de marca tan clara es difícil a veces desviarte del tema y que siga manteniendo esa identidad. Para mí la imagen de Naparbier debería de ser esa (calaveras, animales y paisajes) y que la gente siga reconociendo la marca por ella. Podría probar cosas nuevas quizá con otra marca de cerveza o en un formato distinto. Las colaboraciones con otras cerveceras también son excusas perfectas para probar cosas distintas y salirme del estilo clásico de la marca.


A día de hoy todos te relacionamos con Naparbier pero ¿hay alguna otra cervecera, de aquí o internacional, a la que te gustaría diseñarle alguna etiqueta?

Uff está claro que sí, ¡si fuera por mí yo les hacía etiquetas a todo el mundo! Estoy abierto a ofertas de trabajo jajaja!! Ya hablando del ámbito internacional y de la fantasía, uno de mis grandes referentes como marca a imitar en cuanto a diseño e ilustración se refiere es Three Floyds, por lo que me encantaría hacer una ilustración para ellos. “Dark Lord”, “Zombie Dust” y “Artic Panzer” son para mí ejemplos perfectos de cómo debe de ser una etiqueta para una cerveza (según mis gustos personales, claro). La temática marina de Ballast Point también me gusta mucho. Después por amor incondicional a la marca, me gustaría hacer algún trabajo para De Struise Brouwers, ya que aparte de ser unos pedazos de máquinas haciendo cerveza también usan calaveras jejeje!


¿Cuál es la etiqueta de Naparbier de la que más orgulloso te sientes y por otro lado cuál crees que refleja mejor el contenido de la botella?

La verdad que estoy bastante orgulloso de todas, pero para mí “The Hoptopus from outer space” tiene un encanto especial. Por una lado, la temática y estética de revista pulp es algo que me flipa y por otro es una cerveza de la que Gabriel y yo estuvimos hablando de cachondeo y dando vueltas bastante tiempo por lo que le tengo bastante cariño. Aparte es una ilustración en la que barajé muchos diseños diferentes y finalmente salió tal y como yo quería.

Colaboración entre Naparbier y Zombier.

Por otro lado la que yo creo que refleja mejor el contenido es sin duda la etiqueta de la “ZZ+”. Los tonos rojos haciendo referencia al estilo de la cerveza, la calavera rollo ZZ Top, la tipografía de la cerveza... Para mi es la más redonda de todas y creo que encaja perfecto con lo que viene en su interior. Ya antes según mi modesta opinión era de las mejores cervezas de España, ahora creo que he ayudado a hacerla incluso un poquito mejor.

Naparbier ZZ+ Amber Ale.

Y sobre gustos pero mirando a la competencia, ¿qué cervezas de aquí te parecen destacables por sus etiquetas?

Las etiquetas de Dougall´s me parecen que destacan bastante. Tienen un diseño muy moderno llevado con mucha clase. Además no descartan probar variaciones (Invierno, Hermosa o Haití) que no tienen nada que ver con el diseño de su línea básica.

Al margen del diseño y mirando las temáticas usadas, me gustan mucho las etiquetas de Reptilian, por el uso de reptiles (valga la redundancia) o su “Heretic” (que es mas heavy que una lluvia de hachas) y la de Popaire que usan un pulpo, por lo que no tiene ningún pero y solo puede sumarle puntos jejeje!

¿En general cómo ves el tema del diseño en las microcerveceras peninsulares?

Que conste que hablo desde mi gusto personal, ya que a alguien un diseño le puede parecer genial y a otro una autentica porquería. Pero en general me parece que el diseño está bastante descuidado en las micro españolas. Según mi gusto personal a veces se peca de clásico a la hora de hacer etiquetas, por lo que no se consigue destacar dentro de la enorme marabunta de cerveceras que hay en España y mucho menos en el extranjero. Aunque es cierto que el diseño de la etiqueta es algo secundario y que lo importante es la cerveza en sí, hay que tener en cuenta que un diseño llamativo, original y de calidad que destaque entre el resto potencia enormemente el hecho de que una persona la coja de una estantería en lugar de otra. Eso es algo que a veces no se tiene en cuenta y que creo que es algo que se debe mejorar.

Naparbier IV Beer - Riders.

No digo yo que todas las etiquetas deban de tener dibujos súper llamativos o complejos (ya mencioné antes los diseños de Dougall´s) pero si crear algo que destaque sobre el resto y automáticamente sea reconocible (De Molen, The Kernel o Brewdog son ejemplos perfectos). Mi enfoque de Naparbier se basa únicamente en mi gusto por lo macarra, el metal y el enfoque de diseño anárquico de Three Floyds; pero podría haber tenido cualquier otro que hubiera conseguido crear esa imagen totalmente reconocible y única que yo creo que debe tener una cervecera.

Más allá del diseño, ¿cómo ves el panorama cervecero en la península?

Depende del ámbito del que estemos hablando. Si hablamos del número de tiendas, bares o establecimientos donde conseguir o probar cervezas artesanas la cosa ha mejorado mucho en los últimos años. Por ejemplo aquí en Málaga en pocos meses han abierto cuatro locales distintos en los que se puede degustar cervezas artesanas, cuando hasta hace un año solo había un local y está en Torremolinos, por lo que había que desplazarse lejos. Tengo entendido que en muchas ciudades ha ocurrido un fenómeno similar, por lo que la accesibilidad a la cerveza artesana es mayor que hace unos años.

Por otro lado si hablamos de la calidad del producto ofrecido por las micros españolas, creo que aun queda bastante camino para llegar al nivel de otros países, aunque hay ejemplos  de cerveceras españolas que a mi parecer hacen productos de excelente calidad, por ejemplo Guinea Pigs, Dougalls, Naparbier, entre otros. Creo que en general las cerveceras españolas deben diversificar sus productos y alejarse de los clásicos estilos, pale ale e IPA y buscar un poco mas de identidad propia.


Y para terminar, ¿algún secretillo de algún proyecto que tengas entre manos y que medio nos puedas desvelar?

No es un secreto que Naparbier ha hecho una colaboración con Toccalmatto, pero creo que la etiqueta que he hecho para esa cerveza va a sorprender bastante, porque se aleja extremadamente de mi estilo habitual. Como la gente ha podido ver, Naparbier está haciendo múltiple colaboraciones con cerveceras internacionales y creo que algunas de ellas van a sorprender todavía más.

Y solo me queda agradecer a Antonio todo su tiempo y sobretodo todo su arte. ¡Nos vemos muy pronto, maestro!