Thudor Pópovich



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Nuestro corresponsal deportivo se encuentra en el Mediterraneo festejando la reelección de Joseph Blater en la FIFA, subido a un Metrobús suizo, mientras la selección mayor desafiaba sus propios límites frente al equipo de Polonia.

Campo de juego sigue en el zeppelin


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Campo de juego continua sobrevolando en el zeppelin de Vanina Oneto, y encuentra una carabana de intendentes del conurbano que llevan a un pequeño Daniel Scioli en brazos de Julio Pereyra, y luego se va a la quinta de Olivos donde Máximo Kirchner imita un pavo real, mientras Kanibal Fernández intenta romper una pared de ladrillos.

Campo de juego desde un zeppelin


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El hombre fuerte de la TV Pública recorre el país en un zeppelín prestado por Vanina Oneto, mientras esquiva las nubes de ceniza volcánica, y relata la entrada de Filmus y Tomada a un local partidario, para luego adentrarse en los rituales de la Coalición Cívica y su lider carismática.

Dario Aranda y el monocultivo de árboles


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Hablamos con Dario Aranda, periodista y autor del libro Argentina originaria, sobre el crecimiento del monocultivo de árboles en Argentina, y particularmente en Misiones, y cómo la lucha de productores independientes y comunidades indígenas impide el avance de esta actividad sobre sus tierras.

Bienvenida Reina Luisa...........ZAPATA VIVE







Art by Rolando Pulido

Chuck Norris se suma al tren fantasma de Ricardito


Era mediodía cuando sonó el teléfono. Unos minutos antes Chuck Norris se encontraba en calzoncillos, con sombrero de cowboy y botas tejanas, viendo qué hacer con media zanahoria, dos cebollas y un yogur vencido. Resopló y se dijo a sí mismo que todo muy lindo con los pibes de la revista Cabildo, pero la próxima vez que lo visiten por lo menos van a tener que pagar las cervezas si no quieren ligarse una catarata de patadas al pecho.
Ofuscado, caminó hasta el cuarto de armas, encontró la perilla de la luz y de pronto los paneles del techo se encendieron de dos en dos, hasta cubrir toda la habitación. Apenas entró supo que la ballesta lo estaría esperando en la novena vitrina; la agarró, salió al patio de su casa de San Miguel, en calzones y botas, se puso el arma al hombro y por ahí apareció un gorrión desprevenido que quedó incrustado contra las rejas, con una flecha que le había regalado unos días antes su amigo Aldo.
Exultante, sintió que era un buen momento para escuchar los grandes éxitos de Ricky Maravilla; podía poner veinticinco veces seguidas la canción “La bomba-chita” sin perderle el gusto. Entonces, se puso a desplumar el gorrión en una olla de agua hirviendo, mientras calentaba el aceite y picaba la cebolla con el mismo cuchillo que usó en sus ciento cuarenta películas sobre Vietnam. Cuando ya había trozado el gorrión y estaba poniéndolo con la cebolla y el puré de tomate, escuchó el teléfono en el comedor, bajó la llama y atendió; era el hijo de Alfonsín que tartamudeaba de lo lindo y parecía querer decirle que se sumara a su tren republicano.
Richard le explicó que no quería generar otro mostro de la centro izquierda, como pasó con la Alianza y que los deje al borde de veinte años más de kirchnerismo. Por eso pensaba que lo mejor era tirarse bien a la derecha, y ahí entraba él, el mismísimo Chuck Norris, como ministro de Seguridad. Chuck recordó su reunión con el Pibe Cabeza y su amigo Aldo, pero supo que el Gran Manzanero no llegaría ni a rasguñar el cuarto lugar en octubre. En cambio, el hijo de Alfonsín, con un poco de suerte, si la señora del muerto no se presenta, podría llegar al sillón de Rivadavía y él podría cargarse a todos los pacochorros, rockandchorros, y montoniños argentinos con tal que le dejen usar una de sus ametralladoras.
Estaba escuchando atentamente el monólogo del radical, a la vez que veía por la cortina de la ventana principal que unos pebetes hacían rebotar una pelota embarrada en su vereda, y en eso empezó a sentir que se le quemaba el tuco de gorrión. Apuró el final de la llamada con un “Ok, ok, Richard, quedamos así”, y se fue para la cocina que estaba llena de humo, mientras de fondo sonaba “Cuidado con la Bomba Chita...cuidado con la bomba chita”. Apagó la hornalla, vio al gorrión recontra achicharrado, y se calentó para el carajo. Agarró el mango de la olla, y como si fuera David Galbandian con su raqueta, la reboleó por el piso y de sobre pique le pegó una patada giratoria que la mandó a la casa del vecino.

Breves del deporte


Por Marcelinho Palacios

Escrache a Batista
Un grupo de 5.400 militantes de la Cámpora están organizando vía facebook un escupitajo masivo a la casa de Serrucho Batista. El Guardiola argentino declaró que seguirá firme a sus convicciones y no citará al goleador de Huracán Javier Campora. “No puedo convocar a un tipo que está bajando de categoría, me importa un carajo quien fue su tío. Yo no cambio de ideas a no ser que me apreten un poquito por twitter y ahí si aflojo¨, explicó el empleado de la Ferretería “Todo Pasa” de Sarandí.

Ginobilli en guerra
-Manu Ginobilli le declaró la guerra al ex motonauta Daniel Scioli por no arrancar las obras para construir el estadio de Bahía Blanca. “Parece que los planos del estadio vienen en un bote, el tema es que tarda mucho porque Daniel rema y siempre está en el mismo lugar”, declaró en una nota que dio al diario The Bahía Times. Por su parte el hombre naranja se llamó a silencio ya que dijo estar muy ocupado llamando a Bono para saber si le gustó el perfume que le regalo Karina.

Chorean metrobus
La barra de Atlanta se afanó un metrobus. El hecho ocurrió ayer cuando el grupo de violentos conocido como La Cueva tomó el interno 2 del moderno transporte y desvió el recorrido para hacer las tres cuadras que separan la avenida Juan B. Justo de su estadio. Los hinchas del bohemio, entre los cuales se destacaban un primo adoptado de Sergio Bergman y una ex novia del Gordo Fasito, desplegaron una bandera en la popular local en la cual pedían que la estación Juan B. Justo se llame Hermanos Soriano.