And the songs get louder each one better than before

Vaya semanita de curro me he pegado. Este trabajo mío es así, hay días que vas a currar y de todo lo que haces, lo que más se parece a trabajar es tomar cafés con los compañeros. Y hay otros en los que tienes hasta que racionar las veces que vas al baño.
Estoy muerta de cansancio pero contenta. Cuando bajaba en el ascensor iba un poco de mala leche, yo había planeado la tarde de otra manera y si hay algo que no soporto es cambiar de planes. Pero luego llegué a la calle y hacía sol. Y me alegró el día.
Es genial que encuentres cositas pequeñas que te saquen una sonrisa. Esta canción me da muy buen rollo.



And you're singing the songs
Thinking this is the life
And you wake up in the morning and you're head feels twice the size
Where you gonna go? Where you gonna go?
Where you gonna sleep tonight?
Amy MacDonald

Tonigh en Madrid pero tomorrow... tomorrow en Barcelona with you...
(Parezco un anuncio de vueling)

Volando en una brisa de trompetas

Todo está conectado. Lo mejor y lo peor de mi vida ha llegado por casualidad.
De alguna forma me siento así, eso fue lo que pasó por mi cabeza el viernes. Mientras estaba envuelta en un música especial recordé la historia del maestro zen, que escuché hace tiempo en una película:

Al cumplir los 14, a un niño le regalan un caballo. Y todo el pueblo exclama: "¡Excelente!"
El maestro zen dice: "Veremos". Tiempo después, el niño se cae del caballo, se quiebra la pierna... y todos dicen: "¡Qué terrible!" El maestro zen dice: "Veremos". Luego empieza la guerra... pero el niño es inválido y no tiene que ir. Todos dicen: "¡Estupendo!"
... Y el maestro zen dice: "Veremos".

La película (La Guerra de Charlie Wilson) no me gustó mucho, pero me pareció que la historia estaba bien elegida.



Que si el azar nos va empujando hasta el final
Solo habrá casualidad

La casualidad
Nos va a alcanzar
Nos va a salvar
Y a matar
Iván Ferreiro

Y ahora parezco mi caricatura

Me gustó más el lunes de pascua del año pasado. Aunque lo que de verdad fue mejor fue el domingo, cuando llegamos y nos topamos de morros con que habían sacado a pasear a la Virgen. Y nosotras en el coche y pensando dónde lo íbamos a meter, eso sí, con una música puesta que parecía que estaba hecho a propósito. O cuando nos bajamos del coche y tuvimos que atravesar la procesión con las maletas porque nuestro hotel estaba al otro lado del mogollón. Fue divertido ver a la Virgen bailando de un lado a otro mientras nevaba y arrastrábamos la maleta diciendo "uy, perdón".
Fue mejor que ayer, sí, que lo dediqué a ir de visita médica. No me gustan los médicos. No me gusta ir, pero tampoco me gustan mucho ellos. Te miran desde su posición, como tres palmos por encima de la tuya. Y algunos se permiten ser condescendientes o hablarte como si fueras tonta. Y ahí vas tú, a contarles lo que te pasa, medio muerta de miedo.
Ayer fui a ver a mi doctora de cabecera, que está reñida conmigo porque he ido a un especialista por mi cuenta. Fui a ver si hacíamos las paces. A mí me parece muy bien que no le guste la sanidad privada, a mí tampoco me gusta tener que usarla y si la pública no fuera un desastre, os aseguro que no habría ido. Creo en el sistema público, creo que las cosas necesarias tienen que ser gratuitas y accesibles para todo el mundo. Pero también creo que mi salud me importa mucho y que si la seguridad social se hace la remolona para hacerme pruebas, voy a hacérmelas yo. Que le parece mal a la señora, pues lo siento. Me fastidió que quisiera quedar por encima del especialista, no sé si ella será mejor médico pero desde luego mucho empeño conmigo no ha puesto, al menos el privado me ha dado un tratamiento, que según ella no está probado y no sirve para nada… pues no lo sé, habrá que verlo, me parece mejor opción que esperarse a ver cómo evoluciona.
Así que después de decirme que mi tratamiento era una mierda y que no iba a suponer ninguna mejora, le pregunté qué proponía ella, qué narices cree que me pasa. Así que empezó a darle vueltas y debió pensar que era el momento de demostrar que los médicos públicos también saben palabras raras. Así que me soltó un nombre extrañísimo para mí (hasta ayer, claro, que ya me he hecho una experta en el tema), le dije que no sabía qué era y me dice que claro, que es muy poco frecuente (1 entre 3000 ó 5000 pacientes, dependiendo de la página de Internet donde mires, aunque ella no se sabía las cifras). Me dijo que había algunos síntomas que cuadraban con los míos, que no era nada probable pero… que ella tenía un presentimiento. Vaya, después de que no me hizo ni caso la última vez que fui a verla para contarle lo mismo, ahora parece que ya le interesa. Ahora vamos a jugar a ser House, a ver cuándo viene la rubita mona a hacerme unas pruebas.
Lo que más me molestó es la cara que se le puso cuando dijo lo de "su pálpito", con los ojos brillando, como si desease que fuera así. Estaría chulo, eh: una enfermedad rarísima, una tía que se trata por el seguro privado y va la doctora de cabecera y se lo detecta así, de repente. Sería un puntazo. Eso es lo que le importa de esta historia a ella, tener su minuto de gloria. Aunque su minuto de gloria signifique vete tú a saber qué en mi vida…
Creo que voy a cambiar de médico de cabecera. Ahora además de ser una incompetente ha demostrado ser una gilipollas.

Voy a quedarme con la canción de la Semana Santa pasada, y con el recuerdo de escucharla mientras nos perdíamos entre un montón de gente. ¿Quién dijo que las despedidas eran tristes?.



Y como es cortita, la pongo entera.

Triste está la soledad,
echándonos de menos
sin hablar, sin rechistar.

Riéndonos, riéndonos,
nada puede ser mejor que dos
matándola en silencio.

Por eso es la canción de adiós,
canción que la despides sin llorar,
sin llorar, sin llorar ...
Iván Ferreiro

Por cierto, tomo prestado el título de Sabina, aunque el resto de la canción, de momento, no me aplica...

¿quién me presta una escalera?

Me sobrecoge que escuchando una canción se me pongan los pelos de punta. Me pasa con unas cuantas.
Creo que pocos podrían hacer justicia al poema. Hay que ser un artista para poner música y voz a un poema así y no estropearlo.
Machado impresionante, convirtiendo en himno de ignorantes toda una protesta.

He encontrado un video en youtube con la canción, es una interpretación intersante.




¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
Antonio Machado

A veces unos segundos se conviernten en un barredor de tristezas

Hay cosas que me pasan y ya ni me extraña. Como que planees un viaje cuando ya ha entrado la primavera y descubras que cualquiera de los últimos fines de semana del invierno habría sido más soleado. O que al enano se le ponga el cuerpo del revés justo ese fin de semana. O ir a hacer una visita a un castillo y llegar 5 minutos antes de que lo cierren (y muerta de frío).

Eso y no arrepentirme del viaje, a pesar de todo. Por aquello de volver a sentir esa extraña sensación de pertenencia a algún sitio, sentir que ésta es mi gente y que ésta, más que ninguna otra, soy yo. Por unos minutos pareció que todo era como antes, aunque sé que ya nunca volverá a serlo. Siempre faltará algo, y alguien, sobre todo alguien. Pero esos 5 minutos de risa incontrolada que acabaron con agujetas en la mandíbula me devolvieron a otro tiempo, a cuando las cosas eran mucho más sencillas. Creo que no sabía cuánto echaba de menos esa época. Merece la pena salvarlo.

Yo también quiero invitar a Eduardo, y a Silvio, a ver si me regalan un rabo de nube.


Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

Silvio

Postrestando

Si hay algo que no soporto es que intenten tomarme el pelo. Si no quieres hacer algo no lo hagas, pero no hagas una mierda y digas que mira qué bueno eres…
Que yo no sé por qué me indigno todavía, si ya debería haberme acostumbrado. Estoy ya un poco harta de que el ayuntamiento de Madrid se dedique a hacer más bien poco y venderlo como si hubiera cambiado la ciudad. Pasó con las obras de la M30, que parece que no se había hecho antes otra obra en Madrid, objetivo: terminarlas antes de las elecciones. Aunque fuera a base de horarios interminables, de gente trabajando día y noche, de tener barrios aislados porque todos sus accesos estaban en obras a la vez, a pesar de hacer una chapuza que cada vez que llueve se inunda …
Pasó con el anillo verde ciclista, que encima tardó mil años en hacerse, ahora está bien, si no te dan mucho asco las ratas y si eres capaz de pedalear sin respirar (o careces de sentido del olfato). Que es muy fuerte que pase por un centro de recuperación de aguas fluviales!
Y pasa con todos los centros deportivos municipales que están inaugurando ahora, que de municipales tienen el cartelito de la puerta. Luego la gestión ya es privada, es un buen negocio. El ayuntamiento tiene su propaganda diciendo lo buenos que son y la empresa privada de turno saca el beneficio, así todos contentos el ayuntamiento y sus amigos que se lucran a costa del ciudadano. No quiero decir que haya tramas ni nada, eh, que seguro que se ha hecho un exhaustivo examen de todas las solicitudes y se ha adjudicado al mejor. Por lo que he visto, el negocio es facilito. El ayuntamiento construye los centros deportivos (cargados a los presupuestos que pagamos todos), la gestión la saca a concurso y la adjudica a una empresa, la empresa saca el beneficio de la gente que use sus instalaciones. Muy bien, si es un buen negocio ¿por qué no se lo queda el ayuntamiento? Y es más ¿por qué es un negocio? ¿No se suponía que los centros deportivos municipales estaban para fomentar el deporte y que su coste era el justo y necesario para mantener las instalaciones? Ingenua que es una… aquí todos ganan, todos menos los ciudadanos de turno, pero… mal será que se den cuenta, sólo hay que publicitarlo como nos interesa y en cuando lleguen las elecciones inaugurar y listo, mayoría absoluta otra vez.


Cada día me gusta más "La habitación Roja". Me costó entrar en su música, pero ahora me encanta. La canción en sí no tiene que ver con la historia, pero el estribillo me viene muy bien. Y además, me gusta un montón.





Ilusionistas y magos
somos lo que parecemos,
ése es el problema,
todo son mentiras.

La habitación Roja

Como el calabobos

Cada vez estoy más segura de que las respuestas absolutas son equivocadas y que las correctas suele empezar con un "es que depende", serán mis raíces gallegas que por algún lado tenían que salir. No me gusta la gente que no comenta ni argumenta, que sólo sentencia.
No quiero ni siquiera opinar sobre el tema del aborto, que me parece ya de por sí bastante complejo como para tomarlo a la ligera. Por eso no me parece serio ni responsable jugar con las palabras y hacer demagogia con él. No me parece bien hacer un juicio categórico basado en una verdad absoluta, ah, se me olvidaba que a eso le llaman ellos doctrina.
Si vamos a hacer comparaciones no saques un lince y un niño de dos años muy ternasco, saca un embrión al menos, o saca unas células, ya puestos. No proteger a un niño de dos años es un crimen y está penado y contra eso no he oído ni una voz (parece que se les olvida).
¿Qué les parece si sacamos a un joven de 25 años contagiado de SIDA por no haber usado un condón y lo comparamos con un águila real? Qué quieren, es que alguien le dijo que los tocamientos impuros le iban a dejar ciego…
También podemos hablar del pastizal que se van a gastar en anuncios, que en estos tiempos que corren no sé a cuantos niños desprotegidos se podría alimentar con él.
Vale ya de esa doble moral, de querer imponer sus ideas y de salir a la calle a recortar derechos (o a intentarlo al menos). Basta ya de tanta hipocresía y de creerse con derecho a opinar y sentenciar por todos. Ustedes limítense a sus fieles y dejen que el resto nos pudramos en el infierno cuando llegue el momento.




Y te acosan de por vida
azuzando el miedo,
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú
Serrat