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El glifosato produce defectos congénitos

Univers-Nature


En base a la observación de muchos casos de malformaciones en recién nacidos, malformaciones craneofaciales y del sistema nervioso, en regiones donde se utilizan herbicidas que contienen el principio activo glifosato (1), los científicos argentinos han establecido una correlación entre ambos fenómenos.

Para ello analizaron los efectos de una dilución de 1/5000 de glifosato sobre las larvas de la rana Xenopus laevis.

Publicado en la revista Chemical Research in Toxicolog, los resultados revelan que los embriones presentaban una inusualmente alta cantidad de alteraciones en el desarrollo y la cresta neural cefálica.

Para comprobar estos resultados con concentraciones bajas de herbicidas basados en el glifosato, los científicos están seriamente preocupados frente a los casos de anomalías observadas clínicamente en los niños que viven en las zonas donde la población está expuesta a este tipo de herbicidas utilizados en cultivos transgénicos tolerantes al glifosato.

Basándose en los resultados de este nuevo estudio, MDRGF (2), se exige la aplicación del principio de precaución y la “retirada de la autorización para el uso del herbicida glifosato en el mercado europeo, como medida de prevención contra malformaciones en la población expuesta a este herbicida”.

Cecilia Cassier

  1. Roundup de Monsanto pertenece a este categoría
  2. Movimiento por los Derechos y Respeto por las generaciones Futuras.

Fuente del artículo: http://www.univers-nature.com

A mediados de agosto del 2009 se realizó en el Congreso de la Nación la jornada ‘Observatorio del Glifosato’, convocada por la diputada nacional Julia Argentina Perié y de la que participaron más de 140 representantes de distintas organizaciones. La diputada es autora de un proyecto de ley de prohibición de Glifosato, un agrotóxico acusado de provocar serias discapacidades en distintas poblaciones rurales de todo el país. Pero la tragedia ambiental no termina con esta sustancia y la actividad sojera, son varias las industrias y negocios responsabilizados en todo el país de generar graves discapacidades y malformaciones. ¿Será el área ambiental el nuevo campo de concientización y el gran desafío para las sectores y colectivos de discapacidad?

En un momento histórico donde la ciencia se enfrenta a sus propios límites y los nuevos paradigmas médicos intentan volver a abordar al ser humano como una unidad, sería absurdo pretender escindir al hombre de su ambiente y negar que ambos están atravesados por las mismas problemáticas.
El 11 de agosto del 2009 se llevó adelante en el Congreso de la Nación la jornada “Observatorio del Glifosato”, convocada por la diputada nacional Julia Argentina Perié. En el encuentro participaron más de 140 profesionales y especialistas de distintas organizaciones de todo el país, preocupados por las terribles consecuencias que el uso de agrotóxicos está causando en el ambiente y en los pobladores de las áreas rurales.
La diputada Perié es autora de un proyecto de ley acerca del controvertido herbicida glifosato, acusado de causar serias malformaciones y discapacidades en comunidades rurales de distintas regiones argentinas. Con la convocatoria a este observatorio se reanudaron las denuncias y los pedidos de prohibición del empleo de esta sustancia considerada como agrotóxico.
En dicho encuentro, uno de los testimonios más contundentes lo brindó el investigador y científico Hugo Gómez Demaio, jefe del Laboratorio de Biología Molecular de Misiones, quien aseguró que el 86,6% de los niños de hasta dos años de la Colonia Alicia, localidad misionera, padece algún retraso mental demostrable provocado por la aspersión de agrotóxicos. Gómez Demaio afirmó además que “se detectan 60 niños por año con malformaciones” y que el contacto con estas sustancias provoca “modificaciones en su genoma humano” que continuarán transmitiéndose en la descendencia.
Asimismo, Demaio señaló que las malformaciones no son las únicas consecuencias del contacto con los agrotóxicos, el científico remarcó que también provocaría, entre otras dolencias, diferentes tipos de cáncer, insuficiencia renal, enfermedades respiratorias y hepáticas.
En un reciente informe, Francisco Vargas Marcos, Subdirector General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral del Ministerio de Sanidad y Consumo de España, afirmó que en los países industrializados “un 20% de la incidencia total de enfermedades puede atribuirse a factores medioambientales. En Europa, una gran proporción de muertes y años de vida ajustados por discapacidad (DALYs) en el grupo en edad infantil es atribuible a la contaminación del aire interior y exterior. Un dato significativo es que 1/3 de las muertes en el grupo de edad de 0-19 años es atribuible a exposiciones ambientales: contaminación del aire interno y externo, agua y saneamiento, sustancias y preparados químicos y lesiones producidas por accidentes”.
Sin dudas la desigualdad y la explotación social insertas en los sistemas de explotación natural son dos factores de gran incidencia para que también en los países en vías de desarrollo el daño ambiental genere a su vez graves consecuencias para la salud humana. Al menos así lo demuestran investigaciones llevadas adelante en toda Latinoamérica.
En un reciente comunicado, la Red Latinoamericana de Organizaciones No Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias (RIADIS), publicó un contundente texto titulado “Agrotóxicos y salud: enfermedades y discapacidades prevenibles”. En el mismo, Ana Dones notificó que el Comité Ecuatoriano Inter Institucional sobre las Fumigaciones (CIF) “comprobó, dentro de Ecuador, el impacto de las fumigaciones colombianas del Plan Colombia, a dos, cinco y diez kilómetros de la frontera. Afecciones respiratorias, digestivas, de la piel y oculares. Riesgo de cáncer, de malformaciones congénitas y de abortos espontáneos, los que aumentaron en un 800 por ciento en dicho país”.
Según la misma organización, nuestro país no se queda atrás, por el contrario: “En Argentina, los casos de malformaciones por contacto con agroquímicos superan diez veces la media. La estadística normal de casos de malformación del tubo neural es de uno en cada mil niños nacidos vivos, pero en Misiones la estadística es de doce casos de malformación por cada mil. El 87% de los casos de malformación se registran generalmente en pacientes que habitan en zonas rurales y están en permanente contacto con agroquímicos, son hijos de trabajadores de las plantaciones de tabaco y yerba mate”, asegura la prestigiosa entidad.
Riadis, red conformada por organizaciones de personas con discapacidad de diecinueve países de América Latina y el Caribe, hizo hincapié en dos sustancias agroquímicas como las principales responsables en Latinoamérica de esta tragedia ambiental.
Por un lado, la crítica más dura está dirigida a la Dioxina o Agente Naranja, “sustancia usada en Viet Nam y que se sigue utilizando en Misiones en las plantaciones de tabaco, a pesar de que se conoce su alto grado de toxicidad. El agente naranja produce graves alteraciones en el organismo como, vómitos, ataques de epilepsia, edemas de pulmón, arritmias cardíacas que derivan en muerte y severas discapacidades neurológicas como mielomeningocele, espina bífida, retardo mental grave”.
Y en segundo lugar, Dones habla puntualmente del glifosato. “Otro tema que incumbe a los países del MERCOSUR es el floreciente negocio de la soja, cuyo principal agroquímico es el tristemente célebre Roundup de Monsanto (glifosato). Sólo en el año 2007 el cultivo de soja consumió el 94% de glifosato usado en la Argentina, unos 178 millones de litros y esta cifra aumenta cada año con el incremento de la superficie sembrada. Las consecuencias del glifosato para la salud son cada vez más evidentes para el mundo pero pareciera que para América del Sur ese no fuera un problema, las mismas enfermedades y discapacidades antes comentadas se viven en todas las zonas rurales donde se cultiva la soja. El médico Rodolfo Páramo, del Hospital de Malabrigo, Santa Fe, reveló que la proporción de nacimientos de bebés con malformaciones es muy grande, como así también los distintos tipos de cáncer. Y advirtió contra el uso indiscriminado del glifosato, el ‘cual no se degrada al contacto con la tierra’”.
Si bien para la diputada Perié es importante el haber llegado a una instancia de concientización en el Congreso de la Nación, queda pendiente el articulado del proyecto de ley y la recolección de la mayor cantidad de firmas del resto de los diputados de todos los bloques y provincias, para que éste pueda ser tratado lo antes posible en la Cámara baja.
Por otra, los agrotóxicos no son los únicos responsables en el país de causar malformaciones y discapacidades; los contaminantes vertidos a lo largo de todo el Río de la Plata, la explotación minera a cielo abierto y los vertederos de muchas curtiembres en el interior estarían provocando un desastre silencioso del que pocos medios quieren hacerse eco.
Ante este panorama aterrador, ¿ha llegado el momento de que las áreas oficiales y las organizaciones de la sociedad civil involucradas con la discapacidad se hagan eco de esta tragedia ambiental y humana?
El fantasma del glifosato
El glifosato es un cuestionado componente del herbicida Roundup, de la empresa Monsanto, utilizado comúnmente para la eliminación de hierbas y arbustos en extensos territorios donde se cultiva soja (alrededor del 60% del área cultivable de Argentina).
Ante la gran cantidad de denuncias recibidas sobre los posibles efectos tóxicos de esta sustancia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner instauró en febrero pasado la Comisión Nacional de Investigación para hacer un seguimiento sobre sus efectos en la población.
Una de las mayores denunciantes y autora de un proyecto de ley para la prohibición del uso de glifosato es la Diputada Nacional Julia Perié, quien junto a especialistas como el doctor Juan Carlos Demaio, el científico Andrés Carrasco y la abogada Graciela Gómez han realizado serios estudios y contundentes acusaciones.
En su proyecto de ley, Perié cita las pesquisas de Andrés Carrasco, investigador de la UBA y el Conicet, “quien confirmó mediante ensayos de laboratorio el efecto devastador del glifosato en embriones, aun en dosis muy por debajo de las utilizadas en los campos de soja. Manifestó, ‘No descubrí nada nuevo. Sólo confirmé lo que otros científicos descubrieron y, sobre todo, lo que centenares de pueblos fumigados vienen denunciando’. Desde entonces, fue blanco de presiones de las empresas del ramo y sufrió amenazas e intimidaciones. El científico defendió su investigación y aseguró que “nada justifica el silencio cuando se trata de la salud pública”.
Entre distintos referentes médicos y científicos, en el proyecto se citan los hallazgos de distintos médicos de las provincias más afectadas por estas sustancias. Según consta en el escrito adjunto del Dr. Alejandro Oliva, médico e investigador y encabezado por el Hospital Italiano de Rosario, se vincularon malformaciones, cáncer y problemas reproductivos con exposiciones a contaminantes, entre ellos el glifosato y sus agregados. “Los hallazgos fueron contundentes en cuanto a los efectos de los pesticidas y solventes”, afirma Oliva. El estudio abarcó seis pueblos de la pampa húmeda y encontró “relaciones causales de casos de cáncer y malformaciones infantiles entre los habitantes expuestos a factores de contaminación ambiental, como los agroquímicos”.
También se cita al Dr. Rodolfo Páramo de la provincia de Santa Fe, quien relacionó los agroquímicos con el cáncer en la localidad de Malabrigo. “El médico destacó que en esa localidad del sur del departamento Gral. Obligado en menos de un año nacieron 12 chicos con malformaciones. Dijo que el glifosato no se degrada al contacto con la tierra, y que ‘no nos damos cuenta que nos están matando de manera lenta y profunda’”.
Pero sin dudas uno de los testimonios más concluyentes es el del Dr. Hugo Gómez Demaio, jefe de Cirugía Infantil del Hospital Provincial de Pediatría de Posadas, director del proyecto Uso de agrotóxicos y malformaciones congénitas humanas, quien tiene más de dos décadas investigando el impacto de los agrotóxicos en el genoma humano. “Desde 1987, Demaio comenzó a realizar investigaciones por constantes nacimientos de niños con mielomeningoceles, una falla en el cierre del tubo neural, lo que aparece como la exposición de la médula. ‘Es una enfermedad que produce parálisis de miembros inferiores, incontinencia urinaria y anal, entre otras complicaciones que requieren rehabilitación y un promedio de entre ocho, 10 y hasta 20 operaciones’ (…). Al tomar conocimiento de la gran cantidad de casos en la zona estudiada en Colonia Alicia, se comprobó que los recién nacidos eran hijos de familias afincadas en las zonas tabacaleras donde se utiliza gran cantidad de agrotóxicos, por lo cual se realizaron estudios que permitieron constatar que todos tenían en su cuerpo hidrocarburos policíclicos aromáticos, a los que eran susceptibles. De esta manera, se comenzó a estudiar casos con mielomeningoceles, que Demaio consideró la punta del iceberg, ya que empezamos a estudiar la genotoxicidad, que es la modificación del genoma humano. Fue cuando empezamos a ver que además de mielomeningoceles, se presentaba la genotoxicidad, que es la intoxicación crónica por el uso de estos agrotóxicos”.
La Organización Mundial de la Salud advierte que el glifosato está encuadrado en la máxima categoría entre las sustancias tóxicas para el ser humano, “siendo capaz de romper la cadena de ADN de una célula humana, la que podría continuar con vida y degenerar en enfermedades terminales. En nuestro país, se utilizan entre 180 y 200 millones de litros de este herbicida desarrollado por la multinacional Monsanto y, desde su desembarco en el país, en 1997, se ha expandido hasta las 18 millones de hectáreas”, alega Perié.
Aunque el tema comenzó a salir a la luz con más fuerza a partir del año pasado, las primeras noticias sobre las posibles consecuencias del glifosato en la salud datan del año 2005. En esa época ya se hablaba de que en la provincia de Misiones nacían 5 de cada 1000 niños afectados de Meliomeningocele, reiterándose los casos en las zonas tabacaleras y papeleras, donde se usan agrotóxicos con mayor frecuencia. Uno de los principales portavoces fue el Dr. Demaio, quien ya afinales de la década del 80 comenzó a detectar un gran número de chicos con mal formaciones del sistema nervioso central. “Cuando vemos qué presupuesto tiene para Latinoamérica Monsanto, que tiene su gran agencia acá en Posadas, 30 mil millones de dólares son los que invierten en agrotóxicos para que unos pocos sean muy ricos y para que todos los demás seamos discapacitados”, afirmaba Demaio por ese entonces.
Perié afirma que la problemática ya está siendo retomada por ciudadanos de las áreas urbanas y ve en ello un signo de mayor compromiso social: “un grupo de vecinos de un barrio de Vicente López, se acercó a participar (del Observatorio) con la preocupación de que la empresa concesionaria de los trenes fumiga las vías del tren, y lo hacen cerca de las ventanas de sus casas, por lo que el aire se torna irrespirable”.
A pesar de las presiones del sector agropecuario y de que el tema escapa a la atención de los grandes medios, la diputada Perié se mostró optimista por la repercusión del Observatorio y por el avance del proyecto. Según transmitió en declaraciones para la Asociación de Periodistas Ambientales, “hay más acuerdo de lo que yo pensaba. Estoy gratamente sorprendida con esa respuesta. Siempre la idea es contar con el apoyo de la mayor cantidad de diputados posible y creo que lo estamos logrando. El proyecto lo firmaré y lo presentaré al día siguiente de esta reunión”.

http://discapacidadrosario.blogspot.com/2010_07_01_archive.html

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La contaminación de la Naturaleza con material modificado genéticamente

por Jeremy Bloom, 1 de febrero de 2011

Elisabeth Malkin, The New York Times, 13.05.08 http://www.nytimes.com/2008/05/13/world/americas/13oaxaca.html

Nos preguntan muy a menudo por qué escribimos tanto sobre Monsanto y sus alimentos modificados genéticamente. Han sido probados…son seguros”, nos dicen. “No hay nada que temer” ¿Por qué desinformar?”.

No soy un especialista en genética. Si yo dijese “no sabemos lo suficiente sobre esto”, sólo sería una opinión más. Así que mejor que sea un genetista el que responda a estas preguntas.

David Suzuki es genetista, uno de los mejores científicos de Canadá, siendo uno de sus libros de texto muy utilizado en el mundo, y habiendo publicado más de 30 obras. Como jefe de la Fundación David Suzuki, es tanto promotor como divulgador de la ciencia.

Así que cuando David Suzuki habla le escucho. Y Suzuki dice:

Porque no estamos seguros de los efectos de los transgénicos, siendo uno de los principios rectores de la ciencia, el principio de precaución. Según este principio, si una política o acción puede perjudicar la salud humana o el medio ambiente, no se debiera proceder hasta que estemos seguros de su impacto. Y los que proponen la acción o una determinada política deben demostrar que no es dañino”.

Es una cuestión compleja.

Uno más uno es igual a dos. Pero un gen está insertado en un cromosoma complejo, de manera que no puede trabajarse con él de una forma simple y lineal.

Los cultivos transgénicos no son productos simples como los automóviles, los ordenadores o los ipods. Son organismos vivos que interactúan con el medio de múltiples maneras. La naturaleza es muy complicada. Cuando se modifica un organismo a nivel genético, no debe sorprender que los resultados también se compliquen, y a menudo resulten inesperados.

La ciencia no procede de manera lineal, a la manera en que escribimos nuestras solicitudes de subvención, es decir, A lleva a B y ésta a C, por ejemplo en un ensayo para curar el cáncer. Así que todos los supuestos beneficios de nuestras manipulaciones genéticas son puramente especulativas. No sabemos lo que va a pasar. Y cuando creamos nuevos organismos, nuevos productos, y se liberan al medio natural, o en nuestros alimentos, o en medicamentos, simplemente no sabemos lo suficiente como para anticipar cuáles serán las consecuencias.

No sabemos…

La cuestión sobre los organismos transgénicos es sencilla: la ciencia no ofrece garantías suficientes para decir que los transgénicos sean seguros. Lo que dice Suzuki:

Soy genetista. Lo que me molesta es que supuestamente los Gobiernos velan por nuestra salud, por la seguridad de nuestro medio ambiente, y sin embargo son los animadores de una tecnología que… está en su infancia y no tenemos ni idea de lo que esta tecnología puede suponer.

En la vanguardia de la investigación científica, la mayoría de nuestras ideas están muy lejos de saber cómo funcionan, o tienen una necesidad de revisión o son irrelevantes. Esto no es una excepción dentro de la ciencia, sino que es la forma en la que la ciencia avanza. Tomamos un conjunto de observaciones o datos, establecemos una hipótesis que tenga sentido, y a continuación se comprueba esta hipótesis. Los nuevos conocimientos y técnicas hay que entenderlos como una tentativa sujeta a cambios, por lo que aplicarlos directamente me parece francamente peligroso”.

Por qué no nos dicen..

No solamente no ha habido suficientes estudios… sino que los estudios llevados a cabo por investigadores externos tienen que obtener los datos de Monsanto, generalmente entregados a través de demandas, cuando debiera existir una libertad de acceso a la información. Y ésta es también una nueva fuente de preocupación.

Los cultivos transgénicos son en muchos aspectos algo radicalmente nuevo y debe ser objeto de un mayor estudio científico, para eliminar las dudas sobre su posible daño.

Entonces, ¿ por qué aplicar unas ideas que pueden ser irrelevantes o negativas? Por dinero, por supuesto.

Consecuencias no intencionales. La Historia de la Ciencia es la historia de lo inesperado.

La historia nos informa de que aunque nos encanta la tecnología, ésta siempre tiene sus costes, y como nuestro conocimiento de cómo funciona la naturaleza es aún limitado, no podemos anticipar cómo se manifestará. Sólo tenemos que reflexionar sobre el DDT, la energía nuclear, y los CFC, que fueron aclamados como maravillosas creaciones, pero cuyos efectos a largo plazo se vieron perjudiciales después de su uso generalizado.

De la experiencia con el DDT, la energía nuclear y los CFC (clorofluorurocarbonados), descubrimos los costes de esta tecnología sólo después de haberla utilizado ampliamente. Debemos aplicar el principio de precaución con cualquier nueva tecnología, preguntándonos si es necesaria y exigiendo pruebas de que no es dañina. En ningún otro ámbito es más importante esto que en la biotecnología, ya que estamos manipulando el modelo de la vida.

Poniendo a los genes de nuevo en la botella

¿Cómo arreglar un potencial desastre con los organismos transgénicos? No se puede hacer

La diferencia con los organismos transgénicos es que una vez el genio ha salido de la botella, será muy difícil o imposible meterlo de nuevo en ella. Pudimos dejar de utilizar el DDT o los CFC, y la Naturaleza fue capaz de reparar la mayor parte de los daños, aún se desintegrarán los residuos nucleares durante mucho tiempo. Sin embargo, las plantas modificadas genéticamente son organismos vivos. Una vez que estas nuevas formas de vida se han establecido en nuestro entorno, se pueden reproducir, modificar y difundir, sin que haya posibilidad de marcha atrás. Muchos ecologistas están preocupados por lo que esto puede significar para el equilibrio de la vida en la Tierra, que ha evolucionado durante millones de años a través de la reproducción natural de las especies.

http://redgreenandblue.org/2011/02/01/the-trouble-with-monsanto-and-gmo-dr-david-suzuki-spells-it-out/

Relacionado con el tema:

http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/01/30/sobre-la-utilizacion-de-bacterias-con-genoma-sintetico-en-el-golfo-de-mexico/



Redes wifi en los centros escolares






Dr. Magda Havas, B.Sc., Ph.D.
Environmental & Resource Studies, Trent University, Peterborough, ON, Canada Tél: (705) 748-1011 x7882 Fax: (705) 748-1569 Courriel: mhavas@trentu.ca


Carta abierta a los padres/madres, profesores /as y juntas escolares sobre las redes de Wi-Fi en la escuela.
Soy una científica que investiga sobre los efectos de la radiación electromagnética en la salud y cada vez estoy más preocupada por el hecho de que un número creciente de centros escolares están instalando redes de Wi-Fi y poniendo a disposición de las estaciones base de antenas de telefonía móvil sus centros escolares. El Gobierno Federal del Canadá (Ministerios de Industria y Sanidad), así como los suministradores de esta tecnología les dirán a ustedes que es segura, siempre que los niveles de exposición a las radiaciones de sus radiofrecuencias se mantengan por debajo de los niveles recomendados por el Gobierno Federal. Esta información, además de no estar actualizada, es incorrecta, como lo atestiguan un número creciente de artículos científicos que informan de efectos biológicos nocivos para la salud por debajo de los niveles máximos recomendados en nuestro Código de Seguridad 6 (véase www.bioinitiative.org) y el creciente número de organizaciones científicas y médicas que están reclamando la aplicación de recomendaciones más estrictas. Por estas razones, es irresponsable introducir la radiación de microondas Wi-Fi en el entorno escolar donde niños/as de corta edad pasan horas diariamente.

DATOS:

RECOMENDACIONES: Las recomendaciones sobre niveles máximos de exposición a las radiaciones de microondas (que son las utilizadas en la tecnología Wi-Fi) varían según el país del mundo de que se trate en cinco órdenes de magnitud. Las directrices más restrictivas son las de Salzburgo, Austria, y recientemente también las de Liechtenstein. En estos países la recomendación es de no superar 0,1 microwatios/cm2. Véase el breve video : http://videos.next

¡En Suiza la recomendación es de no superar 1 microwatio y en Canadá es de 1000 microwatios/cm2! ¿Por qué Canadá tiene recomendaciones que son mucho más permisivas que otros países? Las recomendaciones de Canadá se basan en el efecto térmico a corto plazo (exposición de 6 minutos). Se asume que si esta radiación no eleva la temperatura de los tejidos del cuerpo es “segura”. Pero esto no es correcto. Se ha documentado la existencia de efectos a niveles muy inferiores de los que producen una elevación de la temperatura corporal. Véase el informe adjunto: Analysis of Health and Environmental Effects of Proposed San Francisco Earthlink Wi-Fi Network (2007).

Estos efectos biológicos comprenden una mayor permeabilidad de la barrera hematoencefálica, una mayor afluencia de Calcio, un aumento de las roturas de ADN y del cáncer, la inducción de proteínas de estrés y daños en los nervios. La exposición a esta energía se asocia con alteraciones de los leucocitos en los niños/as de edad escolar; leucemia infantil; trastornos de las funciones motoras, del tiempo de reacción y de la memoria, dolores de cabeza, vértigo, fatiga, debilidad e insomnio.

ELECTROHIPERSENSIBILIDAD: un segmento creciente de la población se ve afectado nocivamente por estas frecuencias electromagnéticas. Su enfermedad se conoce como la “electrohipersensibilidad” (EHS) y está reconocida como discapacidad en Suecia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como sigue: “…fenómeno por el cual algunas personas experimentan efectos nocivos para la salud cuando usan o se encuentran en la proximidad de dispositivos que generan campos eléctricos, magnéticos o electromagnéticos (CEMs)… la EHS es un problema real y a veces debilitante para las personas afectadas, a pesar de que el nivel de CEM en su entorno habitual no sea mayor que el que se encuentra en otros medios ambientes normales. Los niveles de exposición que pueden tolerar estas personas son varios órdenes de magnitud inferiores a los límites aceptados internacionalmente como norma”-

El Departamento de Sanidad de Canadá reconoce en su recomendación del Código de Seguridad 6 que algunas personas son más sensibles que otras a esta forma de energía, pero que todavía no han tratado de resolver el problema con una revisión de sus recomendaciones. Los síntomas de EHS comprenden trastornos del sueño, fatiga, dolores, nauseas, afecciones cutáneas, problemas oculares y auditivos (tinitus), vértigo, etc. Se calcula que el 3% de la población está gravemente afectada y otro 35% tiene síntomas moderados. La exposición prolongada puede estar asociada al desarrollo de la sensibilización y por esta razón es imperativo que se minimice todo lo posible la exposición de los niños y niñas a la radiación de microondas (Wi-Fi y teléfonos móviles).

SENSIBILIDAD DE LOS NIÑOS Y NIÑAS : los niños y niñas son más sensibles a los contaminantes ambientales entre los que figura la radiación electromagnética. El Informe Stewart (2000) recomendó que los niños/as no usaran teléfonos móviles excepto en emergencias. El teléfono móvil expone su cabeza a la radiación de microondas. La conexión inalámbrica a internet (Wi-Fi) expone toda la parte superior del cuerpo y, si se coloca el ordenador portátil sobre la pantorrilla, también quedan expuestos los órganos reproductivos. Evidentemente esto no es recomendable, especialmente para los adolescentes y niños/as de menor edad. Por esta razón es necesario desaconsejar el uso de la tecnología inalámbrica por los niños/as, sobre todo en la escuela primaria. Esto no significa que los estudiantes no puedan conectarse a internet. Sólo quiere decir que el acceso a internet tiene que ser mediante cableado en lugar de por el aire (inalámbrico, Wi-Fi).

DESMANTELAMIENTO DEL WI-FI: la mayor parte de la gente no quiere vivir cerca de las antenas de una estación base de telefonía móvil o de Wi-Fi por motivos de salud. Sin embargo cuando se usa el Wi-Fi (routers inalámbricos) dentro de un edificio es equivalente a tener una antena instalada en el interior del edificio en lugar de en el exterior, lo cual es potencialmente mucho peor con respecto a la exposición a las microondas, ya que usted se encuentra más cerca de la fuente de emisión. Las bibliotecas de Francia están quitando el Wi-Fi debido a la preocupación tanto de la comunidad científica como de los empleados y usuarios de las bibliotecas. La Junta Escolar de la ciudad de Vancouver (VSB) aprobó una resolución en enero de 2005 que prohíbe la instalación de antenas de telefonía móvil en un radio de 1000 pies (305 metros) de los centros escolares.

Palm Beach, Florida, Los Ángeles, California, y Nueva Zelanda han prohibido las antenas y estaciones base de telefonía móvil cerca de las escuelas por motivos de seguridad. La decisión de no colocar antenas cerca de las escuelas se basa en la probabilidad de que los niños/as sean más susceptibles a este tipo de radiación. ¡Es obvio que, si no queremos antenas “cerca” de los centros escolares, con toda seguridad no vamos a querer antenas “dentro” de las escuelas! La ruta más segura es tener acceso a internet a través de cables y no por tecnologías inalámbricas. Si bien esa alternativa es más costosa a corto plazo, es la alternativa menos cara a largo plazo si incluimos el factor del coste en problemas de salud tanto para el personal docente como para los niños y niñas.

RECOMENDACIONES: Diversos países y organizaciones han establecido recomendaciones para limitar el uso del teléfono móvil, entre ellos, el Reino Unido (2000), Alemania (2007), Francia, Rusia, India y Bélgica (2008), así como el Departamento de Salud de Toronto (julio de 2008) y el Instituto de Cáncer de Pittsburgh (julio de 2008). Si bien estas recomendaciones se refieren al uso del móvil, son aplicables también a la exposición al Wi-Fi, ya que ambos utilizan la radiación de microondas. Es más, los ordenadores con Wi-Fi exponen una parte mayor del cuerpo a esta radiación que los teléfonos móviles.

PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN: Incluso quienes no “aceptan” la ciencia que muestra los efectos biológicos nocivos de la exposición a las microondas tienen que reconocer la necesidad de tener cuidado cuando se trata de la salud de los niños/as. Esta es la razón por la que tenemos el Principio de Precaución, que declara: A fin de proteger el medio ambiente, los Estados, según su capacidad, deben recurrir a una amplia aplicación del Principio de Precaución. Cuando existan amenazas de daños graves e irreversibles, no se debe utilizar la falta de certidumbre científica total como excusa para aplazar medidas eficaces en relación al coste encaminadas a prevenir la degradación del medio ambiente. En este caso donde dice “Estados” debe incluirse las Juntas de Gobierno Escolares y a todas las personas que adoptan decisiones relacionadas con la salud de los niños/as. Los dos entornos ambientales más importantes en la vida de un niño o niña son el hogar (sobre todo su dormitorio) y la escuela. Por esta razón es imperativo que estos dos entornos se mantengan tan seguros como sea posible. Si vamos a cometer un error, por favor, que ese error sea inclinarnos por la excesiva precaución.

Presentado atentamente: Dra. Magda Havas, Catedrática Universidad de Trent 5 de mayo de 2009