Mostrando entradas con la etiqueta organismos genéticamente modificados. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta organismos genéticamente modificados. Mostrar todas las entradas

Brasil: La enfermedad de la soja loca



Doctora Mae-Wan Ho

27 de octubre de 2010

Instituto de Ciencias Sociales



Lo llaman la enfermedad de la “soja loca” en Brasil, donde se está extendiendo desde el Norte, causando pérdidas en la producción de hasta un 40%, principalmente en los Estados de Mato Grosso, Tocatins y Goias. Como la enfermedad del mismo nombre, la de las vacas locas, no tiene curación (1,2,3)

Este es el último fiasco de los Organismos Genéticamente Modificados desde los últimos informe que publicamos sobre los otros problemas existentes en los Estados Unidos (4) – Las cosechas de transgénicos se mezclan de forma accidental, SiS 46- China (5) – La mezcla accidental de los transgénicos en China, SiS 47- y en Argentina (6) -La tragedia humana de Roundup en Argentina, SiS 48) .

La enfermedad de la soja loca ha atacado de forma esporádica a la soja de las regiones cálidas del Norte de Brasil en tiempos recientes, pero ahora se dirige a las zonas más templadas del sur, con un aumento generalizado, según un científico del Ministerio de Agricultura estadounidense.

Esta enfermedad retrasa la maduración de las plantas infectadas, de modo que permanecen verdes hasta que finalmente se pudren en la tierra. Las delgadas hojas superiores y los tallos se espesan y se deforman. Las hojas también se oscurecen, en comparación con las plantas sanas, y las vainas, cuando se forman, son anormales y con menos semillas.

Los investigadores aún no han encontrado la cura para la enfermedad, ya que todavía no están seguros de cuál es la causa. El principal sospechoso de extender la enfermedad es un ácaro negro que se ha encontrado en el rastrojo cuando se cultiva en sistemas de siembra para la producción.

Según la Red de información Agrícola Global USDA, Brasil tiene 24 millones de hectáreas plantadas de soja, el 78 por ciento de la cual es Genéticamente Modificada (3) . Aparte de la enfermedad de la soja loca, la soja de Brasil sufre simultáneamente por herrumbre asiática, que primero apareció en los años 2001-2002. Los grupos de productores solicitan que la Agencia estatal brasileña acelere la aprobación del fungicida más eficaz para combatir la enfermedad, que tendría implicaciones de coste significativas. Pero para la enfermedad de soja loca, ninguna cura se ha encontrado de momento. . Mato Grosso, que produce cerca del 30% de la cosecha de soja de Brasil, está entre los estados que han llevado la cuestión de la enfermedad de soja loca “a la vanguardia”.



Los científicos estadounidenses identificaron más de 40 enfermedades asociadas con el glifosato y los cultivos tolerantes al glifosato.



La enfermedad de la soja transgénica ya no es una sorpresa. Los científicos de los Estados Unidos, que han estudiado el glifosato y las cosechas de transgénicas y tolerantes al glifosato durante décadas, identificaron más de 40 enfermedades unidas al glifosato, y la lista crece [7] (Los científicos encuentran cultivos envenenados por el glifosato y el suelo, SiS 47). Las cosechas tolerantes de Glifosato desempeñan un papel fundamental en causar y extender enfermedades, no sólo a las mismas cosechas, sino también a otras cosechas cultivadas cerca o plantadas posteriormente [8] (Las cosechas tolerantes al Glifosato conllevan enfermedad y muerte, SiS 47).

Los científicos advierten de las “consecuencias extremas para la agricultura.” Don Huber, profesor recientemente retirado de la universidad Purdue, declaró que el uso extendido de glifosato en los EE.UU puede [7] “considerablemente aumentar la seriedad de varias enfermedades de las plantas, perjudicando la defensa de planta a patógenos y enfermedades e inmovilizando nutrientes de plantas en los suelos que no estarían disponibles para el uso de la planta.”



Referencias

1. “Brazil battles spread of ‘mad soy disease”, Agrimoney.com, 5 October 2010,

http://www.agrimoney.com/news/brazil-battles-spread-of-mad-soy-disease–2316.html

2. “Mad soy disease hits Brazil farmers”, Kieran Gartlan, DTN Progressive Farmer

19 August 2010, http://bit.ly/ajSdRA

3. Brazil, oilseeds and products update, record soybean planted area forecast for 2010-11 crop. GAIN /report, 9/29/2010, USDA foreign Agricultural Service, Global Agriculture Information Network, http://gain.fas.usda.gov/Recent%20GAIN%20Publications/Oilseeds%20and%20Products%20Update_Brasilia_Brazil_9-29-2010.pdf

4. Ho MW. GM crops facing meltdown in the USA. Science in Society 46

5. Saunders PT and Ho MW. From the Editors: GM spin meltdown in China. Science in Society 47, 2-3, 2010.

6. Robinson C. Argentina’s Roundup human tragedy. Science in Society 48 (to appear).

7. Ho MW. Scientists reveal glyphosate poisons crops and soil. GM meltdown continues. Science in Society 47, 10-11, 2010.

8. Ho MW. Glyphosate tolerant crops bring diseases and death. Science in Society 47, 12-15, 2010.



http://foodfreedom.wordpress.com/2010/10/27/mad-soy-disease-strikes-brazil/#more-4888











Conozca los productos transgénicos que se venden en los supermercados













http://www.greenpeace.org/espana/reports/gu-a-roja-y-verde

Descarga de la Guía roja y verde de los alimentos transgénicos, en formato pdf, editada por Greenpeace.

Lucha contra los transgénicos: resistencia global, construcción de alianzas


David Sánchez Carpio
Revista 'Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas'


Cuando las multinacionales lanzaron las semillas transgénicas parecía que su avance sería imparable. Sin embargo, una gran reacción social alertada por sus riesgos y peligros potenciales puso a esta tecnología en cuestión. La nueva amenaza no era ninguna broma, se estaban, y se están, liberando nuevos seres vivos a la naturaleza, saltando las barreras naturales entre especies.

Desde el movimiento ecologista se ha demostrado a lo largo de estos años el incremento brutal en el uso de agrotóxicos que ha supuesto la introducción de los transgénicos y sus impactos sobre la biodiversidad. O lo extremadamente peligroso que es introducir en el medio ambiente nuevos seres vivos que no hay forma de controlar.

Mientras, desde el ámbito agrario se ha denunciado de forma sistemática la dependencia que plantea el modelo de agricultura transgénica, basado en patentes sobre la vida, que criminaliza la práctica de guardar e intercambiar semillas y cierra el círculo de explotación del productor por parte de las multinacionales. O la imposibilidad de proteger la agricultura convencional y ecológica frente a la contaminación genética. Multitud de problemas a añadir al ya de por si duro contexto de globalización neoliberal, que excluye y castiga a los campesinos y campesinas de todo el mundo.

Han levantado la voz también las organizaciones de consumidores, alertados por los riesgos para la salud de estos nuevos alimentos. Por su presencia generalizada en nuestra dieta sin que en muchas ocasiones estén etiquetados y tengamos la oportunidad de elegir. Y en general por esta deriva hacia un modelo de alimentación que no entiende de salud pública o de derecho a la libre elección de las personas consumidoras, sino de los requerimientos del mercado global.

También los movimientos de solidaridad con el Sur, las ONGD, se han movilizado al comprobar que una tecnología que se anunció como la solución contra el hambre en el mundo no trae más que nuevas desigualdades, injusticia y pobreza. En sintonía, eso sí, con la nueva “revolución verde” que promueven las grandes instituciones financieras internacionales, a golpe de semillas patentadas, y más químicos.

Una de las grandes victorias de la lucha contra los transgénicos es haber generado un movimiento de resistencia global, que ha sido capaz de frenar una expansión que se daba prácticamente por segura. Los transgénicos se han extendido, sí, pero en unas proporciones muy reducidas, y siguen aún confinados a unos pocos cultivos, en unos pocos países.

Pero sin duda alguna, otro de los aportes de esta lucha es la confluencia de distintos movimientos sociales que ha generado una amplia alianza a nivel global y local. Una alianza que se ha ido fraguando a través de los años mediante acciones de protesta y reivindicaciones comunes, y que en el Estado tuvo su máximo exponente en la manifestación celebrada en abril del 2009, con más de ocho mil personas de todo el territorio exigiendo en Zaragoza una agricultura y una alimentación libre de transgénicos. Colectivos hasta hace un tiempo casi antagónicos, como agricultores y ecologistas, junto a consumidores y otros colectivos, en una movilización conjunta.

Y sin embargo, esta alianza va mucho más allá de la lucha contra los transgénicos. Tenemos claro a lo que nos oponemos, quienes son los enemigos. Pero también nuestras reivindicaciones comunes: una agricultura social y respetuosa con el medio ambiente, una alimentación sana y de calidad, un mundo rural vivo o una sociedad más justa y solidaria. En resumen, estas alianzas confluyen en la defensa de un modelo basado en la Soberanía Alimentaria.

David Sánchez Carpio de Amigos de la Tierra

Fuente: http://revistasoberaniaalimentaria.wordpress.com/2010/05/09/lucha-contra-los-transgenicos/

ENSAYO CON ARROZ TRANSGÉNICO EN BEBÉS

REPORTAJE: UN ENSAYO CON ARROZ TRANSGÉNICO EN BEBÉS REVELA LA FALTA DE SEGURIDAD SANITARIA DE ALGUNAS INVESTIGACIONES

El ‘jardinero fiel’ viaja a Perú, un nuevo paraíso para la experimentación médica

Perú constituye un vergel legal para la investigación científica debido a su laxa regulación sobre ensayos clínicos. Dos madres piden justicia porque experimentaron con sus hijos enfermos sin su consentimiento.

Almudena Toral / Lima (Perú)
Jueves 9 de septiembre de 2010. Número 132
JPG - 134.4 KB
Los experimentos, fuera de casa. Los laboratorios de los países ricos acuden a América Latina, Europa Oriental, Asia y África para realizar sus ensayos. Foto: J. Díaz Global Humanitaria.

Diana Canessa recuerda al milímetro aquel viaje a uno de los mejores pediátricos de Lima. Una mañana de febrero de 2005. Su bebé de ocho meses muy enfermo de diarrea. Doctores y enfermeras amables. Sin saberlo, su hijo formó parte de un proyecto de investigación llevado a cabo por una entidad privada peruana sin ánimo de lucro llamada Instituto de Investigación Nutricional (IIN) junto al laboratorio estadounidense Ventria Bioscience y la Universidad de California Davis. El ensayo se llevó a cabo en 140 niños del Instituto Especializado de Salud del Niño de Lima y el Hospital de Belén de Trujillo. Para tratar la diarrea usaron en un tercio de los niños una solución de rehidratación oral que contenía genes de proteínas humanas introducidos en arroz.

“Si en el documento que firmé en el hospital hubiera estado la palabra experimento yo no hubiera aceptado, aunque en ese momento no tuviera plata. Se aprovecharon de mi necesidad, de la situación, de mi hijo, de que no teníamos dinero”, se lamenta Canessa, madre de 28 años que vive en Carabayllo, uno de los distritos marginales al norte de Lima.

Secuelas tras el ensayo

Canessa incide en que nunca dio el consentimiento para que su hijo fuera uno de los 140 bebés usados como conejillos de indias en este ensayo clínico con arroz transgénico. Cinco años después, el niño sufre alergias quizá provocadas por el experimento y la doctora de la Asociación Médica de Perú que denunció el caso, Flora Luna, afirma que está en juego la posibilidad de que en el futuro pueda sufrir alzheimer, cáncer o artritis.

Tienes que firmar, apúrate mamita porque ¡mira cómo está tu bebé!”, recuerda Canessa que le dijo la enfermera. La practicante rellenó el formulario por ella, le dijo que era un nuevo programa y que su niño iba a mejorar rápido. Nadie le explicó que era un experimento o de qué se trataba el mismo. Tampoco tuvo oportunidad de leer el protocolo en sí, que de todas formas estaba escrito en un lenguaje técnico y evasivo.

El experimento se prohibió en monos en EE UU antes de que se realizara con recién nacidos en Perú

Debido a la extremadamente laxa legislación peruana para regular los ensayos clínicos, el país se ha convertido en una suerte de paraíso para investigadores y laboratorios del hemisferio norte. “Los que quieren aprovecharse de la gente pobre, indigente, aquí tienen todas las oportunidades”, dice Alexandro Saco, analista independiente que trabaja sobre cuestiones de sanidad pública. La doctora Luna, ex presidenta de la Asociación Médica de Perú, indica que la agencia gubernamental estadounidense FDA, Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Fármacos), había prohibido tres veces este experimento médico en monos en EE UU antes de que se realizara con recién nacidos en Perú.

Contra el Estado

Diana Canessa y Johana Sánchez están detrás de la denuncia que, en enero de 2010, interpuso contra el Estado peruano el Instituto de Defensa Legal (IDL), una organización de derechos humanos que hace seguimiento de políticas públicas. La Asociación de Médicos de Perú había presentado ya en 2006 una denuncia que fue desestimada. Sánchez, quien llevó a su hijo al hospital dos días después que Canessa y recibió una información similar, apunta que le pareció raro que el Estado fuera tan generoso: pañales, medicamentos, almuerzos, balones y camisetas de regalo. La diarrea de ambos niños mejoró a corto plazo, pero a los pocos días ambas tuvieron que volver a llevar a los niños al hospital. Desde entonces, según relatan las madres, sus hijos son enfermizos y han desarrollado diferentes cuadros alérgicos.

Si bien no se conocen con certeza los efectos del biofármaco que utilizaron con sus hijos en fase experimental, la polémica está servida. “Las variaciones en las proteínas de la solución usada generan una alteración en el sistema inmune. A corto plazo provocan reacciones alérgicas. A largo plazo se describen enfermedades como artritis, alzheimer e incluso cáncer”, advierte la doctora Luna.

Otros médicos discrepan y consideran esta hipótesis alarmista. Al ser el alzheimer y el cáncer enfermedades que se desarrollan a largo plazo, es difícil demostrar su relación con transgénicos. El doctor Ricardo Fujita, de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Martín de Porres de Lima, es un ferviente defensor de los mismos: “Este ensayo fue positivo porque vi los resultados científicos. No tiene nada de criminal porque va a ayudar a gente pobre”.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/El-jardinero-fiel-viaja-a-Peru-un.html

La catástrofe de los organismos modificados genéticamente en Estados Unidos, una lección para el mundo



F. William Engdahl
Global Research

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos



Los no elegidos potentados de la Comisión de la Unión Europea en Bruselas han tratado de invalidar recientemente lo que repetidamente ha demostrado ser la abrumadora oposición de la población de la UE a que se propaguen los organismos modificados genéticamente (OMG) por la agricultura de la UE. El presidente de la Comisión de la UE tiene ahora un contable maltés como comisionado de sanidad y medio ambiente para dar el visto bueno a la adopción de los OMG. El anterior comisionado de medio ambiente de la UE procedente de Gracia se oponían ferozmente a los OMG. El gobierno chino también ha señalado que puede aprobar una variedad de arroz OMG. Antes de que las cosas vayan demasiado lejos, harían bien en observar atentamente el mayor laboratorio de OMG del mundo, Estados Unidos. Ahí los cultivos OMG son todo menos beneficiosos. Todo lo contrario.

Lo que se elimina cuidadosamente de la propaganda de Monsanto y de otras agroindustrias a la hora de promocionar cultivos modificados genéticamente como una alternativa a los cultivos convencionales es el hecho de que en todo el mundo hasta el presente las cultivos de OMG han sido manipulados y patentados sólo por dos razones: la primera, ser resistentes o “tolerantes” al patentado herbicida químico glifosato altamente tóxico que Monsanto y los demás obligan a comprar a los agricultores como condición para comprar sus patentadas semillas. La segunda característica es que las semillas OMG han sido modificadas genéticamente para resistir a insectos específicos. Contrariamente a los mitos de relaciones públicas promovidos en su propio interés, no existe una sola semilla OMG que proporcione un mayor rendimiento en la cosecha que las convencionales, ninguna que requiera menos herbicidas químicos tóxicos, por la simple razón de que no hay beneficio en ello.

La plaga de las super-semillas gigantes

Como ha señalado el destacado opositor a los OMG y bióloga, la dra. Mae-Wan Ho del Instituto de Ciencia de Londres, las compañías como Monsanto incorporan a sus semillas una tolerancia a los herbicidas gracias a una forma de insensibilidad al glifosato del gen codificado para el enzima atacado por el herbicida. El enzima deriva de la bacteria del suelo Agrobacterium tumefaciens. La resistencia a los insectos se debe a una o más toxinas derivadas de la bacteria del suelo Bt (Bacillus thuringiensis). Hacia 1997 Estados Unidos empezó a cultivar a gran escala plantes OMG por motivos comerciales. En este momento las cosechas de OMG ocupan entre el 85% y el 91% de las zonas plantadas con los principales cultivos de Estados Unidos, soja, maíz y algodón, en casi 171 millones de acres.

Según Ho, está a punto de estallar la bomba de relojería ecológica asociada a los OMG. Al cabo de varios años de aplicación constante de herbicidas patentados de glifosato, como el muy famoso Roundup de Monsanto, han evolucionado nuevas “super malas hierbas” resistentes a los herbicidas como una respuesta de la naturaleza ante los intentos del hombre de violarla. Para controlar a las super malas hierbas se necesita mucho más, no menos, herbicida.

ABC Television, una importante cadena nacional de televisión estadounidense, elaboró hace poco un documental sobre las super malas hierbas titulado “No se puede acabar con las super malas hierbas” [1].

Entrevistaron a agricultores y científicos de toda Arkansas que describían los campos invadidos por gigantescas malas hierbas de Amaranthus palmeri que podían soportar todas las pulverizaciones de glifosato que les hicieran los agricultores. Entrevistaron a un agricultor que había gastado 400.000 € en solo tres meses en un intento frustrado de acabar con las malas hierbas.

Las nuevas super malas hierbas son tan robustas que las cosechadoras no pueden cosechar los campos y las herramientas manuales se rompen al tratar de cortarlas. Sólo en Arkansas esta nueva plaga biológica mutante ha invadido al menos 400.000 hectáreas de soja y algodón. No se dispone de datos detallados de otras zonas agrícolas pero se cree que son similares. Se ha informado de que el pro-OMG y pro-agroindustria Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha mentido acerca del verdadero estado de las cosechas estadounidenses, en parte para ocultar la nefasta situación y para evitar que estalle una revuelta contra los OMG en el mayor mercado de estos del mundo. Una variedad de super mala hierba, la Amaranthus palmeri, puede alcanzar hasta 2,4 metros de altura, soporta fuertes calores y prolongadas sequías, y produce miles de semillas con un sistema de raíces que agota los nutrientes de los campos. Si se la deja crecer libremente, ocupa todo un campo em un año. Algunos agricultores se han visto obligados a abandonar sus tierras. Hasta el momento, además de en Arkansas, también en Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee, Kentucky, Nuevo México, Mississippi y más recientemente, en Alabama y Missouri se ha detectado la invasión de Amaranthus palmeri en regiones de cultivos de OMG.

Los especialistas en malas hierbas de la Universidad de Georgia calculan que sólo dos plantas de Amaranthus palmeri por cada 6 metros de largo en las filas de algodón pueden reducir el rendimiento en al menos un 23%. Una sola planta de mala hierba puede producir 450.000 semillas [2].


Se está encubriendo el peligro de la toxicidad del Roundup

El glifosato es el herbicida más utilizado en Estados Unidos y en todo el mundo. Patentado y vendido por Monsanto desde la década de 1970 bajo el nombre comercial de Roundup, es un componente obligatorio al comprar las semillas OMG de Monsanto. Usted no tiene usted más que ir a la tienda de jardinería local, pedirlo y leer la etiqueta cuidadosamente.

Como detallo en mi libro, Seeds of Destruction: The Hidden Agenda of Genetic Manipulation, unas compañías que eran fundamentalmente compañías químicas (Monsanto Chemicals, DuPont and Dow Chemicals) desarrollaron en la década de 1970 las cosechas OMG y las semillas patentadas, con un importante apoyo financiero de la pro-eugenista Fundación Rockefeller. Las tres compañías se vieron implicadas tanto en el escándalo del muy tóxico Agente Naranja utilizado en Vietnam, como en el de la dioxina en la década de 1970, y mintieron para ocultar el verdadero daño infligido tanto a sus propios empleados como a poblaciones civiles y militares expuestos a ellos.

Sus semillas OMG patentadas se consideraron un medio inteligente de obligar a comprar cada vez más sus productos químicos agrícolas, como el Roundup. Los agricultores tenían que firmar un contrato con Monsanto en el que se estipulaba que sólo se podía usar el pesticida Roundup de Monsanto. De esta manera los agricultores están atrapados y obligados a comprar nuevas semillas de Monsanto en cada cosecha, además del tóxico glifosato.

En un equipo dirigido por el biólogo molecular Gilles-Eric Seralini, la Universidad de Caen, Francia, realizó un estudio que demuestra que el Roundup contenía un ingrediente, el polyethoxylated tallowamine, o POEA. El equipo de Seralini demostró que el POEA en el Roundup era incluso más mortífero para los embriones humanos y para las células de la placenta o del cordón umbilical que el propio glifosato. Aparte del glifosaro, Monsanto se niega a dar a conocer detalles del contenido de su Roundup alegado que es objeto de una patente [3] .

El estudio Seralini encontró que los ingredientes inertes del Roundup amplifican los efectos tóxicos sobre las células humanas, ¡incluso en concentraciones mucho más diluidas que las utilizadas en granjas y pastos! El equipo francés estudió múltiples concentraciones de Roundup, desde la dosis típica de cultivos o pastos hasta concentraciones 100.000 veces más diluidas que los productos que se venden en el mercado. Los investigadores encontraron que era dañino para las células en todas las concentraciones.

La propaganda del glifosato y del Roundup señala que son “menos tóxicos que la sal de mesa” en un panfleto del Instituto de Biotecnología que promueve las cosechas de OMG como ‘combatientes de las malas hierbas’. Trece años de cosechas de OMG en Estados Unidos han aumentado el uso total de pesticidas en 318 millones de libras en vez de reducirlo como prometían los Cuatro Jinetes del Apocalipsis OMG. La carga extra de enfermedades en la nación a causa de ello es considerable.

En todo caso, tras la introducción comercial de las semillas OMG de Monsanto en Estados Unidos, el uso de glifosato ha aumentado más del 1.500% entre 1994 y 2005. En Estados Unidos se utilizan al año aproximadamente 100 millones de libras de glifosato en pastos y granjas, y en los últimos 13 años se han utilizado en más de mil millones de acres. Según se ha informado, cuando se le preguntó al director de desarrollo técnico de Monsanto, Rick Cole, afirmó que los problemas eran “manejables”. Aconseja a los agricultores alternar cosechas y utilizar diferentes tipos de herbicidas elaborados anteriormente por Monsanto. Monsanto está animando a los agricultores a mezclar glifosato con otros herbicidas, como el 2,4-D, prohibido en Suecia, Dinamarca y Noruega por su relación con el cáncer y con daños reproductivos y neurológicos. El 2,4-D es un componente del Agente Naranja, producido por Monsanto para ser utilizado en Vietnam en la década de los 1960.
Los agricultores estadounidenses se cambian a los cultivos biológicos

Según se informa, en todo Estados Unidos los agricultores están volviendo a los cultivos tradicionales no OMG. Según un nuevo informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, las ventas al por mayor de comida orgánica aumentaron hasta 21.100 millones de dólares en 2008 desde los 3.600 millones en 1997[4]. El mercado es tan floreciente que las granjas orgánicas a veces compiten por producir una oferta suficiente capaz de seguir el rápido ascenso de demanda de los consumidores, lo que lleva a una escasez periódica de productos orgánicos.

La nueva coalición liberal-conservadora en el Reino Unido está apoyando enérgicamente que se levante la prohibición de facto de los OMG en este país. El Consejero Científico Jefe de Reino Unido, Prof. John Beddington, escribió recientemente un artículo en el que erróneamente afirmaba: “La próxima década verá el desarrollo de combinaciones de rasgos deseables y la introducción de nuevas características como la tolerancia a la sequía. Para mitad de siglo puede que sean factibles opciones más radicales relacionadas con rasgos altamente poligénicos”. Continuaba prometiendo “animales clonados con una inmunidad innata a las enfermedades gracias a la ingeniería genética” y más cosas. Muchas gracias, pero creo que podemos prescindir de eso.

Un reciente estudio de la Universidad Estatal de Iowa y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos que evalúa los resultados en granjas durante los tres años de transición que cuesta cambiar de producción convencional a producción orgánica certificada demostraba unas ventajas notables de la agricultura orgánica sobre las cosechas OMG e incluso sobre las cosechas convencionales no OMG. En un experimento que ha durado cuatro años (tres de transición y el primer año orgánico) el estudio demuestra que aunque los rendimientos cayeron inicialmente, se equipararon en el tercer año y para el cuarto los rendimientos superaron a los convencionales tanto para la soja como para el maíz.

Del mismo modo, se ha publicado recientemente la Evaluación Internacional de Conocimientos Agrícolas, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (IAASTD, en sus siglas en inglés), [que es] el resultado de tres años de deliberaciones por parte de 400 científicos y representantes no gubernamentales procedentes de 110 países de todo el mundo. Llega a la conclusión de la agricultura orgánica a pequeña escala es la vía que hay que seguir para luchar contra el hambre, las desigualdades sociales y los desastres medioambientales [5]. Como argumenta el dr Ho, se necesita urgentemente un cambio fundamental en la práctica agrícola antes de que la catástrofe agrícola se extienda más a través de Alemania y el resto de la UE hasta el resto del mundo [6].

Notas:

[1] Super weed can’t be killed, abc news, 6 de octubre de 2009. Véase también, Jeff Hampton, N.C. farmers battle herbicide-resistant weeds, The Virginian-Pilot, 19 de julio de 2009, http://hamptonroads.com/2009/07/nc-farmers-battle-herbicideresistant-weeds

[2] Clea Caulcutt, ‘Superweed’ explosion threatens Monsanto heartlands, Clea Caulcutt, 19 de abril de 2009, http://www.france24.com/en/20090418-superweed-explosion-threatens-monsanto-heartlands-genetically-modified-US-crops

[3] N. Benachour and G-E. Seralini, Glyphosate Formulations Induce Apoptosis and Necrosis in Human Umbilical, Embryonic, and Placental Cells, Chem. Res. Toxicol., Article DOI: 10.1021/tx800218n

Fecha de publicación (en la web): 23 de diciembre de 2008.

[4] Carolyn Dimitri y Lydia Oberholtzer, Marketing U.S. organic foods: recent trends from farms to consumers, USDA Economic Research Service, septiembre de 2009, http://www.ers.usda.gov/Publications/EIB58/

[5] International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development, IAASTD, 2008, http://www.agassessment.org/index.cfm?Page=Press_Materials&ItemID=11

[6] Ho MW.UK Food Standards Agency study proves organic food is better. Science in Society 44, 32-33, 2009.

F. William Engdahl es autor de Seeds of Destruction: The Hidden Agenda of Genetic Manipulation.

Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=20675


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=112471