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Zona libre de agrotóxicos en Santa Fe


Darío Aranda
Página 12


Luego de dos años de disputa judicial, donde en primera y segunda instancia los jueces cuestionaron y limitaron el uso de agroquímicos, la Justicia de Santa Fe acaba de dejar firme la prohibición de fumigar en cercanías del barrio Urquiza de la localidad de San Jorge. Es el primer caso de Argentina donde, con fallo firme, la Justicia prohíbe las fumigaciones para proteger la salud. El expediente judicial, que marca jurisprudencia para centenares de denuncias en todo el país, invoca el principio precautorio (ante la posibilidad de perjuicio irremediable es necesario que los jueces tomen medidas protectivas), cuestiona al glifosato (pilar del cultivo de soja) y apunta a un modelo agropecuario en base a agroquímicos. Anuncian nuevas presentaciones judiciales para cientos de pueblos afectados por fumigaciones.

A los cinco días de nacer, Ailén tuvo su primera intoxicación con agroquímicos. Y comenzó el calvario: médicos, internaciones, estudios, ahogos permanentes, desmayos, cócteles de medicamentos para poder respirar. Siempre, casualmente, sus malestares eran precedidos por fumigaciones en un campo de soja vecino. El sentimiento más básico, proteger a su hija, llevó a Viviana Peralta –una ama de casa de un barrio humilde de Santa Fe– a pisar por primera vez tribunales. Pidió mediante un amparo que se privilegie la salud de los niños por sobre los negocios agropecuarios. Fue el inicio de la causa.

“Me decían que estaba loca, pero desde que frenamos las fumigaciones nuestros hijos dejaron de enfermarse”, resume Viviana Peralta, remarca que son muchos los vecinos que trabajaron juntos para proteger la salud de los niños y aún no sale del asombro por los llamados de otras provincias y de Europa, donde “el caso San Jorge” (como comienza a conocerse) marca un hito en la lucha contra un modelo rentable, en manos de empresas, pero con costos sanitarios y sociales.

En marzo de 2009, Viviana Peralta –junto a otros vecinos del barrio Urquiza– y el Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) presentaron el amparo. El juez Tristán Martínez, del Juzgado Civil, Comercial y Laboral 11, hizo lugar y ordenó la suspensión inmediata de las fumigaciones en adyacencias de la zona urbana de la ciudad. Los productores sojeros, la Municipalidad y el gobierno provincial, mediante el Ministerio de Producción, apelaron la medida.

En diciembre de 2009, ya en segunda instancia, la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial (Sala 2) de Santa Fe mantuvo la prohibición y dio un paso inédito: ordenó que el gobierno de Santa Fe y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) demuestren que los agroquímicos no son perjudiciales para la salud. De esa manera, por primera vez, se invirtió el cargo de la prueba: era una regla que los vecinos y campesinos intoxicados tenían que demostrar las afecciones en la salud, pero ahora serían los impulsores del modelo de agronegocios quienes tendrían que demostrar la inocuidad de los químicos.

Los jueces también marcaron jurisprudencia al invocar el principio precautorio, vigente en la Ley General del Ambiente: “Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente”. La Cámara de Apelaciones de Santa Fe lo utilizó como una de las bases de su fallo, enumeró siete casos en los que fue implementado y destacó que se justifica su utilización cuando haya “falta de certidumbre científica y amenaza de daño al ambiente o la salud humana”.

La Cámara ordenó al gobierno provincial, mediante el Ministerio de Producción y la cartera de Salud, que elabore informes donde pruebe que los agroquímicos no afectan la salud ni el ambiente. También solicitó la intervención de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Esas investigaciones tendrían como destino el Juzgado de Primera Instancia, para decidir si revertía o reafirmaba la medida.

Fechada el 21 de febrero pasado, pero dada a conocer el jueves, la nueva resolución judicial resume: “Resuelvo disponer con la prohibición impuesta en la causa”. Dos líneas, en lenguaje jurídico, históricas, que establecen la prohibición total de fumigar a menos de 800 metros de viviendas familiares (si el método utilizado es terrestre) y marca el límite de 1500 metros (si la aspersión es con avionetas). La medida es para el barrio Urquiza, a las afueras de San Jorge, ciudad de 25 mil habitantes ubicada a 144 kilómetros de la capital provincial. Es una zona sojera por excelencia.

En diez carillas, el juez Tristán Martínez dictaminó: “Los informes no han dirimido el interrogante de si es conveniente continuar con las fumigaciones o no. De todos modos, tras su evaluación, me permito concluir que todo parece indicar que la deducción comulga más con la segunda alternativa (la prohibición) que con la primera (permitir la fumigación)”. Deja constancia de que el Ministerio de Producción (donde funciona Agricultura) no elaboró ningún informe y lo toma como un indicio de que no pueden probar la inocuidad de las fumigaciones.

Sí cumplió el Ministerio de Salud, que reconoció la disminución de afecciones en paralelo con la prohibición de fumigar. Si bien no confirma la conexión, plantea la hipótesis como “bastante plausible”, factor de peso para que el juez sostenga la medida y dé lugar al principio precautorio.

El juez Martínez marca precedente: “(De los informes científicos) No surge con grado alguno de convicción que sea conveniente continuar con las fumigaciones, sino todo lo contrario”. Explica que luego de “leídos y releídos” los informes del Ministerio de Salud y de la Universidad del Litoral se deja atrás la “duda relevante” mencionada en segunda instancia y se dirige hacia la “certeza” de que es necesario limitar las fumigaciones: “Dado por reproducidos cada uno de los argumentos (...) el resultado no puede ser otro que continuar con la prohibición impuesta, conforme en definitivo. De lo aportado no surgen elementos que avalen otra solución”.

La ONG Cepronat, que acompaña a los vecinos en la acción judicial, integra la “Campaña Paren de Fumigar”, donde participan 70 pueblos de Santa Fe y también está presente en Córdoba, Chaco, Entre Ríos y Buenos Aires. “Luego de tantos años de denuncias, y que nos trataban como locos, la Justicia confirmó que los pueblos fumigados tienen razón. Con este antecedente, vamos a pedir la misma prohibición en los 300 pueblos afectados en la provincia”, anunció el presidente del Cepronat, Carlos Manessi.

Manessi remarcó que “no se trata sólo del glifosato, sino del modelo agropecuario con consecuencias sanitarias y sociales”. Y recuerda que “el uso de agrotóxicos en Argentina está autorizado en base a los ‘estudios’ de las propias empresas, y no con investigaciones independientes. Cuando se comienzan a revisar los estudios serios de científicos no comprados, sobrevienen fallos justos, como el de San Jorge”.

Fuente:http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-163087-2011-02-26.html

El glifosato produce defectos congénitos

Univers-Nature


En base a la observación de muchos casos de malformaciones en recién nacidos, malformaciones craneofaciales y del sistema nervioso, en regiones donde se utilizan herbicidas que contienen el principio activo glifosato (1), los científicos argentinos han establecido una correlación entre ambos fenómenos.

Para ello analizaron los efectos de una dilución de 1/5000 de glifosato sobre las larvas de la rana Xenopus laevis.

Publicado en la revista Chemical Research in Toxicolog, los resultados revelan que los embriones presentaban una inusualmente alta cantidad de alteraciones en el desarrollo y la cresta neural cefálica.

Para comprobar estos resultados con concentraciones bajas de herbicidas basados en el glifosato, los científicos están seriamente preocupados frente a los casos de anomalías observadas clínicamente en los niños que viven en las zonas donde la población está expuesta a este tipo de herbicidas utilizados en cultivos transgénicos tolerantes al glifosato.

Basándose en los resultados de este nuevo estudio, MDRGF (2), se exige la aplicación del principio de precaución y la “retirada de la autorización para el uso del herbicida glifosato en el mercado europeo, como medida de prevención contra malformaciones en la población expuesta a este herbicida”.

Cecilia Cassier

  1. Roundup de Monsanto pertenece a este categoría
  2. Movimiento por los Derechos y Respeto por las generaciones Futuras.

Fuente del artículo: http://www.univers-nature.com

A mediados de agosto del 2009 se realizó en el Congreso de la Nación la jornada ‘Observatorio del Glifosato’, convocada por la diputada nacional Julia Argentina Perié y de la que participaron más de 140 representantes de distintas organizaciones. La diputada es autora de un proyecto de ley de prohibición de Glifosato, un agrotóxico acusado de provocar serias discapacidades en distintas poblaciones rurales de todo el país. Pero la tragedia ambiental no termina con esta sustancia y la actividad sojera, son varias las industrias y negocios responsabilizados en todo el país de generar graves discapacidades y malformaciones. ¿Será el área ambiental el nuevo campo de concientización y el gran desafío para las sectores y colectivos de discapacidad?

En un momento histórico donde la ciencia se enfrenta a sus propios límites y los nuevos paradigmas médicos intentan volver a abordar al ser humano como una unidad, sería absurdo pretender escindir al hombre de su ambiente y negar que ambos están atravesados por las mismas problemáticas.
El 11 de agosto del 2009 se llevó adelante en el Congreso de la Nación la jornada “Observatorio del Glifosato”, convocada por la diputada nacional Julia Argentina Perié. En el encuentro participaron más de 140 profesionales y especialistas de distintas organizaciones de todo el país, preocupados por las terribles consecuencias que el uso de agrotóxicos está causando en el ambiente y en los pobladores de las áreas rurales.
La diputada Perié es autora de un proyecto de ley acerca del controvertido herbicida glifosato, acusado de causar serias malformaciones y discapacidades en comunidades rurales de distintas regiones argentinas. Con la convocatoria a este observatorio se reanudaron las denuncias y los pedidos de prohibición del empleo de esta sustancia considerada como agrotóxico.
En dicho encuentro, uno de los testimonios más contundentes lo brindó el investigador y científico Hugo Gómez Demaio, jefe del Laboratorio de Biología Molecular de Misiones, quien aseguró que el 86,6% de los niños de hasta dos años de la Colonia Alicia, localidad misionera, padece algún retraso mental demostrable provocado por la aspersión de agrotóxicos. Gómez Demaio afirmó además que “se detectan 60 niños por año con malformaciones” y que el contacto con estas sustancias provoca “modificaciones en su genoma humano” que continuarán transmitiéndose en la descendencia.
Asimismo, Demaio señaló que las malformaciones no son las únicas consecuencias del contacto con los agrotóxicos, el científico remarcó que también provocaría, entre otras dolencias, diferentes tipos de cáncer, insuficiencia renal, enfermedades respiratorias y hepáticas.
En un reciente informe, Francisco Vargas Marcos, Subdirector General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral del Ministerio de Sanidad y Consumo de España, afirmó que en los países industrializados “un 20% de la incidencia total de enfermedades puede atribuirse a factores medioambientales. En Europa, una gran proporción de muertes y años de vida ajustados por discapacidad (DALYs) en el grupo en edad infantil es atribuible a la contaminación del aire interior y exterior. Un dato significativo es que 1/3 de las muertes en el grupo de edad de 0-19 años es atribuible a exposiciones ambientales: contaminación del aire interno y externo, agua y saneamiento, sustancias y preparados químicos y lesiones producidas por accidentes”.
Sin dudas la desigualdad y la explotación social insertas en los sistemas de explotación natural son dos factores de gran incidencia para que también en los países en vías de desarrollo el daño ambiental genere a su vez graves consecuencias para la salud humana. Al menos así lo demuestran investigaciones llevadas adelante en toda Latinoamérica.
En un reciente comunicado, la Red Latinoamericana de Organizaciones No Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias (RIADIS), publicó un contundente texto titulado “Agrotóxicos y salud: enfermedades y discapacidades prevenibles”. En el mismo, Ana Dones notificó que el Comité Ecuatoriano Inter Institucional sobre las Fumigaciones (CIF) “comprobó, dentro de Ecuador, el impacto de las fumigaciones colombianas del Plan Colombia, a dos, cinco y diez kilómetros de la frontera. Afecciones respiratorias, digestivas, de la piel y oculares. Riesgo de cáncer, de malformaciones congénitas y de abortos espontáneos, los que aumentaron en un 800 por ciento en dicho país”.
Según la misma organización, nuestro país no se queda atrás, por el contrario: “En Argentina, los casos de malformaciones por contacto con agroquímicos superan diez veces la media. La estadística normal de casos de malformación del tubo neural es de uno en cada mil niños nacidos vivos, pero en Misiones la estadística es de doce casos de malformación por cada mil. El 87% de los casos de malformación se registran generalmente en pacientes que habitan en zonas rurales y están en permanente contacto con agroquímicos, son hijos de trabajadores de las plantaciones de tabaco y yerba mate”, asegura la prestigiosa entidad.
Riadis, red conformada por organizaciones de personas con discapacidad de diecinueve países de América Latina y el Caribe, hizo hincapié en dos sustancias agroquímicas como las principales responsables en Latinoamérica de esta tragedia ambiental.
Por un lado, la crítica más dura está dirigida a la Dioxina o Agente Naranja, “sustancia usada en Viet Nam y que se sigue utilizando en Misiones en las plantaciones de tabaco, a pesar de que se conoce su alto grado de toxicidad. El agente naranja produce graves alteraciones en el organismo como, vómitos, ataques de epilepsia, edemas de pulmón, arritmias cardíacas que derivan en muerte y severas discapacidades neurológicas como mielomeningocele, espina bífida, retardo mental grave”.
Y en segundo lugar, Dones habla puntualmente del glifosato. “Otro tema que incumbe a los países del MERCOSUR es el floreciente negocio de la soja, cuyo principal agroquímico es el tristemente célebre Roundup de Monsanto (glifosato). Sólo en el año 2007 el cultivo de soja consumió el 94% de glifosato usado en la Argentina, unos 178 millones de litros y esta cifra aumenta cada año con el incremento de la superficie sembrada. Las consecuencias del glifosato para la salud son cada vez más evidentes para el mundo pero pareciera que para América del Sur ese no fuera un problema, las mismas enfermedades y discapacidades antes comentadas se viven en todas las zonas rurales donde se cultiva la soja. El médico Rodolfo Páramo, del Hospital de Malabrigo, Santa Fe, reveló que la proporción de nacimientos de bebés con malformaciones es muy grande, como así también los distintos tipos de cáncer. Y advirtió contra el uso indiscriminado del glifosato, el ‘cual no se degrada al contacto con la tierra’”.
Si bien para la diputada Perié es importante el haber llegado a una instancia de concientización en el Congreso de la Nación, queda pendiente el articulado del proyecto de ley y la recolección de la mayor cantidad de firmas del resto de los diputados de todos los bloques y provincias, para que éste pueda ser tratado lo antes posible en la Cámara baja.
Por otra, los agrotóxicos no son los únicos responsables en el país de causar malformaciones y discapacidades; los contaminantes vertidos a lo largo de todo el Río de la Plata, la explotación minera a cielo abierto y los vertederos de muchas curtiembres en el interior estarían provocando un desastre silencioso del que pocos medios quieren hacerse eco.
Ante este panorama aterrador, ¿ha llegado el momento de que las áreas oficiales y las organizaciones de la sociedad civil involucradas con la discapacidad se hagan eco de esta tragedia ambiental y humana?
El fantasma del glifosato
El glifosato es un cuestionado componente del herbicida Roundup, de la empresa Monsanto, utilizado comúnmente para la eliminación de hierbas y arbustos en extensos territorios donde se cultiva soja (alrededor del 60% del área cultivable de Argentina).
Ante la gran cantidad de denuncias recibidas sobre los posibles efectos tóxicos de esta sustancia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner instauró en febrero pasado la Comisión Nacional de Investigación para hacer un seguimiento sobre sus efectos en la población.
Una de las mayores denunciantes y autora de un proyecto de ley para la prohibición del uso de glifosato es la Diputada Nacional Julia Perié, quien junto a especialistas como el doctor Juan Carlos Demaio, el científico Andrés Carrasco y la abogada Graciela Gómez han realizado serios estudios y contundentes acusaciones.
En su proyecto de ley, Perié cita las pesquisas de Andrés Carrasco, investigador de la UBA y el Conicet, “quien confirmó mediante ensayos de laboratorio el efecto devastador del glifosato en embriones, aun en dosis muy por debajo de las utilizadas en los campos de soja. Manifestó, ‘No descubrí nada nuevo. Sólo confirmé lo que otros científicos descubrieron y, sobre todo, lo que centenares de pueblos fumigados vienen denunciando’. Desde entonces, fue blanco de presiones de las empresas del ramo y sufrió amenazas e intimidaciones. El científico defendió su investigación y aseguró que “nada justifica el silencio cuando se trata de la salud pública”.
Entre distintos referentes médicos y científicos, en el proyecto se citan los hallazgos de distintos médicos de las provincias más afectadas por estas sustancias. Según consta en el escrito adjunto del Dr. Alejandro Oliva, médico e investigador y encabezado por el Hospital Italiano de Rosario, se vincularon malformaciones, cáncer y problemas reproductivos con exposiciones a contaminantes, entre ellos el glifosato y sus agregados. “Los hallazgos fueron contundentes en cuanto a los efectos de los pesticidas y solventes”, afirma Oliva. El estudio abarcó seis pueblos de la pampa húmeda y encontró “relaciones causales de casos de cáncer y malformaciones infantiles entre los habitantes expuestos a factores de contaminación ambiental, como los agroquímicos”.
También se cita al Dr. Rodolfo Páramo de la provincia de Santa Fe, quien relacionó los agroquímicos con el cáncer en la localidad de Malabrigo. “El médico destacó que en esa localidad del sur del departamento Gral. Obligado en menos de un año nacieron 12 chicos con malformaciones. Dijo que el glifosato no se degrada al contacto con la tierra, y que ‘no nos damos cuenta que nos están matando de manera lenta y profunda’”.
Pero sin dudas uno de los testimonios más concluyentes es el del Dr. Hugo Gómez Demaio, jefe de Cirugía Infantil del Hospital Provincial de Pediatría de Posadas, director del proyecto Uso de agrotóxicos y malformaciones congénitas humanas, quien tiene más de dos décadas investigando el impacto de los agrotóxicos en el genoma humano. “Desde 1987, Demaio comenzó a realizar investigaciones por constantes nacimientos de niños con mielomeningoceles, una falla en el cierre del tubo neural, lo que aparece como la exposición de la médula. ‘Es una enfermedad que produce parálisis de miembros inferiores, incontinencia urinaria y anal, entre otras complicaciones que requieren rehabilitación y un promedio de entre ocho, 10 y hasta 20 operaciones’ (…). Al tomar conocimiento de la gran cantidad de casos en la zona estudiada en Colonia Alicia, se comprobó que los recién nacidos eran hijos de familias afincadas en las zonas tabacaleras donde se utiliza gran cantidad de agrotóxicos, por lo cual se realizaron estudios que permitieron constatar que todos tenían en su cuerpo hidrocarburos policíclicos aromáticos, a los que eran susceptibles. De esta manera, se comenzó a estudiar casos con mielomeningoceles, que Demaio consideró la punta del iceberg, ya que empezamos a estudiar la genotoxicidad, que es la modificación del genoma humano. Fue cuando empezamos a ver que además de mielomeningoceles, se presentaba la genotoxicidad, que es la intoxicación crónica por el uso de estos agrotóxicos”.
La Organización Mundial de la Salud advierte que el glifosato está encuadrado en la máxima categoría entre las sustancias tóxicas para el ser humano, “siendo capaz de romper la cadena de ADN de una célula humana, la que podría continuar con vida y degenerar en enfermedades terminales. En nuestro país, se utilizan entre 180 y 200 millones de litros de este herbicida desarrollado por la multinacional Monsanto y, desde su desembarco en el país, en 1997, se ha expandido hasta las 18 millones de hectáreas”, alega Perié.
Aunque el tema comenzó a salir a la luz con más fuerza a partir del año pasado, las primeras noticias sobre las posibles consecuencias del glifosato en la salud datan del año 2005. En esa época ya se hablaba de que en la provincia de Misiones nacían 5 de cada 1000 niños afectados de Meliomeningocele, reiterándose los casos en las zonas tabacaleras y papeleras, donde se usan agrotóxicos con mayor frecuencia. Uno de los principales portavoces fue el Dr. Demaio, quien ya afinales de la década del 80 comenzó a detectar un gran número de chicos con mal formaciones del sistema nervioso central. “Cuando vemos qué presupuesto tiene para Latinoamérica Monsanto, que tiene su gran agencia acá en Posadas, 30 mil millones de dólares son los que invierten en agrotóxicos para que unos pocos sean muy ricos y para que todos los demás seamos discapacitados”, afirmaba Demaio por ese entonces.
Perié afirma que la problemática ya está siendo retomada por ciudadanos de las áreas urbanas y ve en ello un signo de mayor compromiso social: “un grupo de vecinos de un barrio de Vicente López, se acercó a participar (del Observatorio) con la preocupación de que la empresa concesionaria de los trenes fumiga las vías del tren, y lo hacen cerca de las ventanas de sus casas, por lo que el aire se torna irrespirable”.
A pesar de las presiones del sector agropecuario y de que el tema escapa a la atención de los grandes medios, la diputada Perié se mostró optimista por la repercusión del Observatorio y por el avance del proyecto. Según transmitió en declaraciones para la Asociación de Periodistas Ambientales, “hay más acuerdo de lo que yo pensaba. Estoy gratamente sorprendida con esa respuesta. Siempre la idea es contar con el apoyo de la mayor cantidad de diputados posible y creo que lo estamos logrando. El proyecto lo firmaré y lo presentaré al día siguiente de esta reunión”.

http://discapacidadrosario.blogspot.com/2010_07_01_archive.html

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http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/02/22/solicitud-a-la-ministra-de-agricultura-de-una-moratoria-sobre-los-cultivos-transgenicos/


Brasil: La enfermedad de la soja loca



Doctora Mae-Wan Ho

27 de octubre de 2010

Instituto de Ciencias Sociales



Lo llaman la enfermedad de la “soja loca” en Brasil, donde se está extendiendo desde el Norte, causando pérdidas en la producción de hasta un 40%, principalmente en los Estados de Mato Grosso, Tocatins y Goias. Como la enfermedad del mismo nombre, la de las vacas locas, no tiene curación (1,2,3)

Este es el último fiasco de los Organismos Genéticamente Modificados desde los últimos informe que publicamos sobre los otros problemas existentes en los Estados Unidos (4) – Las cosechas de transgénicos se mezclan de forma accidental, SiS 46- China (5) – La mezcla accidental de los transgénicos en China, SiS 47- y en Argentina (6) -La tragedia humana de Roundup en Argentina, SiS 48) .

La enfermedad de la soja loca ha atacado de forma esporádica a la soja de las regiones cálidas del Norte de Brasil en tiempos recientes, pero ahora se dirige a las zonas más templadas del sur, con un aumento generalizado, según un científico del Ministerio de Agricultura estadounidense.

Esta enfermedad retrasa la maduración de las plantas infectadas, de modo que permanecen verdes hasta que finalmente se pudren en la tierra. Las delgadas hojas superiores y los tallos se espesan y se deforman. Las hojas también se oscurecen, en comparación con las plantas sanas, y las vainas, cuando se forman, son anormales y con menos semillas.

Los investigadores aún no han encontrado la cura para la enfermedad, ya que todavía no están seguros de cuál es la causa. El principal sospechoso de extender la enfermedad es un ácaro negro que se ha encontrado en el rastrojo cuando se cultiva en sistemas de siembra para la producción.

Según la Red de información Agrícola Global USDA, Brasil tiene 24 millones de hectáreas plantadas de soja, el 78 por ciento de la cual es Genéticamente Modificada (3) . Aparte de la enfermedad de la soja loca, la soja de Brasil sufre simultáneamente por herrumbre asiática, que primero apareció en los años 2001-2002. Los grupos de productores solicitan que la Agencia estatal brasileña acelere la aprobación del fungicida más eficaz para combatir la enfermedad, que tendría implicaciones de coste significativas. Pero para la enfermedad de soja loca, ninguna cura se ha encontrado de momento. . Mato Grosso, que produce cerca del 30% de la cosecha de soja de Brasil, está entre los estados que han llevado la cuestión de la enfermedad de soja loca “a la vanguardia”.



Los científicos estadounidenses identificaron más de 40 enfermedades asociadas con el glifosato y los cultivos tolerantes al glifosato.



La enfermedad de la soja transgénica ya no es una sorpresa. Los científicos de los Estados Unidos, que han estudiado el glifosato y las cosechas de transgénicas y tolerantes al glifosato durante décadas, identificaron más de 40 enfermedades unidas al glifosato, y la lista crece [7] (Los científicos encuentran cultivos envenenados por el glifosato y el suelo, SiS 47). Las cosechas tolerantes de Glifosato desempeñan un papel fundamental en causar y extender enfermedades, no sólo a las mismas cosechas, sino también a otras cosechas cultivadas cerca o plantadas posteriormente [8] (Las cosechas tolerantes al Glifosato conllevan enfermedad y muerte, SiS 47).

Los científicos advierten de las “consecuencias extremas para la agricultura.” Don Huber, profesor recientemente retirado de la universidad Purdue, declaró que el uso extendido de glifosato en los EE.UU puede [7] “considerablemente aumentar la seriedad de varias enfermedades de las plantas, perjudicando la defensa de planta a patógenos y enfermedades e inmovilizando nutrientes de plantas en los suelos que no estarían disponibles para el uso de la planta.”



Referencias

1. “Brazil battles spread of ‘mad soy disease”, Agrimoney.com, 5 October 2010,

http://www.agrimoney.com/news/brazil-battles-spread-of-mad-soy-disease–2316.html

2. “Mad soy disease hits Brazil farmers”, Kieran Gartlan, DTN Progressive Farmer

19 August 2010, http://bit.ly/ajSdRA

3. Brazil, oilseeds and products update, record soybean planted area forecast for 2010-11 crop. GAIN /report, 9/29/2010, USDA foreign Agricultural Service, Global Agriculture Information Network, http://gain.fas.usda.gov/Recent%20GAIN%20Publications/Oilseeds%20and%20Products%20Update_Brasilia_Brazil_9-29-2010.pdf

4. Ho MW. GM crops facing meltdown in the USA. Science in Society 46

5. Saunders PT and Ho MW. From the Editors: GM spin meltdown in China. Science in Society 47, 2-3, 2010.

6. Robinson C. Argentina’s Roundup human tragedy. Science in Society 48 (to appear).

7. Ho MW. Scientists reveal glyphosate poisons crops and soil. GM meltdown continues. Science in Society 47, 10-11, 2010.

8. Ho MW. Glyphosate tolerant crops bring diseases and death. Science in Society 47, 12-15, 2010.



http://foodfreedom.wordpress.com/2010/10/27/mad-soy-disease-strikes-brazil/#more-4888