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Grodziskie/Grätzer: bebiendo un poco de historia.



Quienes sigáis habitualmente este blog conocéis de sobra que me encanta todo lo que rodea a esos estilos que en su momento vivieron tiempos mejores pero que desgraciadamente y con el tiempo su importancia y representación fue disminuyendo hasta llegar al punto de incluso desaparecer en algunos casos. Pero si hoy me hace especial ilusión este post es porque además de contaros algunas batallitas sobre el estilo puedo hacerlo tras haber probado unas muestras.

 Etiqueta tomada de aquí

El estilo que nos ocupa es de origen polaco y se llama Grodziskie por la población que lo vio nacer, Grodzisk Wielkopolski, pero como su momento ésta ciudad formó parte de Prusia el estilo posee dos denominaciones: la polaca, Grodziskie, y la alemana, Grätzer. Hay alguna fuente que apunta que fueron los nazis quienes obligaron a cambiar el nombre polaco al alemán y no fue hasta finalizar la 2ª Guerra Mundial cuando el término Grodziskie recuperó el protagonismo.


Versiones polaca y alemana. Etiquetas sacadas de aquí.


 

Localización de Grodzisk en Polonia.
Mapa sacado de aquí

Nos encontramos ante un estilo de cerveza del que se tiene constancia ya en el s.XIV y se estuvo produciendo ininterrumpidamente hasta 1993, cuando cerró la última fábrica de Grodzisk. Las versiones más modernas poseían un color ambarino, eran de fermentación alta y en su elaboración únicamente se utilizaban maltas de trigo ahumado en madera de roble. El hecho de poseer poco alcohol (siempre por debajo de los 4%) además de ser muy carbonatadas las hacía ideales para calmar la sed, permitiendo ser bebidas en grandes cantidades sin verse excesivamente perjudicado.

Lo bueno es que a principios de 2012 la cervecera holandesa Jopen y la alemana The Monarchy (hasta hace poco llamada Monarchy of Musseland o directamente MoM) decidieron ponerse manos a la obra y rescatar este estilo. Para ello contaron con la ayuda de los conocidos escritores e investigadores sobre cerveza Ron Pattinson y Evan Rail, además de Alice van der Kuijl, de la tienda De Bierkoning en Amsterdam, e intentaron ser lo más fidedignos al recrear este peculiar estilo.

 Cartel tomado de aquí.

En sus investigaciones descubrieron que antaño los cerveceros usaban corteza de sauce en su elaboración así que decidieron lanzar dos versiones, una clásica a la que llamaron Grätzer, y otra con la citada corteza a la que llamaron Grodziskie. Ambas se fermentaron con la levadura original y usando lúpulos Lublin y a finales de 2012 vieron la luz.

En cuanto a la Grätzer posee un color marrón pálido apagado, bastante turbio pero sin depósitos, con una bonita y persistente espuma blanca cremosa. En nariz destacan las notas a carne ahumada así cómo cereal (cáscara) muy marcado. Ya en boca es muy ligera, de trago muy fácil y con las notas del citado dueto a cereal y ahumado dominando el trago. Final bastante seco y con el lúpulo tomando protagonismo. Una cerveza muy peculiar que se asemeja a algunas kellerbierpor el toque a cereal y levaduroso y en el que el ahumado no evita que sea terriblemente adictiva y fácil de tomar.



La Grodziskie en cambio posee una espuma de porosidad algo mayor pero igualmente muy persistente, y también posee un aspecto algo más turbio. En nariz posee una menor intensidad que la Grätzer y el ahumado queda en un segundo plano, siendo el cereal y unas notas como especiadas y a incienso las que más sobresalen. En boca es un punto más ácida y menos amarga, descubriendo un toque como a goma quemada realmente muy peculiar y que no se me ocurre cómo explicar más que por la citada corteza. También es muy liviana y fácil de beber pero por el citado toque curioso quizás diría que eso de beberla en grandes cantidades no iría conmigo.



Sin duda dos ejemplos muy interesantes de un estilo verdaderamente peculiar que me reafirman en la creencia de que existe todo un mundo de estilos apasionantes por explotar más allá de esas elaboraciones actuales tan “lúpulo-dependientes”.