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¿Y quién vigila a las farmacéuticas?




Guzmán Sánchez
Periodismo Humano


En artículos anteriores hemos repasado las características de la industria farmacéutica en la sociedad actual, cómo se relaciona con los médicos y el fenómeno cada vez más común de la promoción de enfermedades.

[Puedes leer la serie de reportajes realizados por Periodismo Humano sobre las farmacéuticas en: Farmacéuticas: razones para el escepticismo]

Si las farmacéuticas actúan en ocasiones de forma abusiva, como comenta Marcia Angell, profesora de Salud Pública de la Universidad de Harvard, es porque nadie se lo impide. A estas alturas de la película nadie se sorprenderá del legítimo afán de maximizar beneficios que tiene cualquier empresa, ya sea farmacéutica o de otro tipo. Por tanto, en este negocio especialmente delicado, la regulación por parte de administraciones, estados y agencias internacionales adquiere un carácter imperativo.

Agencias reguladoras

La aprobación y supervisión de medicamentos corre a cargo, mayoritariamente, de la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) y de la Food and Drug Administration (FDA) americana . Se calcula que estas agencias reciben de la industria farmacéutica en torno a un 70% de sus fondos en concepto de tasas, lo cual plantea dudas sobre su capacidad para actuar de manera independiente (1). Es también significativo que la EMEA forma parte de la Comisión de Empresa e Industria de la Unión Europea cuando lo esperable sería que perteneciera a la de Sanidad y Consumidores. Estos organismos son la última barrera, y por tanto la más exigente, que deben superar los fármacos antes de ser distribuidos al general de la población. Lamentablemente, hay casos en los que la actuación de las agencias ha puesto en entredicho su función.
Uno de los ejemplos más significativos de fármacos tóxicos es el de Vioxx (Rolecoxib), de la compañía Merck, que fue retirado en 2004 tras haber causado hasta 139.000 afecciones cardíacas durante sus 5 años de comercialización como tratamiento para la artritis. El analgésico Vioxx salió al mercado en 1999 como un fármaco estrella por ser la alternativa a los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), que causan hemorragias intestinales, y se acabó convirtiendo en uno de los mayores escándalos públicos en Estados Unidos. La alarma fue levantada por David Graham, director asociado de la Oficina de seguridad farmacéutica de la FDA, que compareció ante el senado americano para hacer públicos unos estudios realizados dentro de la propia agencia en los que mostraba un aumento de riesgo cardiovascular relacionado con Vioxx.

Merck, tras cruces de acusaciones y una negación de lo evidente que duró un año, se vio obligada a retirar el medicamento y a pagar 4.850 millones de dólares en compensaciones a los afectados. Todavía en la actualidad siguen saliendo a la luz datos del escándalo. Recientemente un artículo que analiza exhaustivamente los ensayos clínicos de Vioxx apunta que Merck, y por extensión la FDA, ya conocían del riesgo asociado al medicamento antes incluso de su salida al mercado en 1999(2).

En 2002, unos años antes del revuelo mundial, Joan Ramón Laporte, catedrático de farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona, ya había señalado en una publicación médica los peligros de usar inhibidores de la enzima COX-2 como Vioxx (3), a lo cual respondió Merck con una querella por escribir “falsedades” que dañaban su imagen y exigiendo una rectificación. Un movimiento bastante común de la industria, con su tendencia a “transferir al mundo judicial las disputas científicas” como comenta el médico Juan Gérvas en su artículo “Merk contra Laporte ó el derecho recíproco de réplica” (4). No solo las evidencias darían la razón a Laporte sino que el juicio se resolvió a su favor, sentando un precedente en la lucha por la información independiente sobre medicamentos y terapéutica.

Recientemente se ha cerrado otro caso de toxicidad, el de Avandia, un medicamento empleado en el tratamiento de la diabetes. El escándalo se destapó en 2007 cuando Steve Nissen, miembro prominente de New England Journal of Medicine, publicó un artículo en el que sugería que Avandia, producida por GlaxoSmithKline (GSK), aumentaba el riesgo de sufrir infarto de miocardio. El medicamento, que hasta entonces era de los más vendidos en el mundo (sólo en 2006 las ventas ascendieron a 2.250 millones de euros) se desplomó en el mercado tras las evidencias. Sin embargo, las agencias reguladoras permitieron que el fármaco se siguiera recetando a pesar de disponer de datos preocupantes: según unos documentos confidenciales filtrados al New York Times, la FDA estimaba que se podrían haber evitado hasta 700 crisis cardíacas cada mes de haberse suspendido el tratamiento, un riesgo que la compañía conocía desde 1999. El propio senado de los EEUU configuró una comisión para estudiar el caso, cuyas conclusiones, muy críticas con GSK, consideraban que la compañía había “fallado a los pacientes” por no advertir de los riesgos (no especificados en el prospecto) y además había “tratado de intimidar a médicos independientes”. Hace unas semanas, tres años después de las primeras alarmas, el fármaco ha sido retirado en Europa mientras que en Estados Unidos su uso ha quedado restringido a casos extremos.

Los casos de toxicidad suelen ir asociados de un intenso debate en la comunidad científica. En abril del pasado año se publicó un análisis de más de 200 artículos científicos que trataban específicamente sobre Avandia y el riesgo cardiovascular (6). El estudio encontró que el 94% de los autores que se expresaban positivamente acerca de Avandia tenían lazos económicos con compañías farmacéuticas relacionadas con diabetes y el 87% específicamente con GSK, productora de Avandia.

Sorprendentemente, de los 29 artículos que recomendaban el cambio al fármaco rival Actos, de Lilly, 25 tenían relaciones comerciales con esta compañía. Los autores del estudio se preguntan: “en medio de la controversia por Avandia, pacientes y médicos se ven expuestos a todo tipo de argumentos. ¿Cómo es posible que el análisis de los mismos resultados lleve a adoptar posiciones tan pasionales y disparatadamente enfrentadas? Nosotros tratamos de determinar si los conflictos de interés económicos con la industria farmacéutica podría estar avivando el fuego. Según los resultados, parece que la respuesta es afirmativa.” La cobertura del artículo por el diario británico The Independent fue bastante extensa, llevando la noticia a portada. Sin embargo, al día siguiente de su publicación el artículo desapareció de la red durante las semanas siguientes y cuando volvió a estar disponible, apareció acompañado de una nota en la que aclaraba que en su artículo no trataba de acusar a GSK de estar manipulando a la comunidad científica y que estaban “contentos de afirmar que la compañía está muy comprometida con la transparencia”. GSK es una de las mayores empresas farmaceúticas del mundo y tiene su base en el Reino Unido, al igual que el periódico The Independent.

Los casos de Avandia y especialmente de Vioxx han dejado en evidencia a las agencias reguladoras por reaccionar con demasiada lentitud ante las alarmas de toxicidad, fracasando en el seguimiento postventa de medicamentos. Un editorial publicado hace unos años en The Lancet critica la inoperancia de la FDA que, “según está configurada, ve a la industria farmacéutica como a un cliente – una fuente vital de financiación para sus actividades – y no como un sector que necesita ser fuertemente regulado”(5).
Organización Mundial de la salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es un organismo dependiente de la ONU para la coordinación de acciones sanitarias. Recientemente la imagen pública de la OMS ha sufrido un notable deterioro tras la gestión del caso de la gripe A. En enero de este año, el presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, Wolfgang Wodarg, acusaba a la organización de haber cedido a las presiones de la industria farmacéutica en la declaración de pandemia por Gripe A. Además el Consejo de Europa aprobó por unanimidad una resolución en la que “deplora seriamente” la reticencia de la OMS a compartir datos de la gestión de la gripe A y critica la actitud “altamente defensiva” y la falta de transparencia de la organización. El efecto de estas sospechas se hace patente en una encuesta publicada por Scientific American en octubre: sólo un 31% de los europeos considera fiable la opinión de los científicos sobre la pandemia.

En medio de todo este revuelo la OMS aún defiende que sus asesores puedan ser parcialmente financiados por las empresas farmacéuticas. Un artículo y un pequeño documental publicados en BMJ el pasado mes de junio estudia la aprobación de un famoso informe de la OMS en el que se recomendaba a los estados la adquisición masiva de antivirales para la prevención de posibles pandemias por gripe. Siguiendo las pautas de este documento publicado en 2004, estados de todo el mundo adquirieron millones de dosis de antivirales como Tamiflu (Roche) ó Relenza, fármaco rival de GSK, cuyas ventas se han disparado desde entonces.

El artículo, firmado por BMJ y The Bureau of Investigative Journalism, desvela que tres eminentes científicos en cuya opinión se basó la recomendación de la OMS tenían relevantes lazos económicos con la industria. Frederick Hayden, de la Universidad de Virginia (EEUU), había ejercido de consultor y conferenciante especializado para Roche, además de recibir fondos para proyectos científicos de la misma compañía. Karl Nicholson, de la Universidad de Leicester (Reino Unido), no solo era consultor de Roche y GSK, a la que aconsejó en la fabricación de Relenza, sino que aparecía como experto autorizado en los primeros panfletos publicitarios de Tamiflu. Arnold Monto, de la Universidad de Michigan (EEUU), también declaraba sus lazos con farmaceúticas, Roche entre otras. A pesar de conocer estos datos, la OMS decidió no hacerlos públicos. A día de hoy, la organización se sigue resistiendo a hacer públicas las declaraciones de conflictos de interés que debieron haber firmado los expertos. Sir Iain Chalmers, reputado médico inglés, expresa su preocupación en el vídeo de BMJ: “Como paciente, si no conozco los intereses que influyeron las recomendaciones de la OMS no sirve de nada que lo sepa Margaret Chan [directora de la OMS]. Soy yo el que debe disponer de la información, como cliente de sus productos”.

Gobiernos y farmacéuticas

Los encuentros y desencuentros de la industria no acaban con las agencias o la OMS. También los estados han tratado de actuar en ocasiones contra determinados abusos. El gobierno francés se enfrentó a Pfizer en 2002 por los precios abusivos de determinados medicamentos, lo que desencadenó una disputa que acabó con la amenaza del gigante farmacéutico de abandonar el país. El gobierno francés se tuvo que retractar (7), lo que da una idea del inmenso poder de las corporaciones.
Un final algo distinto tuvo la demanda presentada por el gobierno nigeriano contra, otra vez, Pfizer. En medio de la crisis médica por meningitis que sufrió el país africano en 1996, la farmacéutica organizó unos ensayos clínicos ilegales al lado del centro médico gestionado por Médicos sin Fronteras, y captaron a 200 niños bajo la promesa de que los curarían. El resultado fue que 11 niños murieron y muchos más sufrieron efectos secundarios muy graves como lesiones cerebrales. En cuestión de dos semanas no había rastro de los trabajadores de Pfizer en el país. Trece años después de lo sucedido, en 2009, el gobierno nigeriano y la compañía llegaron a un acuerdo extrajudicial para indemnizar a las familias. Sin responsabilidades penales. Esta historia inspiró a John LeCarre a escribir la novela El Jardinero Fiel. Conclusiones La desprotección de la ciudadanía frente al poder de la industria es un fenómeno generalizado que ha sido denunciado desde las más diversas plataformas. Una comisión de expertos del Parlamento Inglés redactó un dossier hace unos años en el que admitía que los intereses de la industria y la población no coinciden, y proponía “poner en marcha un régimen regulador eficaz que consiga que la industria farmacéutica no perjudique el bien común”.

La necesidad de que la sociedad disponga de una industria farmacéutica es tan innegable como la urgencia de reconducir el sector hacia los principios que lo fundaron. Simplemente, producir medicamentos útiles y beneficiosos para los pacientes. Pero la realidad es muy distinta. La consideración de que los medicamentos son meros bienes de consumo implica que su uso esté cada vez más determinado por la oferta que por la demanda y se aleje de satisfacer las necesidades reales de la población. Así, un sistema de salud manejado por sociedades utilitaristas, que priman el fin por encima de los medios, dista de ser saludable. La búsqueda de un nuevo marco ético que rija las actuaciones y las relaciones de la industria farmacéutica con la sociedad constituye un fin en sí mismo.
Referencias:

1. Laporte, R. 2005. Prólogo para el libro de Jorg Blech “Los inventores de enfermedades”. http://www.osalde.org/drupal-5.1/files/boletines/opiniones/OPiniones_11-05.pdf

2. Woloshin S. 2009. Bringing the FDA´s information to market. Arch Intern Med. 169:1985-1987 http://archinte.ama-assn.org/cgi/content/extract/169/21/1985

3. Laporte, R. 2002. Las supuestas ventajas de Celecoxib y Rofecoxib: fraude científico. Butlletí Groc 15;4. http://www.icf.uab.es/informacion/boletines/bg/bg154.02e.pdf

4. Gérvas, J. 2004. Merk contra Laporte ó el derecho recíproco de réplica. Gac Med Bilbao 101: 71-72 http://www.gacetamedicabilbao.org/web/es/abstract.php?doi=040033jg

5. Horton, R. 2004. Vioxx, the implosion of Merck, and aftershocks at the FDA. Lancet 364:1995-6.http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(04)17523-5/fulltext

6. Wang, AT et al. 2010. Association between industry affiliation and position on cardiovascular risk with rosiglitazone: cross sectional systematic review. BMJ; 340:344 http://www.bmj.com/content/340/bmj.c1344.full

7. Pignarre, Philippe. El gran secreto de la industria farmacéutica. Barcelona: Gedisa, 2005. p.140 (citado en Forcades i Vila, T. 2006. Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas. Cuadernos CiJ. p.10)

Fuente: http://periodismohumano.com/sociedad/salud/%C2%BFy-quien-vigila-a-las-farmaceuticas.html

Solicitan dejar sin efecto la aprobación de Gardasil por la FDA


Por Ed Silverman
25 de octubre de 2010

Escribir directamente a la FDA parece que está de moda. Por ejemplo, los inversores que se han visto perjudicados recientemente han enviado una petición a la FDA para que investigue a sus empleados que han entrado a formar parte de Arena Pharmaceutical, que fabrica una píldora para la dieta. Y ya son varios padres los que han constituido una asociación sin ánimo de lucro para protestar por el uso generalizado de la vacuna Gardasil de Merck para el VPH, y han enviado un escrito en el que piden que se cancele la aprobación que se dio para la citada vacuna.

En su carta, SANE Vax sostiene que la FDA permitió a Merck usar "un criterio de valoración primario inadecuado y poco fiable para la determinación del genotipo del VPH y los métodos de" evaluación de su eficacia. Puedes leer la carta aquí ( http://freepdfhosting.com/508bc342ad.pdf) para obtener más información, pero básicamente el grupo sostiene que las lesiones cervicales menos graves son las que se emplearon como criterio de valoración y citan informes del Instituto Nacional del Cáncer para reforzar su afirmación, que dicen se trató de una decisión errónea.

"La FDA ha aprobado una vacuna que está siendo comercializada como una vacuna contra el cáncer, cuando en realidad sólo se ha demostrado para prevenir ' una entidad biológica no real, en las palabras del INC, el inventor de la tecnología actual de la vacuna contra el VPH y co-desarrollador de Gardasil, "SANE Vax escribe al comisionado de la FDA Margaret Hamburg. "La situación se agrava porque la FDA y el INC no han tratado de fomentar el desarrollo de un método fiable de determinación del genotipo del VPH para la vigilancia posterior a su aprobación y estudiar los efectos de la vacuna Gardasil en la epidemiología de las infecciones por VPH en la población estadounidense".

"En otra carta dirigida a Jack Stapleton, que preside el Comité Asesor de Vacunas de la FDA y Productos Biológicos, en los mismos términos, antes de una reunión el próximo mes en que el grupo va a examinar la solicitud de Merck para que Gardasil sea aprobado para prevenir la displasia y el cáncer anal (ver esto:. http://edocket.access.gpo.gov/2010/2010-24253.htm)

Este es sólo el último esfuerzo de una campaña realizada por SANE Vax y un grupo relacionado llamado TruthAboutGardasil para desentrañar la aprobación de Gardasil. Gardasil fue aprobada para las mujeres de entre 9 a 26 años para evitar que cuatro cepas del VPH, dos de los cuales se encuentran en alrededor del 70 por ciento de todas las mujeres con cáncer de cuello uterino. La vacuna ha sido controvertida, sobre todo porque Merck presionó a los estados subrepticiamente para que la la vacunación fuera obligatoria, el precio es alto, y algunos padres siguen diciendo que la vacuna ofrece luz verde para el sexo desde la adolescencia y, en particular, se refiere a los efectos secundarios producidos por la publicidad.

Los funcionarios de la salud pública, sin embargo, han aprobado Gardasil y su rival, la vacuna Cervarix, de GlaxoSmithKline, como herramientas de salud y seguridad pública importante. Sin embargo, la FDA a principios de este año aplazó la decisión de ampliar el uso de Gardasil a las mujeres entre las edades de 27 y 45 años hasta que Merck proporcione más datos (ver aquí: http://www.pharmalot.com/2010/06/fda-postpones-decision-on-wider-gardasil-use/). Mientras tanto, las tasas de vacunación siguen aumentando entre las adolescentes, según un reciente estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU.(ver esto: http://www.pharmalot.com/2010/08/hpv-vaccine-rate-rises-among-teenage-girls/).


http://www.pharmalot.com/2010/10/moms-ask-fda-to-rescind-gardasil-approval/

El complejo industrial farmacéutico: una historia mortal


por los doctores Doug Henderson y Gary Null

Ha sido un mes especialmente malo para el complejo industrial farmacéutico en sus litigios en curso en los tribunales norteamericanos. Entre los titulares farmacéuticos principales, la vacuna Gardasil de Merck para el VPH, siendo ampliamente administrada a pre-adolescentes, se encontró estar vinculada a la esclerosis amiotrófica lateral, conocida comúnmente como enfermedad de Lou Gehrig; a raíz de una multa de 1.4 mil millones de dólares en la promoción de uno de sus medicamentos superventas, Zyprexa , la correspondencia engañosa fue descubierto por Eli Lilly; la promoción de otro de sus medicamentos, Cymbalta, fuera de las indicaciones para la fibromialgia; AstraZeneca fue multada con 160 millones de dólares por estafar al sistema de Medicaid de Kentucky después de ser multado con 215 millones de dólares en Alabama; Glaxo perdió un juicio de Pennsylvania por no alertar a los médicos y las mujeres embarazadas de los peligros de su fármaco antidepresivo Paxil relacionado con defectos de nacimiento, y Pfizer obtuvo una multa récord de 2.3 mil millones de dólares por comercializar ilegalmente varios medicamentos en los últimos años: Bextra, Zyvox, Geodon y Lyrica. Este tipo de cargos, entre muchos otros, se han convertido en un hábito para los fabricantes de medicamentos en los últimos doce años.

Cuando hablamos del complejo de la industria farmacéutica, no se refiere únicamente a los fabricantes de medicamentos. El complejo, como una matriz que mantiene cautiva la salud de la nación en la esclavitud médica por su propio diseño y manipulación, es un consorcio, una tela de araña tejida con los accesorios financieros en toda la profesión médica. Además de las empresas farmacéuticas y de dispositivos médicos, este complejo cuenta con todos los gobiernos de la agencia de salud, la Food and Drug Administration (FDA), los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), los Institutos Nacionales de Salud (NIH), y / o supuesto, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), así como grupos de presión de drogas y a las empresas que emplean un gran número de ex congresistas, las compañías de seguros y HMO, todas las principales asociaciones profesionales de médicos, tales como la Asociación Médica Americana (AMA) y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), la mayoría de las escuelas de medicina y sus departamentos de investigación, que son en gran medida financiado por dinero de las medicinas, muchas de las revistas médicas más prestigiosas, y en última instancia, todo esto filtrado a la baja por los médicos que diagnostican nuestras enfermedades y prescriben los medicamentos y tratamientos.


América está considerado como haber llevado a gran parte del mundo muchas innovaciones cualitativas en todos los ámbitos. Esa reputación se encuentra debidamente merecida. Sin embargo, hay una nueva dinámica en el trabajo que está causando que esta reputación sea impugnada. Somos una nación que se enorgullece de nuestra humanidad, nuestro sentido de justicia, pero hoy en día existe una creciente preocupación de que ahora se nos está señalando como un país rehén de un complejo de seguridad nacional, que incluye el mayor complejo militar en el mundo, un sistema de salud obscenamente caro y las burocracias egoístas y las industrias privadas que sirven a sus fines financieros. Por lo tanto, no es sorprendente que después de haber gatado este año 2600 mil millones de dólares en atención sanitaria, tenemos salud, poco que enseñar por ello. Hay países del segundo mundo donde la gente vive vidas más largas y saludables. Y tenemos el peor sistema de salud entre las naciones desarrolladas. Esto es lo que hemos recibido de nuestros 2,6 billones de dólares.

Como el debate de salud actual continúa haciendo estragos en varios artículos, 200 mil millones de dólares de beneficio neto de la industria de seguros, sobre todo la prevención de enfermedades y el tratamiento se ha visto ensombrecido. Y en medio de esta anarquía partidista e ideológica, perpetuada por nuestros políticos electos, medios de comunicación, y alimentado por el complejo farmacéutico, en otras dos áreas se destaca Estados Unidos como un líder por encima de todos los otros países desarrollados: ser el caldo de cultivo principal para el mayor complejo farmacéutico industrial en beneficios y, en segundo lugar, como modelo del mundo en fraude médico y la corrupción. El cuento de hadas de la salud de los Estados Unidos como el mejor servido por las medicinas es una creación de este complejo, una canción de cuna que trae malos ciudadanos en varias ocasiones a sus médicos y hospitales para el diagnóstico y tratamiento, o simplemente a negar por completo la salud de los no asegurados.

El país está pacificado por la creencia ciega de que los medicamentos que se les prescriben han probado ser seguros, porque nuestros organismos de salud del gobierno dicen cuidar de nuestra salud física y muestran sus mejores intenciones. Iatrogenia, induciendo lesiones y la muerte, es la primera causa de muerte en la medicina estadounidense al año, ya que sólo un pequeño porcentaje de estas muertes son denunciadas. Cada año, más estadounidenses mueren a causa de muertes evitables debido a nuestro sistema de salud, con más muertes que las producidas en las dos guerras mundiales juntas. Esto equivale a un genocidio médico. Una de las principales causas de estas muertes es la sobredosis de medicamentos de los estadounidenses en todas las edades. La necesidad constante de beneficios ha creado un ambiente que permite que el complejo industrial farmacéutico a utilizar su enorme influencia financiera y política para hacer, literalmente, las experiencias normales de la vida en nuevas enfermedades, como el trastorno de ansiedad social, con el fin de vender sus medicamentos. La industria farmacéutica se ha dado la autoridad para patologizar la vida, con la drogadicción de nuestros hijos, personas mayores, etc Por ejemplo, la causa principal de muertes por SIDA en la actualidad es el resultado de la insuficiencia hepática. ª

Si cualquiera de nosotros cometiera homicidio, estaría tras las rejas en vez de caminar sobre una alfombra carmesí en las oficinas de nuestros políticos electos en el Congreso y el Senado o en el pasado las puertas custodiadas por Cerbero de la nación, Rahm Emmanuel, para presionar a la Casa Blanca. Sin embargo, si somos un ejecutivo farmacéutico, o un grupo de presión que representan a una compañía farmacéutica que ha recopilado una larga lista de cargos que incluyen fraude médico, el arte de la venta penalizada, el juego de las industrias de seguros, mintiendo a los funcionarios federales, y la manipulación de los datos sobre los efectos adversos que amenazan la vida de los medicamentos que han matado a tanta gente, podemos caminar con una simple multa, un aumento en el mercado de valores después de un acuerdo, un bono financiero, y la satisfacción personal en no tener que pedir disculpas para que podamos continuar como hasta ahora. Este es el poder del complejo industrial farmacéutico posee y su derecho usurpado: el desprecio todo principio noble en el juramento hipocrático que cada médico dedica a ella o él mismo para vivir, "que ejerceré mi arte exclusivamente para la curación de mis pacientes, y no dar ningún medicamento ni llevar a cabo ninguna operación con un propósito criminal ".

Todos los estadounidenses a los que se prescribe un medicamento por un médico tienen la creencia de que esa píldora ha sido objeto de rigurosas pruebas para examinar su seguridad. Y cuando se conocen los posibles efectos adversos, que ciegamente asumen, estos son conocidos por el médico tratante. Sin embargo, esto es un mito perpetuado no sólo por los fabricantes de medicamentos, sino por nuestras propias agencias federales de salud. Una investigación de 2003, publicado en The Independent en el Reino Unido informó de que "bajo la presión de la industria farmacéutica, la FDA habitualmente oculta la información que considere sensible a efectos comerciales, dejando a los médicos especialistas evaluar los verdaderos riesgos [de medicamentos aprobados]." Participan el único caso en medicamentos de venta libre, muy popular, el ibuprofeno analgésico. la búsqueda de los investigadores no cubierto datos ocultos que muestran que el ibuprofeno aumento de los riesgos de ataque cardiaco en un 25 por ciento. Incluso de Libertad de Información (FOI) los documentos presentados a la FDA no producen toda la información que se solicita. Por ejemplo, un grupo de investigadores suizos presentaron una libertad de información para obtener datos de los ensayos sobre el dolor musculoesquelético producido por el medicamento Celecoxib y recibe de vuelta sólo 16 de los 27 ensayos realizados en ella. Una libertad de información por separado sobre un medicamento similar, valdecoxib, había páginas y párrafos eliminados porque las secciones del documento fueron marcados como "secretos comerciales". Un caso aún peor participación de un informe filtrado sobre los memorandos internos y secretos informes FDA presentó pruebas detalladas de que el aprobado por la FDA, nueve antidepresivos diferentes, lo que representa un total de 22 estudios que incluían a 4.250 niños, mientras que a sabiendas de que el riesgo de "eventos relacionados con el suicidio" fue dos veces mayor que los niños que tomaron un placebo. Estos son sólo algunos ejemplos entre muchos otros.

El complejo industrial farmacéutico es quizás el más grande, el cártel más influyentes en el mundo. Esto se hace evidente después de considerar los miles de millones de dólares y otras monedas, las compañías farmacéuticas se han visto obligados a pagar por una gran variedad de cargos por corrupción. Nuestro análisis de 724 acuerdos legales de un muestreo al azar entre los más de cien mil por las empresas farmacéuticas representa un total de 87 mil millones de dólares, es sólo una pequeña indicación acerca de cómo la delincuencia generalizada de Big Pharma ya que la gran mayoría de los acuerdos se celebran fuera de la corte y se mantienen confidenciales.


Es muy difícil comprender por qué las agencias de los Estados Unidos, en particular de la FDA y los Institutos Nacionales de Salud (NIH), con el mandato específico para la supervisión de todas las solicitudes de medicamentos pre-aprobados y delegó la tarea de asegurar la seguridad de los medicamentos o al menos especificar claramente los peligros conocidos, son tan condenables e ineptos. Sólo hay una respuesta racional y que es la industria farmacéutica es el mayor cliente de la FDA, y esta relación es mucho más profundo que el funcionamiento de la FDA como un regulador objetiva de productos farmacéuticos antes de ser liberado a la población estadounidense. Estoy no muy lejos de sugerir que tal y como está ahora las agencias reguladoras de EE.UU. son una extensión de la América corporativa.

Como los delincuentes en serie, la seguridad de los productos se ha encubierto durante más de una década, las medicinas han herido y matado a millones. En el caso de Vioxx de Merck, esta droga ha matado a unas 44.000 personas e hirió a otras 120 mil. Sólo en Estados Unidos podría matar a 44.000 y no ir a la cárcel y recibir un aumento. ¿Debemos suponer, por tanto, que el complejo farmacéutico se debe confiar como si no fuera un problema? También se nos ha pedido que los fabricantes creen que fueron guiados por un sentido de servicio público. Pero al examinar los medicamentos vendidos, los diez primeros, los hechos muestran lo contrario. En un ejemplo, los fabricantes de marca de un fármaco en un asombroso 500 000% con respecto a su versión genérica equivalente. Seis otras drogas fueron marcados hasta 2000%. Las compañías farmacéuticas tienen mayores beneficios que las compañías petroleras.

El impacto de las grandes farmacéuticas se hace sentir en casi todas partes. Pero en ninguna parte se sintió más que en el ordenamiento jurídico. En un reciente estudio se llegó a la conclusión de que 724 casos de grandes empresas farmacéuticas el caso terminó en un veredicto en contra de la empresa farmacéutica o de la empresa establecida. El número de casos es alarmante, al igual que los montos en dólares. Estos casos cubren prácticamente todo tipo de casos civiles y penales. De los productos que matan, mutilan y daños, a las reclamaciones falsas, no con el pago de impuestos, en caso de infracción de patentes, al soborno, a la publicación de revistas científicas falsas. Sin embargo, a pesar de las decenas de miles de demandas en contra de Big Pharma ganó, todavía lleva a cabo negocios como de costumbre.

Eli Lilly inundó los programas estatales de Medicaid con Zyprexa: su superestrella, las drogas antipsicóticas. En 2003, las ventas mundiales de Zyprexa recaudaron 4,28 mil millones de dólares, que asciende a casi un tercio del total de ventas de Lilly. En los Estados Unidos, durante el mismo año, Zyprexa recaudó 2,630,000,000 de dólares. Un enorme 70 por ciento de esas ventas están directamente relacionadas con las agencias gubernamentales-principalmente Medicaid. Avance rápido en seis años, Eli Lilly se declaró culpable por haber comercializado ilegalmente Zyprexa para un uso no aprobado para tratar la demencia, y pagará 1420 millones de dólares para resolver demandas civiles y poner fin a la investigación criminal. Lilly acordó pagar 800 millones de dólares para resolver demandas civiles. Que pagará 615 millones de dólares para resolver la investigación criminal, y declararse culpable de un delito menor de violación de los Alimentos, Medicamentos y Cosméticos para la promoción de Zyprexa, como tratamiento de la demencia.

Lilly también hizo saber de la posibilidad de que Zyprexa pueda causar la diabetes, que también se mantuvo oculto bajo la protección de la FDA Ellos sin duda lo hizo, lo que hace que su comportamiento se del todo de los más reprobable. En 2002, las agencias reguladoras británicas y japonesas emitieron una advertencia de que Zyprexa puede causar la diabetes. Además, incluso después de que la FDA emitió una advertencia similar en 2003, Lilly no retiró Zyprexa del mercado. Esto se hace aún más comprensible, después de que se tiene en cuenta que Lilly es también el mayor fabricante de medicamentos para la diabetes.

Un artículo de Mike Adams, el editor de Natural News, establece que los empleados de Merck tenían una "lista negra" de los médicos que trataron de "neutralizar". Esta acusación fue confirmada cuando los documentos que habían sido secretos fueron revelados durante un juicio por Vioxx. El australiano reveló que los documentos que surgieron en el Tribunal Federal en Melbourne exponen la intención criminal de los empleados de Merck, quien admitió que iba a "dejar de financiar a las instituciones" y de "interferir con las citas académicas.", declaró un empleado de Merck, "Tal vez tengamos que buscarlos y destruirlos allí donde viven." Merck amenazó o intimidado por lo menos ocho investigadores clínicos, según revelaron los testimonios durante el juicio. Hay otras historias similares en los que se ocupa de Merck con la disidencia al tratar de destruir las vidas y carreras de los académicos que no revisen sus medicamentos favorablemente.

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