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Mediona 2013 - La crónica.



Otro año más y la que posiblemente sea la feria cervecera más grande en todos los sentidos, el gran sábado de junio, el eje sobre el que se han vertebrado tantas y tantas ferias posteriores, Mediona, ha quedado atrás.


Fueron muchas horas de placer rodeados de cerveza y buena gente venida de tantos rincones y por ello no tengo suficientes palabras en mi diccionario para describir lo que significa disfrutar a todos los niveles de esta feria celebrada en l’Alt Penedès. Aún así, y ni que sea por dejar constancia de lo que fue nuestra experiencia y sobretodo por incitaros a visitarla en futuras ediciones si aún no lo habéis hecho, os voy a comentar “más o menos” lo que allí pudimos vivir.

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Si hace cosa de mes y medio os hablaba de mi ligera sensación de insatisfacción por no haber disfrutado en Noblejas tanto como hubiera querido, la previa de Mediona no me hacía ser mucho más optimista dado su terrorífico número (53) de productores. Además, y por añadir más épica al asunto, los partes meteorológicos se empeñaban en aguar la fiesta con anuncios realmente agoreros. Aún con todo, nada evitó que pasadas las 6 de la madrugada tomáramos la carretera dirección Sant Joan de Mediona y tras algunas pequeñas trombas de agua y algún que otro atasco, por fin, poco después de las 10 de la mañana, llegamos.

Dispuestos a pasarlo en grande, cruzamos el puente previo a la llegada a la plaza donde se sitúan la mayoría de los cerveceros, sin dejar de observar el enorme caudal y el vivo color rojizo del río que lo cruzaba por debajo. La tromba de agua que lo había causado era también la responsable de que en la plaza todo estuviera retrasado. Muchos stands ultimando ajustes, la carpa central para el público sin montar, Carlos de Agullons con el ánimo un tanto abatido… Una estampa sin duda difícil de olvidar. Lo más sorprendente, que hablaras con quien hablaras, no faltaba ilusión y ganas de que el día fuera inolvidable. Y puestos a empeñarse, por qué no cumplirlo…

Tras saludar igual que el año pasado a los amigos navarros de Naparbier (es lo que tiene encontrartelos a la entrada de la plaza) y tras dar un par de vueltas de reconocimiento con las que aprovechamos para hablar con unos cuantos elaboradores y también con dos grandes amigos como son el “birrapédico” Txema y el “patillero” Joan Birraire, decidimos empezar a calentar motores ya que por momentos el tiempo mejoraba y las papilas estaban sedientas. El objetivo previo: intentar no pedir más que medias cañas en cada stand para no terminar por los suelos antes de mediodía. Sobre el número de cerveceros previstos a poner el “tick” de visitado, nada, por si las moscas. Y a ello fuimos.

¡Por fin, codo con codo en Mediona!

Tras una furtiva y sorprendente Glops Ale con lúpulo Cascade que nos satisfizo mientras terminábamos el reconocimiento de la plaza, inauguramos la ronda con los viejos conocidos El Oso y el Cuervo(eran de los pocos que ya estaban listos), donde probamos una Vendetta con lúpulo Summit de barril que no nos terminó de convencer, y Oso Negro, una Imperial stout rica y suntuosa que ya conocíamos pero no por ello dejamos de disfrutar. De los también toledanos Domusprobamos su Pacific Ale de barril, la segunda colaboración con la gente de Marina pero que en este caso, y a pesar de la tentadora nariz lupulada ofrecida, no nos sacó los colores como en su momento su hermana Lager.


La tercera parada iban a ser los turolenses de Castel, donde vino una de las gratas sorpresas de la feria, tanto por sus cervezas, de las cuales probamos únicamente la Toast (muy bien atada por todas partes, con recuerdos acaramelados, a regaliz, una ligera y suave calidez redondeando una trago nada empalagoso), como también por el trato de Rebeca y Paco, dos valencianos exiliados a tierras aragonesas. Un encanto de personas. Sus números, 4000L/mes y vendiendo desde finales de 2012. Habrá que seguirles la pista, sin duda.


Siguiendo el recorrido geográfico peninsular de oeste a este, llegamos a un clásico que admiro como bien he declarado en más de una ocasión. Hablo de Isaac y sus lagartas Reptilian, de las cuales probamos Cocoa’s Dark Side (una stout rebosante de lógicas notas a cacao, pero terriblemente fácil de beber, muy bien hecha), y Marranada 3.1., una sour envejecida en barrica durante más de 9 meses, elaborada con 7 cereales malteados y sin maltear, y un curioso añadido de hierbaluisa, con notas florales, a frutos rojos como fresa y grosella, carbonatación ajustada y terriblemente refrescante. Sin duda, dos gratísimas revelaciones.

¡Gran, Isaac!

Por esas alturas se nos unió al grupo bloguero otro conocido compañero de faenas, David (Homolúpulus y Labirratorium) junto con su amigo Jose, con quienes compartiríamos gran parte del día. Pero sigamos con la cerveza. Mucho estábamos tardando en visitar a las txapelas andantes, es decir, a los amigos de Laugar, así que a ello fuimos, no sin antes cruzar una mirada complice con Txema, quien me anticipó lo que allí nos esperaba. Probablemente, y en nuestra opinión, la mejor cerveza de todas las que probamos en la feria: Tovarisch, una imperial stout de 11º, envejecida con astillas de roble, levadura de vino… una barbaridad cuya espuma tiraba para atrás por su color oscuro y buen aguante, compleja en nariz y boca como ella sola, mucha madera, ligera acidez que recordaba a un vino tinto y muchos frutos rojos, chocolate, torrefactos… ¡Qué gozo de cerveza y más acompañándola con unos cachos de chocolate negro que se sacó el labirratorio de la chistera! También disfrutamos una muy bien terminada Pale ale, rebosante de sabor y tremendamente fácil de beber, pero tras entrar en el lado oscuro a ver quién se andaba con “rubitas”… ¡Enhorabuena “txapelones”, sois unos artistas!

De haberla dejado una hora la espuma seguiría igual...

Tras despedir a Txema y a su colega Joan Albert, que desgraciadamente tenían que dejar la feria, saltamos al stand situado justo enfrente para visitar al “pulpero” vikingo, Kristian de Popaire. Allí nos aguardaban unos curradísimos tiradores y sobretodo unas grandes cervezas. La primera, una alucinante Treumal, cuya bandera, unos elevados 12º de alcohol, se encontraban alucinantemente bien integrados en un conjunto en el que sobretodo destacaban las notas derivadas del uso de pomelo y naranja, lógicamente ofreciendo muchos recuerdos cítrica y golosos. También probamos una versión de su Tramuntanahecha con café, nuevamente muy redonda y con el café de lógico protagonista. ¡Grande Popaire y no solo por la altura vikinga!

Rica, rica esta Treumal.

Fue entonces cuando nos cruzamos con Dani (CerveTV), quien había dejado sus bártulos por un día y únicamente quería dedicarse a menesteres más lúdicos. Tras separarnos de él momentáneamente todo el contingente bloguero seguimos hacia otra micro de Blanes, Marina. Fue allí donde probamos la tercera cerveza que nos marcó la jornada junto con las anteriormente citadas Tovarisch y Treumal. Se trataba de una versión muy mejorada de Vinya Hop, una cerveza experimental elaborada con uvas y fermentada con levadura de cava, rebosante de recuerdos a uva, madera, cítricos, ligera acidez pero bien compensada, marcada astringencia y sequedad que recordaba a un cava, muy refrescante. Sinceramente, muy curiosa pero toda una señora cerveza. ¡Mi más sincera enhorabuena, “marinos”! El único pero, que con tanto charreteo se me pasó la foto...


El mediodía abrasaba los cogotes y decidimos hacer un alto en el camino para proceder a  uno de esos trapicheos paralelos que no pueden faltar en toda buena feria. Ya de vuelta en la plaza, y tras aguardar una de las numerosas rondas de babeo de los compañeros de comparsa al admirar los encantos británicos de la “brewdoguera” Josie, proseguimos esta vez separados de los citados compañeros. Los gruñidos gastrointestinales pedían algo de sustento así que fuimos para el stand de los navarros Naparbier a disfrutar de su terriblemente adictiva Pils para regar nuestras viandas. También tomamos Akerde barril, muy fresca y rebosante de lúpulo resinoso, pero mucho menos agresiva de lo que me había parecido en botella, la cualme dejó la garganta bien contenta en su momento… A esta conversación y a la comilona se nos unió Birraire antes de que volviéramos a separarnos para continuar nuestro odisea particular.

David y Jose en plena sesión hormonal...
Un tio muy grande con una birra enorme.

Con un ritmo pausado pero alegre seguimos con los amigos asturianos de Cotoya. Diego y Javi “el presi” (por la CAAC) nos esperaban, otro año más sin botellas pero con dos barriles que cumplieron con lo esperado: una Ordinarymejorada con respecto a la versión que trajeron a Noblejas y una curiosa cerveza de castañas, ésta última con un marcado recuerdo a este fruto pero nada pesada de tomar. Dos cervezas muy bien terminadas, sin pegas que ponerle y para beberse sin problemas unas cuantas.


Tras despedirnos y dirigirnos al stand vecino, Rustica Bufona, donde tomamos su torrefacta y rebosante de carácter Export Stout, otra de las también gratísimas sorpresas de la feria, el cielo decidió que la fiesta estaba siendo demasiado plácida. Así que como venidos de la nada, unos nubarrones negros empezaron el espectáculo de lluvia y truenos… ¡Tromba de agua al canto! Todos quedamos refugiados en los stands codo con codo junto con los cerveceros. Pero lejos de amilanarnos, medio escabulléndonos fuimos pasando de unos stands a otros (La Segarreta, Whym, La Pirata, Yakka…) sin dejar de lado el beber, el comprar y, cómo no, la correspondiente petición de etiquetas (que llueva cuanto quiera que uno no se olvida de la colección… ;) ).


Una media hora después de que empezara la tormenta, el cielo empezó a abrirse nuevamente, cuando nos encontrábamos en el stand de otro de los clásicos feriales: Zulogaarden. Pudimos tomar una de sus novedades, Riw-aka 47, una NZ Pale ale de la cual olvidé tomar notas (las cervezas empezaban a acumularse y los despistes también…).

Sin texto, pero con foto...

Entonces fue el momento de visitar a otros conocidos, los “ausetans” de Ausesken, donde no dudamos en pedir su novedad, una IPA muy cítrica y ligeramente resinosa, con final seco y ligeramente astringente, que no se quedó nada timorata pese al recorrido personal acumulado.


Tras saludar a viejos conocidos y conocer alguna gente nueva seguimos el tour cervecero en el stand de la extremeña Jara, junto con el amigo Ivan (5 Titius) y su colega Francesc (Cervesa Poch). En este caso, al igual que con la Zulogaarden, las notas quedaron en fugaces recuerdos mentales, del mismo modo que con las venideras. Pasamos brevemente por La Font del Diable, Holzbräu, Populus (de aquí recuerdo especialmente una terriblemente bien hecha Pale ale) y Far West, para detenernos más tiempo en Birra 08 y hablar con Jordi y Jaume, este último ya lo conocimos el año pasado. Tomamos su edición especial Mediona 2013, muy aromática, fresca y lupuladita y con un curioso toque aportado por el lúpulo El Dorado.

 
 

La tarde avanzaba y el tiempo se nos agotaba y fue entonces cuando nos juntamos nuevamente con David y Jose, y también con Albert Teixidó, en el stand dels gironins de Moska. Allí tomamos (si mis apuntes no fallan con el nombre) Gala de flors, una cerveza elaborada lógicamente con varias flores (hibisco, violeta y saúco), muy fresca y floral (qué si no…), ligera de cuerpo, ideal para cuando las temperaturas empiezan a subir; y Moska d’Estiu, ésta, sumándose a la amplia oferta de cervezas frescas y fáciles de tomar existente en la feria, pero en este caso destacando por su agradable y sugerente lúpulo cítrico y herbal sobretodo en nariz, y mayor protagonismo de cereal y pan en boca, y hacia el final cítrica y un punto seca. Muy bien hecha esta Moska, como coincidimos en opinar con varios más.


Pasaban de las nueve y media y aún faltaban las despedidas, muchas y muy largas, así que decidimos dar por cerrada la jornada juntándonos, cómo no, nuevamente con Birraire en el stand de Laugar. No apetecía marcharse, y menos con tales compañeros, discutiendo de lo humano y lo divino y con una temperatura espectacular. Pero todo tiene su fin y este, con algún doble de Javier Cámara de por medio, fue el nuestro, dando, eso sí, el último abrazo a los mismos que habíamos saludado al principio de esta edición y la anterior, los amigos de Naparbier. ¿Para qué romper con las buenas tradiciones, no creéis?

Evidentemente no podía cerrar el post sin dar las gracias a todos y cada uno con los que compartimos un instante, una mirada cómplice o en definitiva una cerveza. Mi memoria de pez me impide citaros a todos pero permitidme la licencia de felicitar en especial a esa gran pareja que son Montse y Carlos, de Masia Agullons, por llevar a Mediona a un escalafón por encima de todo, consiguiendo que más que una feria donde presentar novedades para beer hunters y coleccionistas, sea la excusa que muchos esperamos durante todo el año.

¡Un enorme placer compartir jornada con dos grandes!

P.D. Tampoco podía olvidarme de agradecer a todos aquellos que aguantasteis mis pesadillas de coleccionista en forma de etiquetas especialmente, pero también en algunos casos en bolsas o cajas de botellas vacías, como los pobres Joan e Ivan.

Noblejas 2013. La crónica.



Tras unos días de reposo ya estamos de nuevo con las pilas cargadas para contaros nuestra experiencia en la pasada feria de Noblejas. Pero antes de empezar con las batallitas quería hacer un pequeño inciso, y es que probablemente a nivel personal este haya sido el festival más caótico que he podido disfrutar. No hablo de temas organizativos ni de nada parecido, ya que en este sentido fue todo lo contrario. Me refiero a la experiencia personal, ya que encontrarte con una buena cantidad de gente conocida, algunos de los cuales los considero más que simples amistades, junto a tantas novedades en forma de cerveza, y todo ello con la falta de tiempo para poder disfrutar más en profunidad le dejan a uno con una sensación un tanto extraña. Aún así fue un gran sábado, pero no adelantemos acontecimientos...

 Los cerveceros ultimando detalles…

Todo empezó con la correspondiente vuelta de reconocimiento a la plaza, tras la cual nos planteamos (ilusos...) recorrer todos y cada uno de los stands y al menos probar una cerveza en cada uno. Pero ya sabéis que en ocasiones, de los planes a la triste realidad hay un buen trecho y este fue el caso. El primer “bache” llegó en forma de bus desde Madrid, en el que llegaban algunos buenos amigos como Jorge y el gran José, y también otros colegas blogueros como los “observadores” David y Débora, y los “amantes del lúpulo” Gonzalo y Álvaro.

Tras alegrarnos mucho por el reencuentro y tras comprar unos vasos de la feria (que en nuestro caso llevaban la serigrafía del año pasado... no hay que olvidar que uno es coleccionista...) fuimos a parar al stand de los asturianos Xaranzana, donde los majetes Marta y David, con sus llamativas camisetas naranja, traían tres cervezas a cual más interesante: Navaliega, una weiss con kiwi y tisana de limón en dry-hopping realmente refrescante y adictiva, cítrica y con una buena acidez; Alexander, una IPA verdaderamente bien hecha, lupuladita pero equilibrada con una buena base y perfecta de gas; y Flor de Lada, una pale ale muy suavecita. Un comienzo realmente inmejorable.

¡Qué grata sorpresa, asturianos!

Tras tomar unas tapas de queso cabrales cortesía de la casa, nos fuimos a su vera, donde estaba un viejo conocido asturiano, ni más ni menos que Diego y sus cervezas Cotoya, de las cuales ya he declarado en más de una ocasión que soy un ferviente admirador. Traía consigo Ordinaria, una verdadera joya de perfil muy británico que nos cautivó desde el primer sorbo, elegante, con marcado carácter a lúpulo inglés y final seco largo. También probamos Siderale, una cerveza hecha con mosto de sidra que ya conocimos hace casi un año en Mediona pero que esta vez vimos mucho mejor terminada, con mayor presencia del mosto de manzana pero también mejor compensado. Cual fue nuestra sorpresa cuando ya en casa, al día siguiente, nos enteramos que había sido galardonada como la mejor cerveza de la feria. ¡Enhorabuena Diego!

A la izquierda, la galardonada. A la derecha, Diego y un infiltrado “cerveriano” con una “oscura y antigua rapaz”…

Sus vecinos murcianos, Yakka, fueron los siguientes en caer. También conocidos de ferias anteriores, en esta ocasión nos decidimos por probar un híbrido muy curioso llamado Kölsch-IPA, que según nos contaron tenía 3 meses de guarda en frío y 70 IBUs. Realmente curiosa, cítrica por el inconfundible toque a Cascade en dry-hopping, pero con una base acaramelada. Buena idea pero quizás faltaba rematarla un poco.

 Buena gente y una curiosa elaboración.

De Murcia nos fuimos al Penedès, o lo que es lo mismo, Ales Agullons, gente que admiro enormemente en muchos sentidos y se me hizo muy raro verlos en la ancha meseta toledana. Carlos y Montse traían consigo una cerveza llamada 47, rebosante de lúpulo y que nos encandiló por ese equilibrio y bebibilidad característica de sus cervezas; Sant Joanen cask y también una cerveza que hicieron para el BBF13, llamada Hops & Hopes, pero de estas últimas dos desgraciadamente no tomé notas aunque mi maltrecha memoria insiste en afirmar que nos dejaron muy gratas sensaciones. Además, también cayeron unos cuantos trozos de fuet y de un excelso queso de cabra.

 Grandes birras, mejor persona.

Más o menos por esas alturas se nos unieron los amigos Txema y Juan Antonio (JAB), éste último veterano bloguero y uno de los tres artífices de Labirratorium. Muy buena gente ambos.

 Improvisado contingente bloguero. ¡Qué ganas tenía de compartir por fin una feria fuera de casa, mestre!

Juntos nos fuimos hasta el vecino stand de Aran. Su proyecto, La Pirata, se ha ganado muchos y merecidos aplausos especialmente por su Black Block, una imperial stout absolutamente genial, así que teníamos muchas ganas de probar la novedad que presentaba, La Tremenda. Desgraciadamente y aún apuntando, he de reconocer que esta IPA estaba un tanto verde como coincidimos varios, Aran incluido. Surienc, ens veiem a Mediona!

Cuánto darán que hablar estos “piratas”…


Tras saludar a los amigos valencianos de Beers & Travels y Micalet continuamos la ronda con los cordobeses SON. Se nos iba acumulando la faena y no era plan de entretenerse así que únicamente probamos Mucho Trigo, que ya conocíamos en su versión en botella y nos agradó bastante, muy fresca, con un toque a lúpulo herbal más marcado de lo habitual y un agradable toque especiado únicamente debido a la levadura.

Una rica weiss con una etiqueta preciosa. No hace falta nada más.


Llegó el turno de conocer a una de las cerveceras de las que no habíamos podido probar nada hasta el momento, la segoviana Hanselbier. Nos recomendaron otra trigueña, White Bear, que aún no estando nada mal y entrando maravillosamente bien con el intenso calor, la vi demasiado suave, falta de sabor a trigo y especiado tratándose de una witbier. También por esas alturas nos cruzamos con Gonzalo de Humulus Lupulus, a quien tenía muchas ganas de conocer pero las prisas propias de las ferias me dejó con ganas de más. También nos reencontramos con Álvaro, el más oscuro petrolero de toda la feria, quien nos incitó a probar algo muy "canino"...

 Concentración ante todo…

Muy rápidamente cruzamos el stand de otros viejos conocidos, Zulogaarden, ya que en Mediona esperamos volverlos a encontrar, y sólamente probamos alguna cosa de varios vasos sueltos que nos dieron algunos amigos. De ahí fuimos a parar a Isaac, o lo que es lo mismo, Reptilian, para probar su novedad hecha en colaboración con el Blow. Lagarto Barbudo, que es como se llamaba, nos dejó sorprendidos, una red ale supuestamente subida de trigo y lúpulo, muy peculiar aunque en mi opinión falta precisamente de trigo y sobrada de lúpulo (estoy tiquismiquis...). Más me gustó Shakti, elaborada con un curioso lúpulo llamado El Dorado, cuyo toque a fruta tropical consiguió dejarme enamorado.


Arriba, Zulo Power! Abajo, el maestro de El Vendrell.


El tiempo corría inexorablemente pero ello no impidió que saludásemos a los amigos Jota y Aine de Biirkonnen, a los otros birrapédicos Víctor, Jose Ramón y la encantadora Della, pero también a Beatriz de La Real del Duero, quien tuvo el gran detalle de regalarnos unas muestras de sus cervezas.

Cuando el reloj casi marcaba las 14h y aún no habíamos recorrido ni una tercera parte de los stands, llegó el turno de visitar a los cerveceros más dicharacheros del panorama peninsular: los Laugar. Solo por volverlos a ver merece la pena ir a cualquier feria pero si además es para probar algo tan sorprendente como su Perro Mierda(a esta muestra canina me refería al hablar de Álvaro) mejor. Muy curiosa, con una sensación como a envejecida y al mismo tiempo con una marcada acidez que cortaba el intenso toque a fruta confitada. Aunque algunos nos contaron que no habían quedado del todo satisfechos con ella, sin duda ese no fue nuestro caso. ¡¡Mil gracias por la camiseta chicos, nos vemos en nada!!


Arriba, ¿quién dijo que ocho manos son multitud? Abajo, Eneko y su particular "cachi"... A los vascos que no les vengan con cañitas...


Antes de comer aún nos dio tiempo de hablar con Oscar, de la vitoriana Falken. La única cerveza que traía, Siberian Coast, una Pale ale cítrica, refrescante y muy equilibrada, fue toda una revelación. Pese a que era uno de los novatos de la feria, sin duda su buen hacer indicaba más bien lo contrario. ¡Felicidades compañero!


Y ahora sí, con los estómagos pidiendo un poco de sustento y de paso clemencia, nos juntamos con los amigos birrapédicos y el gran José, para comer. Tras más de media hora infructuosa esperando a que nos atendieran en uno de los bares de los laterales de la plaza, terminamos hartos y nos fuimos a pedir alguna cosa en el stand de Domus. En esas pude probar unas riquísimas migas de los compañeros El Oso y El Cuervo. Chicos, para la próxima preparad el triple de ese manjar, que estaba para repetir unas cuantas veces!!!

 El susodicho manjar...

Tras reponer fuerzas y refugiarnos del intensísimo sol que asaba nuestros cogotes seguimos la ronda, ahora con un poco más de ritmo, empezando a asumir que iba a ser imposible terminarnos todos los stands. El primero en caer fue el extremeño Sevebräu, de quien pudimos probar una interesante Biscuit, una brown ale dulzona, con una suntuosa espuma cremosa, pero con un punto ácido que en mi opinión desentonaba un poco.


La siguiente parada fueron los gallegos Meiga, cuya rubita realmente bebible, Esconxuro, nos dejó igual de satisfechos que el carácter afable de sus artífices, Esteban y Martin.


Continuamos con los también encantadores Jose y Naira, los palentinos de Vacceum, para probar su Umbra y casi sin respirar nos fuimos a sus vecinos Caleya, el tercer stand asturiano de la feria. Sus dos cervezas, pero más especialmente su Asturies Pale ale, nos dejó encantados. Una gozada. Abajo la última Caleya en ver la luz junto con la citada Vacceum.


Fue entonces cuando nos cruzamos con los vallisoletanos Víctor y pareja (mil perdones por no recordar el nombre...), con quienes estuvimos buen rato charlando. También nos cruzamos con Raul de Irreale e Isidro y Vika, blogueros y también coleccionistas los dos últimos, pero a penas pudimos cruzar unas pocas palabras. Empezaba a caer la luz pero aún así pudimos probar muy rápidamente una Hoppy Lager de Medina y comprar algunas de las novedades que traían.


Supuestamente ahora llega el momento en que debería hablar de La Virgen, Milana, Red Neck, Dougalls, Domus, Caelia, Anti-System, el Oso y el Cuervo y los anfitriones Yria-Guinea Pigs!, pero desgraciadamente y cómo habréis supuesto, el tiempo se nos echó completamente encima. Eran las nueve de la noche y aún nos faltaban casi cuatro horas de coche hasta casa con lo cual decidimos dar por finalizada la toma de zumo de cebada. Bueno, tampoco está nada mal probar cervezas de 15 de los 24 productores, no?

A Jorge y a Aine por lo visto no les parece bien...

Tras esto llegó una larga y como siempre emotiva despedida en la que también tuvimos una agradable charla con los labirratorios Álvaro y Rebeca, ambos encantadores. Tras alguna sorpresita inesperada en forma de botella serigrafiada detallazo de un “animadito” Jorge, dimos por cerrada esta intensa jornada de sábado.

 Un servidor con el botín bien agarrado en una mano, a un lado Ernesto y Mr. Petróleos, y Jorge en una posición un tanto comprometedora según se quiera ver... ;)

Solo me queda agradeceros enormemente a todos aquellos con los que disfrutamos algún pedacito de sábado. Reitero mis disculpas a los cerveceros que no pudimos visitar y a todos en general mil gracias por las cervezas y los detalles de breweriana. En unos días publicaré un segundo post de la feria con las cervezas que más nos gustaron, además de nuestras conclusiones y un extra que espero que os guste y os anime a participar.

 
¡Que viva la ancha - y cervecera - Castilla! ¡Larga vida a Noblejas!