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Investigadores españoles descubren la forma de frenar el cáncer

El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge localiza la sustancia enoxacina, que actúa en la parte del ADN que no codifica el material genético

Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) han identificado una sustancia --llamada 'enoxacina'-- que inhibe el crecimiento del cáncer mediante su acción en la parte del ADN que no codifica material genético.

El estudio, que publica la revista 'Proceedings of the National Academy of Science', demuestra que la molécula que recibe este nombre, utilizada en compuestos antibacterianos, se une a la proteína que construye los microARN para estimular la actividad inhibidora del crecimiento del tumor.

El investigador Manel Esteller ha señalado que la eficacia de la 'enoxacina' se ha demostrado tanto en células de laboratorio como en modelos experimentales de animales, por lo que ahora debe probarse en humanos, ha señalado el Idibell en un comunicado.

El hallazgo abre la puerta al diseño de nuevos fármacos que tengan como diana terapéutica los microARN y muestra a la industria farmacéutica "una nueva dirección hacia donde dirigir sus esfuerzos", ha precisado Esteller.

En concreto, la sustancia identificada actúa sobre el 95% del 'AND oscuro', aquel que no codifica material genético y cuya función es en gran parte desconocida,

Una parte del ADN oscuro es el encargado de producir las moléculas microARN, que a su vez se dedican a la activación de los genes, y los científicos han comprobado como la 'enoxacina' se alía con estos microARN para inhibir el crecimiento de los tumores.

http://www.xornal.com/artigo/2011/02/28/sociedad/ciencia-y-tecnologia/investigadores-espanoles-descubren-forma-frenar-cancer/2011022818011100719.html

La nanotecnología trae riesgos al ser humano, al ADN y al ambiente




Paul Eugib/DVM/Wendy Hessler/Carole Bass/Janet Raloff
Environmental Health News/E Magazine/Science News/Science Daily



Cualquiera puede creer que los artículos personales de uso diario son inofensivos -cosméticos, loción de bronceado, medias y ropa deportiva- pero todos pueden contener partículas nanotech (novedad desarrollada por la llamada nano-tecnología). Las minúsculas partículas generadas por nanotecnología han mostrado su capacidad de enfermar y matar a trabajadores de fábricas que utilizan esta nueva tecnología. Los riesgos conocidos para la salud humana incluyen daño severo y permanente al pulmón, mientras los estudios de células revelan daño genético al ADN. Extremadamente tóxicas para la fauna acuática, las nanopartículas plantean claros riesgos para muchas especies y amenazan a la cadena alimentaria global.

Las partículas nanotech han sido presentadas por la industria como el ingrediente maravilloso de nuevos productos de higiene personal, acondicionamiento de alimentos, pinturas, procedimientos médicos y artículos farmacéuticos, neumáticos y piezas de automóvil, entre muchos otros productos de consumo nuevos en el mercado mundial. Las compañías cosméticas añaden nanopartículas de dióxido de titanio a las cremas solares para hacerlas transparentes en la piel. Los fabricantes de vestuario deportivo inventaron ropa inodora que contiene nanopartículas de plata, dos veces más tóxicas que las bacterias blanqueadoras. Las compañías automotrices añadieron nanofibras de carbono para fortalecer neumáticos y paneles de carrocería.

Según el Proyecto Nanotecnologías Emergentes (PEN, por su sigla en inglés), artículos para la salud y la idoneidad físico-deportiva (en inglés, fitness) continúan dominando la oferta de productos nanotech, alcanzando al 60% de los productos conocidos. La nanoplata (nanosilver), utilizada en artículos muy usados por sus propiedades anti microbianas, se consume más que cualquier otro nanomaterial, tanto como en 259 productos (el 26% de 1.000 artículos estudiados). El inventario actualizado de PEN registra productos de 24 países, incluyendo EEUU, China, Canadá y Alemania.

Pese a todo, se sabe muy poco de los nanomateriales. Los científicos no pueden predecir cómo se comportarán y tienen poca claridad incluso acerca de cómo comprobar su seguridad. Más de 1.000 artículos de consumo manufacturados con nanopartículas, que pueden ser hasta 100 veces más pequeñas que un virus, ya están en el mercado, a pesar de la falta casi completa de conocimiento sobre los peligros que plantean a la salud humana y al ambiente. Y mientras esas pequeñas partículas de materiales desmenuzados en el laboratorio pueden ser beneficiosas en ciertos usos médicos, los científicos y los ecologistas piden más estudios. Hasta ahora, se han encontrado pocos efectos nocivos de esta tecnología virtualmente no regulada. Con todo, eso simplemente puede deberse a los relativamente escasos estudios que se han hecho en la precipitación por encontrar siempre más aplicaciones nanotech rentables.

La nanotecnología, la ciencia de lo extremadamente minúsculo, es una industria emergente importante, con un mercado anual proyectado en alrededor de un billón de dólares estadounidenses antes de 2015. Implica manipular o producir nuevos materiales a partir de pequeñas porciones de material ligeramente más grandes que átomos y moléculas. Por ahora, los “nichos de mercado” más importantes utilizan plata y carbono.

Los nanomateriales son más pequeños que el diámetro de un cabello humano, mide cerca de 80.000 nanómetros, y sólo pueden verse con un microscopio potente. A grandes rasgos, un átomo tiene la tercera parte de un nanómetro (milmillonésima parte de un metro), mientras las nanopartículas se agrupan típicamente en átomos más pequeños que 100 nanómetros, sea cual fuere su material original (plata, carbono, titanio, etc.).

Los minúsculos materiales dimensionados tienen a menudo propiedades únicas que son diferentes a las presentadas por sus versiones a escala más grande. Tampoco obedecen a la química cuántica, ni a las leyes de la física clásica y su éxito deriva, precisamente, de las extraordinarias propiedades altamente inusuales que a veces poseen. Por ejemplo, las raquetas de tenis hechas con nanotubos de carbono son increíblemente fuertes, mientras las piezas más grandes de grafito se rompen fácilmente. La industria médica está invirtiendo fuerte en nanopartículas para crear drogas de precisión que pueden apuntar a tejidos específicos, tales como células cancerosas. Mientras algunos de estos nuevos materiales pueden tener aplicaciones beneficiosas en procedimientos de vendajes médicos de heridas y productos farmacéuticos crece la preocupación de que puedan tener efectos tóxicos. Las nanopartículas se han vinculado particularmente al pulmón y al daño genético.

En un nuevo estudio británico, los investigadores encontraron un proceso impredecible, apodado “chisme tóxico”, donde las nanopartículas de metal provocan daño al ADN, incluso a través de paredes de tejidos que no fueron violados físicamente. Los investigadores llamaron a su hallazgo “una sorpresa enorme”, particularmente desde que partículas de una escala de milmillonésimas de metro aparecen dando rienda suelta a estragos indirectos.

Ahora, por primera vez, un estudio científico ha establecido una relación clara y causal entre el contacto humano con las nanopartículas y serios daños de salud. Según un artículo publicado en el European Respiratory Journal (Diario Respiratorio Europeo) por un grupo de investigadores chinos dirigidos por Yuguo Song, del Departamento de Medicina Profesional y Toxicología Clínica del Hospital Chaoyang, Beijing, 7 mujeres jóvenes cayeron seriamente enfermas después de trabajar en una fábrica de pintura que utilizó nanotecnología. Los trabajadores sufrieron daño severo y permanente en sus pulmones y erupciones en cara y brazos. Dos, mientras las otras cinco no mejoran después de varios años.

Alrededor de 500 investigaciones han mostrado toxicidad de la nanotecnología en estudios de animales, células humanas y el ambiente. Aunque el artículo de Song reporta por primera vez pruebas de toxicidad clínica en seres humanos, según la investigadora latinoamericana Silvia Ribeiro este hallazgo podría ser solamente la punta del iceberg de una industria extremadamente peligrosa.

En lo inmediato, se necesitan más investigaciones sobre la toxicidad y difusión de las nanopartículas. Los efectos sobre la salud humana y el ambiente pueden resultar de nanopartículas que coladas a las redes de tratamiento de aguas residuales y vertederos, afectando a organismos que viven en el agua y gente que bebe agua y cocina con el líquido.

Tres son los tipos de nanopartículas motivo de preocupación: partículas de plata, nanofibras de carbono y, unas microscópicas pelotas de carbono llamadas “buckyballs”, de una nanoestructura de 60 átomos de carbono y cuyo su nombre químico es C60.

La nanoplata se conoce como altamente tóxica para la vida acuática. Mientras la plata es más segura para la gente que otros metales tóxicos, tales como el plomo y cromo, para los organismos acuáticos la situación es muy diferente. La plata es más tóxica para muchos organismos de agua dulce y salada, afecando al fitoplancton (en la parte inferior de la cadena alimentaria), a los invertebrados marinos -tales como ostras y caracoles- y a diversos tipos de peces, especialmente en sus etapas no maduras. Son vulnerables a la nanoplata muchas especies de peces y crustáceos, así como su alimentación. La exposición extensa a los impactos de la plata interrumpe la salud del ecosistema. La nanoplata es significativamente más tóxica que las porciones de metal porque en superficie vastas las minúsculas partículas aumentan su capacidad de obrar recíprocamente con el ambiente. Se ha comprobado la capacidad de la nanoplata para romper, descomponer y lixiviar en circuitos de agua, por ejemplo cuando las máquinas lavadoras agitan la ropa deportiva que contiene nanopartículas de plata para controlar el olor. En un estudio de nanopartículas de plata usadas como anti-microbiano en tejidos, de 7 clases de telas de nanopartículas verificadas, 4 perdieron del 20% al 35% de su plata en el primer lavado, y cierta marca perdió la mitad de su contenido de plata en apenas dos lavados, drenándose directamente al ambiente. Muchos sistemas de agua todavía están recuperándose de los niveles de nitrato de plata introducidos al ambiente durante el siglo 20 por la industria de la fotografía. Los nuevos productos de nanopartículas de plata pueden provocar niveles altamente tóxicos de plata que serán reintroducidos en ríos y lagos a través de los sistemas de tratamiento de aguas.

Las nanofibras de carbono, que se añaden a los neumáticos y se utilizan en telas de ropa para producir diversos colores sin usar tintes, también tienen probabilidades de ser vertidas donde pueden ser inhaladas y causar daños al pulmón. En un estudio publicado en el Journal of Molecular Cell Biology (Diario de Biología Celular Molecular), investigadores chinos descubrieron que una clase de nanopartículas extensamente desarrolladas en medicina -polyamidoamine dendrímeros (PAMAMs)- causan daño al pulmón accionando un tipo de muerte celular programada conocida como muerte celular autofágica. Los “buckyballs” derivados del carbono han demostrado que son absorbidos por los organismos simples, despertando inquietudes de que la toxicidad contamine la cadena alimentaria, dañando más sus niveles inferiores.

Hoy se han puesto a disposición de los consumidores de todo el mundo más de 1.000 productos de nanotecnología autorizados, según el Proyecto de Nanotecnologías Emergentes (PEN, por su sigla en inglés). La actualización más reciente del inventario de ese grupo refleja el uso cada vez mayor de partículas minúsculas en toda clase de productos convencionales, desde utensilios de cocina antiadherentes y raquetas de tenis más ligeras y fuertes, hasta artículos más exclusivos, tales como sensores que se pueden llevar puestos para monitorear posturas.

“El uso de nanotecnología en productos de consumo continúa creciendo rápidamente”, dijo David Rejeski, director del PEN. “Cuando pusimos en marcha el inventario, en marzo de 2006, teníamos solamente 212 productos. Si continúa la tasa actual de introducción al mercado de nuevos productos, dentro de dos años el número de artículos registrados por el inventario alcanzará a cerca de 1.600. Esto traerá desafíos significativos al descuido de agencias como la FDA [Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA)] y la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo [Consumer Product Safety Comisión (ambas de EEUU)], que a menudo carecen de cualquier mecanismo para identificar productos nanotech antes que ingresen al mercado”.
Las nanopartículas se comportan de modo diferente a los pedazos del mismo material: más fuertes, más tóxicas y con propiedades radicalmente distintas. Lo que las hace así de útiles también hace tan incierta su seguridad.
Actualización de Paul Eubig y Wendy Hessler:

Encontramos interesante esta historia porque la investigación es un paso inicial hacia una definición de cuánto contribuyen los productos de consumo a las nanopartículas de plata en el ambiente. Saber la cantidad de una sustancia química que se incorpora al ambiente es un paso necesario para el cálculo del riesgo que ese contaminante plantea al ambiente y a la salud humana. En una escala más grande, esta historia también nos intrigó porque las preguntas que plantea reflejan preocupaciones que la nanotecnología en general debe contestar.
Esta historia no fue divulgada ampliamente. Relatos breves aparecieron en la sección Noticias de Sustancias Químicas & Ingeniería del New York Times. En una continuación interesante, nuestro sitio web Noticias de Higiene Ambiental (www.environmentalhealthnews.org), reveló que otro artículo (de Kalthong y otros, 2010) encontró que las nanoplata de las telas tratadas son expulsadas cuando se exponen al sudor artificial del ser humano. El cuadro es que así emergen nanopartículas de plata que salen de productos de consumo, exponen a seres humanos e ingresan en las aguas residuales en mayor medida de lo que pudo haber sido pensado. Mientras tanto, otros investigadores han demostrado los efectos nocivos de las nanopartículas de plata sobre el desarrollo de células nerviosas (Powers y otros, 2009) y los embriones de peces (Barra-Ilan y otros, 2009).

Sin embargo, el intento no es apuntar a las nanopartículas de plata, sino atraer suficiente atención sobre un tema más amplio: la seguridad de la nanotecnología. Se está explotando gradualmente el gran potencial de la nanotecnología para revolucionar una gama amplia de campos, incluyendo la producción energética y su gestión, la atención sanitaria y la manufactura.

Y con todo, la nanotecnología también proporciona grandes desafíos a la valoración de seguridad. La composición, tamaño y estructura de nanopartículas son algunos de los numerosos factores que influyen en cómo actúan en el organismo humano o en el ambiente. También las nanopartículas de un tipo particular, tales como las de plata, no actúan necesariamente como las moléculas o átomos individuales de la misma sustancia, por ejemplo la plata libre, iónica.

Desafortunadamente, las agencias reguladoras han sido lentas en valorar en un sentido más amplio la rápida aparición de la nanotecnología en el lugar de trabajo y en el hogar, así como en el ambiente. Esto ha dado lugar a un juego desequilibrante en medidas para poner orden donde los usos de la nanotecnología continúan multiplicándose, mientras el terreno del juego regulador incluso todavía no ha sido demarcado. El debate actual se centra en si los datos existentes de seguridad son suficientes para los productos que contienen nanopartículas, o si se necesita realizar evaluación adicional de sus impactos en el ser humano e higiene ambiental.

El último siglo proporcionó numerosos ejemplos de sustancias químicas –para nombrar algunas, plomo, DDT (dicloro difenil tricloroetano) y PCBs (bifenilos policlorados)– que inicialmente fueron consideradas una bendición, pero más adelante mostraron efectos nocivos sobre el ser humano o la higiene ambiental que sobrepasaron sus ventajas. Nuestro reporte aspira a ayudar a la sociedad a recordar las lecciones del pasado y a ejercer cautela mientras abraza la promesa del futuro.

Fuentes contribuyentes:

– Science and Technology Committee, “Nanotechnologies and Food, House of Lords Media Notice,” January 8, 2010, http://www.parliament.uk/parliamentary_committees/lords_press_notices/pn080110st.cfm

– Ian Sample, “Attack of the Tiny Nano Particles – Be Slightly Afraid,” Organicconsumers.org, November 15, 2008, http://www.organicconsumers.org/articles/article_15621.cfm . Guardian News and Media Limited 2008

– George John, “Silver Nanoparticles Deadly to Bacteria,” Physo .com, March 10, 2008, http://physorg.com/print124376552.html

– Nanowerk Spotlight, “Problematic new findings regarding toxicity of silver nanoparticles,” Nanowerk.com, June 6, 2008, http://www.nanowerk.com/spotlight/spotid=5966.php

– Nanotechnology: http://www.fda.gov/ScienceResearch/SpecialTopics/Nanotechnology/FrequentlyAskedQuestions/default.htm

– RJAitken, KS Creely, CL Tran, In 16 Aitken RJ, Creely KS, Tran CL. “Nanoparticles: an occupational hygiene review,” Edinburgh: Institute of Occupational Medicine for the Health and Safety Executive, 2004, http://www.hse.gov.uk/research/rrhtm/rr274.htm (accessed Nov 2006). For product nanotech products listing, see: www.nanotechproject.org/inventories/consumer/browse/products/


Otras fuentes adicionales:

Original research on silver nanoparticles:

– Bar-Ilan, O, RM Albrecht, VE Fako, and DY Furgeson. 2009. Toxicity assessments of multisized gold and silver nanoparticles in zebrafish embryos. Small 5(16):1897-1910. doi:10.1002/smll.200801716. Environmental Health News coverage: www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/nanosilver

– Kulthong, K, S Srisung, K Boonpavanitchakul, W Kangwansupamonkon and R Maniratanachote. 2010. Determination of silver nanoparticle release from antibacterial fabrics into artificial sweat. Particle Fibre Toxicology 7(1):8. doi:10.1186/1743-8977-7-8. Environmental Health News coverage: http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/newscience/fabrics-release-silver-nanoparticles-into-artificial-sweat/

– Powers, CM, N Wrench, IT Ryde, AM Smith, FJ Seidler, and TA Slotkin. 2009. Silver impairs neurodevelopment: studies in PC12 cells. 2010. Environmental Health Perspectives 118(1):73-79. doi:10.1289/ehp.0901149. Environmental Health News coverage: http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/newscience/silver-is-potent-neurotoxicant/

– Halperin, A. Nanosilver: Do we know the risks? New Haven Independent, Mar 17, 2010. http://newhavenindependent.org/index.php/archives/entry/regulating_nanosilver_a_very_small_puzzle/id_24412 – National Nanotechnology Initiative (NNI). FAQs: Nanotech. http://www.nano.gov/html/facts/home_facts.html

– U.S. Environmental Protection Agency’s Fact Sheet for Nanotechnology under the Toxic Substances Control Act http://www.epa.gov/oppt/nano/nano-facts.htm – U.S. Environmental Protection Agency’s Nanotechnology White Paper, EPA 100/B-07/001, Feb. 15, 2007. http://www.epa.gov/OSA/nanotech.htm

– U.S. Food and Drug Administration’s Nanotechnology web page: http://www.fda.gov/ScienceResearch/SpecialTopics/Nanotechnology/default.htm

– Stacey L. Harper, Oregon State University,1007 ALS, Corvallis Oregon 97331, 541-737-2791
Fuentes primarias: – Carole Bass, “Tiny Troubles: Nanoparticles are Changing Everything From our Sunscreen to our Supplements,” E Magazine, July/August 2009, http://www.emagazine.com/view/?4723

– Janet Raloff, “Nanoparticles’ Indirect Threat to DNA,” Sciencenews.org, November 5, 2009, http://www.sciencenews.org/view/generic/id/49191/title/Science_%2B_the_Public__Nanoparticles_indirect_threat_to_DNA

– L. Geranio, M Heuberger, and B Nowack, “The behavior of silver nanotextiles during washing,” Environmental Science and Technology, September 24, 2009, http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/es9018332

– Paul Eugib, DVM, and Wendy Hessler, “Silver migrates from treated fabrics,” Environmental Health News, January 7, 2010, http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/newscience/silver-migrates-from-nanoparticle-treated-fabrics/

– David Rejeski, “Nanotech-enabled Consumer Products Top the 1,000 Mark,” Nanotechproject.org, August 25, 2009, http://www.nanotechproject.org/news/archive/8277/

– Y. Song, X. Li and X. Du, “Exposure to nanoparticles is related to pleural effusion, pulmonary fibrosis and granuloma,” European Respiratory Journal, 20 August 2009, http://www.erj.ersjournals.com/cgi/content/abstract/34/3/559

– Science Daily Staff, “Health Risks of Nanotechnology: How Nanoparticles Can Cause Lung Damage, And How The Damage Can Be Blocked,” Science Daily, June 11, 2009, http://www.sciencedaily.com/releases/2009/06/090610192431.htm


Estudiantes investigadores: Jody Lempa, Tina Shaerban, Katherine Tellez, and Jillian Wolande, DePaul University.

Evaluador académico: Marla Donato, DePaul University


Traducción: Ernesto Carmona

Fuente original: http://www.argenpress.info/2010/10/proyecto-censurado-2011-17.html

El cáncer no es algo normal


La más pequeña dosis de irradiación artificial, sea ionizante o no, es nociva para nuestro cuerpo, sobre todo para las personas que se encuentran en un estado de debilidad. No es una afirmación caprichosa, y es preciso acabar con el mito y el engaño de que existe un nivel de radiación admisible por todos los seres humanos. Frente a la pandemia de cánceres se extiende la expresión banal que dice “el cáncer es normal”, no debe convertirse en una norma, ni en una lotería: el cáncer no es normal.

El electromagnetismo está presente en el Universo y los seres vivos. En nuestro cuerpo se generan corrientes eléctricas y magnéticas, teniendo cada una de ellas una frecuencia específica, lo que permite una estructuración y una coherencia en los intercambios biológicos moleculares, lo que es la base de la vida.

Somos el resultado de un mundo natural electromagnético y modificar este medio ambiente electromagnético natural mediante una contaminación por frecuencias artificiales nos pone en camino de alentar consecuencias no deseadas en la fauna y en la flora. Las variaciones nocivas que se producen sobre el metabolismo está en función de la dosis, es decir, del tiempo de exposición a las radiaciones, al tipo de radiación y a su potencia, así como la capacidad para contrarrestar las corrientes exógenas perturbadoras.

Una simple hemorragia nasal crónica y persistente a menudo se origina por un ataque y desajuste del sistema inmunitario por los campos electromagnéticos artificiales.

Hay que reconocer que frente a los enormes capitales invertidos poco se puede hacer para evitar el oscurantismo y una negación pseudocientífica, que con la ayuda de las estructuras políticas no independientes, incompetentes y con conflictos de interés, tales como la OMS y la ICNIRP, todavía se alcanza un mayor nivel de desconocimiento.

Negar que todo organismo es bioelectromagnético, incluido el hombre, es una locura que a corto plazo puede traer consecuencias biológicas y sanitarias enormes, incluso poner en peligro la propia subsistencia sobre la Tierra.

No decir claramente a los ciudadanos que el efecto sanitario tiene su origen en una causa, la variación en los intercambios electromagnéticos celulares, es un escándalo.

No explicar y extender la información sobre los campos electromagnéticos entre la población es también un escándalo. Un ejemplo concreto: para el diagnóstico de los tumores cancerosos se utiliza la Imágenes de Resonancia Magnética, que consiste en ver el diferente comportamiento entre las células sanas, que tienen campos electromagnéticos específicos de las células cancerosas. Estas variaciones son tratadas por potentes ordenadores que transcriben los resultados en imágenes.

El cáncer es una célula dañada que mutó y contamina de forma incontrolada a las células próximas. Comprender el comportamiento de las células sometidas a una irradiación Electromagnética artificial es ya una preocupación principal entre la comunidad científica. La cuestión radica en si la interacción exógena induce una alteración de la bioquímica natural humana y provoca una degradación, que luego el sistema repara con mayor o menor éxito el medio interno celular.

Esta reparación va a traducirse en la aparición o no de lesiones moleculares. La absorción de la energía de la irradiación electromagnética artificial por las células, las hace pasar de un estado natural a un estado de excitación o desarreglo anormal, con todos los efectos que sobre la salud conocemos.

Cuando una radiación penetra en el organismo en función de su longitud de onda, interactúa en una fracción de segundo con las células que encuentra y transmite su energía a cada una de las células con las que interactúa, lo que induce modificaciones de los intercambios celulares en los cincuenta mil millones de células del organismo humano.

El Instituto de Física Nuclear de Lyon publicó un expediente que describe esto con precisión: La interacción de las radiaciones no ionizantes con la materia (pág.16); la absorción de las radiaciones no ionizantes por la materia (pág. 17); Energía absorbida ( pág. 18 y 19); Biología de las radiaciones ( pág.20); El ADN en la célula, objetivo privilegiado y conclusiones ( pág. 30)

La acción de las radiaciones no ionizantes ( ultravioletas, visibles e infrarrojas, las ondas radioelećtricas o hertzianas) también conducen a la formación sustancias químicas activas que intervienen en el envejecimiento celular. Las radiaciones, sean ionizantes o no, actúan directamente o indirectamente sobre el ADN, produciéndose modificaciones. Estas lesiones, sean degradaciones o desaparición de bases, ruptura de una o más cadenas de ADN o también la construcción de puentes entre estas moléculas y algunas proteínas, perturban la conservación del patrimonio genético”.

El estudio de los espectros de absorción molecular es de gran interés, ya que se puede extraer importante información sobre la estructura de las moléculas: algunas agrupaciones atómicas bien determinadas, los grupos cromóforos, absorben selectivamente algunas longitudes de ondas. Se pone de manifiesto que la absorción por el ADN se debe esencialmente a las pirimídicas, ya que su espectro está muy cercano al suyo. Este carácter selectivo de la absorción de las radiaciones no ionizantes es fundamental y constituye una diferencia fundamental con las radiaciones ionizantes, para las cuales la absorción sólo varía con la frecuencia...

Estas conclusiones son idénticas a las del estudio europeo REFLEX. No cabe duda que la nueva contaminación medioambiental de los Campos Electromagnéticos artificiales, en particular, las microondas por Radiofrecuencia, son la principal causa o que intervienen en los hechos actualmente constatados sobre la salud: la explosión de cánceres y otros problemas sanitarios.



http://www.next-up.org/Newsoftheworld/Cancer.php#1

Los 'biopiratas' pescan gratis el ADN del océano



Manuel Ansede
Público



Científicos españoles exigen un marco legal para acabar con una práctica que genera unos 2.000 millones de euros anuales. Las oficinas de patentes de todo el mundo ya han admitido el registro de más de 4.900 genes marinos

Mientras los piratas de las costas de Somalia acaparan los titulares, otros bandidos del mar surcan las aguas internacionales fuera de los focos. Son empresas y organizaciones científicas con un ánimo de lucro mucho mayor que el de los señores de la guerra africanos. Su objetivo no son los cruceros turísticos, ni los buques de carga, ni los atuneros, sino los genes de organismos marinos que se convierten en propiedad del primero que describe su función. Ya hay al menos 4.900 patentes de estas secuencias de ADN. El interés por hacerse con este tesoro oculto bajo el océano es tal que el número de especies marinas con genes patentados crece un 12% cada año, a un ritmo diez veces superior que la descripción de especies desconocidas. Los biopiratas no quieren descubrir la biodiversidad del planeta, quieren patentar sus genes. Y no hay ningún mecanismo de control que ponga coto al pillaje.

La voz de alarma la han dado dos investigadores españoles del CSIC en el último número de la revista PNAS. Sus datos, obtenidos gracias a un rastreo exhaustivo de la base de secuencias genéticas GenBank, coordinada por el Instituto Nacional de Salud de EEUU, demuestran que el saqueo de los océanos va más allá de la sobrepesca de tiburones y alcanza las cadenas de ADN que flotan en el agua.

Según uno de los autores del estudio, Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea), estas 4.900 patentes de genes generaron en 2007 unos ingresos de 2.000 millones de euros para sus dueños. Y registrar un gen y su función en una oficina de patentes cuesta unos 1.500 euros. No es necesario mencionar ni el lugar de procedencia del gen ni el ser vivo al que pertenece. Para los investigadores, esto es "una puerta abierta a los piratas".

El trabajo de los españoles es una llamada a los políticos para que revisen de manera urgente los objetivos de las áreas marinas protegidas, para incluir también "la protección de los recursos genéticos marinos y enfrentarse a problemas emergentes como la biopiratería y el reparto de los beneficios", según explican ellos mismos.

Calamares más blandos

Su apelación tiene "un punto egoísta", como admite el propio Duarte. Los investigadores zarparán en diciembre para emprender una de las mayores aventuras científicas de lo que va de siglo, la expedición Malaspina 2010, coordinada por el CSIC. Durante nueve meses circunnavegarán el planeta y esperan recoger más de 60 millones de genes. Muchos serán perfectamente inútiles, pero otros valdrán millones de euros, como ya ocurre.

Los autores ponen ejemplos. Un gen procedente de una bacteria marina codifica una proteína que se utiliza para fabricar biocombustible a partir de maíz. Sus dueños obtienen 150 millones de dólares al año en concepto de propiedad industrial. La industria alimentaria también se ha subido al tren y emplea genes de bacterias marinas para producir leche sin lactosa. O para digerir las escamas del pescado que se enlatará en conservas o hacer que los calamares sean más blandos. Y todos estos genes, hoy, son del primero que los pille. En el mar o en la base de datos GenBank.

Robos de genes

Los investigadores que secuencien un gen deben enviarlo a este archivo de ADN. Sólo si conocen su función pueden patentarlo. A finales de la década de 1990, el Instituto Francés de Investigación Marina (Ifremer), según recuerda Duarte, publicó la descripción del gen de una arqueobacteria de un volcán submarino que codificaba una polimerasa, una proteína muy utilizada en los laboratorios de genética de todo el mundo. El Ifremer no la registró, pero un investigador de EEUU la vio en GenBank y la patentó. Ahora el centro francés tiene que pagar para usarla.

Ni la Ley del Mar ni la Convención para la Diversidad Biológica dicen nada sobre este atraco al patrimonio mundial en los océanos. "En aguas internacionales la gente hace lo que le da la gana, porque la legislación lo permite", resume Jesús María Arrieta, también del Imedea y principal autor del estudio. "Hemos pescado hasta acabar con las existencias de todo lo que se mueve y haremos lo mismo con cualquier otra cosa que dé beneficios económicos, como los genes marinos", añade.

El primer paso hacia una regulación podría llegar en la próxima Cumbre de Biodiversidad de Naciones Unidas, que tendrá lugar en Nagoya (Japón) del 18 al 29 de octubre. Dos bloques de países se verán allí las caras. Por un lado, los industrializados, liderados por EEUU y la UE, que "quieren dejar las cosas como están: el primero que llega se lo lleva", según Arrieta. En el otro bando, los países en vías de desarrollo, que no tienen tecnología para competir y creen que los secretos de los organismos marinos deberían ser de todos.
Jueces antipatentes

Arrieta y Duarte, junto a la tercera autora del estudio, Sophie Arnaud-Haond, del Ifremer, abogan por una vía intermedia: que los recursos genéticos del océano se administren como los recursos minerales del fondo marino, a través de un organismo de Naciones Unidas que obligue a los explotadores a compartir los beneficios con la comunidad internacional.

La situación es insostenible. La propia expedición Malaspina 2010 se ha encontrado con países, sobre todo de Latinoamérica, que no se fían de las intenciones de los científicos españoles y han puesto trabas a que recojan muestras de agua en sus costas. Además, el modelo actual de premiar al primero que llegue ha estallado con los genes humanos. Las oficinas de patentes de todo el mundo han registrado más de cinco millones de secuencias de ADN. La mayor parte pertenece a las personas, a sus patógenos o a animales de laboratorio. En marzo de este año, un juez de EEUU tumbó la patente sobre dos genes humanos, relacionados con el cáncer de mama y de ovarios, que estaba en manos de la empresa biotecnológica Myriad Genetics. Según la sentencia, la patente era un freno a la investigación de estos tumores. Ahora, la Justicia de EEUU tiene mucho trabajo por delante. Las empresas estadounidenses se han hecho con los derechos del 20% del genoma humano. Y en breve harán lo mismo con el ADN de los océanos.
Cifras

65% del mar, sin ley

Las aguas internacionales, al margen de la jurisdicción delos países, suponen el 65%de la superficie oceánica.

0,7% aguas protegidas

Las áreas marinas protegidas apenas ocupan un 0,7% de los mares del planeta.

55% ‘farmagenes'

El 55% de los genes marinos patentados tiene una aplicación farmacológica.

Fuente: http://www.publico.es/ciencias/336497/biopiratas/pescan/gratis/adn/oceano